Segunda de las tres entradas consecutivas que vamos a dedicar a Steve Reich. Damos un salto hasta llegar a dos trabajos estrenados ya en este siglo: “Double Sextet” (2007) y “2x5” (2008). Se trata de dos encargos muy diferentes que tienen en común lo improbable de las formaciones instrumentales que los ejecutan que no encajan, en principio, con la música de Reich. Fue una amiga del músico, Jenny Bilfield, en aquel momento la encargada de artes escénicas de la Universidad de Stanford, quien le sugirió que compusiera una obra para Eighth Blackbird, una de las formaciones punteras en la música contemporánea americana. Reich tenía buenas referencias de ellos como intérpretes pero ni siquiera sabía cuál era la distribución instrumental del grupo. Cuando Jenny le dijo que era: flauta, clarinete, piano, percusión, violín y violonchelo, Reich contestó que no podía escribir para esa formación porque hace mucho que no escribe para instrumentos individuales sino para pares de instrumentos. La insistencia de Jenny hizo que el compositor le diera un par de vueltas a la idea hasta llegar a una solución conocida: el sexteto grabaría una parte de la música y tocaría después junto a su propia grabación repitiendo esquemas que ya utilizó en obras como “Different Trains” en las que el Kronos Quartet tocaba junto a su propia grabación de la partitura. Así llegamos a lo que describe el título de forma impecable: un doble sexteto.
La segunda obra del programa tiene mucho que ver también con el grupo que la iba a interpretar: Bang on a Can All Stars. Bang on a Can es otra de esas formaciones fundamentales en la música contemporánea y, muy especialmente, en la minimalista con grabaciones de obras de Philip Glass. Louis Andriessen o Terry Riley, entre otros, pero también de músicos como Brian Eno. El “All Stars” es una especie de subgrupo más pequeño surgido de la matriz para tener una mayor movilidad y centrándose en instrumentos amplificados. De hecho, la alineación utilizada para “2x5” es un quinteto rock formado por dos guitarras eléctricas, piano, bajo eléctrico y batería. Reich le da especial importancia al bajo, casi, casi, la estrella de la composición por su particular sonido, mucho más adecuado para la música de Reich que el tradicional contrabajo acústico.
El disco, como la mayor parte de la producción de Reich, se publicó en el sello Nonesuch. La formación de Eighth Blackbird era: Tim Munro (flauta), Michael J. Maccaferri (clarinete), Matt Albert (violín), Nicholas Photinos (violonchelo), Matthew Duvall (vibráfono) y Lisa Kaplan (piano). La de Bang on a Can All Stars: Bryce Dessner y Mark Stewart (guitarras), Robert Black (bajo), Evan Zyporyn (piano) y David Cossin (batería).
DOUBLE SEXTET
“Fast” - La obra se organiza según el clásico esquema de Reich de movimiento rápido – movimiento lento – movimiento rápido. El primero de ellos transcurre con ritmo ferroviario, con el piano marcando la pauta apoyado puntualmente por el vibráfono. Cuerdas y vientos quedan para la parte más melódica con notas largas sostenidas en el tiempo que contrastan con la velocidad del aparato rítmico. Por momentos nos recuerda a las partes más brillantes de “Different Trains” aunque sin la frescura de aquella obra.
“Slow” - El movimiento lento nos distrae un poco de la escucha por la excesiva pausa que supone y porque, por momentos, parece que no ocurre nada. Nos quedamos con sus sonoridades lejanamente jazzísticas y poco más.
“Fast” - Con el tercer movimiento los pianos realizan una transfusión de energía y recuperan el pulso inicial de la obra extraordinariamente apoyados por el resto del grupo, particularmente violín y flauta, que se hacen notar a un muy buen nivel. Nos gusta especialmente la segunda parte de la pieza en la que los distintos grupos instrumentales se relevan en cada sección creando un bonito efecto, sobre todo en el segmento final a cargo de los vientos.
2x5
“Fast” - Habla Reich de cómo la música popular siempre ha terminado por filtrarse en la académica y afirma que la música popular de nuestro tiempo es el rock. Funciona a modo de justificación para explicar la particular formación de músicos que ejecuta la obra pero esa influencia tampoco termina de plasmarse claramente en la obra. La batería está presente pero, desde luego, de un modo muy alejado del que lo hace en el rock. El piano sigue siendo importante en un papel no muy distinto del que ocupa en “Double Sextet” y el bajo ejerce de apoyo subrayando cada frase de éste. La sonoridad de las guitarras es una de las cosas que más nos gusta de la pieza aunque es inevitable acordarse de “Electric Counterpoint”, obra anterior de Reich en la que la guitarra era protagonista.
“Slow” - Extraña atmósfera la que se consigue aquí ya que no parece que estemos escuchando un movimiento lento como tal sino uno rápido ralentizado, por la forma en que se organizan las notas y los espacios entre ellas. Su corta duración hace que lo veamos más como una transición que como un movimiento en sí.
“Fast” - Ahora las guitarras sí que ocupan un lugar central, incluso con carácter melódico. Volvemos a pensar en “Electric Counterpoint”, tanto en la versión tradicional de Pat Metheny como en la más moderna de Jonny Greenwood. Quizá sea nuestro movimiento favorito y aquel en el que mejor mezclan bajo, piano y guitarras.
Steve Reich ganó el premio Pulizter por “Double Sextet” en la edición de 2009 aunque, como ocurre en muchas ocasiones, el propio artista pensaba que alguna de sus obras anteriores lo habían merecido más que esta. Sin embargo, y quizá por el simple hecho de que el premio la va a situar ya para siempre como una de las que más se mencionarán en las biografías del futuro, Reich considera que es una de sus obras más importantes. No terminamos de estar seguros de que esa afirmación sea correcta pero probablemente así termine ocurriendo. Está claro que Reich, al igual que otros compositores de su generación, hace ya tiempo que compusieron sus mejores obras pero es de agradecer que se mantengan activos y regalándonos de cuando en cuando composiciones como estas. Ya sin el riesgo y el vértigo de sus piezas iniciales pero conservando aún cierto filo.
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