En muchos aspectos, “Toward the
Center of the Night” es una prolongación del que fue el primer
disco en solitario de Michael Manring, “Unusual Weather”. A pesar
de los tres años transcurridos entre uno y otro trabajo, en términos
sonoros y también compositivos cualquiera de los temas del segundo
disco podría haber formado parte perfectamente del primero. Hay, sin
embargo, algo que diferencia mucho ambos trabajos. Una diferencia
sutil, muy difícil de expresar con palabras pero que sitúa al
segundo de ellos un escalón por encima del anterior en casi todos
los sentidos.
Manring es un consumado maestro de su
instrumento, el bajo, al que ha llevado a límites que exceden la
propia sonoridad del instrumento mediante diseños personales de
nuevos modelos que multiplican las posibilidades tímbricas del
mismo. Hemos hablado ya en varias ocasiones de su trabajo tanto en
solitario como en discos de otros artistas por lo que no vamos a
volver a repetir los mismos datos que siempre ilustran las reseñas
del bajista norteamericano. Sólo dedicaremos unas lineas a repasar
lo que hizo Michael entre su anterior trabajo y este para tratar de
explicar el salto de calidad entre ambos.
Simultáneamente a la grabación de
“Unusual Weather”, Manring participaba en “Confering with the
Moon” de William Ackerman y meses después hacía lo propio en
“Watching My Life Goes By” de Michael Hedges. Con todo lo
importante que esto pueda ser, no aportaba nada sustancialmente
distinto de lo que Manring hizo antes de aquel disco de debut. La
principal diferencia puede radicar en la incorporación del artista a
Montreux, el “supergrupo” de la discográfica Windham Hill
integrado a partir de su llegada por Mike Marshall, Darol Anger,
Barbara Higbie y el propio Manring. Fue este un grupo de corta
trayectoria pero que supo producir un par de discos maravillosos.
Responder a la pregunta de en qué pudo influir su participación en
ellos para el salto de calidad de la música de nuestro bajista en
solitario sería enfrascarnos en especulaciones, probablemente poco
fundadas pero creemos que con su participación en Montreux, Manring
pudo dar rienda suelta a una de sus facetas musicales para explotar
el resto en “Toward the Center of the Night”, un trabajo más
coherente, acaso más centrado que su predecesor.
Manring toca los teclados, las
percusiones, la guitarra y diferentes tipos de bajo además de cantar
en algunos momentos. Le acompaña un clásico del sello Windham Hill
como es Paul McCandless, encargado de todos los instrumentos de
viento, Tom Miller a la percusión y Coco Roussel a la batería.
“Life in the Trees” - El comienzo
del álbum, con una serie de cadenciosos acordes de guitarra sobre
los que asoma el bajo sin trastes de Manring no sirve en modo alguno
como pista para lo que llega a continuación. Un breve apunte
melódico a cargo de McCandless acompañado de las voces de Manring
nos lleva de la mano a lo largo de una pieza muy agradable e
inspirada que evoluciona con naturalidad durante varios minutos en
los que se repite una y otra vez la melodía central.
“A Way With Birds” - La batería
cobra protagonismo en el siguiente corte, en el que McCandless lleva
todo el peso melódico al saxo con el inestimable refuerzo del bajo
de Manring. El tema combina elementos jazzísticos con un aire pop
todo englobado en una concepción progresiva que funciona a las mil
maravillas. Una delicia para los sentidos.
“Geometry” - Llega la primera
demostración de virtuosismo a cargo de Manring aplicando la técnica
del “tapping” a su instrumento, esto es, pulsando las cuerdas del
bajo directamente sobre el mástil. La composición es excelente y
permite disfrutar con total limpieza de las habilidades de nuestro
músico sin necesidad de incluir elementos epatantes a los que tantas
veces recurren los instrumentistas más dotados.
“Near” - Nos encontramos de nuevo
con otra extraordinaria melodía a la que sólo se le puede poner un
“pero” por utilizar un sonido de sintetizador demasiado tópico,
utilizado hasta la saciedad por Pat Metheny (a quien esta composición
debe muchas cosas) o por seguidores suyos como Lito Vitale o Mark
Sloniker. Con todo, estamos ante una pieza notable.
“Cats Go Forward” - Cambio total de
estilo con un tema de concepción pop desde el comienzo con la
batería en primer plano. Luego será el bajo el que presente la
melodía central repetida primero por los teclados y más tarde por
el saxo. Son continuos los diálogos entre los instrumentistas
principales y las armonías vocales están perfectamente construidas
para realzar los pasajes más acertados.
“Blue Orleans” - Llega el momento
de escuchar otro tema de Manring en solitario, primero con el bajo
sin trastes y más tarde ayudado por la guitarra baja. Se trata de
una melodía sencilla, meditativa, cuyo punto fuerte es la
extraordinaria expresividad de Michael que logra sacar sonidos y
timbres a su instrumento que muy pocos podrían recrear. Jaco
Pastorius tendría motivos sobrados para sentirse orgulloso del que
fuera su alumno.
“Renegade Intellectuals” -
Regresamos a los temas directos y de espíritu pop con esta nueva
pieza en la que se vuelven a juntar los elementos que podrían haber
hecho de Manring un músico mucho más popular: melodías inspiradas,
una interpretación exquisita y un cierto toque comercial. Por algún
motivo, el artista no profundizó mucho más en esta linea en discos
posteriores y no podemos decir que lo lamentemos, visto el gran nivel
alcanzado por muchos de esos trabajos pero siempre tendremos
curiosidad por saber a dónde podría haber llegado Manring de
explotar más esta vía.
“The Moving Darkness” - Escuchamos
ahora una de las piezas más serias de todo el disco, interpretada
casi en su totalidad con piano y sintetizadores que van tejiendo una
densa madeja ambiental construida como un continuo “in crescendo”.
Una rareza dentro del disco pero también uno de los mejores temas
del mismo.
“Magnets” - En rotundo contraste
con el anterior corte, los sintetizadores martillean llenos de
optimismo los oídos del oyente con un ritmo que no cesará en toda
la pieza. Mientras tanto se despliegan una serie de melodías
imaginativas y vitales hasta configurar uno de los temas más
pegadizos del disco.
“Far” - Apenas minuto y medio dura
esta miniatura que no es sino una lección de bajo comprimida cuyo
escaso desarrollo no permite añadir mucho más.
“The Precise Moment of Dusk” - Uno
de los títulos más poéticos del disco sirve también para
presentar una composición soberbia, con un desarrollo extraordinario
que sabe dar el sitio justo a sintetizadores, piano y bajo. La
primera parte es lenta, muy pausada, con algunas interrupciones en
las que se presenta la melodía central. La segunda mitad de la pieza
incide en la misma melodía que crece y se expande al mezclarse con
un segundo tema de excelente factura.
“A Brief History of the Wind” - Con
un título no menos poético que el anterior, llega el tema estrella
del trabajo y, quizá, el mejor de Manring en su etapa en Windham
Hill. Una serie de progresiones melódicas del bajo a las que se unen
los vientos de McCandless se suceden a un ritmo frenético con la
batería a pleno rendimiento. Tras un par de repeticiones, entramos
en un pequeño remanso en el que aparecen las voces y los solos de
bajo sin descanso. Irrumpe una percusión tribal para rescatar el
tema principal y las voces se suman a la fiesta. Una nueva
recuperación de la melodía desemboca en el gran final con Manring
verdaderamente “imperial” (así le calificaba Ramón Trecet en
los años dorados de "Diálogos 3"). Difícil escuchar algo mejor en
estos estilos.
“Funk and Disorderly” - Para cerrar
el trabajo, ahora sí, Manring da rienda suelta a sos capacidades
interpretativas con un sólo que mezcla funk y blues interpretado
sólo con el bajo, sin ningún otro acompañamiento. Una de esas
cosas que vista en directo te deja sin habla y que pierde algo de
brillantez escuchada en el CD sin el apoyo visual.
Como ya hemos apuntado más arriba, la
carrera de Manring en Windham Hill no se sale demasiado de los
parámetros estéticos del sello, lo que no nos disgusta por cuanto
que somos devotos admiradores de la estética que durante tantos años
cultivó la discográfica de William Ackerman. Dentro de esos
parámetros, el bajista grabó tres discos realmente interesantes que
con la entrada de hoy quedan glosados en su integridad en el blog.
Todavía falta alguno editado con posterioridad pero de un estilo muy
diferente que ya apuntaba al Manring más versátil e inclasificable
que escucharíamos en los años posteriores, ya fuera de la órbita
de Windham Hill. Tiempo habrá en todo caso para hablar de esos
trabajos. Por ahora, os recomendamos la escucha de un disco que,
desgraciadamente, hoy en día está descatalogado aunque sigue
vigente la promesa que su autor hizo en 2011 según la cual, en algún
momento todos los discos de esta etapa volverían a editarse.
El disco puede escucharse al completo en el siguiente enlace de youtube.com aunque el autor no permite su inserción en páginas externas por lo que los interesados en escucharlo tendréis que acudir allí. Como consuelo, os dejamos a Manring interpretando en directo a un tal J.S. Bach:
El disco puede escucharse al completo en el siguiente enlace de youtube.com aunque el autor no permite su inserción en páginas externas por lo que los interesados en escucharlo tendréis que acudir allí. Como consuelo, os dejamos a Manring interpretando en directo a un tal J.S. Bach:
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