lunes, 29 de julio de 2024

The Smile - Wall of Eyes (2024)



Cuando una banda tiene ya una trayectoria suficientemente larga y está compuesta por músicos verdaderamente inquietos y no especialmente motivados por el lado crematístico de la música no es raro que sus miembros quieran explorar otros caminos al margen del marcado por el propio grupo. Radiohead no es la excepción. Con algunos matices, los integrantes de la formación comenzaron a dar rienda suelta a sus propias aspiraciones cuando concluyó su contrato con EMI tras lanzar “Hail to the Thief” en 2003. Jonny Greenwood empezó entonces a escribir con regularidad bandas sonoras para cine, terreno en el que ha consolidado una carrera más que notable pero quizá sea Thom Yorke el que ha demostrado unas mayores ganas de hacer cosas diferentes trabajando con otros músicos. En 2006 publica su primer disco en solitario y un poco después forma la banda Atoms for Peace junto con miembros de otros grupos como Flea de los Red Hot Chili Peppers, el batería de Beck, Joey Waronker y el propio productor de Radiohead, Nigel Goldrich. También por esa época hace sus pinitos como músico para el cine, tanto en solitario como acompañado de otros artistas como Robert Del Naja, de Massive Attack.


Durante el confinamiento de 2020 causado por la pandemia del COVID-19, Yorke y Greenwood unieron sus fuerzas con Tom Skinner, el batería de la banda de jazz Sons of Kemet, para crear un nuevo grupo bajo el nombre de The Smile. La nueva formación debutaría unos meses más tarde en un formato un tanto particular. Dadas las circunstancias sanitarias, el festival de Glastonbury no pudo celebrarse en 2020 y 2021. En el segundo de esos años, la organización decidió grabar una serie de actuaciones en los escenarios habituales del festival con artistas como Coldplay o Damon Albarn y con el punto fuerte de la presentación de The Smile. No fue hasta enero del año siguiente que la banda pudo tocar, ahora ya sí, delante de un público real y unos meses después publicaron su primer disco.


Hoy vamos a hablar de la segunda entrega de The Smile aparecida a comienzos de este 2024 y que da continuidad a un proyecto que parece que va a tener una vida más extensa de lo que podía parecer en un principio. Con Jonny Greenwood tocando guitarras, bajo, piano, violonchelo y sintetizadores además de encargarse de los arreglos orquestales, Yorke cantando y tocando también teclados, guitarras y bajo y Tom Skinner a la batería y percusiones, The Smile grabaron “Wall of Eyes”.


“Wall of Eyes” - Abre el disco una canción introducida por una percusión sencilla en 6/8, guitarra acústica y algunos teclados y efectos sonoros de fondo. Yorke canta con su estilo habitual una melodía lánguida. No es Radiohead pero tampoco se encuentra muy lejos de la producción de la que podemos llamar “banda matriz” de The Smile. La parte final del tema se mete en profundidades más experimentales con las guitarras de Greenwood emitiendo destellos en un segmento que nos habría gustado que hubiera sido más largo.




“Telharmonic” - Yorke canta desde la lejanía envuelto encapas de sonidos electrónicos acompañados de una forma extraña por una percusión que parece ir a su aire. Superada la introducción entra el bajo y nos hace sentirnos más cómodos en un formato de canción más familiar siempre que recordemos de qué tipo de músicos estamos hablando. Destacan aquí las flautas y el trabajo de Skinner a la batería que encajan muy bien con la voz de Yorke.


“Read the Room” - Llegamos a una de nuestras canciones favoritas del disco en la que escuchamos una guitarra muy en la línea de King Crimson en un cruce con la versión más experimental de Steven Wilson. Es un comienzo enérgico que se interrumpe de vez en cuando para ofrecernos momentos tranquilos y que termina desembocando en un final muy influido por bandas como Neu!.


“Under Our Pillows” - Volvemos a las esencias más arriesgadas de Radiohead en esta canción marcada por un extraño riff de guitarra que se repite una y otra vez. Se suma a la mezcla el bajo y una extraordinaria batería a cargo de un Tom Skinner a quien no teníamos muy localizado y sobre el que tendremos que empezar a hacer un cierto seguimiento porque su trabajo nos parece fantástico. Seguimos con un paisaje instrumental que nos remite al Bowie de “Blackstar” antes de entrar en una parte final que es puro “krautrock”, estilo que se revela ya como una de las influencias principales del disco.


“Friend of a Friend” - En la siguiente canción se produce un cambio absoluto de formato pasando a un tiempo medio que mezcla un pop con piano al estilo de los últimos Beatles con toques de jazz (especialmente en la sección rítmica). Superada la primera mitad entramos ya en terrenos más propios de Radiohead que culminan con unos grandes arreglos orquestales que le dan un toque de épica al final.




“I Quit” - Precisamente la parte más electrónica de Radiohead emerge en la siguiente canción en la que escuchamos programaciones, efectos sonoros y texturas de fondo muy elaboradas. Yorke canta en su versión más tranquila y cadenciosa acompañado esta vez de un bajo punzante que solo se aparta un poco del primer plano cuando aparece la orquesta realizando una intervención celestial. Una de las piezas más interesantes del disco, en nuestra opinión.




“Bending Hectic” - Seguimos con una extraña balada en la que Yorke apenas es acompañado al principio por una serie de acordes de una guitarra que parecería estar siendo afinada mientras la tocan. Luego aparecen las cuerdas y pasamos a un formato de canción al uso más cercana a lo que estamos acostumbrados. El cierre, después de un largo “in crescendo”, se va electrificando poco a poco y culmina en un final muy del estilo del gran Jeff Buckley.


“You Know Me!” - Cerrando el disco, tenemos a Yorke cantando sobre una preciosa pieza de piano. Como siempre, la producción es impecable y todos los ruidos y efectos están en su sitio haciéndonos dudar si son añadidos independientes o proceden del uso de un piano preparado. Hay alrededor de toda la canción un toque clásico reforzado por los arreglos orquestales que aparecen en momentos clave de la misma y todo ello junto nos deja con un gran sabor de boca para terminar la escucha.



Han pasado ya ocho años desde el último disco de Radiohead, “A Moon Shaped Pool” (2016) y, aunque en ese tiempo se han publicado algunas reediciones de discos antiguos con material inédito, no hay pistas acerca de un posible nuevo disco de la banda que, en todo caso, parece seguir existiendo. Conociendo su trayectoria tampoco nos sorprendería demasiado que cualquier día tuviéramos noticias de ellos sin previo aviso. Sin querer reducirlos a ser un sustitutivo de Radiohead, creemos que The Smile pueden cubrir su ausencia para los fans y que sus dos trabajos tienen nivel más que suficiente como para compensar la espera.

lunes, 22 de julio de 2024

AIR - 10000 Hz Legend (2001)




Normalmente las controversias entre los fans de un grupo suelen surgir a raiz de la aparición de un disco diferente, de un cambio de estilo o de miembros o de cualquier otra circunstancia de ese tipo. Y eso suele suceder cuando la carrera de la banda tiene ya una cierta duración. Lo que no es tan habitual es que la polémica surja ya casi desde el principio. Algo así sucedió con el segundo disco de estudio de AIR: “10000 Hz Legend”. Para ponernos rápidamente en contexto, el dúo había triunfado con “Moon Safari” y su particular sonido retro un par de años antes lo que propició que fueran contactados por Sofia Coppola para hacer la banda sonora de su largometraje de debut: “The Virgin Suicides”. En ese trabajo, la banda profundizaba en esa electrónica lánguida, de aire melancólico y que miraba de reojo a la música de veinte años antes. En muchos sentidos, “10000 Hz Legend” rompe con esa imagen aunque si lo miramos con detenimiento, quizá no haya tanta diferencia con sus anteriores trabajos.


En sus primeras grabaciones, el dúo formado por Jean Benoit Dunckel y Nicolas Godin se encargaban básicamente de todo el trabajo, tanto de composición como de interpretación y producción con la adición de diferentes vocalistas en algunas canciones. Aquí la cosa cambia un poco ya que hay algunos músicos invitados, incluyendo a toda una estrella como era el californiano Beck. Entre los miembros habituales del equipo están el batería Brian Reitzell y el bajista Justin Meldal-Johnsen (quienes acompañaron a AIR en los directos casi desde sus comienzos) pero se daba la circunstancia de que Meldal-Johnsen era el bajista de Beck lo que seguramente tuvo mucha importancia a la hora de conseguir su participación en el disco. No iba a ser su único colaborador en el trabajo ya que también participa en la grabación el teclista Roger Joseph Manning jr. (cincuenta por ciento del curioso dúo The Moog Cookbook sobre los que quizá escribamos algo en el futuro). El resto de invitados iban a ser las voces principales en canciones puntuales: Jason Falkner, del grupo Jellyfish, en tres de ellas (incluyendo dos de los singles), Ken Andrews (en las mismas canciones que Jason), los miembros de la banda japonesa Buffalo Daughter o Lisa Papineau son algunos de los participantes más destacados en la grabación.



“Electronic Performers” - Una cosa innegable es que el disco tiene una personalidad muy particular. El primer corte empieza con una percusión y unas guitarras características que podrían recordar lejanamente al trip hop de Massive Attack pero enseguida se produce un primer cambio la aparición de programaciones electrónicas y una transformación completa con la entrada del piano y la voz distorsionada y autoreferente que nos presenta al protagonista como una especie de androide feliz de vivir en un mundo de ordenadores y sintetizadores, en la línea no-se-muy-bien-si-calificar-de-irónica de unos Kraftwerk o los primeros Aviador Dro. Sorprendentente, y como gran contraste, esa oda a la tecnología termina con unos preciosos arreglos orquestales que llaman mucho la atención.


“How Does It Make You Feel?” - Continuamos con una balada suave en la que escuchamos una voz susurrante combinada con la más clásica de discos anteriores del dúo. Hay algo de Pink Floyd en la batería pero sobre todo una melancolía que nos remite a su entonces reciente banda sonora para “The Virgin Suicides”. Los fondos electrónicos y el bajo son marca de la casa desde “Moon Safari” y junto con los coros, terminan por dibujar una gran canción que fue uno de los singles del disco.


“Radio #1” - Llegamos al la canción que sirvió en su momento de adelanto del trabajo. Un tema de pop electrónico en el que de nuevo apreciamos un toque irónico en su uso del formato de jingle publicitario alargado. Una impresión que se acentúa en la coda final con la voz repitiendo el eslogan de la supuesta emisora de forma paródica.




“The Vagabond” - Además de cantar, Beck aparece como co-autor del siguiente tema del trabajo introducido con un breve tema de armónica ejecutado también por él. A contiuación comienza un tema de aire folk en el que el cantante se acompaña de guitarra eléctrica y palmas a las que enseguida se suman diferentes efectos electrónicos en forma de sonidos marcianos y distorsiones. El toque de Beck es inconfundible pero hay que reconocer que AIR mantienen su personalidad presente en todo el tema.


“Radian” - Llegamos al primero de los dos temas instrumentales del disco, aunque sea una forma de hablar, ya que en él hay voces si bien no cantando un texto. Con él, AIR nos llevan en un viaje  realmente interesante en el que una especie de lamento va surgiendo sobre una serie de “loops” electrónicos que construyen una atmósfera que llega a inquietarnos un poco. Es más tarde cuando entran las flautas y la batería para presentarnos un tema con un toque ingenuo al estilo de Burt Bacharach. La segunda parte con el arpa y la orquesta ocupando la parte principal es ya más cercana al estilo habitual de la banda que se acentúa en el final en el que es un piano distorsionado el que toma el relevo acompañado de una sencilla percusión y algunos efectos sonoros y juegos de guitarra.


“Lucky and Unhappy” - Con un comienzo extraordinario creado a partir de una potente secuencia de sintetizadores llega una de nuestras canciones favoritas del disco, con Lisa Papineau como la voz principal. La evolución del tema electrónico inicial, omnipresente en toda la canción con diferentes variaciones, nos atrapa sin posibilidad de huída y esa continua repetición casi minimalista se convierte en uno de los hallazgos del trabajo.




“Sex Born Poison” - suGar Yoshinaga, uno de los miembros de los japoneses Buffalo Daughter, firma el siguiente corte junto con Godin y Dunckel. Es una canción en la que se produce una curiosa coincidencia ya que la parte inicial de guitarra nos parece demasiado similar a la de otro tema incluido en el disco de debut de Sebastien Tellier que aparecería apenas un mes después del de AIR. Lo curioso es que Tellier se incorporaría semanas más tarde a la gira americana de AIR compartiendo escenario con ellos. La canción, por otra parte, es una balada bastante sencilla con un gran peso de los arreglos y sonidos electrónicos que lo copan todo. Una pieza que quizá no atraiga demasiado el principio pero que gana mucho con las sucesivas escuchas.


“People in the City” - Otro de los singles del trabajo fue esta canción que recupera el tono retro del disco anterior con ese máyor énfasis en la electrónica que define “10000 Hz Legend”. La letra no es más que una continua enumeración de acciones que no va más allá pero que sirve muy bien al conjunto de la canción.


“Wonder Milky Bitch” - Quizá la mayor rareza del trabajo sea este corte que comienza como si fuera la banda sonora de una improbable película de vaqueros espaciales y en la que el estilo y la forma de cantar del narrador así como los silbidos que la acompañan, profundizan en esa dualidad que confronta la música de Morricone para “El bueno, el feo y el malo” con el sonido retrofuturista del theremin. Una canción muy extraña pero que de algún modo termina encajando.


“Don't Be Light” - Probablemente sea este el single del disco que más pinta tenía de single. Beck vuelve a ser la voz principal en una canción sintética, veloz y extremadamente pegadiza en la que el ritmo lo es todo. El comienzo es completamente cinematográfico con una obertura épica que nos predispone para algo grande con la orquesta en plan solemne hasta la entrada de la arrolladora base rítmica (basada en un sample de Jean Pierre Decerf) de la que ya es imposible despegarse. Un gran tema en el que vuelven a aparecer algunas referencias al “western” en la parte final en la que suenan silbidos junto con un arpa de boca.




“Caramel Prisoner” - Cerrando el disco tenemos el segundo instrumental cuyo comienzo bien podría estar sacado de la mismísima “Blade Runner” con esa atmósfera tan particular y los ruiditos electrónicos que aparecían por doquier en el film pero enseguida torna hacia otra cosa de la mano de las guitarras acústicas y esas cadencias tan comunes en la música de AIR que nos llevan a su terreno, acentuado con la voz que entona una melodía bien sencilla a modo de despedida.



Todavía hoy “10000 Hz Legend” sigue siendo un disco controvertido que muchos fans sitúan entre lo peor del grupo mientras que otros tantos lo reivindican como el mejor de AIR. No es nada común que algo así suceda y se mantenga a lo largo de los años. Nuestra postura se encuentra más cercana a los segundos que a los primeros aunque solo sea porque un disco capaz de generar esa división ya cuenta con nuestra simpatía de inicio por el hecho de haberse salido del camino fácil rompiendo con lo esperado por sus seguidores que, además, aún no debían ser un grupo muy consolidado porque apenas contaban con un disco de estudio para agruparse alrededor de él.


En los últimos tiempos parecía que la desaparición de AIR como banda era un hecho ya que su último disco se publicó hace ya más de una década y en todo ese tiempo apenas han realizado algún remix por aquí y por allá o una colaboración puntual con Jean Michel Jarre. Sin embargo algo cambió meses atrás y la banda lleva ya un tiempo en la carretera ofreciendo conciertos, de momento, solo para conmemorar el vigesimoquinto aniversario de “Moon Safari”. En estas condiciones, y pese a que los dos integrantes del grupo han desarrollado ya sendas carreras de gran solidez en solitario, no es descartable un regreso también discográfico. Mientras éste llega (o no) disfrutemos del legado de una de las bandas con una propuesta más original de los últimos años.




sábado, 13 de julio de 2024

Clannad - Lore (1996)



En la edición de 1997 de los premios Grammy se produjo un curioso duelo familiar al estar nominados en la categoría de mejor disco “new age” tanto Clannad con su disco “Lore” como su antigua integrante Enya (hermana y sobrina de los miembros de la banda). El disco ganador fue “The Memory of Trees”, el cuarto (o quinto, según se mire) disco de estudio de la cantante pero eso no empaña el hecho de que el trabajo de Clannad fuera también una grabación excelente.


En 1996, Clannad se encontraba en un punto muy interesante de su carrera. Ya sabemos que empezaron como una banda puramente folk dedicada a explorar la música tradicional irlandesa y que poco a poco fueron ampliando sus sonidos hacia el pop y hacia una evolución vocal muy notable potenciada por la tecnología de la época. Alcanzaron un primer pico de popularidad con “Magical Ring” y luego se estancaron ligeramente. Con la salida de Pol Brennan, que se incorporó al WOMAD de Peter Gabriel, la banda grabó un par de discos que volvieron a elevar su fama, especialmente en los Estados Unidos y de la mano del cine y la televisión. Primero con la inclusión de su “Harry's Game” en la banda sonora de la película “Juego de Patriotas” y en un popular anuncio de Volkswagen y después con la aparición de uno de los temas del disco “Banba” en el film de Michael Mann, “El Último Mohicano”. En esa situación de fama creciente continuaron llegando encargos como la composición de un tema para la película “Braveheart” que finalmente no fue utilizado pero que sí aparecería en “Lore”. También se asociaron con uno de los productores más populares de la década de los ochenta como fue Hugh Padgham (Peter Gabriel, Genesis, The Police, Bowie, Phil Collins, XTC, Sting...) que había trabajado años atrás con el grupo en un single grabado con Paul Young en el que hacían una versión de una canción de Joni Mitchell. En “Lore”, Clannad eran un cuarteto formado por Máire Brennan, quien aún no firmaba como "Moya" (voz, teclados y arpa), Ciarán Brennan (voz, bajo, teclados y guitarras), Noel Duggan (guitarras) y Padraig Duggan (guitarras). Como músicos invitados estuvieron varios ilustres, alguno de los cuales ya había colaborado con el grupo anteriormente. Destacan la hermana pequeña de los Brennan: Bridín (voces), quien cantó con Clannad en el pasado pero sin llegar a ser miembto oficial, Mel Collins al saxo, el flautista Vinnie Kilduff, el teclista Ian Parker, el batería Vinnie Colaiuta, el guitarrista Anto Drennan o el gaitero Declan Masterson.


“Croí Cróga” - La primera canción del disco fue la que Ciaran compuso para “Braveheart” y que quedó fuera del montaje final. Y es una pena porque combina perfectamente un profundo coro masculino con la excelente voz de Máire Brennan y una producción cuidadísima y llena de detalles que puede recordar a lo que hacía por entonces Peter Gabriel. Por poner algún “pero”, el arpa de Máire queda algo enterrada en la mezcla y las gaitas también quedan en un plano demasiado secundario pero seguramente se debe al deseo de evocar un ambiente más que mostrarlo.




“Seanchas” - El único “single” extraído del disco es esta canción pop escrita por Ciaran Brennan. Es un tema realmente bien hecho que comienza de forma directa con una estrofa que bien podría ser un estribillo antes del estribillo. Choca un poco el saxo de Mel Collins en combinación con el canto en gaélico de Máire pero en conjunto es una gran canción en la que se mezcla la calidad vocal, instrumental y de producción con una orientación comercial nada disimulada. 


“A Bridge (that Carries Us Over)” - Prosigue el viaje con la tercera canción de Ciaran, en esta ocasión una balada muy atmosférica que aprovecha la voz de Máire amplificada por los trucos de estudio habituales de la banda. Es una melodía excepcional en la que destacan las furtivas guitarras al estilo de Mark Knopfler y una magnífica batería que ayuda a crear espacios para los coros y el saxo. Otra grandísima canción con la que se cierra un primer tramo del disco verdaderamente inspirado


“From Your Heart” - Máire es la autora de esta nueva canción, más enfocada desde el inicio hacia la tradición irlandesa, con la reveladora presencia de las flautas y "tin whistles" dándonos la bienvenida. A partir de ahí, deliciosas melodías, coros, ecos y reverberaciones que nos trasladan a otra época, sin duda mejor. Los arreglos de sintetizador, los toques de piano y guitarra y las programaciones electrónicas nos recuerdan a ratos a Enigma, a ratos al Oldfield de su etapa en Warner pero todo funciona a la perfección en una canción sofisticada que mantiene todo el sabor de la tradición.




“Alasdair MacColla” - Con el siguiente tema nos ocurre algo que ya es habitual en estos casos y que, sin duda, es más achacable al oyente que al autor. Se trata de una canción tradicional de la que ya hemos escuchado otras versiones antes. Es sabido el peso que tienen las primeras impresiones, especialmente en música, y cómo la primera vez que escuchamos un tema, queda registrado como canónico en nuestra memoria saliendo perdedoras en la comparación todas las versiones que oímos con posterioridad. En este caso, la interpretación de Clannad nos parece realmente buena pero no logra desplazar en nuestro hipotético ranking a la que escuchamos un poco antes a cargo de Capercaillie y la maravillosa Karen Matheson.


“Broken Pieces” - Seguimos con otra canción de Maire. En este caso, una balada con más carga tradicional que otras canciones del disco, especialmente por los arreglos de los instrumentos acústicos (arpa y guitarras, principalmente). No faltan los característicos fondos de sintetizador ni las guitarras eléctricas que nos vuelven a recordar al Oldfield que por las mismas fechas estaba pasando una curiosa etapa filo-celta. En todo caso, la canción tiene la clásica factura de la versión más pop de Clannad.


“Tráthnóna Beag Aréir” - Donde sí se entregan sin reservas a la música de sus ancestros es en esta preciosa balada tradicional introducida con el clásico aire de “tin whistle” que enseguida nos deja con la voz de Máire acompañada principalmente por guitarras acústicas (con un cierto toque, otra vez, de Mark Knopfler) y suaves fondos de teclado. 


“Trail of Tears” - La única canción del disco compuesta por Noel Duggan no se sale demasiado de la línea habitual de la banda. Si acaso tiene un aire más atmosférico que el resto, con una percusión muy trabajada, bonitas flautas y, sobre todo, un coro masculino similar al del tema que abría el trabajo y que le da la réplica perfecta a la voz de Máire. Precisamente los arreglos vocales son el punto fuerte de la canción y eso no es poco viniendo de un grupo que normalmente roza la excelencia en esa modalidad.


“Dealramh Go Deo” - No podía faltar en el disco una canción en el estilo de “Harry's Game”. En este caso es esta extraordinaria pieza de Ciaran Brennan que reúne los elementos habituales en este tipo de temas: capas de sintetizadores, la voz de Máire en primer plano y los coros mil veces desdoblados del resto de la banda dando la réplica. Extraordinario a pesar de lo que supone la comparación con el tema más icónico de la banda.




“Farewell Love” - La última canción de Máire en el disco es otro tema pop con muchos arreglos electrónicos y juegos con el arpa que la van acompañando sin mayores sorpresas. Una pieza correcta y excelentemente producida que, sin embargo, no destaca especialmente dentro de un trabajo cuyo nivel medio es muy alto.


“Fonn Mhárta” - Ciaran firma el tema de cierre de “Lore”, un instrumental de innegable factura irlandesa en el que flautas, arpa y guitarras se mezclan a la perfección. Una composición sensacional que bien podrían haber firmado los que quizá comprendieron mejor que nadie como debería ser la evolución de la tradición adaptada a los tiempos modernos: Nightnoise.



Si en algún momento quedó algo de decepción en los miembros de Clannad por no haber ganado el Grammy (realmente era la segunda vez que se quedaban en las nominaciones), se pudieron sacar la espina un par de años más tarde con su siguiente disco que, a la postre, fue el último antes de la separación de la banda para centrarse cada uno de los miembros en sus respectivas carreras. En 2006, Clannad volvieron a reunirse, en principio sólo para intervenir en un concierto de Moya, aunque poco después volvieron a tocar como banda en el festival Celtic Connections. Eso marcaría su regreso definitivo con una gira por Gran Bretaña y la grabación de un nuevo disco pero eso es otra historia de la que quizá hablemos más adelante. Por ahora, disfrutemos de “Lore” como lo que es: uno de los mejores y más aclamados trabajos de una banda histórica.