jueves, 12 de noviembre de 2020

Pet Shop Boys - Hotspot (2020)




No esperábamos gran cosa en 2020 de Pet Shop Boys, especialmente tras dos discos como “Electric” (2013) y “Super” (2016) que no nos entusiasmaron en exceso en su día y que llegaban detrás de un generalmente poco valorado “Elysium” (2012). Y es que en lo que se refiere al dúo británico no aprendemos. Nunca los enterramos del todo pero, como ya nos ocurrió en más de una ocasión en el pasado, el darlos por amortizados musicalmente hablando se reveló una vez más como un error en el momento en que escuchamos “Hotspot”, su último larga duración.


Y lo cierto es que teníamos que habernos puesto sobre aviso cuando escuchamos su “EP” titulado “Agenda” que había aparecido unos meses antes. En él, con una producción más bien sencilla que tenía aire de “demo” en muchos momentos, el dúo afilaba el colmillo con una punzante crítica política convertida en cuatro canciones notables que mejoraban a la mayoría de las contenidas en sus trabajos anteriores. Tras “Agenda” llegaría “Hotspot” para cerrar su particular “trilogía berlinesa” de la mano del productor Stuart Price aunque en nuestra opinión se trata de un trabajo que está tan por encima de los otros dos que casi da pena considerarlo como parte de una trilogía y no como un trabajo aislado. El título del disco iba a ser en un principio “Berlin” porque el dúo buscaba reflejar la importancia de esa ciudad en todo el proceso de creación pero fue descartado. Se buscó alguna palabra en alemán que pudiera tener un cierto tono universal pero no encontraron nada adecuado hasta que alguien leyó en un artículo periodístico que Berlín fue el “hotspot” de la guerra fría. Eso y otras connotaciones del término como su uso para denominar un punto de distribución de la señal WiFi o una gran concentración de gente les hizo quedarse con ese título.


El “secreto” de “Hotspot” en realidad no es tal porque es un disco que no hace sino reeditar la vieja fórmula del dúo de rebajar un poco el tono festivo mediante la inclusión de alguna balada más de las habituales. Esa proporción entre temas bailables y canciones más o menos lentas es la que nos dio trabajos como “Actually” (1987), “Behaviour” (1990) o más recientemente “Fundamental” (2006). No siempre les funciona, claro está, pero cuando lo hace estamos ante un disco que merece mucho la pena. Ese es el caso de “Hotspot”. En el apartado de colaboraciones, este es un trabajo con pocas pero muy acertadas, en especial la del trío Years and Years, protagonistas en el que fue el primer single del trabajo y, para muchos, una de las más sólidas candidaturas para tomar el relevo de Pet Shop Boys en el panorama del synth-pop británico. El otro invitado es Bernard Butler, guitarista y co-compositor de Suede en la primera etapa de la banda en la que firmaba todas las canciones junto con Brett Anderson.



“Will-O-The-Wisp” - El primer tema del disco es un verdadero cañonazo que empieza con un ritmo monótono que enseguida se desata con un riff ochentero contagioso antes de la que voz de Tennant nos lleve al estribillo y sus coros. Un comienzo abrumador que nos devuelve a los Pet Shop Boys imparables de sus mejores momentos. El texto gira alrededor de varias localizaciones en Berlín incluyendo la linea de metro U1.



“You Are the One” - La canción fue escrita en 2015 con la idea de incluirla en “Super” y originalmente era un tema bailable en la linea de aquel disco. Aquí no solo deciden recuperarla sino que lo hacen convirtiendola en una declaración de amor a Berlín en forma de balada con arreglos del estilo del controvertido “Release”.


“Happy People” - Volvemos a los ritmos bailables combinando sonoridades más modernas como las empleadas en “Super” o “Electric” con teclados y samples que nos remiten a trabajos mucho más antiguos del dúo como “I Want a Dog”. Buena parte del texto es rapeado por parte de Neil, algo que es ya habitual que aparezca de vez cuando en todos los trabajos del grupo. Dentro de “Hotspot” pasa por ser una de las piezas más convencionales.


“Dreamland” - El primer single extraido del trabajo fue el que contenía la colaboración con Years and Years. Un órgano que remite inevitablemente a “It's a Sin” nos recibe en el inicio y enseguida asistimos a un diálogo entre Neil y Olly Alexander que se mantiene durante toda la canción. Como curiosidad, este era un tema que Pet Shop Boys escribieron en 2017 con la idea de que fuera incluido en el siguiente disco de Years and Years (no es extraño que el dúo escriba para otros artistas eventualmente) pero por las razones que fueran, quedó descartado en su día lo que no fue óbice para que Neil y Chris invitasen a la banda a participar en la grabación. 



“Hoping for a Miracle” - Volvemos a las baladas y lo hacemos con una de las grandes. Una canción de desesperanza muy acorde con los tiempos que corren. Los arreglos electrónicos son magníficos y llenos de detalles que no se aprecian facilmente en una primera escucha. Probablemente una de los mejores tiempos lentos de Pet Shop Boys en toda su carrera.


“I Don't Wanna” - Otro de los singles del disco que destaca por la simplicidad y por lo directo de su propuesta (comienza ya atacando el estribillo). Los sonidos son muy “retro” pero no nos remiten como en otras canciones a etapas pretéritas de la banda sino a trabajos de otros grupos de los años dorados del tecno-pop con algún ramalazo incluso de la todavía cercana colaboración del dúo con Jean Michel Jarre para su proyecto “Electronica”. El resultado es fantástico y un gran ejemplo de como muchas veces menos es más.



“Monkey Business” - Llegamos a la aportación de Pet Shop Boys a la reciente ola de revival disco y funky que ha tenido lugar en los últimos años de la mano de gente como Daft Punk (Neil llega a utilizar un clásico vocoder en un momento determinado) o el propio Giorgio Moroder. Cuerdas sedosas, coros, ritmos irresistibles y unos teclados repitiendo una y otra vez un breve motivo son los ingredientes suficientes para que la banda elabore otra canción notable.



“Only the Dark” - Casi como si quisieran ofrecer un contraste optimista tras la anterior “Hoping for a Miracle”, en este tiempo medio eminentemente melódico Neil y Chris nos regalan una canción esperanzada en tiempos oscuros “don't be scared for only the dark can show you the stars” canta Tennant en el estribillo y ¿sabéis qué? Que seguramente tenga razón.


“Burning the Heather” - Con el importante sustento de la guitarra acústica de Bernard Butler nos metemos de lleno en una balada preciosa que nos hace pensar a estas alturas que, pese a que siempre llegan más fácilmente los temas bailables, en “Hotspot” la calidad de las canciones lentas es muy posible que supere a la de las otras siendo como hemos dicho el nivel de aquellas muy elevado. En este aspecto es un disco que nos recuerda mucho a “Actually” con esas dos maravillas que eran “King's Cross” y “It Couldn't Happen Here”.


“Wedding in Berlin” - El cierre adopta un tono decididamente desenfadado en el que el dúo británico convierte la marcha nupcial de Felix Mendelssohn en un tema discotequero que no aporta demasiado al disco. Para ser justos, lo cierto es que no se trata de una versión sino que el dúo se apropia de los compases más conocidos de la obra para incorporarlos en determinados momentos de la canción. Como curiosidad, la pieza fue compuesta en 2015 para la boda del pintor alemán Thilo Heinzmann, amigo del dúo. No será la última vez que aparezca en el blog algo relacionado con este artista ya que el disco póstumo de nuestro admirado Johann Johannsson estaba inspirado en una serie de conversaciones con él.


De modo que siguen aquí. Treinta y cinco años después de su disco de debut, Pet Shop Boys siguen publicando y, además, con plena vigencia. Diríamos que hay que disfrutarlos porque nada dura para siempre pero la verdad es que con discos como “Hotspot”, Neil Tennant y Chris Lowe nos hacen dudar de lo acertado de esa afirmación.

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