La personalidad de Henryk Górecki, poco amigo de los focos y de la fama, hizo que su obra nunca haya sido todo lo conocida que debería. De otro modo no se explica que, tras el tardío éxito de su tercera sinfonía, convertida en éxito mundial y en superventas extraordinario para lo que es el mundo de la música clásica, todavía queden muchas obras suyas inéditas. La que comentamos hoy es otra más de ese catálogo publicada tras el fallecimiento del compositor polaco en 2010. Se trata de sus “Church Songs, Op.84”, escritas en 1986 pero de las que no tuvimos noticia hasta 2013. Una colección de canciones religiosas (el principal motor creativo de Górecki) compuestas en una época en la que este tipo de obras eran la principal ocupación del polaco. De los mismos años, por ejemplo, son sus “Five Marian Songs” (1985), sus “Two Marian Hymns” (1986) o su “O Domina Nostra” (1985), todas ellas dedicadas a la figura de la Virgen María.
Górecki siempre fue un católico ferviente pero eso tardó en reflejarse en una obra musical que hasta los años setenta apenas tuvo influencia de la religión, algo que probablemente tuvo que ver con el régimen comunista de Polonia, que, digamos, en sus primeras décadas no promocionaba especialmente la aparición de este tipo de obras. Con la ascensión al pontificado de Juan Pablo II, polaco como Gorecki, el músico terminó la composición de su “Beatus Vir”, encargo del propio Papa cuando aún era cardenal en Cracovia. La obra pasó bastante desapercibida y el compositor, sintiéndose incomprendido, se recluyó y dejó los conciertos para dedicarse a la composición en un ambiente hogareño alejado del público y de la academia.
En ese ambiente de recogimiento, Górecki encontró un libro de canciones para la liturgia recopilado en el S.XIX por Jan Siedlecki. De ahí salieron los dos ciclos marianos de canciones citados antes y esta selección de canciones eclesiásticas que comentamos hoy, recopiladas y publicadas por Mikolaj, hijo del compositor, en 2013. Este ciclo de veinte canciones a capella fue grabado el año pasado por el Polski Chór Kameralny dirigido por Jan Lukaszewski y publicado por el sello Ondine.
Los que conozcan la obra coral de Górecki no van a encontrar en la colección ninguna sorpresa. Desde el inicio con la bellísima y muy lírica “O Virgo Maria” asistimos a una sucesión de melodías bien construidas y con ese toque delicado que muchos verán cursi y que aparece en muchas obras de otros músicos actuales procedentes del antiguo bloque comunista como Vladimir Martynov o Valentin Silvestrov. “Sicut parvi amplectamur” tiene trazas del “tintinnabuli” de Arvo Pärt mientras que “Veni, o mater terrae” y “O mater semper alma”, esta última con alguna referencia a “O Domina Nostra” recuerdan formas antiguas, propias de la primera polifonía pero eso es algo común a casi toda la escritura para voces de Górecki. “Nunc avemus et laudeamus” regresa a las estructuras meditativas y nos acerca al universo musical de John Tavener, con quien tantas veces se ha comparado al propio Górecki. “Ave, carmina milia” es otro ejemplo de melodía inspirada que nos deja con la brevísima “O stella caeli”, una miniatura muy divertida tras la que llega “Sanctus, sanctus, sanctus”, sin ninguna sorpresa, para cerrar el primer CD de la colección con la extensa “Domine Deus”.
La segunda parte comienza con “Popule meus”, tranquila y reposada que nos lleva a “Pie Jesu, pastor alme”, otra clara muestra del estilo de su autor y de lo que alguien dio en llamar “minimalismo sacro”. “Jesu Christie, frater noster” continúa con la línea de estatismo luminoso de buena parte de las canciones y “Pater noster, omnipotens Deus” nos vuelve a recordar a Tavener. Seguimos con dos canciones cortas, “Ave, lauderis” y “Christi crux” para llegar a “Jesus Christus resurrexit”, una construcción casi perfecta a base de capas diferentes que van ascendiendo y apagándose una tras otra. “Beati qui eligunt Joseph” tiene un tono más oscuro, casi de réquiem que contrasta enormemente con la alegría contagiosa de “Salve mater matris Jesu”. “Jam conclamamus”, en cambio, nos suena más a villancico, con alguna lejana referencia al popular “adeste fideles” y cierra la serie “Audi clamantes, audi plorantes” en un tono más folclórico que el resto.
Creemos que este “Church Songs” de nuestro admirado Henryk Górecki es una excelente escucha para momentos de tranquilidad, para alejarse de todo durante casi dos horas y disfrutar de una música profunda y con contenido. No todas las obras del compositor polaco, pese a su fama, ofrecen esta posibilidad ya que, pese a una cierta continuidad en su estilo, especialmente en los últimos años, tiene muchas composiciones con momentos de tensión y sobresaltos, algo que aquí no encontramos.
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