Una de las características de los músicos de la llamada Escuela de Berlín era una exagerada productividad, cosa que llega al extremo con los casos de Tangerine Dream, Klaus Schulze o incluso Conrad Schnitzler, todos ellos con discografías extensísimas. Sin embargo, no todos los músicos de esa corriente eran así. De hecho, hoy tenemos un ejemplo de todo lo contrario ya que Michel Hoenig apenas ha publicado cuatro discos en solitario en toda su carrera, que empezó a principios de los años setenta. Hoenig empezó trabajando con los primeros sintetizadores y demás medios de manipulación electrónica del sonido pasando a ser miembro de Agitation Free, una de las bandas más importantes del “krautrock” que empezaba a desarrollarse en la Alemania de finales de los años sesenta. Además de Agitation Free, Michael llegó a ser miembro de Tangerine Dream durante una gira (aunque no llegó a grabar con ellos en estudio) y colaboró con el propio Klaus Schulze en otro proyecto efímero. Ya en 1976 se juntó con otra de las estrellas del sonido electrónico alemán, Manuel Göttsching, con quien grabó alguna sesión que tampoco fue publicada entonces.
El caso de Göttsching es diferente. Estuvo desde el inicio en el nacimiento de la Escuela de Berlín como miembro de Ash Ra Tempel compartiendo la parte electrónica de la banda con Schulze pese a que su instrumento principal era la guitarra eléctrica. Tras la disolución del grupo en 1975, dividió su producción entre discos firmados con su propio nombre y otros publicados como Ashra a secas. Justo en esa etapa es cuando grabó la mencionada sesión con Hoenig. Cuenta Göttsching cómo se conocieron a principio de los setenta. Manuel subió al autobús, la línea número 4, en Berlín y al pasar hacia la parte de atrás vio a un tipo sentado que sostenía en sus rodillas una voluminosa maleta que, en realidad, era el legendario sintetizador “Synthi A” de EMS. Hoenig se dirigía a los estudios Beat a grabar con Agitation Free. De aquella sesión, Göttsching recuerda como Michael interpretaba directamente sobre los controles del sintetizador, sin ayudarse de teclado alguno. Volvemos a 1976. Michel Hoenig estaba grabando el que sería su primer disco en solitario, “Departure from the Northern Wasteland” mientras que Göttsching empezaba a trabajar en su “New Age of Earth”, su primer disco firmado como Ashra. Aunque había trabajado con sintetizadores en el pasado, su instrumento principal siempre fue la guitarra eléctrica pero para su nuevo trabajo quería implicarse más en el uso de los teclados electrónicos así que pidió ayuda a Hoenig.
“New Age of Earth” se convirtió pronto en un éxito (siempre dentro de los parámetros de la música electrónica de los setenta) y Göttsching recibió ofertas para dar varios conciertos en Francia. Contactó con Hoenig para que le acompañase durante los mismos y se trasladó al estudio de Michael donde ambos ensayaron durante tres semanas para la gira. El día antes de viajar para empezar el “tour”, éste fue cancelado debido a la falta de confirmación de varias de las fechas programadas. Esa misma tarde, el dúo decidió hacer un último ensayo y grabarlo. Fue ahí donde surgió “Early Water”. En palabras de Göttsching, “el ensayo comenzó a fluir dando como resultado una pieza muy armónica que reflejaba a la perfección el espíritu optimista que teníamos en 1976”.
Michael Hoenig se trasladó a Los Angeles unos años después y allí montó un estudio en el que trabajaría como compositor de bandas sonoras al margen del mercado discográfico (su debut, curiosamente, fue aportando música “de relleno” a algunas escenas de “Koyaanisqatsi”). Durante mucho tiempo, Hoenig y Göttsching perdieron el contacto pero en 1994 coincidieron de nuevo y fue entonces cuando Manuel propuso publicar aquella vieja sesión. Michael se mostró de acuerdo y se llevó las cintas a su estudio californiano para pulirlas y darles forma. Unos meses después aparecía “Early Water”. Un disco que, a nuestro juicio, es una de las mejores obras de la música electrónica en general y de la Escuela de Berlín en particular y que podría haber quedado en el olvido para siempre si no se llega a haber dado el encuentro posterior entre sus dos autores. Se trata de una sola pista de tres cuartos de hora de duración en la que se suceden secuencias al más puro estilo “berlines” con lentas melodías que evolucionan tranquilamente durante toda la pieza. Junto a ellas, la guitarra de Götsching en un rol rítmico la mayor parte del tiempo pero muy brillante cada vez que le toca el papel de protagonista. La esencia de todo un género musical concentrada en 45 minutos. Un disco imprescindible para los seguidores del género que en su momento fue bastante complicado de conseguir. Como sucede en estos casos, el fallecimiento de Manuel Göttsching hace unos pocos meses propició que su discográfica reeditase buena parte de su catálogo incluyendo esta joya que ahora vuelve a estar accesible. Si no la conocéis, no dejéis pasar la oportunidad de haceros con ella.
Como dijimos antes, la discografía de Michael Hoenig es escasa. Pese a haber compuesto muchas bandas sonoras, solo un par de ellas se han publicado en disco, seguramente por la escasa relevancia de la mayoría de las películas a las que puso música. Por eso es más relevante el hecho de que dos de las obras maestras indiscutibles de la música electrónica de los setenta lleven su nombre. Desgraciadamente nos quedamos sin saber qué habría ocurrido con el dúo si "Early Water se hubiera publicado en su día pero probablemente, de haber tenido continuidad, podrían haber rivalizado con Tangerine Dream como la gran referencia del género.