Aquellos que seguíamos diariamente el legendario programa de Radio3, “Diálogos 3”, en la segunda mitad de los años noventa nos familiarizamos con un nombre: la Academia Sibelius, de Helsinki. Ramón Trecet empezó a hablar de ella cuando nos presentó a Pirnales y, sobre todo, a Niekku, un grupo de folk finlandés formado en la Academia. Estamos hablando de una institución musical del mayor nivel de la que han salido algunos de los músicos más importantes en todos los ámbitos de las últimas décadas. Allí estudiaron los compositores Einojuhani Rautavaara o Aulis Sallinen, directores de orquesta como Paavo Berglund o Esa-Pekka Salonen pero también músicos de estilos alejados de la música clásica o del folk como el guitarrista de la banda de heavy metal Stratovarius, Matias Kupiainen, el bajista de la banda de rock gótico HIM, Mikko Paananen o la vocalista de Nightwish, Tarja Turunen.
También de la Academia Sibelius salió una banda con una propuesta verdaderamente original. La formaron cuatro violonchelistas con un interés común en la música de Metallica, quizá la formación más popular en el heavy metal de los ochenta y noventa. Eicca Toppinen, Paavo Lötjönen, Max Lilja y Antero Manninen fundaron Apocalyptica como una banda-tributo a Metallica con la que daban conciertos con un reconocimiento creciente aunque sin aspiración, al menos en un principio, de grabar discos y hacer una carrera importante como grupo. “Nos encantaba Metallica y solo queríamos interpretar su música con los instrumentos que sabíamos tocar que eran violonchelos. Tocábamos en un club de heavy metal en Helsinki cuando un tipo se nos acercó y nos preguntó si queríamos grabar un disco. Nos tomamos la propuesta a broma pensando ¿Quién querría escuchar esto en disco?. Bien. Cinco meses después del lanzamiento del disco, estábamos haciendo de teloneros de los mismísimos Metallica. Aún me parece increíble”. Así es como cuenta la historia Eicca Toppinen en la web de la banda.
Ese primer disco es el que vamos a comentar hoy y llevaba el descriptivo título de “Apocalyptica plays Metallica by Four Cellos”. El contenido era exáctamente eso: versiones de varios éxitos de la banda norteamericana con arreglos para violonchelo (con algo de ayuda de la electricidad) en los que encontramos una nueva visión, en algunos casos muy sorprendente, de la música de Metallica.
Abría el disco “Enter Sandman” del disco conocido como “Black Album” de la banda publicado en 1991. Es un arreglo muy rítmico que destaca en la segunda mitad la parte melódica de la pieza con gran virtuosismo por parte del solista. Sigue con el clásico “Master of Puppets” del disco homónimo de 1986 con el cuarteto lanzado a toda velocidad a través de los cambios de ritmo y las intrincadas melodías de una canción poderosísima que no pierde un ápice de energía en su traducción a instrumentos clásicos. El siguiente tema es uno de nuestros favoritos: “Harvester of Sorrow” del disco de 1988 “...and Justice for All”. El ritmo cadencioso de la introducción ejecutado por varios cellos a la vez es hipnótico y los arreglos muy conseguidos explorando todas las posibilidades del violonchelo, incluso como instrumento de percusión. La primera parte del disco la cierra “The Unforgiven”, del “Black Album” y lo hace de forma maravillosa. Es una excelente balada que en los arreglos de Apocalyptica se convierte en una auténtica preciosidad llena de delicadeza en su primera parte pero con mucho filo en la segunda, llena de momentos virtuosos. Si no es la mejor pieza del disco, puede entrar en discusión con cualquier otra. Seguimos con el mismo trabajo para escuchar “Sad But True”, otra descarga de energía que comienza con un tiempo medio muy marcado en el que podemos disfrutar de un excelente solo en el tramo final. El tema más antiguo de la colección es “Creeping Death” del disco de 1984 “Ride the Lightning” que suena fantástico en la versión de Apocalyptica, especialmente en alguno de los solos en los que se recrean con especial acierto. El último corte rescatado del “Black Album” es “Wherever I May Roam”, una pieza oscura que se adapta perfectamente a la tesitura de los violonchelos alcanzando momentos realmente opresivos antes de cerrar el trabajo volviendo al “Master of Puppets” con el tema “Welcome Home (Sanitarium)”, una pieza llena de dramatismo en el original, algo que los miembros de Apocalyptica consiguen replicar aquí con gran acierto con un final apoteósico.
Una vez superada la sorpresa inicial de la propuesta de escuchar temas de heavy metal adaptados para una formación más propia de la música clásica, resulta que el resultado es menos descabellado de lo que podríamos pensar en un principio. De hecho, entre los músicos de metal suele haber un mayor número de formados en conservatorios que en otros géneros del rock y las estructuras y esquemas de muchos temas del heavy tienen abundantes influencias de la música clásica, especialmente del periodo barroco. Quizá por ello la apuesta de Apocalyptica funcionó tan bien llegando con su disco de debut a ser conocidos en todo el mundo. Disco este que acabamos de comentar que ha conocido varias reediciones a las que incluso se les ha añadido material adicional como un tema del LP de debut de Metallica que no estuvo representado en el disco original. Recientemente han lanzado una segunda parte con nuevas versiones de la banda norteamericana pero que no respeta estrictamente el espíritu del trabajo que hemos comentado hoy al contar con algunos instrumentistas invitados en varios temas, incluyendo miembros de Metallica.
Los siguiente discos de Apocalyptica mostraron el deseo de la banda de no quedarse estancados en el mismo formato. En su segundo trabajo ampliaron el repertorio sumando a las canciones de Metallica otras de bandas como Faith No More, Sepultura y Pantera además de incluir alguna composición propia. En discos sucesivos fueron incorporando cada vez más música original y más instrumentos convirtiéndose en una banda más cercana a la ortodoxia del género aunque manteniendo el violonchelo como instrumento central. Creemos que este trabajo puede gustar a un público muy amplio que va desde aficionados al heavy metal que no acostumbran a escuchar música clásica como el caso completamente opuesto. En todo caso estamos ante un disco original y sorprendente que nos llamó mucho la atención en su día y que, aún hoy, escuchamos con cierta frecuencia. Así se las gastan en directo:
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