lunes, 22 de agosto de 2022

Alphaville - Forever Young (1984)



Si ha habido un estilo que siempre ha sido mirado por encima del hombro por músicos y seguidores de otras tendencias, ese ha sido el pop electrónico. Al mismo tiempo que se hacía cada vez más popular en los primeros años ochenta, surgía una corriente de menosprecio hacia el mismo por parte de rockeros de toda procedencia, desde los más clásicos hasta los del punk rock pasando por los seguidores del “heavy metal”. En las contraportadas de los discos de Queen había una nota que aclaraba que en ellos no sonaba ningún sintetizador (eso cambiaría pronto pero la intención entonces era clara) y no hace falta recordar lo que pensaban la mayoría de estrellas del rock español sobre Mecano. No ayudaba el hecho de que muchos de los artistas que encabezaban esa nueva ola de pop electrónico presumían de no saber tocar un instrumento “de verdad” y no dejaban de recordar que no les hacía ninguna falta hacerlo porque con los sintetizadores y la tecnología de estudio del momento, cualquiera podía hacer música. Los integrantes de Pet Shop Boys llegaron a decir que utilizaron sintetizadores porque era lo que estaba de moda en aquel momento, no porque tuvieran un especial interés en ese nuevo sonido.


Aunque el origen de todo probablemente fue Kraftwerk y, por tanto, Alemania, lo cierto es que la mayoría de las bandas de pop electrónico surgieron en Inglaterra eclipsando casi por completo lo que se hacía en otros países pero eso no iba a impedir que fuera en el país germano en el que surgiera una de las bandas más importantes del género y también los autores de uno de los discos más redondos de su estilo. Hablamos de Alphaville. La banda surgió del encuentro de Marian Gold y Bernhard Lloyd en Berlín a los que se unió poco después Frank Mertens, probablemente el que más idea tenía de tocar un instrumento de los tres y es que, como decíamos antes, a los miembros de Alphaville les gustaba la música, escuchaban el pop electrónico de Gary Numan (y su banda Tubeway Army) o de Orchestral Manoeuvres in the Dark pero no eran músicos (al menos, no tan buenos como para poder ganarse la vida tocando). Componían y grababan gracias a las posibilidades que les ofrecían los sintetizadores, secuenciadores y cajas de ritmo de la época.


La cuestión es que las cualidades que les faltaban para interpretar, les sobraban para componer de modo que no tardaron en conseguir un contrato discográfico que iba a acelerar mucho las cosas. ¿Por qué? Porque bastó que grabasen un primer single (publicado mientras aún estaban componiendo el material para un LP que estaba programado para más adelante) para obtener un éxito planetario en pocas semanas. Solo habían grabado tres canciones y todo el mundo estaba pidiendo más. Pese a ser alemanes, cantaban principalmente en inglés y probablemente fue ese triunfo inmediato el que hizo que las canciones que habían preparado en alemán quedasen fuera de la selección final del disco, que iba a ser interpretado en su totalidad en la lengua de Shakespeare.


Alphaville en 1984. Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.


“A Victory of Love” - El disco comienza con unas notas sueltas de sintetizador, un ritmo constante y una línea de bajo típicamente ochentera y es que no debemos olvidar que Alphaville, pese a no ser los primeros en llegar, definieron en buena medida el sonido de aquellos años. Marian Gold comienza cantando en un tono discreto y va ganando en intensidad cuando llega el estribillo donde hace gala de un más que notable rango vocal. Un gran tema lleno de melodías que no es sino el comienzo de un gran disco.


“Summer in Berlin” - Elegantísimo corte en el que destacan, aparte del gran sentido melódico de la banda, un uso perfecto de sonidos sintéticos, juegos vocales y una producción impecable con muchas influencias de Yazoo que no llegan a caer en el plagio en ningún momento.


“Big in Japan” - Llegamos al primer gran bombazo del disco. El single que impulsó todo y una de las canciones que marcaron el desarrollo de toda una década. Comienza con un inolvidable riff electrónico de vago aire oriental y enseguida llega una de esas secuencias que han quedado en la memoria de todos, incluso en la de quienes no le prestaron atención en su día para completar una canción redonda. Un clásico del que poco más se puede añadir a estas alturas.




“To Germany With Love” - El siguiente tema es bastante diferente, con un comienzo de corte ambiental roto bruscamente por una intrincada línea de bajo a la que siguen una serie de no menos complejos juegos vocales. Una canción sofisticada y fascinante, llena de cambios de ritmo y guiños de todo tipo, incluyendo algún guiño a Mozart en el final.


“Fallen Angel” - La canción que cierra la “cara a” del LP tiene un esquema muy convencional pero la melodía del estribillo tiene un giro arrebatador. Todo esto, aderezado con sintetizadores muy en la línea de los primeros Depeche Mode hacen de esta otra canción muy rescatable.


“Forever Young” - Se cuenta que la versión original de esta canción, una de las tres que el grupo tenía escritas cuando empezaron a trabajar en el estudio, tenía un ritmo mucho más rápido. Si es así, sólo podemos decir que fue todo un acierto convertirla en una balada. Con un toque épico desde el comienzo, con esos samples vocales casi oníricos, y reforzada por unos arreglos muy clasicistas, incluyendo el precioso solo de teclado de la parte final, estamos ante una de esas canciones que no faltan en ninguna lista de las mejores de su época. Carne de emisoras nostálgicas pero una grandísima canción en todo caso.




“In the Mood” - Continuamos con una tema que incorpora alguna novedad (el ritmo es casi un reggae acelerado) pero que sigue basándose en los elementos típicos del grupo: melodías electrónicas muy pegadizas, ritmo ágil y muy buen gusto en la producción.


“Sounds Like a Melody” - El que fue segundo single del disco era casi una exigencia de la discográfica que quería una canción muy comercial que pudiera mantener el éxito de “Big in Japan” antes de probar con una balada como fue “Forever Young”. Y lo cierto es que el grupo cumplió con creces con un verdadero temazo que fue imitado hasta la saciedad. Hasta nos atreveríamos a decir que toda la fórmula de sus compatriotas de Modern Talking y sus famosos falsetes sale de esta canción que fue escrita en apenas un par de días.




“Lies” - Rebajamos un poco el nivel con esta canción pop sin demasiadas pretensiones, con un aire a los primeros OMD, inocente y un poco facilona. En otro disco podría funcionar muy bien pero en uno del nivel de este debut, está bastante por debajo de la media.


“The Jet Set” - El último single del disco se regrabó y publicó tras la salida del efímero Frank Mertens de la banda. De nuevo, un estribillo muy pegadizo es el mejor gancho para un tema divertido y muy animado que pone fin a un disco que, sin duda, es uno de los grandes clásicos del pop electrónico.





Sin duda, “Forever Young” es uno de los mejores discos de pop electrónico lo que no significó que Alphaville se convirtieran en una banda superventas y es que en aquellos años la fama era muy efímera. De hecho, la época dorada del género no duró más allá de cuatro o cinco años, por más que algunas de las bandas más importantes sigan activas hoy en día. En realidad eso casi era la excepción ya que muchos de los nombres que nos vienen a la cabeza al hablar de synth pop fueron grupos con una vida muy corta. Yazoo duraron tres años, Visage o Soft-Cell, siete y Ultravox un poco más (aunque todos ellos regresaron décadas más tarde). El gran mérito de Alphaville fue destacar en un género eminentemente británico no siendo de las islas y cantando en un idioma que no era el suyo. En ese sentido, solo los suecos de A-Ha nos parecen comparables a ellos. Nostalgia aparte, creemos que revisitar a Alphaville hoy en día, en pleno revival ochentero, es un ejercicio más que recomendable.

6 comentarios:

  1. After forty years it was strange to listen them again

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  2. "Tecno pop de voces suaves", como diría Daniel Miller en un documental sobre el estilo aludiendo a aquellos que llegaron un poquito más tarde. La voz del cantante es impresionante aún en inglés con su inevitable marcado acento alemán. No deja de ser música pop pero cuando algo te gusta y además es bueno, que importa!

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  3. Cierto es las demos de Forever Young eran más movidas, casi rozando el drum&bass. No obstante en la versión maxi la vuelvem a convertir en un tema más bailable.
    Este primer disco llegó un poco tarde pero si que me parece uno de los grandes discos del tecno pop.

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  4. Es Mejor Grupo... Es el Mejor Mensaje

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  5. Alphaville la melodía de mi vida

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  6. Se me erizo la piel la primera vez que escuché forever young, Marian tiene una voz increíble y un carisma que te conquista con miradas y brillos e los ojos,soy fan de Alphaville.

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