jueves, 1 de noviembre de 2012

Loreena McKennitt - Troubadours on the Rhine (2012)



La última vez que hablamos de Loreena McKennitt fue para glosar el que fue su disco de retorno tras varios años de silencio, “An Ancient Muse”. A partir de aquel trabajo, la producción de la cantante canadiense experimentó una doble tendencia: por un lado, sus discos comenzaron a aparecer con una frecuencia mucho mayor de lo habitual y por otro nos mostraban un claro retorno a las raíces de la artista, volviendo a la temática más puramente celta o a los villancicos clásicos. Paralelamente, la instrumentación fue reduciéndose y acercándose a lo más básico del género.

El último disco aparecido sólo hace unos meses, sería el mayor exponente de esto que comentamos: un CD grabado en directo durante un programa de radio ante una reducida audiencia presencial de unas 300 personas en el que Loreena con su voz y tocando su inseparable arpa y el piano sólo se acompañó del guitarrista Brian Hughes y la cellista Caroline Lavelle. El concierto tuvo lugar el 24 de marzo de 2011 y fue retransmitido por la emisora alemana SWR1, en cuyos estudios tuvo lugar el evento.

El repertorio de la actuación se centró en piezas de los primeros trabajos de la artista (especialmente de “The Visit”) y en su disco más reciente, podríamos decir que por necesidades del guión ya que buena parte de las canciones de los discos “de viajes” de la canadiense habrían requerido de una banda más numerosa para que le interpretación no sonase “descafeinada”. Al contrario de lo que ocurre con sus discos de estudio, en este “Troubadours on the Rhine” la mayoría de los temas son adaptaciones de melodías tradicionales y de textos de poetas británicos, ocupando las piezas propias una parte reducida del recital. Afirma Loreena sobre el disco que: “Es muy distinto de otras grabaciones mías. La experiencia es muy similar a un concierto íntimo que podría haber dado en mi propia casa ante mis amigos”.


Cartel de uno de los conciertos de la reciente gira española de la artista.



“Bonny Portmore” – Con las suaves notas del arpa de Loreena y un leve acompañamiento de sintetizador se acompaña la artista en la adaptación de esta canción tradicional incluida originalmente en su disco de 1991 “The Visit”. El cello de Lavelle le da un aire clásico a la canción que quizá no poseía en versiones anteriores. En cualquier caso, la voz de McKennitt, más entonada que nunca, es la auténtica protagonista de la canción y de todo el disco.



“Down by the Sally Gardens” – Seguimos con las melodías tradicionales adaptadas por la artista para acompañar a un poema de William Butler Yeats. La canción apareció originalmente en el anterior disco de estudio de la artista, titulado “The Wind that Shakes the Barley”, que representaba la confirmación de la vuelta de la artista al sonido y las temáticas de sus primeros discos. Loreena deja de lado esta vez el arpa y se ocupa del piano para acompañar al cello que es el encargado de las más destacadas partes instrumentales de la canción.

“The Wind That Shakes the Barley” – Segundo tema procedente del disco más reciente de la artista y de nuevo se trata de una melodía tradicional adaptada a un poema, en esta ocasión de Robert Dwyer Joyce. La versión destaca por la tensión transmitida en la interpretación. Apenas tenemos una base de teclados a modo de bordón, con algunos apuntes del piano subrayando determinados pasajes y el cello y la guitarra eléctrica añadiendo un cierto dramatismo en momentos puntuales. Loreena huye de las exhibiciones vocales y adopta un tono más cercano a la narración con una cierta entonación que a una ejecución más tradicional. Pese a ser una canción bien conocida, la versión de Loreena nos muestra aspectos distintos de un tema que cuenta con versiones ciertamente desgarradoras como la que hizo Lisa Gerrard a capella en un celebrado disco de Dead Can Dance años atrás.



“Between the Shadows” – Llegamos a una de las dos únicas composiciones propias de la artista incluidas en el disco. Se trata de un precioso instrumental aparecido originalmente en el disco ya citado “The Visit”. La versión aquí recogida es algo más lenta y, a falta de la arrolladora fuerza de su primera encarnación (recordemos que en aquel entonces, Loreena contó con una potente sección rítmica de batería, bajo y percusiones), nos regala un par de interesantes pasajes a cargo de la guitarra eléctrica primero y del cello después que aportan un aire nuevo a la composición.

“The Lady of Shalott” – Quizá el tema “estrella” de “The Visit” fue, precisamente, este largo romance de Alfred Lord Tennyson para el que Loreena McKennitt escribió la música. En él se narraba una de las trágicas historias que aparecen en las leyendas artúricas. En esta ocasión, el sonido del arpa, el cello y los sintetizadores es más que suficiente para recrear una versión muy cercana a la original y tan recomendable como aquella.

“Stolen Child” – Llegamos a la canción más antigua del repertorio de Loreena de entre las incluidas en el disco. Apareció originalmente en el disco “Elemental” y en ella, como en la anterior, la artista compone la música que acompaña a los textos del poeta, en este caso, William Butler Yeats, quien aparece así por segunda vez en el disco. La composición es una de las más exigentes en cuanto a sus partes vocales y en ella Loreena hace gala de sus magníficas cualidades alternando los agudos más impactantes con los graves más cálidos y pasando del susurro a las notas más intensas en pocos compases.

“Penelope’s Song” – La segunda composición del disco enteramente escrita por la artista pertenece a “An Ancient Muse”, trabajo que comentamos en La Voz de los Vientos no mucho tiempo atrás. Como ocurría con “The Lady of Shalott”, la versión aquí recogida guarda una gran fidelidad con la original con lo que poco más podemos añadir. Se trata de una de las mejores canciones de su autora, en una versión exquisita e interpretada en un gran momento artístico de la canadiense. No se puede pedir más.

“The Bonny Swans” – El que que el primer single de “The Mask and Mirror” y una de las canciones más populares de la artista no podía faltar en el concierto. El texto es tradicional mientras que la música fue compuesta por la propia Loreena. En su momento, fue esta una canción que sorprendió bastante al público por la importante presencia de la guitarra eléctrica que no pasa precisamente por ser un instrumento ligado a la tradición celta. En la versión del concierto, su protagonismo es mayor, si cabe, al estar ausentes las percusiones y elementos rítmicos que adornaban al original quedando el piano como único instrumento que hace esas labores en determinados momentos de la canción.

“The Parting Glass” – Para cerrar el disco, Loreena recurre a otra canción tradicional incluida en “The Wind that Shakes the Barley”. Se trata de una balada que ya era uno de los cortes más íntimos de aquel disco (Loreena sólo se acompañaba de guitarra y violín) y que aquí interpreta casi en su totalidad con la ayuda del piano, siendo la presencia del resto de instrumentos casi testimonial.

La voz de la artista canadiense ha sido siempre el principal activo de todos sus discos y ha soportado los acompañamientos instrumentales más recargados en muchos de esos trabajos sin perder ni un ápice de su protagonismo. Sin embargo, en un formato tan cercano como el de este “Troubadours on the Rhine” es en el que podemos apreciar con mayor claridad la dimensión de una vocalista realmente excepcional a la que no podemos encontrar rival fuera del ámbito del bel canto. El mérito de poseer una voz tan privilegiada es, sin embargo, relativo. No lo es tanto el haber sabido encontrar un repertorio, unas canciones y un estilo dentro del cual utilizar esas cualidades naturales y adaptarlas a la música para conseguir un doble resultado: conseguir unos arreglos mediante los que la voz se ajuste a las canciones y, a la vez, mejorarlas de modo que el resultado sea el mejor de los posibles. Quizá sea esta habilidad la que ha hecho que Loreena McKennitt sea hoy la artista que es, referencia ineludible en las últimas décadas dentro de los estilos que aquí solemos tratar. Los que queráis adquirir el último disco que la artista nos ha dejado, lo podéis hacer en los siguientes enlaces:

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