Cuando tenemos a dos músicos tan eclécticos, abiertos y de trayectorias tan dispares en géneros muy diferentes como el jazz, el pop, el rock progresivo, la música electrónica o el ambient como Robert Fripp y Theo Travis, lo raro sería que no colaborasen tras conocerse. No estamos seguros de cuándo se produjo el primer encuentro entre ellos pero es posible que quien antes se dio cuenta de lo bien que podrían mezclar los estilos de ambos fuera Steven Wilson cuando en el debut de su proyecto Bass Communion juntó la flauta de Travis con samples de guitarra de Robert Fripp. Travis era ya un asiduo colaborador de Wilson, tanto en sus grabaciones en solitario como en los discos de Porcupine Tree o No Man y Fripp también había trabajado en varios trabajos de Steven, tanto en los que implicaban a sus diferentes grupos como los que firmaba con alguno de sus pseudónimos.
El propio Theo Travis cuenta que fue en 2004, en una grabación de Nine Horses, la banda de David Sylvian y Steve Jansen en la que él participaba tocando saxos y flauta en la que tuvo el primer “contacto” con Fripp aunque fue algo muy particular. Resulta que el guitarrista también participaba en el disco y había grabado con anterioridad sus partes pero a la hora de la verdad fueron descartadas y, en su lugar, se utilizaron las de flauta del propio Travis. Todo eso no fue óbice para que un tiempo después, Travis se pusiera en contacto con Fripp para pedirle algunos “soundscapes” para un disco propio. El guitarrista le dijo que antes quería verle tocar en directo así que Theo le invitó a un concierto que iba a ofrecer en aquellas fechas con su banda Soft Machine Legacy, una especie de “spin off” de los Soft Machine originales que funciona con diferentes nombres desde 1978. Por lo que parece, a Fripp le convenció lo que escuchó allí y decidió colaborar con Travis en su disco. La cosa funcionó de maravilla y a partir de entonces, Travis & Fripp son un dúo que ha publicado varios discos ya como tal, tanto de estudio como en directo.
En 2009, el dúo fue invitado a participar en el Festival de Jazz de Coventry. Su concierto, improvisado en buena medida, tendría lugar el 23 de mayo en la famosa catedral en la que tocaron Tangerine Dream en su día y a la que Benjamin Britten dedicó su “War Requiem”. El disco recogiendo la actuación aparecería publicado un año después en el sello de Robert Fripp y nos muestra a dos artistas extraordinariamente compenetrados teniendo en cuenta que, como afirmaba el guitarrista, era solo la cuarta vez que tocaban juntos en público (y las tres anteriores habían sido en los días precedentes en otras iglesias británicas).
El disco está organizado en dos sets. Comienza el primero de ellos con “The Apparent Chaos of Stone”, pieza en la que las flautas son quienes abren las hostilidades con una serie de melodías que se repiten en bucle gracias al uso de distintos pedales de efectos mientras van surgiendo otras en un ejercicio hipnótico al que se suman poco a poco los “soundscapes” característicos de la música de Fripp cuya guitarra aparece poco después iniciando un magnífico diálogo improvisado. Continúa el concierto con “In a Field of Green”, introducida por los clásicos ambientes del guitarrista a los que se suma Travis, ahora con el saxo, en una serie de largas notas sostenidas que nos recuerdan en cierto modo a otro reconocido improvisador como es Jan Garbarek. Cuando aparece la guitarra de Fripp lo hace en ese particular estilo que venimos disfrutando desde discos como “Evening Star” con Brian Eno. “The Unquestioned Answer”, el tercer corte, es más ambiental, si cabe, y en él sale el saxofonista de jazz que Travis lleva dentro, jugando de nuevo con los pedales, ecos y “delays” para entrar en diálogo consigo mismo en una pieza fantástica. Con “Blue Calm” entramos en los ambientes más oscuros procedentes de la guitarra procesada de Fripp hasta llegar a “Duet for the End of Time”, referencia a Messiaen en la que esta vez el saxo y las flautas sirven de soporte con progresiones melódicas que nos recuerdan por un momento al trabajo de Fripp (y Eno) en los instrumentales del “Heroes” de Davis Bowie.
El segundo set empieza con “The Offering”, de nuevo un prodigioso juego de flautas que van entrelazando melodías continuamente quedando en suspenso después para dar paso a otro diálogo saxo-guitarras en el que Fripp destaca con su sonido ácido. En “Angels on the Roof” tenemos algo más de intervención de la electrónica con una serie de sonidos sintéticos que conversan con la flauta. “Moonchild” es la particular revisión del dúo de la canción de King Crimson, en la que deconstruyen diferentes elementos del tema principal y juegan con ellos hasta hacerla prácticamente irreconocible. Cierra el set y el disco, la extensa “Lamentation” con casi 20 minutos de duración lo que favorece el lento desarrollo de la misma a partir de una serie de “soundscapes” muy dinámicos que van surgiendo de la guitarra que va creando capa tras capa. Solo transcurridos unos minutos aparece la flauta y poco después una interpretación más “convencional” por parte de Fripp. En medio de un paisaje espacial volvemos a escuchar el saxo de Travis en su versión más “garbarekiana” que nos acompañará durante unos minutos más hasta el final de la pieza.
La petición de Fripp a Travis de escucharle tocar en directo antes de decidir si quería o no colaborar con él no era un capricho de estrella. Para el líder de King Crimson, la experiencia de tocar en vivo y la comunicación con otros músicos en formatos de pura improvisación es algo fundamental como ha demostrado con su banda y con los legendarios “ProjeKcts” que no son sino permutaciones de los diferentes miembros de King Crimson en las que se exploran posibles nuevos caminos del grupo. Afortunadamente, Travis pasó la prueba con nota y gracias a ello hemos podido disfrutar ya de varias grabaciones de ambos, incluyendo las de los conciertos anteriores a este en los que se presentaron la mayor parte de las piezas del mismo. Seguro que en un futuro volvemos sobre alguna de ellas pero de momento dejamos aquí nuestra recomendación para este gran “Live at Coventry Cathedral”.
Qué hermoso blog!
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