Recientemente se ha anunciado la aparición de un nuevo disco de la banda escandinava Hedningarna, lo cual es una gran noticia si tenemos en cuenta que han pasado ya 13 años desde su anterior trabajo en estudio. Muchos dabamos al grupo por disuelto pero lo cierto es que han mantenido una cierta actividad dando conciertos ocasionales en todo este tiempo. Creemos que esta noticia es una buena excusa para regresar a la música de Hedningarna repasando en las próximas dos entradas los dos discos más populares de la formación.
Comentamos ya tiempo atrás cómo los tres estudiantes suecos Hallbus Totte Mattson, Anders Stake y Bjorn Tollin fundaron la banda a finales de los ochenta y grabaron un primer disco. Sin embargo, el salto cualitativo fundamental en su música vino de la mano de la incorporación de dos vocalistas finlandesas, Sanna Kurki-Suonio y Tellu Paulasto. Con la llegada de ambas, Hedningarna se iba a convertir en una fuerza de la naturaleza, una formación arrolladora con un estilo único y un registro realmente diferente de cualquier otra banda conocida.
Con la base de un repertorio tradicional sueco y noruego, los instrumentos tradicionales del folklore nórdico, los viejos textos medievales transmitidos de generación en generación a través del boca a boca y la más moderna electrónica a su disposición, la banda entró en los estudios de su discográfica en septiembre de 1991 dispuesta a arrasar con todo.
“Juopolle Joutunut” – Empieza el disco de un modo misterioso con unas percusiones casi ceremoniales y una inquietante voz femenina como sacada de un akelarre. Continuando con el tono de la pieza, escuchamos un lúgubre violín y a las dos cantantes finlandesas entonando una especie de salmodía aterradora. Un breve interludio instrumental de aires árabes que nos hace dudar de que la pieza sea de origen nórdico conduce de nuevo al discurso de las vocalistas que concluye de forma brusca. El tema, como la mayoría de los del disco tiene temática erótica y pertenece a un tiempo realmente antiguo.
“Kruspolska” – Sonidos electrónicos que recuerdan a instrumentos como el didjeridoo abren el tema, presentado por las vocalistas aunque no son ellas las protagonistas sino los hombres que llevan la voz cantante, si se nos permite el mal chiste en un diálogo continuo con las cantantes. Se trata de una de las pocas ocasiones en que la letra es obra de alguno de los miembros del grupo, en concreto, Anders Stake escribe el texto en sueco y las dos chicas, la parte en suomi.
“Vortikaalina” – Continuamos con una frenética danza de ritmo desbocado con elementos electrónicos y un cierto aire de rock duro en algunos momentos. En muchos de los textos que canta la banda encontramos una curiosa característica de las mujeres que muestran una rebeldía muy notable ante el sexo masculino o, como en este caso, ante la madre de su pareja. Algo muy alejado de la idea que podríamos tener de la época medieval.
“Chicago” – El disco entra ahora en una fase de transición con dos cortes instrumentales. El primero de ellos, con protagonismo casi total de las flauta, acompañada por guitarras y arpas al unísono hasta la segunda mitad de la pieza donde todos los instrumentos se electrifican y el sonido se vuelve áspero. La composición es obra de Stake.
“Viktorin” – Segundo instrumental de la serie, muy rítmico gracias a la moraharpa, especie de zanfoña de los paises nórdicos que pone una base constante y obsesiva sobre la que se desarrolla la melodía principal. Conforme la pieza va avanzando, se añaden nuevos instrumentos hasta terminar en un crescendo cacofónico de gran energía.
“Aivoton” – Otro texto tradicional finlandés sobre una chica que se rebela ante el matrimonio que sus padres han pactado para ella y otra muestra de la manera en que se combinan de forma magistral las voces de las dos cantantes en continuos contrapuntos de una belleza sorprendente en los que el tono agresivo de las voces, reforzado por instrumentos como las gaitas alcanza sus mejores momentos.
“Ful-Valsen” – Nuevo tema instrumental que se abre con un seco riff de guitarra eléctrica, preludio de la entrada de la gaita. De no ser por lo extraño de los intrumentos utilizados, la composición pasaría desapercibida como un instrumental de cualquier banda de heavy-metal con los gaiteros en el papel de guitar-hero y una batería convencional, nada habitual por otra parte en la música de Hedningarna. Sin embargo, no deja de ser en su orígen un vals tradicional.
“Pal-Karl” – Una de nuestras piezas favoritas del disco. Comienza con suaves tañidos de arpa y una preciosa melodía de flauta, todo en un tono muy suave. Casi sin darnos cuenta van entrando las percusiones y para cuando queremos reaccionar nos encontramos en medio de una preciosa danza tradicional, preludio de la potente pieza que llega a continuación.
“Kaivonkansi” – Nuevo arreglo instrumental de una pieza de baile tradicional. Quizá sea el tema del disco en el la banda se ajusta más a un formato ortodoxo, desde el punto de vista folklorico y en cuanto a la interpretación.
“Skamgreppet” – Otro texto de las dos vocalistas en el que la protagonista hace gala de una desinhibición sexual más propia de épocas actuales que de los tiempos pretéritos en los que solemos situar las canciones de Hedningarna.
“Grodan / Widergrenen” – Contrariamente a lo que ocurría con “Kaivonkansi”, esta composición apenas tiene elementos tradicionales en su instrumentación hasta bien entrada la pieza. Es un insistente ritmo electrónico el único acompañamiento que encuentran las dos cantantes para darles réplica de no ser por la aparición de una valiente flauta que se atreve a compartir el espacio de las vocalistas. Tras un breve interludio “a capella” se retoma el ritmo monótono hasta el final del tema.
“Omas Ludvig” – Acercandonos al final del disco tenemos el primero de dos instrumentales que pondrán el punto final a la aventura. Como ocurría en algún tema anterior, si no supieramos que los músicos son suecos, podríamos pensar que estabamos oyendo una pieza tradicional de origen árabe o de algún indeterminado país oriental.
“Kings Selma” – Para despedir el trabajo, los miembros del grupo escogieron una preciosa melodía tradicional a la que respetan en todo lo posible en cuanto a las formas. Todo son instrumentos tradicionales, acústicos, claro está, en una especie de reconocimiento hacia el sitio del que vienen.
Hedningarna han conseguido darle un giro más al folk, llevandolo a terrenos nuevos. No somos expertos, como bien habreis notado, en música tradicional nórdica pero sí que hemos tenido ocasión de escuchar a multitud de grupos de aquellas latitudes y ninguno de ellos son comparables a la formación sueco-finesa. La energía que transmiten, la peculiar combinación de las voces de las dos cantantes y la aspereza de su sonido electrificado conforman una propuesta distinta y sin muchos puntos de comparación con cualquier otra banda. Críticos más solventes afirman que Hedningarna no hacen un folk auténtico ni de suecia ni de finlandia sino una especie de visión sesgada de la música tradicional suomi bajo el prisma de un sueco. Sea como fuere, creemos que merece mucho la pena acercarse a tan peculiar grupo de músicos.
En la grabación de este “Kaksi!” ("dos" en suomi), intervienen:
Anders Stake (harding, violin eléctrico, moraharpa, gaita sueca, cuerno, basmoraharpa, arpa de arco, flautas, gaita, guimbarda, guitarras, voces, sintetizadores), Bjorn Tollin (percusiones, moraharpa, tambores, sintetizadores, samplers), Hallbus Totte Mattson (tiorba, laúdes, violín eléctrico, tambores), Anna Kurki-Suonio (voces, kantele) y Tellu Paulasto (voces) con la colaboración de Per-Erik Nilsson (percusiones) en un par de temas.
El disco no es tan sencillo de encontrar hoy como hace unos años pero está disponible aquí:
amazon.com
play.com
Nos despedimos con una grabación casera del grupo intepretando "Viktorin" en directo. ¿trance-folk?
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