En un momento dado, Terry Riley decidió comenzar a llevar un diario bastante peculiar y es que, en lugar de anotar en él sus experiencias y pensamientos diarios, el músico comenzó a registrar sus sueños. Su primera actividad al despertarse por la mañana era escribir todo aquello que recordase de lo soñado en la noche anterior. Curiosamente se fue dando cuenta de que, con el tiempo y cuantos más sueños iba registrando, recordaba más y más detalles y con más nitidez cada día. Cuando en 1996 la emisora New American Radio le encargó una obra, Riley pensó que sería buena idea utilizar su diario como base de la pieza.
En principio la música minimalista de la que Terry Riley es uno de los mayores iconos debería ser muy rígida en cuanto a su interpretación y por ello es algo contraintuitivo el hecho de que el compositor norteamericano incluya la improvisación como parte fundamental de su expresión creativa. Sin embargo, los seguidores de Riley sabrán que gran parte de sus conciertos no son sino largas improvisaciones llenas de elementos jazzísticos y muy alejadas del supuesto encorsetamiento minimalista. Además de la pieza titulada “Autodreamographical Tales”, en el disco escuchamos otra de larga duración y similares características: “The Hook Lecture” extraída de una conferencia que el músico ofreció en 2006 en Sídney acompañado de su piano. La grabación se publicó en el prestigioso sello de John Zorn: Tzadic.
“Autodreamographical Tales” - Musicalmente la obra es mucho más compleja de lo que podría parecer. En ella escuchamos fragmentos electrónicos de tinte minimalista que recuerdan ligeramente al seminal “A Rainbow in Curved Air” pero también momentos folk, arranques jazzísticos, canciones litúrgicas y, por supuesto, la narración del propio Riley quien se encarga de todos los instrumentos que básicamente son sintetizadores, órganos y grabaciones magnetofónicas. Hay espacio también para raros valses electrónicos culminados por codas de piano, retazos de áfrica pasados por el tamiz del jazz electrónico más marciano que rompen en un blues cantado por el mismo artista o largos recitados con fondo de música hindú. El cierre lo pone de nuevo Riley cantando otro blues de hechuras clásicas acompañado del piano.
“The Hook Lecture” - Esta extensa pieza (casi cincuenta minutos de duración) alterna recitados con piezas instrumentales. Así, tras una primera narración del músico, éste se sienta a su piano y comienza a improvisar en un tono inequívocamente jazzístico una balada, “The Royal”, que incorpora en determinados momentos fragmentos repetitivos que nos recuerdan que estamos oyendo a una de las luminarias del minimalismo. En un momento determinado se intercala algún breve pasaje narrado que no altera en exceso el resultado final. Declaradamente minimalista es el inicio de “A Dervesh in the Nursery” que, sin embargo, a los pocos compases recorre el camino inverso de la pieza precedente pasándose al jazz con descaro. Una salmodía que podría ser hebrea ocupa el centro de la composición que de cara al final vuelve a los esquemas repetitivos. Nuevo recitado y vuelta al jazz con “The Ecstasy” y regreso a la repetición y al canto tradicional en “Turning”. Un último recitado nos deja en el tramo final con “Ebony Horns”, una de las composiciones más enérgicas del disco con un espíritu rockero notable que la coloca entre nuestras favoritas. Cierra el trabajo una versión “rileyficada” del “We Will Met Again” de Bill Evans.
De todos los precursores del minimalismo, Riley es probablemente quien tiene una carrera más heterogénea y quien ha investigado en estilos más diferentes. Por ello, su obra es mucho más inclasificable y no siempre es fácil saber a qué se va a enfrentar el oyente cuando se acerca a un disco nuevo. “Autodreamographical Tales” es uno de sus trabajos más eclécticos y que más pueden descolocar a quien se aventure en su escucha pero no deja de ser un disco fascinante a caballo entre diferentes géneros.