La llegada de la democracia a muchos países de la órbita de la Unión Soviética a partir de la Perestroika de Gorbachov trajo consigo en el ámbito cultural una apertura a formas artísticas que, o bien eran desconocidas del todo en aquellas naciones o bien circulaban de forma clandestina de maneras que dificultaban mucho su popularización y, más aún, que surgieran corrientes locales que comenzasen a imitar e integrar esos estilos en sus medios de expresión artística tradicionales.
Cuando nos referimos a ese proceso solemos quedarnos en los países europeos como Polonia, Hungría, Rumanía pero la influencia soviética y, consiguientemente, su caída, tuvo también su reflejo en otros países comunistas asiáticos como Mongolia que vivió una transición similar hacia el capitalismo y la democracia a partir de 1990. Desconocemos casi todo sobre la música tradicional de Mongolia más allá de lo que ha ido llegando a occidente como el canto difónico “khoomei” o su pariente cercano de la ex-república soviética de Tuva y algunos instrumentos como el “morin khuur” (especie de violín de dos cuerdas) o el “tovshuur”, una modalidad de laud. Por ello no vamos a poder analizar cuánto de música tradicional y cuanto de influencia occidental hay en la banda que hoy traemos al blog pero lo que si sabemos es que la mezcla de ambas cosas ha dado un resultado fantástico, diferente y del que no recodamos demasiados precedentes similares. Mentimos. Existe uno que inmediatamente nos vino a la cabeza cuando escuchamos al grupo del que hablamos hoy: el del grupo sueco-finés Hedningarna y su mezcla de música tradicional nórdica con estilos más modernos y cercanos al heavy metal.
En realidad, la historia de The HU, la banda que hoy presentamos aquí, tiene muchos puntos en común con la de Hedningarna. Estamos en Mongolia, en el Conservatorio Estatal de Música y Danza donde coindicen una serie de estudiantes con un interés común en la música tradicional y en el “heavy metal” que deciden montar una banda que tocaría una suerte de rock duro interpretado con instrumentos autóctonos y cantado utilizando las técnicas vocales del folclore mongol. Una mezcla inesperada que añade al crisol, además, cantos de guerra y poemas tradicionales del imperio “Hunnu”, una serie de tribus nómadas que ocuparon las estepas asiáticas en los siglos III y II a.C. La banda se juntó en 2016 por iniciativa de Bayarmagnai Dashdondogm, alias “Dashka”, quien seleccionó a cuatro estudiantes para explorar sus ideas en lo que es una configuración muy curiosa ya que el líder, productor y principal compositor, no forma parte de la banda que está interada por Galbadrakh Tsendbaatar (“Gala”), cantante e intérprete de “morin khuur”, Nyamjantsan Galsanjamts (“Jaya”), que toca el arpa de boca y el “tsuur” (flauta de bambú tradicional) además de cantar, Enkhsaikhan Batjargal (“Enkush”), con el mismo reparto de funciones que Gala y Temuulen Naranbaatar (Temka”) que canta y toca el tovshuur. Su disco de debut apareció en 2019 bajo el título de “The Gereg”.
“The Gereg” - El comienzo es una cadenciosa sacudida de energía que comienza con las cuerdas creando el ambiente para la llegada de la percusión y los cantos en segundo plano. Entra entonces el tema central con cantos guturales, cantos difónicos y los instrumentos de cuerda frotada haciendo un gran trabajo y llevandonos a un mundo desconocido en el que los caballos son los reyes de las estepas. No olvidemos que el morin khuur suele llevar tallada en el mástil una cabeza de ese animal y que también se le conoce como violín de cabeza de caballo.
“Wolf Totem” - Uno de los cortes más populares del disco y tembién el segundo single que salió del mismo. Está compuesto por cantos en los que unas voces responden a otras alternándose mientras las percusiones, en un tiempo medio, van creciendo y nos meten de lleno en una escena en la que las melodías de las cuerdas se retuercen consiguiendo estremecernos como sólo lo hacen las manifestaciones más ancestrales.
“The Great Chinggis Khaan” - Seguimos con lo que podríamos calificar como una balada con un extraño toque que nos recuerda a los momentos más tensos de las viejas películas del oeste. Sin embargo, esto es solo la introducción de una pieza que se pone mucho más intensa con la entrada ocasional de las percusiones en un clímax que se va alternando con momentos más tranquilos. Formalmente sería una de las canciones más similares al estilo de bandas como Metallica, admiradas por todos los miembros de The HU.
“The Legend of Mother Swan” - Una de las canciones más particulares del disco, basada en un ritmo constante y con muy poca variedad melódica, es, sin embargo, en la que mejor podemos apreciar las peculiaridades del canto difónico mongol. El continuo “in crescendo” con el que va transcurriendo la pieza termina de forma abrupta dejándonos con ganas de más.
“Shoog Shoog” - La inspiración en el “heavy metal” que dio origen a la banda se pone de manifiesto en esta canción que tiene todos los elementos del género, desde los enérgicos “riffs” hasta un ritmo potente y ese toque épico que no puede faltar en un tema de rock duro. Por un momento hasta podemos olvidar que no suenan aquí ni guitarras ni bajos sino instrumentos tradicionales haciendo un trabajo perfecto.
“The Same” - En contraste con el tema anterior, el inicio de este es completamente tradicional con cuerdas, canto, arpa de boca y percusiones dibujando una melodía lenta pero que crece poco a poco hasta sumergirnos en un ambiente tremendo que bien podría adornar una ceremonia oscura en la, quizá, preferiríamos no ser los protagonistas.
“Yuve Yuve Yu” - La canción que lo empezó todo, al menos para nosotros. Fue el primer single del disco y el tema que nos llamó la atención desde el momento en que escuchamos sus primeras notas. Y quizá sea porque aquí la banda hizo “trampa” incluyendo, además de los instrumentos tradicionales, guitarra eléctrica, piano, batería y algún coro más convencional lo que lo convirtió desde el principio en una canción inmediatamente accesible para los oídos occidentales. En todo caso, es un tema excelente que lo tiene todo para atrapar al oyente y nuestro favorito de la banda.
“Shireg Shireg” - La siguiente pieza, en cambio, se centra en todos los elementos tradicionales de la banda con mayor protagonismo que en otros temas del disco para las flautas o el arpa de boca. Resulta curioso por la distancia tanto geográfica como cultural que media entre los países nórdicos y Mongolia pero varias de las personas junto con las que hemos escuchado esta pieza en diferentes momentos sin saber de su procedencia, indicaban que les recordaba a los antes mencionados Hedningarna.
“Song of Women” - Termina el disco con la canción más larga del mismo que combina en su inicio un aire folk con una extraña atmósfera en la que nos parece reconocer, por improbable que esto sea, a los Pink Floyd de “The Final Cut”. Es otro tiempo medio perfectamente construido con el toque justo de épica y una melodía que apela a los instintos más animales. Excelente colofón para un disco fantástico.
La repercusión de “The Gereg” fue inmediata. En las reediciones del trabajo se incluyen colaboraciones con bandas muy relevantes de la escena rock norteamericana como Papa Roach, Halestorm o From Ashes to New y posteriormente han colaborado con miembros de System of a Down o Alice in Chains. También fueron invitados a participar en “The Metallica Blacklist”, tributo a la legendaria banda y han girado por los Estados Unidos, tanto en solitario como en calidad de teloneros de Iron Maiden. Incluso forman ya parte del universo de Star Wars en el que interpretan a la banda The Agasar en los videojuegos “Star Wars Jedi: Fallen Order” y “Star Wars Jedi: Survivor”. Además de todo eso, el gobierno mongol les concedió la Orden de Genghis Khan, el mayor reconocimiento que se otorga en ese país, por la promoción de la cultura mongol por todo el mundo. Su segundo disco de estudio, y último hasta ahora, continúa en la misma senda que su debut y aparecerá por aquí tarde o temprano. Mientras lo hace, disfrutad de “The Gereg”, una propuesta diferente que nos transporta a territorios poco frecuentes.
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