El éxito alcanzado por la banda sonora
de “Amelie” pudo llevarnos a engaño acerca del estilo musical de
su autor. Cierto es que en ese disco, una recopilación en su mayor
parte con un puñado de temas nuevos, escuchamos una gran síntesis
de sus primeros discos, todos ellos a medio camino entre el
minimalismo “europeo” que representarían músicos como Wim
Mertens o Michael Nyman y una suerte de folclore inconfundiblemente
francés que se abría paso a través del entusiasmo del acordeón.
No menos cierto es, sin embargo, que para cuando la película llegó
a las pantallas, Tiersen ya no era exáctamente el mismo músico y en
“L'Absente”, trabajo simultáneo en su concepción a “Amelie”
ya encontramos muestras claras de su giro hacia el rock
independiente.
Ocurre que, tras “Amelie”, llegaron
más oportunidades de hacer música para cine en las que Tiersen
escogió un estilo continuista (“Goodbye Lenin” es un claro
ejemplo) pero en sus conciertos y trabajos al margen del cine, el
músico bretón había dejado atrás esa etapa. A su trabajo con la
artista norteamericana Shannon Wright le siguió pronto un disco en
directo, “On Tour” en el que el cambio de estilo quedaba patente
incluso en la interpretación de los temas pertencientes a la primera
etapa de la carrera de Yann. Faltaba una confirmación definitiva de
este giro con un disco de estudio y ese será el objeto de nuestra
atención hoy.
Sin ser un artista especialmente
prolífico, cinco años desde el anterior disco de estudio parecía
demasiado tiempo y es que la grabación tuvo lugar en un periodo
particularmente agitado para al músico, quien perdió en aquellos
meses a su madre y a uno de sus mejores amigos. El trabajo, que iba a
ser de lo más austero, a base de canciones interpretadas por Tiersen
a la guitarra y similares (bouzouki y mandolina, principalmente) se
teñiría de una notable melancolía con un trasfondo esperanzado
pese a todo. En palabras de su autor “no es un disco triste sino
colorista, una experiencia dolorosa a veces pero siempre alegre”.
La grabación tuvo lugar principalmente en la isla de Ouessant aunque
se completó en estudios de París, Londres y Filipinas sumándose al
propio Tiersen (voz, guitarra, sintetizadores, piano de juguete,
violín, bajo, etc.), Matt Elliott (voz, guitarra, flauta), Gaëlle
Kerrien (voz), Syd Matters (voz) y Dave Collingwood (batería).
Yann Tiersen |
“Amy” - Una serie de sonidos y
efectos electrónicos como preludio de una suave introducción pop de
batería y guitarras sirve para borrar cualquier atisbo del Tiersen
más conocido desde los primeros compases del disco. El espíritu
está ahí y también buena parte de los sonidos pero es algo
decididamente diferente. La canción, con aire de himno, tiene poco
que ver con las anteriores del músico, incluso en discos como
“L'Absente” y abre el camino que hizo posibles trabajos como el
reciente “Infinity”.
“Dust Lane” - Una sutil red de
arpegios de guitarra secundados rápidamente por el piano nos
recuerda a los mejores momentos del “viejo” tiersen, nostalgia
acentuada por el acordeón pero la desaliñada batería de
Collingwood nos recuerda que estamos ya en un lugar muy diferente.
Interludios sonoros de gran fuerza nos llevan a un final épico con
la guitarra eléctrica acompañando al coro en un momento de una
intensidad casi mágica en el que un estribillo arrollador se repite
una y otra vez.
“Dark Stuff” - Una combinación de
acordeones y melódica recortados sobre el viento nos recibe en uno
de los temas más experimentales del disco. Aparecen entonces
guitarras distorsionadas y diferentes efectos sonoros ruidistas que
ayudan a encubrir el tema central. No creemos que haya relación
alguna pero hay algo en la melodía central que nos recuerda a ese
clásico titulado “Horizon” de Jon & Vangelis grabaron para
su disco “Private Collection”. Tras le breve parte vocal son el
piano, el bajo y las guitarras quienes nos guían en una espectacular
coda final que es puro rock progresivo trasladado a nuestros días.
“Palestine” - El primer single del
disco fue este espectacular instrumental (el único “texto” es el
deletreado continuo de las letras del título P-A-L-E-S-T-I-N-E) en
el que el músico francés exprime todo su talento para construir una
atmósfera trepidante que te atrapa desde el primer segundo y no te
suelta hasta varios minutos más tarde. Una joya en la que ningún
detalle está de más y que demuestra que con elementos muy reducidos
se puede construir una pieza magistral.
“Chapter 19” - El único texto del disco no escrito por Tiersen es el de esta canción cuya letra está extraída de “Sexus”, primer volumen de la trilogía de Henry Miller “The Rosy Crucifixion”. El tema suena como una extraña combinación entre los Pink Floyd de mediados de los setenta, el Brian Eno más reciente (el de “Drums Between the Bells”) y los inocentes sonidos infantiles del universo del propio Tiersen y cuenta con una excepcional coda del músico al clavicordio.
“Ashes” - Algo más clasicista
suena el comienzo de la siguiente pieza con el solemne sonido del
piano ejecutando una serie de notas oscuras sobre las que juguetean
en segundo plano los violines. Tras la introducción llega una de
esas grandes melodías que sólo se le ocurren a Tiersen cuya banda
suena por momentos cercana a la Penguin Cafe Orchestra con un filtro
de rock moderno.
“Till the End” - Una especie de
grabación antigua (quizá un himno religioso) suena entre ecos
electrónicos que la confieren un aire etéreo muy curioso.
Contrasta, además, con las distorsiones de la guitarra eléctrica y
los diversos efectos de los sintetizadores para desembocar en una
tonada folk con una interesante percusión (muy en la linea de las
suites épicas de Mike Oldfield). Entona entonces el coro un
estribillo con aire de despedida que se repite de modo cadencioso
hasta el final mientras se suman elementos como la batería (soberbia
una vez más) y una guitarra incendiaria con un riff tan insistente
como demoledor. El cierre, muy diferente al resto de la pieza, como
ocurre en muchos otros cortes del disco, es una escueta melodía de
piano sobre la que se erige un sensacional “in crescendo” de
cuerdas que pone punto final al corte.
“Fuck Me” - Con un título tan directo como el resto de la letra (también la música lo es) llega una canción exuberante, optimista, vital y entusiasta como pocas. Algunos reclamarían la etiqueta de “Parental Advisory” para el tema pero es de una sinceridad tal que nada suena sucio. Muy al contrario, cuesta imaginar mejor forma de expresar sentimientos de amor y deseo que esta. Tiersen, una vez más, borda el pop como si se hubiera dedicado a esto toda su vida.
En su momento, la aparición de “Dust
Lane”, lo confesamos, nos pilló completamente desprevenidos y lo
tomamos como un preocupante síntoma en la carrera de un músico
brillante. El tiempo terminó por demostrarnos que estábamos
equivocados. No supimos ver lo acertado del movimiento y la calidad
que seguía teniendo la música de Tiersen por encima de aspectos
formales. De hecho, teníamos esta etapa en el olvido y no fue hasta
la aparición del reciente “Infinity” que decidimos rescatarla
comprobando, para nuestra sorpresa, que el disco había ganado muchos
enteros a nuestros oídos. Sabemos que muchos seguidores del músico
francés tuvieron una reacción similar a la nuestra ante el giro
experimentado por su música. Si aún no lo han hecho, este es un
buen momento para cambiar de opinión. “Dust Lane” está
disponible en los siguientes enlaces:
fnac.es
play.com
Os dejamos como despedida una versión en directo de "Fuck Me":fnac.es
play.com
Tal vez esta sea una entrada ya un poco antigua, pero me gustaría saber si alguien tiene información sobre la grabación de fondo que es escucha al empezar Till The End, he tratado de buscar algo relacionado a esta, pero parece que no hay nada en todo internet, ojalá alguien pudiera ayudarme.
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