Cuenta la leyenda que, en sus inicios, Ian Anderson y sus compañeros cambiaban de nombre tras cada actuación en los locales de su zona para que los propietarios no les reconocieran y así poder tocar de nuevo. Según esa historia, se quedaron con el nombre de Jethro Tull porque fue el primero con el que les volvieron a llamar para repetir actuación. No es este el único caso, ni mucho menos, de banda de nombre cambiante, cosa que es muy normal, especialmente en los inicios. Algo más raro es lo que sucedió con la formación que os traemos hoy al blog. David Baker y Simon Leonard fueron uno de tantos dúos de tecno-pop que surgieron en Inglaterra a caballo entre los años setenta y los ochenta. Tras entregar unas “demos” a Daniel Miller firmaron por el sello Mute lo que venía a ser por aquel entonces como llegar al olimpo del género ya que ahí era donde publicaban bandas como Depeche Mode o Yazoo.
Por aquel entonces se hacían llamar I Start Counting y llegaron a grabar varios singles y elepés que, pese a tener una factura muy similar a los de los mencionados Depeche Mode, nunca llegaron a los niveles de éxito de aquellos. A finales de los ochenta, y viendo que después de tres discos publicados el proyecto no terminaba de levantar el vuelo decidieron afrontar un cambio de estilo que vino acompañado del cambio de nombre. Fortran 5 fue el escogido y bajo esa denominación llegaron a grabar otros tres trabajos que pasaron tan desapercibidos como los anteriores.
No podemos afirmar que llegasen a triunfar de forma masiva tras su tercer bautizo pero lo cierto es que el regreso del dúo en 1997 fue el que nos hizo conocer su música y lo hizo de la forma más insospechada. Pese a su estatus de banda de culto, la obra de Kraftwerk no se encontraba en aquellos años en un momento especialmente alto de popularidad. Quedaba muy atrás su último disco de estudio y faltaría aún un poco para la reivindicación masiva que les iba a devolver a la actualidad tiempo después. Lo que hicieron Baker y Leonard fue grabar un disco que puede ser visto como un homenaje, una copia, un plagio e incluso una parodia al cuarteto de Düsseldorf. El nombre adoptado también remitía en cierto modo a la banda alemana, especialmente por el cambio en la inicial de la palabra: Komputer (con “k”). Practicamente cada una de las canciones del disco podría considerarse un tributo a otra de Kraftwerk lo que proponía al oyente un curioso juego de adivinanzas.
Sin embargo no vamos a hablar hoy de ese trabajo sino del siguiente que apareció en 2002 con el título de “Market Led”. Muchos esperaban (esperábamos) una especie de segunda parte de “The World of Tomorrow” (el disco anterior) pero lo cierto es que el nuevo no tenía nada que ver con aquel sino que iba un paso más adelante. La música de Kraftwerk influyó a un montón de bandas en los años noventa y en alguna ocasión hemos hablado aquí de Orbital como de sus principales herederos, siquiera en espíritu, pero hubo más como Autechre, Matmos o Aphex Twin. Por ese lado sí que encontramos una cierta continuidad en este “Market Led” que puede ser visto como un homenaje a los sucesores de Kraftwerk.
Komputer en directo. |
“Gaps” - El disco comienza con un ritmo sincopado cuajado de “glitches” y efectos sonoros de todo tipo y durante unos instantes asistimos a una continua adición de nuevos elementos a la mezcla. Apenas hay elementos melódicos salvo un esbozo de linea de bajo que se repite constantemente. Un tema muy experimental que nos pone sobre aviso ya de lo que nos espera en el resto del disco.
“Stringer” - El segundo corte tiene como principal diferencia la presencia de un ritmo continuo de fondo sobre el que se construye una pieza que nos recuerda mucho a los primeros trabajos de Orbital, tanto en cuanto a su construcción como en el campo de los sonidos utilizados. En todo caso no es un tema demasiado elaborado y tampoco tiene una gran evolución al margen de ligeras variaciones en el motivo central y del empleo de nuevos efectos. El último tercio de la pieza elimina todo rasgo de melodía y se centra en una serie de juegos rítmicos muy esquemáticos para volver, ya cerca del final, a los timbres y melodías del comienzo.
“Mum” - Con algo más de trabajo alrededor, todo lo que suena en esta pieza podría haber conformado un tema mucho más interesante. Tiene timbres muy atractivos y los combina muy bien con células rítmicas sencillas pero enlazadas de un modo muy acertado. Unos fondos electrónicos o alguna secuencia rítmica le habrían venido muy bien a una composición con mucho potencial no del todo aprovechado.
“Kompaktor” - El primer minuto de la pieza es puro Kraftwerk hasta el punto de que lo que suena parecen “samples” y ritmos sacados de “Boing Boom Tchak”, el tema que abría el disco “Electric Cafe” de los de Düsseldorf. El problema es que, más allá de eso, “Kompaktor” no nos ofrece demasiado.
“Diary” - Regresamos a los sonidos clásicos de Orbital y a sus característicos ritmos sincopados. El tema, como ocurre con varios de sus predecesores en el trabajo, se construye a partir de una continua incorporación de elementos sobre una mezcla que se repite una y otra vez. Desde el punto de vista de la producción nos resulta un trabajo notable pero echamos en falta algo más de contenido.
“Keep Rocking” - Mucho más dinámico es el siguiente corte hecho a base de samples de todo tipo combinados formando ritmos tremendamente adictivos. Un trabajo con raíces en discos pioneros como “Zoolook” de Jean Michel Jarre y que probablemente haya influido a artistas como Cristo Tapia de Veer para su banda sonora de la serie “Utopia” que ya comentamos aquí en su momento. Probablemente sea nuestro tema favorito de todo el disco.
“Joanna” - Salvando las distancias, que son inmensas, este corte comienza con una sucesión de sonidos en una cadencia muy pegadiza que nos recuerdan a “Ethnicolor II” del citado “Zoolook” de Jarre pero enseguida sufre un giro muy acusado con la aparición de una secuencia electrónica que emula a la del clásico de Kraftwerk, “Autobahn”. Todos los sonidos empleados nos remiten de una u otra forma a ese disco aunque no se trata de un calco tan claro como los que los miembros de Komputer hicieron en su primer trabajo.
“Chirpy” - Una serie de trinos electrónicos nos reciben en el inicio del corte que cierra el disco. Tras ellos, un ritmo vertiginoso al que se añaden efectos electrónicos para conformar una pegadiza pista bailable de gran sencillez pero tremendamente contagiosa. Cerca del ecuador de la misma vuelven las referencias a Orbital o Aphex Twin que elevan el tono del tema para terminar el disco en lo más alto.
Tenemos que confesar que no somos precisamente experto en las corrientes electrónicas de música de baile de los años noventa más allá de conocer algunos de los discos mejor considerados por los especialistas y parte de la discografía de varios de los artistas más relevantes. Por ello, quizá encontremos aquí más similitudes con una banda como Orbital, a la que conocemos bien, y se nos escapen otras influencias, quizá más evidentes para aquellos más metidos en el género. “Market Led” no es un mal disco pero creemos que está muy lejos de aquellos trabajos en los que se inspira. Mientras que “The World of Tomorrow” era un disco que podríamos recomendar a cualquier seguidor de Kraftwerk, se nos haría complicado hacer lo propio con este a un aficionado a la IDM (Intelligent Dance Music) porque no creemos que aporte demasiado al género. Lo más destacado, en nuestra opinión, es la parte final del trabajo, especialmente los tres últimos cortes que rayan a un nivel muy superior al resto.
Hoy en día son muy abundantes las bandas-homenaje a grandes artistas y grupos del pasado aunque la gran mayoría de ellas se limitan a realizar versiones de aquellos y no tanto a componer imitando sus estilos. Komputer, a falta de desarrollar una personalidad propia, sí que han sabido detectar los elementos más característicos de alguno de los artistas más representativos de la música electrónica y se las han arreglado para darles forma consiguiendo crear homenajes más que dignos en muchos casos. Dentro de esa idea, “Market Led”, pese a ser un trabajo irregular y muy inferior a su precedente “The World of Tomorrow”, no deja de tener interés, razón por la cual hemos decidido traerlo al blog. Esperamos que lo disfrutéis.
Os dejamos con un video en el que se recoge una "peculiar" actuación del dúo:
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