El mundo de las
bandas sonoras como todo aquello ligado al cine tiene dos caras: una brillante
y llena de glamour que es la conocida por todos y otra algo más oscura en la
que encontramos a directores despedidos de los rodajes por diferencias
artísticas con el productor, actores y actrices compitiendo por un papel con
todos los medios posibles, guionistas que sufren severas modificaciones de sus
trabajos si quieren que finalmente sean llevados a la pantalla, etc.
En lo que a los
músicos se refiere, no es inusual que un director encargue a un artista una
banda sonora y que una vez entregada ésta, sea apartada sin más en favor del
trabajo de otro compositor. Hay muchos ejemplos de esto último y parece ser que
Stanley Kubrick era uno de los directores más aficionados a estos cambios de
última hora, en favor, en muchas ocasiones, de una partitura clásica que dejaba
al músico que había escrito sus obras para el film con un palmo de narices. No
importa la categoría del músico. Hasta los más grandes cuentan en su haber con
partituras descartadas a última hora por el director en beneficio de otro
compositor. Hay casos aún más extraños en los que se opta por una banda sonora
para el mercado norteamericano, por poner un ejemplo, y otra distinta para el
resto del mundo como ocurrió con la película de Ridley Scott, “Legend” que
contó con una banda sonora a cargo de Tangerine Dream para los Estados Unidos y
con la compuesta en un principio por Jerry Goldsmith para Europa.
Las primeras
noticias que nos llegaron acerca de “Stoker”, thriller de suspense dirigido por
el coreano Park Chan-Wook que suponía su debut en Holywood, apuntaban a Philip
Glass como el compositor escogido para la banda sonora. Finalmente el encargado
fue otro viejo conocido del blog: Clint Mansell aunque se mantuvo una de las
piezas de Glass para dos pianos como motivo central de una escena clave de la
película. Es probable que se tratase se una cuestión de tiempo. El director
necesitaba la composición de Glass antes de comenzar a rodar puesto que era una
pieza que debía ser interpretada en la película por dos de los protagonistas de
la misma. El resto de la música debía ser escrito después, con las imágenes y
escenas a las que debía acompañar ya rodadas y eso suponía una espera de meses.
Sea como fuere, Park era un admirador de Mansell sin saberlo desde que escuchó
su música para “Pí”, el debut del director Darren Aronofsky. Un tiempo después,
cuando tuvo la ocasión de ver “The Fountain”, del mismo director y compositor,
supo que aquellas melodías que le habían encandilado pertenecían a Mansell con
lo que contactó con él para encargarse del “score” completo de “Stoker”.
Clint Mansell |
“I’m Not Formed By Things That Are of Myself Alone” – El
primer corte del disco es un susurrante fragmento de la película a cargo de Mia
Wasikowska, actriz australiana que interpreta al personaje central de la
película, India Stoker y sólo sirve como introducción, sin contener ningún
rasgo musical.
“Becomes the Color” – Emily Wells es la autora e intérprete
de la primera canción del disco, un corte electrónico en el que ella misma toca
el violín y canta en un tema hip hop bastante curioso pero sin demasiada
trascendencia en lo musical. Antes de terminar el disco tendremos otra
oportunidad de escuchar a la misma artista.
“Happy Birthday (a Death in the Family)” – Unos rápidos
acordes de arpa se combinan con el piano y el glockenspiel en una sorprendente
mezcla dirigida por un rápido ritmo de guitarra y batería. Es un tema corto
pero intenso que nos recuerda ligeramente a la música de Yann Tiersen.
“Uncle Charlie” – Entramos en las zonas más oscuras de la
partitura de Mansell con sonidos electrónicos tenebrosos que nos introducen en
la primera pieza orquestal del disco con muy pocos resquicios luminosos
(algunos pizzicati de los violines) que sobresalen de los densos violonchelos.
“A Whistling Tune From a Lonely Man” – Breve interludio que
apenas consiste en una breve melodía silbada por el actor Hudson Thames. Apenas
una transición sin más historia.
“The Hunter and the Game” – Espaciadas notas de piano nos
reciben en los primeros instantes del siguiente corte que poco a poco se
transforma en una pieza más convencional, con un trasfondo inquietante pero de
factura optimista. Tras la introducción pianística aparece el clarinete
interpretando un tema sombrío acentuado por las cuerdas y el propio piano.
Mansell se hace reconocible en uno de los grandes momentos del disco.
“Blossoming...” – Una dinámica secuencia electrónica sirve como introducción para la orquesta que ejecuta una de las melodías más reconocibles de la película. Con la siempre enigmática aparición del glockenpiel, una nutrida sección de cuerda aporta cuerpo y firmeza a un leimotiv casi perfecto.
“Summer Wine” – Nueva pausa en el disco en la que escuchamos
al dúo formado por Nancy Sinatra y Lee Hazlewood con un clásico del cantante
que fue muy popular precisamente en esta versión a dos voces con la hija de
Frank Sinatra. Con éste éxito comenzaron una exitosa serie de colaboraciones en
los sesenta.
“A Family Affair” – Tras el descanso que supone la canción
anterior, volvemos a la música más ambiental que nos da una idea muy exacta de
por dónde debe moverse la película desde el punto de vista argumental.
Escuchamos ahora a la orquesta con una importancia crucial del piano y las
percusiones que nos recuerda por fuerza ese magnífico trabajo del compositor
para la banda sonora de “Moon” de unos años antes.
“Becoming...” – Retoma el protagonismo el piano acompañado
de un firme ritmo de bajo durante varios compases. Solemne, la orquesta toma el
relevo en unos instantes llenos de disonancias y tensión. El preludio perfecto
para un lejano tema de piano en el que el instrumento adopta esa cualidad
“líquida” tan notable en los discos de Harold Budd junto con Brian Eno, por
poner un ejemplo habitual en el blog. La pieza entra entonces en un crescendo
de gran belleza con el subrayado de la percusión antes de finalizar con un
nuevo tema de piano.
“Duet” – La única pieza que Philip Glass compuso para la película es este dúo para piano a cuatro manos que interpretan dos de los protagonistas en un momento determinado. La composición reúne las características habituales de la música del compositor para piano en los primeros momentos aunque luego se transforma en un curioso tema de baile que podría sonar en un “saloon” del antiguo oeste (siempre que el pianista fuera lo suficientemente osado, claro). El cierre del tema retorna a los habituales arpegios de Glass como si éste hubiera querido dejar patente su sello antes de despedirse.
“Crawford Institute (Family Secrets)” – Uno de los temas más
completos de la banda sonora con la orquesta en pleno desgranando alguno de los
pasajes más inspirados de la partitura de Mansell. Hay momentos en los que nos
parece reconocer (¿cómo no?) alguna influencia del propio Glass en las cuerdas
pero eso hoy en día es inevitable, máxime si también él participa en la banda
sonora.
“Stride la Vampa (from Il Trovatore)” – Como hemos visto, el
disco se organiza alrededor de la música de Mansell pero con distintos
interludios con composiciones ajenas al compositor. Es el turno ahora para un
fragmento de “Il Trovatore” de Giuseppe Verdi cantado por la mezzo-soprano de
origen rumano Viorica Cortez.
“The Hunter Plays the Game” – La recta final del disco esta
protagonizada prácticamente hasta el final por músicas de Mansell, comenzando
por otro tema orquestal en sus inicios que ve cómo poco a poco aparece un sordo
ritmo electrónico que marca una transición hacia un final secuencial que se
asemejaría a un cruce de Tangerine Dream y una orquesta sinfónica. Un
inquietante timbre electrónico bastante distorsionado hace acto de presencia en
unos instantes finales de una factura que habría firmado el mismísimo Hans
Zimmer.
“In Full Bloom” – Retornamos a uno de los temas centrales de
la banda sonora a cargo de la orquesta con una particular puesta en escena por
parte del piano que suena distorsionado, roto, en una intervención
particularmente brillante en su concepción por parte de Mansell. Con un breve
dueto de flauta y clarinete se pone fin a otro inspirado tema.
“The Hunter Becomes the Game” – En la misma linea de
rememorar alguna de las melodías más notables de la película en la parte final
del disco encaja este corte que no aporta nueva música aunque sí una acertada
revisión de alguno de los mejores momentos de la obra.
“We Are Not Responsible for Who We Come To Be (Free)” – Con
un aire de solemne despedida escuchamos la pieza que cierra la banda sonora. Un
ambiente oscuro y una voz femenina de gran fragilidad componen el broche (casi)
perfecto de un gran disco.
“If I Ever Had a Heart” – Antes de despedirnos y a modo de
“bonus track”, como reza en la contraportada del disco, tenemos esta mezcla de
ritmos electrónicos (los mismos de “The Hunter Plays the Game”), cuerdas y
voces fantasmagóricas a cargo de Emily Wells y firmado también por Clint
Mansell. Los efectos sonoros son los mismos del tema inicial de Emily pero no
hay aquí ningún rapeado como en aquella ocasión y sí un magnífico cierre (ahora
sí) para el disco.
En su momento hablamos de Mansell como un prometedor
compositor de bandas sonoras y cada nuevo lanzamiento suyo nos reafirma en esa
creencia. Nuestro análisis de su obra queda un poco cojo al no haber tenido aún
la oportunidad de escucharla en su contexto adecuado, esto es, en la sala de
cine acompañando las imágenes de la película, pero tomada de forma
independiente, la música de “Stoker” nos parece muy interesante. Para
adquirirla, os dejamos los siguientes enlaces:
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Nos despedimos con la escena para la que Philip Glass compuso "Duet". A pesar de la baja calidad del vídeo, se aprecia perfectamente la función de la pieza en la película:amazon.es
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