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domingo, 10 de noviembre de 2019
Tangerine Dream - Tangram (1980)
Cuando Tangerine Dream se unieron para hacer sus primeras grabaciones, Johannes Schmoelling estaba ultimando el papeleo para comenzar sus estudios como ingeniero de sonido no sin antes ingresar en la marina alemana para realizar su servicio militar. Comoquiera que era un pianista más que competente desde niño y, además, había sido organista en la iglesia de Delmenhorst, pudo cumplir con el ejército como miembro de la banda de la marina. Al terminar comenzó a trabajar en uno de los más prestigiosos teatros de Alemania, el berlinés “Schaubühne am Lehniner Platz” como técnico de sonido.
Allí fue donde contactó con él Edgar Froese cuando se vio en la necesidad de incorporar un tercer teclista a Tangerine Dream tras el breve periodo como dúo que siguió a la salida de Peter Baumann de la banda. Ya contamos en una entrada anterior lo precipitado del aterrizaje de Schmoelling en el grupo, casi con el tiempo justo para los dos conciertos en Berlín Oeste que quedarían documentados en el disco “Pergamon”. Tampoco los meses siguientes serían precisamente relajados puesto que el trío trabajaría frenéticamente en la banda sonora de “Thief”, en la grabación de “Tangram”, su siguiente disco de estudio, y, por si esto fuera poco, en la preparación de una nueva gira que ocuparía los meses finales de 1980 y los primeros de 1981 con más de 50 conciertos por toda Europa con un par de paradas en los Estados Unidos.
Con la llegada de Schmoelling, el sonido de Tangerine Dream se modernizó. Perdieron protagonismo los vetustos sintetizadores analógicos y otros instrumentos como el mellotron ganando sitio las limpias sonoridades digitales de los nuevos aparatos. La música no es tan improvisada, al menos en apariencia. Las melodías son más evidentes y los arreglos mucho más cuidados. Habrá quien diga que la banda suena más elegante y no faltaran los que piensen que su sonido es ahora más artificial y prefabricado. Nosotros siempre hemos sido unos firmes defensores de la etapa de Froese, Franke y Baumann como la mejor y más interesante de Tangerine Dream pero no por eso denostamos la de Schmoelling que para muchos seguidores rivaliza con aquella e incluso la supera. “Tangram” se organiza en dos “sets” sin título alguno al estilo de trabajos como “Rubycon” o “Ricochet”. Aparte de los sintetizadores, interpretados por los tres músicos, Christopher Franke toca guitarras y Edgar Froese, percusiones.
“Tangram Set 1” - Ya desde el comienzo queda claro el cambio sonoro de los nuevos Tangerine Dream con una serie de notas interpretadas con un timbre que luego sería utilizado hasta la saciedad en multitud de discos “new age”. Todo es muy pulcro, algo aséptico incluso aunque no tardan en aparecer elementos que nos recuerdan a los Tangerine Dream más clásicos, especialmente en la evolución de algunos instrumentos y el tratamiento de las pausas. Tras la introducción aparecen las inevitables secuencias rítmicas rodeadas de unos arreglos que no habrían desentonado en una producción del Alan Parsons Project lo que nos deja ya metidos de lleno en el corazón de la suite. Una pausa con la aparición de las percusiones y de unos sonidos como de flautas sintéticas nos lleva a un importante cambio en la pieza que nos sumerge en un tema con una estructura muy comercial y que bien podría haber servido como single, dado lo reconocible de sus melodías. Es entonces cuando escuchamos las guitarras de Edgar Froese en una intervención muy interesante que cierra esta primera parte del “set”. Un suave interludio de piano al que poco a poco se une un fondo electrónico nos recibe el siguiente tramo que desemboca en el estribillo más reconocible de todo el disco, una sintonía electrónica reforzada por arpegios de guitarra que no tarda en disolverse con la llegada de un segmento mucho más rítmico con ciertas similitudes con piezas anteriores de la banda, especialmente con el último corte del disco “Force Majeure”. El tramo final es el más fiel a la etapa anterior del grupo con poderosas secuencias rítmicas y melodías etéreas que no terminan de definirse. Un magnífico cierre para el “set” que iba a definir a los nuevos Tangerine Dream.
“Tangram Set 2” - La segunda parte del disco se abre con largos “pads” atmosféricos que evolucionan con lentitud por espacio de unos minutos hasta llegar a la primera parte rítmica de la pieza con secuencias muy simples e improvisaciones de Froese a la guitarra. No son minutos particularmente inspirados y tampoco presentan una gran evolución pese a que es una sección se mayor duración mayor que otras pero se deja escuchar. Entramos a continuación en una breve fase más experimental llena de ruidos y efectos de todo tipo que desemboca rápidamente en otro de esos momentos que podría perfectamente haber sido un “single” destinado a sonar en las radios de la época, con una melodía muy definida y un ritmo pegadizo. La última parte del “set” vuelve a la experimentación con “samples” sonoros de distintas procedencias, voces, etc. con un tratamiento muy vanguardista para concluir con una breve pieza de aire ligeramente clásico que se nos hace demasiado corta.
Tangerine Dream ha sido una banda que a lo largo de su historia ha conocido un gran número de idas y venidas de miembros. De hecho, una cuenta rápida nos daría más de una veintena de músicos que han sido en un momento u otro, miembros de la banda y eso sin contar a otro gran número de artistas invitados que han participado en sus discos y conciertos a lo largo del tiempo sin llegar a formar parte del grupo de forma oficial. Dentro de toda esa historia, la formación más estable fue precisamente la de Froese-Franke-Schmoelling quienes integraron la banda entre 1979 y 1985 de forma continuada, algo que no ocurrió con ninguna otra alineación. Esa estabilidad se vio reflejada en una producción extensísima en ese periodo lo que no permitió que la calidad media fuera demasiado alta, en especial en el terreno de las bandas sonoras en el que la banda entregó muchos productos de un nivel más bien bajo.
Con todo, Tangerine Dream es una banda fundamental en la historia de la música electrónica y lo es, no solo por sus discos de los años setenta sino también por buena parte de lo que hicieron en los ochenta, especialmente con Schmoelling en sus filas. En las próximas entradas seguiremos hablando de la banda alemana, primero centrándonos en sus primeros años y luego regresando a la etapa de la que hemos hablado hoy.
Uno de mis álbumes favoritos no ya de Tangerine Dream, sino de la música electrónica y de la música en general. Personalmente me gusta más la etapa con Schmoelling que con Baumann, por supuesto que reconozco "Phaedra", "Rubycon" y "Ricochet" como obras maestras, lo son sin ninguna duda. Pero me llenan incluso más (que ya es decir...) discos como "Tangram", "Logos" o "Poland", que me parecen sublimes.
ResponderEliminarSi la cara A de este disco es una maravilla, la cara B anticipa lo que sería la música electrónica de baile que aparecería diez años después y que reinaría en los 90. Suele decirse que con Schmoelling innovaron menos que con Baumann, seguramente sea así, pero no por ello dejaron de innovar. Creo que la esencia innovadora la empezaron a perder cuando se fue Schmoelling y la acabaron de perder cuando se fue Franke.
Pero bueno, no me enrollo más. Qué maravilla de disco es este "Tangram".
Gracias por tu blog y por esta entrada.
Un saludo,
Álvaro
PD: al final del tercer párrafo hay una errata, pone "Christopher Franke toca guitarras y Edgar Froese, percusiones" y es al revés ;)
Con un lote de vangelis me ha llegado el CD de phaedra. No conocía este grupo y de inmediato ha sido una relación amor/odio inmediata, amor por los sonidos originales, la profundidad, la intensidad... Y odio por lo descuidado de la técnica, del problema con los zumbidos y ruidos de fondo, se nota que al principio de sonido ni papa y empieza a ser insoportable más allá del 50% de volumen. Estoy deseando hacerme con algo de esa nueva fase mejor ejecutada y más limpia. En fin, los principios siempre son muy duros
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