Mucho antes de la
denominación “música new age” hiciera fortuna abanderando un movimiento
de gran éxito, especialmente en los años ochenta y primeros noventa, ya existía
una banda que combinaba con gran acierto casi todos los tópicos que adornaban
las descripciones de aquel género: unas gotas de jazz, un poquito de música
clásica, sonidos de animales, una gran dosis de ecologismo y amor por el
planeta, etc. Se trataba del Paul Winter Consort, creado en 1968 alrededor del
saxofonista Paul Winter. Por sus filas pasaron músicos de una calidad
excepcional, especialmente durante los primeros años de vida de la formación en
la que las salidas y entradas de artistas eran contínuas. Hablamos hoy de uno
de esos artistas que entró en el “Consort” en 1978 y permanece en él desde
entonces. Eugene Friesen es un violochelista de formación clásica que, desde
sus comienzos interpretando a J.S.Bach o a Brahms, estaba convencido de que su
instrumento tenía muchas más posibilidades. En su etapa formativa colaboró con
bandas de todo tipo, especialmente con The Modern Fur-Beared Orchestra, un
extraño grupo de rock progresivo formado por metales y cuerdas principalmente.
La banda no tuvo demasiada trascendencia pero fue en un concierto de ellos
cuando Friesen conoció a Paul Winter quien le invitó a formar parte de su
grupo. Curiosamente, desde el ingreso en la formación de Friesen, la banda
entró en un periodo de varios años en el que dejaron de grabar discos bajo ese
nombre aunque seguían dando conciertos y apareciendo en distintas combinaciones
en trabajos del propio Winter en Solitario así como de otros miembros del grupo
como Paul Haley.
Fue en ese hiato en el que el violonchelista Eugene Friesen
aprovechó para grabar el disco que hoy traemos aquí. Hablamos de un músico
excepcionalmente dotado de esos que llevan a su instrumento unos cuantos pasos
más allá que el resto, aplicando técnicas interpretativas nuevas, adaptando
otras y siempre investigando en pos de un sonido diferenciado sin que esa
investigación interfiera en ningún caso con la propia música, nada árida sino,
por el contrario, tremendamente accesible como ocurría con las propias
grabaciones del Paul Winter Consort. Lo cierto es que existe una comunión casi
total entre todos aquellos integrantes de la banda que lanzaron discos en
solitario de modo que es habitual que muchos de ellos participen en las
grabaciones del resto y que, estilísticamente, todos esos trabajos puedan
confundirse al existir una clara línea estilística común a todos ellos.
Hoy hablaremos de “Arms Around You”, el que fue primer disco
en solitario de Eugene Friesen, publicado en 1989 en el sello Living Music
propiedad de Paul Winter. Para la grabación, realizada en un ambiente de
camaradería envidiable en palabras del propio Friesen, éste contó con un
excepcional grupo de músicos con los que pasó varios días encerado en una
cabaña en medio de un idílico entorno natural. Aunque muchas de las piezas
estaban compuestas de antemano, durante aquellos días surgieron de modo
improvisado algunas más que terminaron por formar parte del disco. La lista de
intérpretes es impresionante a simple vista: Eugene Friesen (violonchelo,
piano, voz), Paul Haley (piano, sintetizadores), Gordon Johnson (bajo, Chapman
stick), Glen Velez (percusiones), Ted Moore (batería, percusiones), Paul
Wertico (percusiones), David Blamires (voces), Paul Sullivan (piano), Russ
Landau (bajo), John Clark (tuba) y Paul Winter (saxo soprano). Los tres últimos
músicos de la lista intervienen sólo en el tema que cierra el disco.
Eugene Friesen y su cello. |
“Truffles” – El disco comienza de forma desbordante con el
piano y las percusiones marcando un ritmo velocísimo de clara influencia
brasileña. El propio Friesen comienza a cantar con su tradicional “scat” una
melodía brillante acompañado por el cello. La pieza está firmada a dúo por
Friesen y Paul Haley, compositor habitual del Paul Winter Consort por lo que no
debe sorprender que tenga todas las características de la música de aquella
formación.
“Arms Around You” – La primera de las dos canciones con
texto del disco es, a la vez, la que sirve para darle título. Comienza con una
gran introducción de bajo y percusiones a la que se suma la voz de Friesen.
Enseguida escuchamos los primeros apuntes de su violonchelo (que en algunos
momentos del disco aparece desdoblado en hasta 30 pistas diferentes). La
canción es un fantástico ejemplo de las habilidades de Friesen como compositor
y cuenta con partes realmente notables a cargo del bajista Gordon Johnson. Un
tema magnífico que eleva el nivel del disco hasta alturas insospechadas.
“Whitewater” – Friesen adapta la melodía de un villancico tradicional de los Apalaches en esta excitante pieza cuyo comienzo recuerda al del primer corte del disco por su atractivo despliegue rítmico en el que el percusionista Ted Moore destaca especialmente así como el citado Gordon Johnson, no sólo al bajo sino también al Chapman stick. Estamos ante otra pieza excepcional dentro de un disco magnífico.
“Zoe” – La segunda canción propiamente dicha es una nana
escrita por Friesen para su hija Zoe (de un año de edad cuando se grabó el
disco) con texto de Nora Percival. Es el tema con la instrumentación más
escueta del disco (cello, piano y bajo) como corresponde a la temática del
mismo y cumple a la perfección con lo que se espera de este tipo de temas: una
suave melodía de cello acompañada sin estridencias del resto del grupo. Otra
gema de valor incalculable a cargo de Friesen y Haley.
“Madrigal” – La única de las piezas del disco escrita
íntegramente por Haley, algo que se nota por la abundancia de efectos
electrónicos y por el hecho de que sea el piano el que lleve la voz cantante en
la mayor parte de la composición. A pesar de ello, nos vemos obligados a
destacar de nuevo la labor de Johnson al bajo y las partes vocales del propio
Friesen con ese estilo tan brasileño del que el músico tanto partido ha sacado,
siguiendo las huellas de otras formaciones como el propio Paul Winter Consort o
el Pat Metheny Group.
“Remembering You” – El punto melancólico del disco lo pone
esta deliciosa balada que es casi un tema para piano y cello aunque en la
segunda parte se une la voz de Friesen, algunos teclados y el bajo para
terminar de completar una pieza extraordinaria que corre el riesgo de quedar
sepultada por la categoría del resto del disco.
“Nuns in Cuba” – Volvemos a las demostraciones rítmicas con
componentes de jazz latino con unas percusiones que justifican, al menos, la
segunda parte del título (lo de las monjas no nos atrevemos a explicarlo). El
piano, interpretado esta vez por Paul Sullivan y no por Haley es un instrumento
rítmico más dentro de la amplia sección compuesta por las percusiones de Ted
Moore y Glen Velez, la batería de Paul Wertico y el bajo de Gordon Johnson.
Fantástica pieza una vez más.
“Night Glider” – Quizá el tema más íntimo de todo el disco,
con Friesen interpretando su instrumento con gran sensibilidad para regalarnos
una preciosa balada que nos acerca al final de uno de los más grandes trabajos
en su género.
“River Music” – Si la memoria no me falla, Eugene llegó a
contar la historia de la gestación de este tema en una entrevista con Ramón
Trecet en Diálogos 3. Durante una cena en la cabaña de Paul Winter que servía
de estudio de grabación para éste trabajo, uno de los músicos presentes comenzó
a marcar el ritmo con los cubiertos y poco a poco todos los presentes se fueron
añadiendo a la improvisada “jam session” de la que surgió esta verdadera
maravilla que fue grabada minutos después para completar la pieza que cerraría
el disco. Eso explicaría también la presencia en la grabación de músicos que no
intervienen en ningún otro de los cortes de “Arms Around You” como el propio
Paul Winter, John Clark (el intérprete del “riff” central del tema a la tuba) o
el bajista Russ Landau, miembros todos ellos del Paul Winter Consort o de la
Earth Band del propio Winter en algún momento. “River Music” es una delicia que
resume lo mejor de la música de Friesen y que, a nuestro juicio, es uno de los
temas inmortales de las llamadas “nuevas músicas”.
Si tuviésemos que incluir éste disco en alguna categoría, lo
haríamos en una que reuniera todos aquellos trabajos que surgieron en los años
dorados de la “new age” y que alcanzaron un punto de calidad extremo que su
propio autor no fue capaz de repetir aunque siguiera grabando buenos trabajos.
No hace mucho que tuvimos por aquí otros discos que encajarían en esa descripción
(pensamos en “Carousel” de Ira Stein, por ejemplo) y seguirán apareciendo más
con el tiempo. Aunque la fama de Friesen viene por su condición de miembro del
Paul Winter Consort, creemos que este disco suyo en solitario es de un nivel
tan alto que supera a cualquier otro de la banda de Winter sin que esto suponga
ningún desprecio a esa formación que acabará por aparecer en el blog en algún
momento. Mientras tanto, aquellos interesados en acercarse al que fue el debut
en solitario de Friesen pueden adquirir el disco en los enlaces de siempre:
amazon.es
play.com
Nos despedimos con una actuación en directo de Friesen y Paul Haley en el programa "Música NA" en la que enlazan el tema "Madrigal" con "New Friend", composición perteneciente al disco homónimo que el dúo grabó poco antes de éste "Arms Around You":amazon.es
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