sábado, 30 de septiembre de 2023

Yann Tiersen - 11 5 18 2 5 18 (2022)




Por algún motivo, los organizadores de la gran feria internacional del sintetizador que se celebra anualmente en Berlín: el Superbooth, tuvieron la idea de invitar a su edición de 2021 a Yann Tiersen. La elección, en principio, no parecía la más obvia ni de lejos ya que el músico francés no es especialmente conocido por su relación con la música y los instrumentos electrónicos aunque sobre esta afirmación habría que matizar muchas cosas. De hecho, en el que entonces era su disco más reciente, “Kerber”, Tiersen había utilizado con profusión samples y tratamientos electrónicos para enriquecer una colección de piezas cuya base, en todo caso, era de piano como es costumbre en el músico.


La cuestión es que, para responder a la oferta, Tiersen preparó una serie de temas nuevos y de arreglos, esta vez completamente electrónicos, de algunas piezas de su discografía reciente que, salvo alguna excepción, quedaron completamente irreconocibles. Yann toca todos los instrumentos salvo en un corte en el que colabora con Quinquis, alter ego musical de su esposa Emilie. Al igual que ocurre con el propio disco, todos los cortes llevan como título una serie de códigos numéricos cuyo significado (¿algún tipo de coordenadas?) no aparece aclarado en el trabajo.



“11 5 18 2 5 18” - Empieza la cosa en clave ambiental con sonidos pulsantes que no parecen ir a ninguna parte hasta que entra una atractiva secuencia acompañada de una cadenciosa base rítmica a partir de la cual todo parece organizarse y cobrar sentido. Tras una pausa atmosférica aparece el piano del músico en un repetitivo bucle con influencia de Steve Reich que anticipa la mejor parte de la pieza con ritmos y melodías electrónicas que podría firmar el mismísimo Jean Michel Jarre. El tramo final es más experimental pero igualmente atractivo.





“11 5 18.  1 12.  12 15 3 8” - El segundo corte del set comienza con una larga introducción a base de sonidos procesados que desemboca sin previo aviso en una veloz secuencia sintética, de nuevo con influencias de los clásicos del género como Manuel Göttsching salvo que aquí no suena su habitual guitarra eléctrica sino una serie de ritmos bailables que se suceden sin darnos respiro. Entre todo el marasmo sonoro se filtran apuntes de melodías del Tiersen más conocido que quedan como meros borradores, sofocados por la electrónica.


“1 18. 13 1 14 5 18. 11 15 26 8” - No podía faltar la influencia de Kraftwerk, que nos parece evidente en el inicio del siguiente tema en el que los ritmos de los robots alemanes se confrontan con un neoclasicismo más cercano al Tiersen que todos conocemos. Una mezcla extraordinaria que nos encanta.




“16 1 12 5 19 20 9 14 5” - Sin abandonar del todo el influjo de Kraftwerk, en el siguiente tema se reconoce bastante mejor que en los anteriores el original de Tiersen que está siendo reelaborado: en este caso, “Palestine” de su disco “Dust Lane” (2010). Y es que, aunque todo el disco pueda pasar por un nuevo trabajo, lo cierto es que casi todas las piezas son experimentos electrónicos basados en mayor o menor medida en composiciones anteriores.


“3 8 1 16 20 5 18. 14 9 14 5 20 5 5 14” - Si queremos continuar buscando influencias ajenas, Tiersen nos lo pone fácil aquí ya que el comienzo de la pieza podría estar sacado de discos como el “Drums Between the Bells” de Brian Eno aunque las melodías y líneas de bajo electrónicas son muy personales y nos remiten enseguida a otros temas anteriores del mismo disco con un cierto toque de los Pet Shop Boys más recientes (incluyendo alguna cita casi literal de su canción “After the Event). 




“11 5 18 12 1 14 14” - La siguiente parada nos lleva a otra reelaboración, en este caso de “Kerlann”, del reciente disco “Kerber” (2021). Opta Tiersen aquí por un enfoque muy respetuoso con el original en el que los ritmos y secuencias electrónicas están ausentes y se incide más en el procesamiento del sonido y en el trabajo con los samples.


“11 5 18. 25 5 7 21” - Lo mismo ocurre con este tema, revisión de “Ker Yegu” del citado “Kerber” en la que la exploración sonora y los juegos con el piano y la manipulación electrónica ocupan toda la primera parte de la pieza que solo en el tramo final gira hacia los ritmos y atmósferas que vienen conformando el sonido todo el disco.


“16 15 21 12 12.  2 15 10 5 18” - Continuando con la línea “revisionista” de “Kerber” de este tramo  del trabajo, le toca ahora a “Poull Bojer” que sería algo así como la evolución de los dos temas anteriores. En el primero, era una versión alternativa pero muy cercana al original, en el segundo, se iban notando más los cambios para llegar a este tercero que ya está integrado por completo en el espíritu de este particular trabajo.


“13 1 18 25 (6 5 1 20. 17 21 9 14 17 21 9 19)” - Para terminar tenemos la colaboración de Tiersen y Quinquis en una adaptación del clásico “Marie” que apareció originalmente en el disco “Les Retrouvailles” (2005). La canción ya era una preciosidad y lo sigue siendo con los atavíos sintéticos de este nuevo trabajo.


Aprovechamos este tema final para recomendar la escucha de la corta discografía de Quinquis, nombre artístico de Emilie Tiersen. Su proyecto combina canciones en bretón con música electrónica con un resultado muy similar al de este “11 5 18 2 5 18”. No sería descabellado pensar que la influencia de Emilie es realmente la más importante que ha tenido Yann a la hora de afrontar este cambio de estilo. Volviendo al disco, aunque este trabajo apareció en su día como un disco nuevo, se acaba de publicar una reedición de cuatro discos de “Kerber” en la que “11 5 18 2 5 18” aparece como parte del material adicional, señalado como una “reelaboración modular” del disco original. Pese a ello, nosotros lo seguimos considerando como un disco independiente porque, a nuestro juicio, funciona perfectamente como tal y es suficientemente distinto del original para serlo. En todo caso, es un trabajo sorprendente para los seguidores de Tiersen pero igualmente magnífico. De hecho, creemos que es uno de los mejores discos electrónicos que hemos escuchado en los últimos años. Os dejamos con una muestra de cómo sonaba el proyecto en directo:





viernes, 22 de septiembre de 2023

Yann Tiersen - All (2019)



Hablamos hace tiempo de “Eusa” (2016), disco de Yann Tiersen dedicado a los paisajes de su querida Bretaña en los que había establecido su residencia y donde estaba construyendo su estudio. Hoy llegamos a “All”, el primer disco del músico grabado allí aunque quizá deberíamos decir “terminado” allí ya que buena parte de los registros son grabaciones de campo realizadas en diferentes localizaciones a lo largo del mundo. En “Eusa” ya había muchos sonidos ambientales grabados al aire libre y aquí Tiersen repite la fórmula enriqueciendo la experiencia con una paleta instrumental mucho más amplia (“Eusa” fue un disco de piano solo).


Para el disco, Tiersen vuelve a contar con la producción de Gareth Jones, quien ya trabajó con él en “Infinity” y que es conocido fundamentalmente por sus trabajos con grupos electrónicos como Depeche Mode, Erasure o Nitzer Ebb. Sin embargo, no son los sintetizadores y las cajas de ritmos los principales instrumentos que toca Yann en el disco sino los habituales en sus trabajos: piano, guitarras, violines etc.


Abre el disco “Tempelhof”, una primera pieza que surge entre sonidos de niños, gaviotas, el rumor del mar y grabaciones realizadas en el Aeropuerto de Berlín del que toma el nombre. A partir de ahí aparece el piano de Tiersen ejecutando una melodía sencilla pero de gran belleza con delicados añadidos electrónicos que le dan un aspecto onírico, como de radio mal sintonizada.




Para la siguiente composición, Yann recurre a la cantante sueca Anna von Hausswolff. “Koad” comienza con sintetizadores y una guitarra eléctrica distorsionada que crean una atmósfera muy particular y se disuelven al toque de una campana lejana. Ahí entra el piano y la voz etérea de Anna en una canción lenta, de aire infantil, más ambiental que minimalista aunque haya algo de las dos cosas. El siguiente invitado es Olavur Jakupsson, quien ya había participado en un par de discos de Tiersen. “Erc'h” es la pieza más larga del trabajo y como tal, tiene un desarrollo lento. Comienza con una serie de instrumentos y sonidos que nos sitúan en otra época. Zanfoñas, flautas, campanas o laúdes se unen a los sonidos de la naturaleza y a las voces en segundo plano hasta que entra Olavur con una forma de cantar arrebatadora y un registro vocal amplísimo apoyado en unos coros angelicales en el tramo central.




“Usal Road” es un precioso tema de violín. Melancólico y triste en el inicio, gira hacia los tópicos minimalistas en la segunda parte cuando entra un segundo violín. Las pistas de violín fueron grabadas en el norte de California. En el mismo camino forestal en el que el artista tuvo un encuentro con un puma que, en cierto modo, cambiaría su vida. Se encontraba dando un paseo en bicicleta por el bosque junto a la que ahora es su esposa cuando, de repente, el animal apareció frente a ellos. No llegó a atacarlos pero la situación se prolongó durante horas en las que la pareja trataba de retroceder con el puma vigilando atentamente todos sus movimientos hasta que perdió el interés en ellos. Cuando el animal se cansó y pasó el peligro, Yann le pidió matrimonio a Emilie. Tras esta pieza llegamos a “Pell” donde escuchamos cantar a Yann junto con su hija (también llamada Emilie). Es una composición que recuerda el estilo más clásico del músico con piano, guitarra, algún efecto electrónico y un sonido que podría ser un Ondas Martenot flotando sobre toda la pieza.




Llegamos así a una de nuestras composiciones favoritas del disco: “Bloavezhiou”. En ella se mezcla un tono ritual marcado por las voces que recitan una lenta salmodia con un ritmo lento pero que va evolucionando continuamente en un in crescendo precioso. La siguiente invitada es Gaelle Kerrien, quien canta (más bien recita) en “Heol” acompañada de nuevo por Emilie Tiersen. En este caso es en una canción rápida cuya primera mitad es un instrumental a base de teclados con influencia de Terry Riley. La segunda parte vuelve al tono de temas anteriores con la presencia de algunos metales y cierto protagonismo de la guitarra eléctrica. “Gwennilied”, interpretada en bretón por el cantante Denez, es una preciosidad. Profunda y emocionante, la voz del artista lo hace todo sobre un fondo que apenas consta de cencerros de ovejas de fondo, un ritmo sintético muy marcado y guitarra eléctrica en el final. Probablemente lo mejor de todo el trabajo. Gaelle Kerrien repite en “Aon”, otra gran melodía que nos recuerda a los primeros discos de Tiersen, especialmente con la entrada del piano de juguete y los arpegios al estilo Philip Glass. Si el oyente echa un poco de menos a estas alturas al Tiersen pianístico que nos emocionaba con unas pocas notas, con “Prad” se reconciliará inmediatamente ya que es, en esencia, justo eso. Termina el disco con “Beure Kentañ” con recitado de Emilie Tiersen para un corte que el crítico de cine hablando de un nuevo western no dudaría en calificar de crepuscular.


Nos resulta complicado calificar “All” porque nos parece un gran disco tomado en conjunto aunque en el repaso tema por tema nos cuesta encontrar composiciones tan brillantes e indiscutibles como las que abundaban en los discos más populares de Tiersen. A su favor, en cambio, cuenta con un importante factor como es la regularidad. “All” es un disco coherente, sin altibajos y, que se escucha con atención desde el primer al último minuto sin ningún momento que pueda invitar a la distracción. Volveremos con Tiersen en la siguiente entrada con un trabajo muy diferente a todo lo que había hecho hasta ahora pero eso será en unos días. Hoy toca escuchar "All".




lunes, 11 de septiembre de 2023

Yann Tiersen - Tout Est Calme (1999)



No es ningún secreto que la carrera de Yann Tiersen explotó a partir de la banda sonora de “Amelie” publicada en 2001 pero antes de aquello ya era un artista conocido en Francia y su salto al estrellato era cuestión de tiempo. Sus primeros discos fueron grabados prácticamente en solitario, salvo por la aparición de vocalistas eventuales para los momentos en los que tocaba cantar. Sin embargo, a partir de “Le Phare” (disco que aún se cuenta entre nuestros favoritos del músico) Tiersen comenzó a entrar en contacto con otros artistas de la escena francesa y a colaborar con ellos en discos y conciertos. Como consecuencia de todos aquellos intercambios, la música del artista empezó a evolucionar y a incorporar elementos de rock y pop que no habían estado tan presentes hasta entonces. Al principio fue un cambio no muy pronunciado pero que indicaba que algo estaba pasando. Quizá el primer momento en que pudimos ver esto fue con la publicación del EP “Tout Est Calme” en 1999. En él, Tiersen se acompaña de los miembros de la banda The Married Monk, liderada por Christian Quermalet quien pasaría a ser un colaborador habitual en los discos y conciertos de Yann durante un tiempo.


Unos meses antes, Tiersen había ofrecido un concierto en los Rencontres Trans Musicales, festival que se celebra en Rennes desde 1979. Es una cita la que, desde su creación, se mezclan los grandes artistas del momento con grupos emergentes y que tiene fama de ser el punto de inflexión de muchas carreras. Grupos como Sigue Sigue Sputnik, o solistas como Bjork despegaron en el festival e incluso el éxito mundial del “Nevermind” de Nirvana se produjo poco después de pasar por allí. En su participación en el festival, Tiersen adoptó a The Married Monk como su banda de apoyo para el directo por lo que no sorprendió que luego participasen en la grabación del EP. Además de Quermalet (guitarra, banjo, piano, órgano, batería y percusión) integraban la banda en aquel entonces Fabio Viscogliosi (guitarra, mandolina, piano, órgano y percusión), Philippe Lebruman (Bajo, guitarra, piano, órgano, melódica, vibráfono y percusión) y Jean Michel Pires (batería y percusión). Claire Pichet canta en uno de los cortes y el guitarrista Olivier Mellano participa en otros dos. Tiersen, como es habitual en él, toca absolutamente de todo incluyendo guitarra, mandolina, violín, viola, violonchelo, banjo, piano, piano de juguete, órgano, bajo, melódica, vibráfono y percusión.




El trabajo contiene diez composiciones de corta duración en su mayoría. Comienza con el piano de “Plus au Sud” esbozando una lenta melodía de aire jazzístico que se ve reforzado por la batería pero enseguida aparecen los rasgos típicos de Tiersen. Las guitarras conjuntadas con la percusión dan como fruto un sonido más “sucio” de lo habitual en el artista pero también lo acercan a algunas de las tendencias de la escena rock francesa del momento. “Les Grandes Marées” es una canción intimista interpretada por el propio Tiersen como vocalista y con grandes momentos a cargo de las cuerdas con ese toque minimalista que siempre tiene la música del artista. “La Crise”, versión del tema que formó parte del disco anterior, “Le Phare”, cambia por completo de estilo propulsada por una guitarras llenas de personalidad que con un poco más de electricidad sonarían como el más duro grupo de “heavy metal”. En lugar de eso, aparecen las cuerdas primero y las percusiones después para dibujar una melodía que combina el encanto francés con la rudeza sonora de la América profunda. Volvemos a escuchar la voz de Tiersen en “Tout Est Calme”, un tiempo medio con aire de concierto improvisado lleno de encanto. “La Rupture” es el momento de Claire Pichet que hace una deliciosa versión del tema que ya había interpretado en el mencionado “Le Phare”. Sigue el disco con una miniatura, “La Relève”, interpretada en su totalidad por Tiersen quien canta y toca guitarra y piano. “La Pharmacie” es una de las composiciones con más personalidad del disco y en ella se una a los miembros de The Married Monk la guitarra de Olivier Mellano. Sonido áspero marcado por las guitarras y una magnífica batería que nos dejan con un regreso al Tiersen más clásico con “La Terrasse” en la que el músico vuelve a cantar en un tema dominado por el piano con algún toque ácido de la guitarra de Quermalet en el final. “L'Étal” es otra miniatura instrumental con Tiersen a cargo de todo. Las cuerdas llevan todo el peso con el apoyo puntual del vibráfono y la mandolina y nos llevan al cierre con “La Découverte”, regreso al estilo de discos como “La Valse des Monstres” con predominancia de sonidos infantiles como el piano de juguete, las campanas o el banjo del final. Una preciosidad que cierra un trabajo excelente.




El título del EP, “Todo está tranquilo” tuvo algo de premonitorio porque, como reza la frase popular, fue la calma que precedió a la tormenta que vino poco después con la banda sonora de “Amelie” tras la que nada volvería a ser igual en la carrera de Tiersen. En todo caso, lo más interesante de su trayectoria, a nuestro juicio, es cómo ha sido capaz de cambiar de estilo en varias ocasiones incorporando nuevos elementos pero manteniendo siempre su esencia intacta. Las próximas entradas del blog van a estar dedicadas también a Yann por lo que seguramente profundizaremos en esta última afirmación. Hasta entonces, no dejéis de darle una escucha a “Tout Est Calme” que, pese a su condición de “EP”, no es un trabajo menor.