Barroco y música minimalista. Dos corrientes separadas por varios siglos pero cuyos puntos en común son más acusados que los que cualquiera de ellas puede tener con el resto de estilos musicales que surgieron en el largo intervalo que transcurre entre ambas. Al menos eso es lo que opinan muchos compositores y musicólogos actuales así como también un creciente número de intérpretes que combinan obras de ambos periodos en sus conciertos y grabaciones cada vez con mayor frecuencia.
Hoy en día hay ya un buen número de discos en los que se incluyen obras seleccionadas específicamente de ambos periodos pero uno de los primeros que conocimos en el que se atrevían a proponer esa mezcla es la grabación que traemos hoy aquí. Los intérpretes son los integrantes de Lautten Compagney, algo así como “la compañía ruidosa”, definición que nos recuerda forzosamente a la Campiello Band que dio origen a la Michael Nyman Band y que nació con la vocación de interpretar música antigua y barroca al mayor volumen posible sin utilizar amplificación.
Lautten Compagney se fundó en 1984 bajo los auspicios de dos intépretes de laud: Hans-Werner Apel y Wolfgang Katschner y ha crecido hasta nuestros días en que agrupa regularmente a más de veinte músicos. Desde el primer momento se centraron en el repertorio barroco (también en el antiguo) para especializarse después en las óperas de Händel. Tras varias grabaciones más o menos convencionales para una formación de sus características decidieron en 2008 grabar un disco rompedor en el que combinaban la música del compositor italiano del S.XVII con la de Philip Glass. En las notas del disco, el musicólogo Babette Hesse explica las conexiones entre ambos partiendo de dos obras de Glass. La primera, la esquemática “1+1” en la que el intérprete golpea con sus nudillos una mesa siguiendo una serie de instrucciones rítmicas y la segunda, la transcripción que el compositor norteamericano hizo de varias piezas de Ravi Shankar para la banda sonora de “Chappaqua”. Cuando Glass se enfrentó al reto de hacer legible la música hindú para los intérpretes occidentales se encontró con una gran dificultad relacionada con el ritmo característico de la música clásica de la India, completamente diferente desde un punto de vista conceptual al utilizado en la notación europea. El compositor norteamericano sólo encontró cómo solucionar el problema cuando decidió eliminar las barras que marcan los compases consiguiendo así darle todo el sentido a la transcripción. Lo mismo ocurre con las partituras de Merula. En las ediciones originales no había separación alguna en compases lo que daba al intérprete una libertad casi total a la hora de tocar esa música.
Tanto en la música india como en la del S.XVII europeo la notación no era tan estricta como fue más tarde lo que daba al intérprete un grado de independencia y una capacidad de decisión que no se ha repetido hasta épocas bien recientes con el jazz y con las obras de autores como Cage o como los primeros minimalistas y ese es el punto común y el territorio que exploran los miembros de Lautten Compagney en este “Timeless”.
El disco alterna composiciones de Philip Glass y Tarquinio Merula, a veces agrupadas en bloques con varias piezas de cada uno de ellos juntas. La selección es muy amplia e incluye las siguientes obras:
Una de las formaciones de Lautten Compagney |
PHILIP GLASS:
“The Windcatcher” - En 1992, Glass escribió tres piezas para piano y flauta con la intención de que acompañasen a un cortometraje titulado “Love Divided By”. Finalmente el proyecto quedó apartado y las composiciones fueron recuperadas por Nico Muhly años más tarde en una transcripción para sexteto de saxophones que fue renombrada como “The Windcatcher”. En el disco podemos oir la primera y la tercera parte. La que abre el trabajo es suena en una preciosa versión en la que los instrumentos habituales de Lautten Compagney suenan reforzados por otros más modernos como la marimba y el saxofón. La que lo cierra tiene una instrumentación similar con el violín como instrumento solista.
“Melodies for Saxophone” - No.10” - En 1995 Glass escribió una serie de piezas de música incidental para una adaptación teatral de “Prisoner of Love” de Jean Genet. Se trataba de trece composiciones para saxofón solo de las que en este disco aparecerán tres. En el disco escuchamos la quinta, la décima y la decimosegunda de la colección. La primera en sonar es la nº10, una melodía muy inspirada de ciertos tintes barrocos que justifican plenamente su presencia aquí. Más adelante escuchamos la 12ª, mucho más jazzística que la anterior aunque partiendo de un inicio inequívocamente minimalista. La última es la nº5, una de las piezas más extrañas de toda la colección en la que el saxofón parece imitar el trino de algún ave durante algo más de un minuto.
Un clásico del repertorio “glassiano” como es “Glassworks” aparece representado en el disco por dos cortes. El primero, “Façades”, que aquí suena en una versión muy diferente a las que solemos escuchar, especialmente en cuanto a la sección de cuerda que hace el bajo continuo. Tampoco la marimba suele aparecer en esta pieza pero aquí encaja a la perfección. Más sorprendente es la versión de “Opening” cuya primera parte aparece interpretada exclusivamente con percusiones que elaboran un ritmo muy complejo del que emerje, poco a poco, el tema central. Éste es interpretado con xilófono en lugar del piano original pero el resultado es igualmente bueno. De hecho, la sonoridad es muy parecida a la conseguida por los miembros del grupo brasileño Uakti en sus versiones de Glass que comentamos aquí tiempo atrás. En la segunda parte del tema nos encontramos ya con una versión más cercana a la que todos conocíamos, con las cuerdas ocupando un papel principal.
La banda sonora de la película “Powaqqatsi” aparece representada por “Video Dream”, una composición extraordinaria que va desplegandose poco a poco a partir de un tema muy simple de saxofón. A partir de él surgen dos temas, uno para vientos y otro para xilófono que terminan formando un conjunto realmente bello.
TARQUINIO MERULA:
El compositor italiano aparece representado por un buen número de composiciones de distinta procedencia. Así, de su primer libro de canciones aparecen aquí “La Lusignola” o “La Loda”. De su Op.12, “Canzoni overo Sonate concertate per chiesa e camera”, escuchamos “Ballo detto Polliccio”. Junto a estas, tenemos danzas como su “Alemana”, madrigales como “La mia Filli è fugace” o su “Sonata Cromática”. También piezas sueltas como “Che nove arti son queste”, Sentirete” o “Su la cetra amorosa” y otras composiciones en las que los instrumentos modernos aparecen acompañando a los antiguos, especialmente el vibráfono, la marimba y los saxofones como ocurre en “Capriccio” o “Folle è ben”.
El experimento puede resultar chocante a priori pero lo cierto es que termina funcionando muy biensi bien es cierto que hay piezas entre las seleccionadas del repertorio de Philip Glass en las que no se hace tan sencillo encontrar relaciones con el barroco. En ese sentido creemos que el músico tiene ejemplos más reveladores que no aparecen aquí. Mención aparte merece la elección de Merula como contrapunto ya que se trata de un autor que no se encuentra entre los más conocidos de su época pese a que en los últimos tiempos su obra parece haber empezado a llamar la atención de intérpretes del mayor renombre como es el caso de Jordi Savall.
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