Hay bandas y artistas que, por el motivo que sea, nunca alcanzan el reconocimiento a nivel popular que su música merece y es que el negocio musical se mueve por parámetros en los que la calidad es sólo uno de los factores que entran en juego. A menudo, de los menos importantes. Es cierto que una frase así puede convertirse en una excusa que termine justificando la falta de talento ya que cualquiera puede ampararse en ella para explicar el hecho de que su música no termine de escucharse pero en muchos casos es completamente cierta.
Afortunadamente, más allá del éxito de las radiofórmulas existe todo un mundo lleno de artistas interesantísimos que se mueven en los llamados circuitos independientes. En estos sitios, la fama no es tanta pero la libertad creativa es mucho mayor y los peajes a pagar, mucho menos comprometedores para la obra artística.
Hace ya unos meses supimos del lanzamiento del primer disco en solitario de Ana Béjar, cantante, poetisa y compositora jerezana afincada en Madrid. De larga trayectoria en bandas como Usura (banda fundamental en una época en la que, como la propia Ana dice “todo estaba por hacer”), Orlando y también en dúos como TODO (junto a uno de los miembros de Usura) o iO, Ana publica ahora por primera vez un trabajo bajo su propio nombre. Con todas esas formaciones había alcanzado ya un estatus de artista de culto en la escena independiente de nuestro país actuando en festivales y programas de televisión de difusión nacional como “Los Conciertos de Radio 3” con Orlando. Su trabajo en solitario lo podemos considerar en términos de estilo como una prolongación de lo que hizo con esta formación ya que comparte una misma estética y un modo muy similar de hacer las cosas. El enfoque, claro, es algo distinto. Más íntimo y cercano; quizá más personal aunque lo encontramos muy próximo en muchos sentidos a lo que había hecho ya con ellos. Aunque el idioma principal de las canciones sigue siendo el inglés, el español se hace un hueco en “The Good Man”, que es el título del trabajo que hoy traemos aquí por cortesía, una vez más, de Luscinia Discos.
En la grabación participan: Jesús Martínez (guitarra, teclados, cuerdas, piano y coros), Alfonso H. Trancón (batería), Aldo Linares (teclados), Salomé Sagüillo (metalófono, monotron) y Pablo Zúñiga (bajo). Ana Béjar canta y toca la guitarra y el armonio.
“In the Parlour” - El comienzo del disco es de una calidez antígua, con el ambiente cargado de humo y de luz mortecina de los pubs de la década pasada. Es ahí donde aparece la extraordinaria voz de Ana, sin duda, su sello de identidad y el elemento más inimitable de su música. La canción combina ese ambiente pesado con momentos de intensa luminosidad en una propuesta que no tiene comparación con ninguna otra del panorama nacional. La riqueza de los arreglos instrumentales y lo compacto del sonido de la banda se sitúan también en un plano muy distinto al que solemos escuchar por estos lares.
“En el puente del aire” - La única canción cantada en español del disco (con algún fragmento en inglés) tiene también un enfoque distinto al resto. La guitarra acústica de la introducción marca enseguida esa diferencia con un difuso aire folk. Los arreglos eléctricos que aparecen después nos recuerdan de algún modo al Yann Tiersen de los últimos años aunque lo que tenemos que destacar en esta pieza, sin duda, son los maravillosos coros que acompañan a la voz de Ana. Eso y la letra, de un lirismo desacostumbrado hacen de esta canción una joya de difícil tasación.
“No Return” - Sorprendente y espectacular nos parece el comienzo del siguiente corte en el que la respiración del armonio arropa la voz de Ana, desdoblada en distintas lineas melódicas para construír un tema oscuro e inquietante, arriesgado y vanguardista que es, desde la primera vez que los escuchamos, nuestro favorito del trabajo. Os dejamos el vídeo recién publicado, cortesía de Luscinia Discos e Industrias Bala:
“Visitation” - Aunque las referencias son múltiples y no siempre fáciles de identificar, esta canción nos sitúa mentalmente en los complejos ambientes de las películas y series norteamericanas más inquietantes. Nos encajaría a la perfección acompañando a uno de los diálogos de Matthew McConaughey con Woody Harrelson en “True Detective”. Ese sabor a larga carretera polvorienta y esa atmósfera cargada y agobiante están muy presentes en esta canción. Una vez más, los arreglos son impecables: el metalófono que consigue hacerse imprescindible con muy pocas notas, o el breve solo de guitarra de la parte central son detalles de un gusto exquisito. También el cambio entre las dos partes de la canción marcado por la percusión que comienza a sonar en un momento determinado.
“Tongues on Fire” - Cierra el trabajo un tema lento introducido de nuevo por el sonido continuo del armonio. Todo en el disco denota un cuidado extremo por los detalles pero estos son especialmente ricos en esta canción. Los coros en segundo plano, las guitarras, maravillosas una vez más entretejiéndose con precisión o la percusión electrónica, sutil y elegante, acompañan magníficamente a una voz estremecedora como es la de Ana Béjar.
No hace mucho, con motivo de una entrada dedicada a Suzanne Vega, hablamos en el blog de la figura de la cantautora como algo muy presente en la música norteamericana de las últimas décadas. No encontramos ese protagonismo en otros países y tampoco en España donde cuesta encontrar nombres de artistas con tanto peso dentro del panorama musical como el que tienen sus colegas estadounidenses. La propuesta de Ana Béjar nos parece, dentro de este contexto, una de las más interesantes y a las que habría que prestar una mayor atención. Su trabajo de presentación es excelente y obliga a prestar mucha atención a los próximos movimientos de una artista verdaderamente diferente y única en el panorama nacional. Poseedora de una voz cautivadora y de un talento muy especial para componer al margen de modas y tendencias, “The Good Man” es una trabajo que seguro, será sólo el preámbulo de cosas aún mejores. Esperamos que vayan llegando porque siempre tendrán un hueco en este blog.