Un lugar donde hablar de música y compartir opiniones con el único ánimo de ampliar gustos musicales y, acaso, descubrir nuevos artistas al eventual lector.
domingo, 30 de septiembre de 2018
Philip Glass and Leonard Cohen - Book of Longing (2007)
El de Leonard Cohen fue uno de esos casos extraños en los que el destino decide por uno mismo sin saber ni cómo ha llegado a ocurrir. Su gran vocación fue siempre la literatura y en las décadas de los cincuenta y los sesenta llegó a publicar varios libros. Principalmente fueron poemarios pero también escribió dos novelas con un éxito bastante residual. Desanimado, quizá, por esa falta de notoriedad de su obra, se trasladó a Nueva York desde su Canadá natal y comenzó a trabar contacto con la comunidad artística de la gran manzana. Allí su presencia fue habitual en el entorno de Andy Warhol lo que le permitió conocer a todo tipo de personajes. Por aquel entonces tenía más o menos claro que quería seguir haciendo poesía y el formato de canción “folk” parecía ajustarse muy bien a estas intenciones. El único problema es que Leonard no sabía tocar ningún instrumento (al menos, no suficientemente bien) ni tampoco cantar. Esta última limitación pronto perdió toda importancia dada la extraordinaria profundidad de su voz que le permitía declamar sus poemas sin más ayuda que una pequeña entonación para que aquello sonase extrañamente musical.
Tuvo que ser su amiga Judy Collins la que le animara a dar el paso y subirse a un escenario dando así comienzo a una carrera verdaderamente notable que nos ha dejado un puñado de grandes discos en los que se desplegaron algunas de las mejores letras de la música popular de lás últimas décadas. A mediados de los noventa, sin embargo, Cohen se tomó un respiro. Se confinó en un monasterio Zen en California y dedicó varios años a escribir los poemas que terminarían por integrar una nueva colección que llevaría el título de “The Book of Longing”. El libro fue publicado en 2006 y se completaba con algunos poemas más que no entraron en su último libro “Book of Mercy”, de 1984, y con una selección de letras de los dos discos que publicó tras poner punto final a su estancia en el monasterio.
Entra en escena Philip Glass. El compositor norteamericano había escrito ya algunos ciclos de canciones basados en poemas de distintos autores en el pasado. Quizá el más popular fuera “Hydrogen Jukebox” en el que el de Baltimore ponía música a una selección de poemas de Allen Ginsberg con la participación del propio autor recitando alguno de ellos. Menos conocidos pero igualmente notables fueron los ciclos “Songs of Milarepa” donde Glass añadía una partitura musical a versos del poeta tibetano y “Three Songs” sobre poemas de Raymond Levesque, Octavio Paz y Leonard Cohen.
Glass y Cohen coincidieron en Los Angeles en 2001. Comenzaron a hablar de una posible colaboración y quedaron en verse en una tarde que debió ser memorable puesto que Cohen se presentó con un manuscrito que contenía el grueso de los poemas que integrarían “The Book Of Longing” y se los leyó en su integridad a un Philip Glass que quedó fascinado y le propuso crear una especie de espectáculo que combinase poesía, música e imágenes. La idea tardó un poco en llevarse a cabo pero terminó cristalizando en 2006. Cohen publicaba su poemario en un libro en el que también era el encargado de realizar una serie de ilustraciones que serían utilizadas en las representaciones teatrales que tendrían lugar a partir del estreno de la obra en el Festival Luminato de Toronto, co-patrocinadores del espectáculo junto con un puñado de instituciones más a ambos lados del Atlántico. Poco después, ya en 2007, ambos artistas grabaron el disco con la música que Glass escribió para la ocasión y con Cohen como narrador de varios de sus poemas. En la versión grabada escuchamos las voces de Dominique Plaisant (soprano), Tara Hugo (mezzo soprano), Will Erat (tenor) y Daniel Keeling (bajo/barítono). Acompañándoles tenemos a Tim Fain (violín), Wendy Sutter (violonchelo), Eleonore Oppenheim (contrabajo), Megan Marolf y Kate St.John (oboes), Michael Riesman (teclados), Mick Rossi (teclados y percusión) y Andrew Sterman (flautas, saxos y clarinete bajo).
El ciclo lo integraban 22 piezas musicales y se abría con la estremecedora voz de Cohen leyendo su “I Can't Make the Hills” sobre un precioso fondo incunfundiblemente “glassiano”. A partir de ahí, nos encontramos con una maravillosa sucesión de canciones y piezas instrumentales, algunas de las cuales recordaban mucho, en el aspecto musical, al mencionado “Hydrogen Jukebox” (sería el caso de “I Came Down from the Mountains”, “This Morning I Woke Up Again” o “Puppet Time”), otras tenían un aire más teatral al modo de Kurt Weill (“A Sip of Wine”) y alguna más como “Want to Fly”, “Not a Jew” o "I Am Now Able" acompañaban un solo instrumental con un recitado del propio Cohen. Incluso alguna prescinde de música quedando en una simple frase del cantautor canadiense, caso de “You Go Your Way”. “The Light Came Through the Window”, quizá por la presencia del piano, tenía una mayor proximidad con el “lied” clásico. Hay canciones corales como “Babylon” o "Roshi's Very Tired" que nos remiten inmediatamente a “Songs from Liquid Days” o “Three Songs” y otras más cercanas al musical de Broadway, como el dúo de “I Want to Love You Now”. Un trabajo variado y complejo pese a estar marcado en todo momento por la fuerte personalidad musical de Glass.
La grabación de “The Book of Longing” nos permite disfrutar de una de esas raras confluencias de talentos que de vez en cuando se dan en el mundo del arte. Además, mientras que en muchos casos, este tipo de colaboraciones entre figuras de primer nivel terminan decepcionando, el resultado del encuentro entre Cohen y Glass es magnífico y digno de ser revisitado con frecuencia por los seguidores de cualquiera de los dos creadores.
No queremos despedirnos sin destacar esa maravillosa pieza titulada “The Night of Santiago” basada en “The Faithless Wife” de Cohen en donde el canadiense hace su propia adaptación de “La Casada Infiel” del Romancero Gitano de Federico García Lorca. Uno de los grandes momentos del disco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario