En su día reseñamos aquí la magnífica caja recopilatoria de Tangerine Dream titulada “In Search of Hades” que repasaba los años más interesantes de la banda en el sello Virgin pero en ella no estaba esa etapa al completo. Recientemente ha sido publicada la continuación de aquel lanzamiento bajo el título de “Pilots of Purple Twilight” que cerraría ese repaso con los cinco últimos discos de estudio de los alemanes para el sello de Richard Branson. Comoquiera que ya hemos hablado en su día de varios de ellos, no vamos a comentar aquí toda la caja pero sí uno de los discos que más interés tienen de los que en ella aparecen: “Logos”.
En 1982, los miembros de Tangerine Dream ofrecieron una extensa gira con la novedad de la incorporación del “sampler” a su arsenal de instrumentos. Como resultado, a finales de ese año apareció “Logos”, un directo que recogía buena parte del concierto ofrecido en el Dominion Center de Londres. El gran atractivo de los conciertos de la banda alemana siempre fue que la mayor parte del material era nuevo con algún que otro repaso a piezas sueltas de discos anteriores y, en esta ocasión, con adelantos de trabajos que aún no habían aparecido. En “Logos” se seguía esa misma línea y la práctica totalidad del material interpretado era nuevo. Lo cierto es que no se trataba de improvisaciones como era habitual en la etapa de los setenta con Peter Baumann sino de material preparado en estudio en las semanas anteriores a la gira y, de hecho, en muchas partes del disco se utilizan esas grabaciones con el añadido del sonido ambiente del público pero eso no resta interés al trabajo.
En casi todas las reseñas del disco se suele hacer hincapié en la importancia de la aportación de Johannes Schmoelling al mismo, hasta el punto de que Franke y Froese quedan en un segundo plano en muchos momentos y eso es algo que corrobora el propio Schmoelling cuando señala que “Logos” es probablemente su grabación favorita de entre las que hizo como miembro de Tangerine Dream. El disco original recogía un largo “set” de tres cuartos de hora de duración y un breve “bis” con el título de “Dominion”.
“Logos, part 1” - El disco comienza de modo tranquilo con una serie de percusiones que van jugueteando sobre una lenta secuencia rítmica y los clásicos fondos sonoros de la banda con ese característico sonido de los ochenta. La melodía va surgiendo poco a poco pero sin terminar de definirse. Tras la introducción pasamos a una sección más ambiental llena de capas de sonidos que entran y salen y que van tomando forma lentamente hasta llegar al primer tema claramente reconocible en el que la melodía prima sobre todo lo demás. Estamos en los años en los que la “new age” comenzaba a crecer con melodías de este tipo y hay que reconocer que aquí la banda estaba inspirada con sonidos de flauta, teclados haciendo las veces de clavicordio, y los clásicos timbres electrónicos que definieron toda una época. El siguiente sector es más oscuro con trazos muy sutiles garabateando breves temas en segundo plano y un fondo de órgano más propio de discos clásicos como “Phaedra” que de la época en la que tuvo lugar el concierto. Suena entonces un ritmo electrónico acompañado por “samples” vocales que se suman a la sección que acaba quedando como una transición hacia la siguiente parte en la que aparecen las clásicas secuencias de la banda en un tramo que es de nuestros favoritos del trabajo. Cuando parecía que ya no iba a pasar nada más, entramos en una sección preciosa, puramente melódica y llena de inspiración. Sí, es muy “ochentera”. Sí, es hasta un poco tópica. Pero nos encanta. Parte de esa música acabaría formando parte de una de las bandas sonoras en las que la banda trabajaba en aquel entonces y que también aparece en “Pilots of Purple Twilight”.
“Logos, part 2” - Para los que a estas alturas estuvieran un poco descolocados por esta faceta más amable de Tangerine Dream, el comienzo de la segunda parte de “Logos” sería tranquilizador porque retorna a los ambientes experimentales y menos definidos de sus discos clásicos, al menos durante unos minutos. Es entonces cuando surgen una serie de notas saltarinas que poco a poco van combinándose para formar un curioso interludio sin mayor trascendencia que desemboca en una frenética sección de percusión que se transforma de repente en lo que podía ser la sintonía de cualquier serie de acción de los ochenta. Quizá sea de las partes que peor ha envejecido aunque con el “revival” de este tipo de sonidos que estamos viviendo esta puede ser una afirmación arriesgada. Después de otro interludio con percusiones varias llegamos a un final lento con un punto de épica.
“Dominion” - El disco se cierra con un breve “bis” que podría haber funcionado como “single”, muy acorde con muchos de los temas cortos que Tangerine Dream lanzó en esta década en diferentes discos como “Exit” o “Le Parc”. Resultón pero no demasiado interesante tras un par de escuchas.
Uno de los puntos fuertes de la caja “Pilots of Purple Twilight” que mencionabamos al inicio es que, además del disco tal y como apareció en su día, recoge también las grabaciones originales del concierto completo del que procedían los extractos que acabaron por convertirse en “Logos”, con una calidad cristalina que confirman, por un lado, el excelente nivel sonoro de la banda en la época y, por otro, el uso intensivo de material pregrabado que ya por entonces comenzaba a ser un “estándar” en las bandas y músicos electrónicos en sus conciertos.
Si tuviéramos que recomendar a alguien nuestros discos favoritos de Tangerine Dream, sería complicado que “Logos” apareciera en el listado, ni siquiera si nos limitásemos a los discos en directo pero no deja de ser un trabajo de un buen nivel y muy representativo de la etapa en la que Schmoelling formó parte de la banda.