martes, 31 de mayo de 2011

Mike Oldfield - Amarok (1990)


Mike Oldfield se había caracterizado en sus inicios por ser un músico de largas suites instrumentales en las que interpretaba la gran mayoría de instrumentos. Eso fue así desde su debut con "Tubular Bells" (1973) hasta "Incantations" (1978), su cuarto disco de estudio. En sus siguientes trabajos, la longitud de los temas se redujo notablemente y en "Five Miles Out" (1982) nos encontramos ya un nuevo esquema con canciones pop en una cara del disco e instrumentales en la otra. Poco a poco, y especialmente a partir del éxito del single "Moonlight Shadow" (1983), las presiones de la discográfica para que se centrara en singles de éxito en lugar de extensas suites de las que es imposible extraer un single radiable fueron arrinconando este tipo de pasajes en sus discos en favor de las canciones hasta llegar a "Earth Moving" (1989), primer disco sin ninguna composición instrumental.

A estas alturas, el descontento de Oldfield con Richard Branson, dueño de Virgin, era más que patente. El contrato del músico estaba próximo a su fin y en la discográfica querían exprimir las últimas gotas de un músico que en los últimos años se había ido alejando de los primeros puestos de las listas de ventas. A Branson le habría encantado publicar una segunda parte de "Tubular Bells". Oldfield, sin embargo, entregó "Amarok".

En "Amarok" encontramos todos los elementos característicos del mejor Oldfield. Estamos ante un tema instrumental de una hora de duración sin ninguna concesión a la comercialidad. "Amarok" es una montaña rusa continua con cambios de ritmo, subidas de volumen, acelerones, pausas, virtuosismo instrumental, rítmos africanos, gaitas celtas, ruidos insólitos (alguien lavandose los dientes, cristales rompiéndose, risas, motos acelerando...)

En resumen, un producto imposible de vender en 1990 y, a la vez, uno de los mejores trabajos de Oldfield, si no el mejor. Con semejante barbaridad entre manos, Virgin renunció a cualquier tipo de promoción del disco. La poca que tuvo, la pagó Oldfield de su propio bolsillo o, al menos, eso dice la leyenda. A nivel comercial, el disco fue un desastre y apenas llegó al 49º puesto en las lista británicas, el peor resultado de un LP de Oldfield hasta la fecha si excluímos la banda sonora de "Los Gritos del Silencio".

Pocos discos aparecerán por aquí que apreciemos tanto en La Voz de los Vientos como este "Amarok". Como obra musical es notable. A nivel interpretativo es portentosa y es también un ejemplo de ingeniería de sonido en el estudio de grabación. También supone un grito de rebeldía de un músico genial cuyos mejores días parecían ya muy lejanos y un cachete a la industria en la persona de Richard Branson (decimos cachete porque la bofetada llegaría un par de años después cuando Oldfield publicaría el deseado "Tubular Bells II" con otra discográfica).

Al margen del propio Oldfield interpretando todo tipo de instrumentos, aparecen en la grabación, Janet Brown (narradora, fallecida el pasado 27 de mayo), Jabula (coro y percusiones africanas), Paddy Moloney (tin whistle), Clodagh Simonds (voz), Bridget St.John (voz) y Tom Newman como productor e ingeniero de sonido.

Como toda gran obra, "Amarok" también tiene muchos críticos, incluso entre los seguidores de Oldfield, que afirman que no es más que una sucesión de ideas sueltas sin orden ni concierto que no van a ninguna parte. Lo mejor será, en cualquier caso, que decidais por vosotros mismos si aún no conoceis la obra o que la rescateis si ya os era familiar. Como siempre, para adquirir el trabajo, un par de enlaces:

play.com

hmv.com

Aquí un extracto con los primeros minutos del álbum:

lunes, 30 de mayo de 2011

Pink Floyd - The Piper at the Gates of Dawn (1967)


Antes de convertirse en el icono de todo un tiempo, una banda de conciertos monumentales y uno de los grupos más influyentes de la historia del rock, Pink Floyd eran una banda bien distinta. Para empezar, ni siquiera los miembros eran los mismos. Los comienzos de la formación se desarrollaron bajo el liderazgo creativo casi absoluto de Syd Barrett, guitarrista, letrista y compositor de todas las canciones del grupo en sus primeros tiempos con contadas excepciones. Junto a Barrett se encontraban los clásicos Roger Waters, Richard Wright y Nick Mason además de Bob Klose, quien dejaría la banda por presiones familiares en aquellos años. Los cuatro músicos tocaban juntos desde varios años antes pero fue en 1965 cuando se empezaron a presentar con el nombre con que pasaron a ser famosos. Tras años de conciertos en locales de variado pelaje, en febrero de 1967 firman con EMI con quienes lanzan un par de singles con buena acogida, especialmente el segundo, "See Emily Play".

En ese mismo año aparece el primer LP de la banda con once canciones escritas por Barrett a excepción del instumental "Interstellar Overdrive" y "Pow-R Toc-H", firmadas por la banda al completo y "Take Up Thy Stethoscope and Walk" compuesta por Waters. El disco, titulado "The Piper at the Gates of Dawn" en homenaje al libro infantil "El viento en los sauces", uno de los favoritos de Barrett,  es considerado hoy como uno de los pilares del movimiento psicodélico y nos muestra, concentrado en apenas 40 minutos todo el universo de Barrett: canciones casi infantiles, otras surrealistas, pasajes instrumentales alucinogenos y toques más convencionales con recuerdos a los Beatles y otras bandas de éxito de la época.

Desgraciadamente, con la salida del disco, también se pusieron de manifiesto los graves problemas mentales de Syd Barrett ocasionados principalmente por su consumo de LSD. Poco tiempo después, la banda, ya con David Gilmour como un miembro más, decidió prescindir del concurso de su líder y miembro fundador, aunque el segundo disco, publicado el año siguiente, contaría aún con un tema de Syd.

Hay muy pocos puntos en común entre este disco y los otros de Pink Floyd que hemos venido tratando en La Voz de los Vientos en estas semanas pero nos parece un trabajo con la suficiente entidad para tener un hueco por aquí. No hay que buscar en "The Piper at the Gates of Dawn" la excelencia sonora de un "The Dark Side of the Moon" sino algo muy distinto: un orígen, un punto de partida necesario en la trayectoria de una de las pocas bandas que pueden presumir de haber hecho historia en un género como el rock, en el que esta expresión se usa con tanta frecuencia como poco rigor habitualmente.

A día de hoy se pueden encontrar varias versiones de este trabajo. Las mas recientes son la de dos discos que contiene las mezclas originales en mono y en stereo y que podeis encontrar en uno de los sitios habituales a buen precio: play.com 2 discos y la de tres CDs que añade un disco con los singles de la época y alguna toma alternativa de los temas del disco en una edición más lujosa. También en play: 3 discos. También es cierto que para finales de año se ha anunciado la reedición de todo el catálogo de Pink Floyd en distintas ediciones que prometen un sonido mejor que nunca. Será cuestión de comprobarlo. Mientras tanto, podeis disfrutar de un raro video de "Astronomy Domine", una de las piezas del disco:


domingo, 29 de mayo de 2011

Prince and the Revolution - Purple Rain (1984)


Es muy complicado decir nada nuevo de un disco que ha sido considerado, no sólo el mejor de su autor por una gran mayoría de medios, sino uno de los más grandes de la década de los 80 o incluso del último cuarto del siglo pasado.

En "Purple Rain" de Prince, firmado conjuntamente con su banda de aquel momento "The Revolution, se dan todas estas circunstancias. En realidad, el disco es la banda sonora de la película del mismo nombre, rodada a mayor gloria de Prince y en la que el de Minneapolis es el protagonista principal. La película no ha pasado precisamente a la historia del cine pero sí que tiene un buen número de seguidores que la acercan a la categoría de film de culto.

En lo musical, es innegable que "Purple Rain" era el mejor disco de Prince hasta la fecha. El hecho de que apareciera firmado por Prince and the Revolutions no era una simple curiosidad sino la constatación de que había un verdadero trabajo de grupo mucho mayor que en anteriores trabajos, aunque varios de los músicos ya estuvieran presentes en éstos. No es sencillo destacar una sóla canción de un album como este pero la magnífica balada homónima que cierra el disco es ya un tema clásico que cualquiera reconoce de modo que sus casi 9 minutos de duración (algo desacostumbrado para los standards del pop) se pasan sin apenas darnos cuenta. Sobre la calidad del disco hablan bien a las claras sus continuas menciones en listas de todo pelaje y condición: Time lo colocó en 1993 entre los 15 mejores discos de la historia, la cadena VH1 lo eligió en el puesto 18º en su lista de los mejores LP's de la historia del rock. La revista Rolling Stone lo sitúa como el 2º disco de la década de los 80 y dentro de su lista de los 100 mejores de la historia. Además de todo esto, el disco ganó 2 premios Grammy y la canción que le dá título fue premiada con el Oscar de la academia.

Al margen del propio Prince, la banda The Revolution estaba integrada por Brown Mark (bajo y voces), Lisa Coleman (teclados, sitar, voces), Wendy Melvoin (guitarra, voces), Dr. Fink (teclados y voces) y Bobby Z (batería). Apollonia Kotero, el interés romántico de Prince en la película canta en "Take Me With U" completando los créditos David Coleman (violín), Suzie Katayama (violín, viola) y Novi Novog (violín, viola).

No debería ser nada complicado encontrar el disco a precio económico en cualquier tienda pero, por si acaso, aquí dejamos un par de enlaces:

play.com

amazon.com

La canción "Purple Rain" como suena en la película:

sábado, 28 de mayo de 2011

Maria Bachmann - Glass Heart (2010)


La Sonata No.1 para violín y piano de Philip Glass nace como un encargo al compositor por parte del arquitecto Martin Murray para el 70º aniversario de su esposa, la crítica musical Lucy Miller Murray, promotora de conciertos y de todo lo relacionado con la música de cámara en la costa este norteamericana. La composición se terminó en 2008 cuando fue estrenada por la violinista Maria Bachmann acompañada de Jon Klibonoff al piano.

Comenta Glass que durante su infancia, en el tiempo en que trabajó en la pequeña tienda de discos de su padre Benjamin, pasó horas y horas escuchando música de cámara del XIX, especialmente de Brahms, Faure y Cesar Frank. Ante el encargo de esta sonata estos recuerdos estuvieron muy presentes en todo el proceso y en las conversaciones con María Bachmann a la hora de determinar el estilo y el tono de toda la obra.

Es precisamente el duo Bachmann / Klibonoff el que ejecuta aquí la primera grabación de esta obra. El resto del programa, lo escoge la propia intérprete buscando piezas que encajen con el tono general de la sonata. Completan así el disco el "Ave María, Meditacion sobre el preludio No.1 en Do mayor", arreglo de Charles Gounod sobre la obra de Johann Sebastian Bach. La pieza la escoge María Bachmann y la relación con la pieza de Glass es que ambas tienen una característica común: son series de arpegios cordales con una melodía por encima.

Tras esta corta pieza, llega  la "Sonata en La mayor para violín y piano, Op.62" de Franz Schubert, compuesta cuando el músico contaba con sólo 20 años. En palabras de la intérprete "donde más se nota la influencia de Schubert en Glass es en el uso de los repetidos tresillos y en los cambios cromáticos en la armonía". Comparten también un cierto sentido trágico, de modo que, aunque ambas piezas están escritas en modo mayor, hay un punto de tristeza presente en ambas sonatas.

Cerrando el disco escuchamos la "Sonata Póstuma" de Maurice Ravel para violín y piano, compuesta en 1897 pero nunca publicada, supuestamente por deseo del propio compositor, hasta que lo hizo en 1975 el profesor Arbie Orenstein. Para la Bachmann, la relación entre Ravel y Glass es evidente en tanto que ambos basan su música en la repetición pero no como un fin en sí sino como un medio para alcanzar estados de ánimo concretos.

Sea como fuere, la escucha del disco es tremendamente placentera y muestra como Glass, del mismo modo que otros contemporaneos, comienza a aparecer con regularidad en recitales y conciertos con naturalidad. Dejamos un par de enlaces para adquirir el disco:

amazon.com

Presto Classical

Podemos ver aquí el segundo movimiento de la sonata de Glass:

viernes, 27 de mayo de 2011

Yann Tiersen - Good Bye Lenin! (2003)


El movimiento minimalista americano de finales de los 60 y principios de los 70 fue una corriente muy influyente y pronto surgieron una serie de seguidores por todo el mundo que, partiendo de los conceptos clásicos del estilo, fueron añadiendo ideas de su propia cosecha. Los resultados conservaban la esencia pero solían tener un carácter mucho más melódico y accesible para el público en general. En esta especie de "segunda generación" podemos encuadrar a John Adams, el inglés Michael Nyman o el belga Wim Mertens entre otros.

A día de hoy parece estar consolidandose una tercera tanda de músicos, influidos más por la segunda generación que por el nucleo original. De entre ellos, destaca poderosamente el francés Yann Tiersen. Estamos ante un multinstrumentista capaz de desenvolverse con brillantez con el piano, el violín, el acordeón o la guitarra. Comenzó a publicar algunas cosas en los 90 y a hacer música para cortometrajes y cosas así. Gracias a "Le Phare", su tercer disco, alcanzó cierta popularidad en su país pero no fue hasta la inclusión de su música en la película "Amelie" cuando le llegó la fama internacional. El estilo de Tiersen recuerda al de Mertens en su música para piano y al de Nyman cuando escribe para más instrumentos pero, por encima de todas esas influencias, tiene un sabor francés, con gran protagonismo del acordeón y de instrumentos muy poco utilizados como el piano de juguete o las Ondes Martenot.

Esta primera aparición por el blog de Tiersen va a ocuparse de su primer trabajo tras el éxito de "Amelie": la banda sonora de la magnífica película de Wolfgang Becker, "Good Bye Lenin!". Una fábula encantadora sobre una antigua militante comunista en la extinta República Democrática Alemana que despierta tras un largo coma en la Alemania unificada. En el film se muestran los esfuerzos de la familia por hacerle creer que el comunismo aún sobrevive e incluso, que es el capitalismo el que finalmente se ha rendido a éste con la reunificación. En ciertos momentos la película puede recordar a la famosa "La Vida es Bella" pero esto no impide disfrutarla igualmente.

En lo musical, Tiersen varía completamente su registro renunciando a acordeones y pianos de juguete y centrandose en las piezas de piano junto con otras orquestales. Las melodías son bellísimas y el músico se muestra en un estado de plena inspiración. Tiersen toca piano, melódica, violín y vibráfono (estos últimos sólo en dos de los cortes) y se acompaña por la Orchestra Synaxis dirigida por Guillaume Bourgogne. La vocalista Claire Pichet, vieja colaboradora en trabajos anteriores de Tiersen, canta en el tema que cierra el disco, que podeis encontrar aquí:

play.com

amazon.fr

Un fragmento de la banda sonora:


miércoles, 25 de mayo de 2011

Steve Reich - Early Works (1987)


No queremos dejar pasar la ocasión, tras presentar la música de Reich en el blog, de mostrar uno de sus hallazgos más notables y que mayor presencia ha tenido en buena parte de su obra. Nos referimos a lo que el propio compositor llama "phasing" o fase. Este concepto nace de sus primeras obras en las que Reich juega con diversas cintas magnetofónicas. La fase se crea sincronizando varias cintas con la misma grabación y reproduciendolas al unísono en un principio para ir progresivamente "desfasando" o separando cada grabación formando, primero una especie de eco y, con el tiempo, una cacofonía semejante al ruido blanco.

En el disco que nos ocupa, encontramos un par de estos experimentos. El primero, grabado en 1965, lleva el título de "It's Gonna Rain". Se trata de una grabación de un sermón apocalíptico de un tal "hermano Walter". Reich sincronizó varias grabaciones y estas van separandose poco a poco hasta llegar a un punto en el que vuelven a aproximarse hasta entrar en fase con lo que concluye la pieza. El segundo de los experimentos parte de una grabación de Daniel Hamm, miembro de los conocidos como "Harlem 6", una banda que en los 60 fue acusada sin pruebas por la policía de Nueva York de una serie de crímenes cometidos, precisamente, en Harlem. El caso fue muy célebre porque nunca se pudo probar nada y dos de los seis detenidos fueron ejecutados. Daniel cuenta en una grabación las agresiones y torturas que sufrió por parte de la policía y un fragmento de esa cinta ("to let the bruise's blood come out to show them") es el utilizado por Reich. En esta ocasión se parte también de dos canales en los que la frase suena al unísono hasta que uno de ellas se sale de fase creando un efecto de eco. Poco después, los dos canales de convierten en cuatro, más tarde en ocho y así sucesivamente hasta formar un todo indistinguible en el que el oyente sólo aprecia un extraño patrón rítmico. Reich completó esta obra en 1966.

El disco lo integran, al margen de las piezas citadas, la obra "Piano Phase" de 1967 y "Clapping Music" de 1972. Con "Piano Phase" se trataba de llevar el desfase de "It's Gonna Rain" a la interpretación en directo por parte de dos pianistas (en el disco, Nurit Tilles y Edmund Niemann, integrantes del dúo Double Edge). La obra consiste en una secuencia de doce notas, interpretadas al unísono por ambos músicos. Tras varias repeticiones, uno de ellos "acelera" en su interpretación creando el efecto de fase. Cuando llega al punto en que se encuentra tocando la segunda nota de la serie en el mismo momento en que su compañero ejecuta la primera, se mantienen por un tiempo tocando al mismo ritmo tras lo cual, acelera de nuevo hasta situarse dos notas por delante en la serie y así sucesivamente. Se ha dado el caso en un recital en 2004 de que un sólo intérprete ejecutase las dos partes, una con cada mano, en dos pianos situados uno enfrente del otro en presencia del propio Reich en un sorprendente ejercicio de coordinación (o quizá deberíamos decir de descoordinación coordinada). "Clapping Music" sigue las mismas reglas aunque en este caso, los intérpretes ejecutan una secuencia rítmica con sus palmas. En la grabación, los ejecutantes son el propio Reich y Russ Hartenberger.

Estos primeros trabajos de Reich fueron publicados en 1987 por Elektra / Nonesuch y se pueden adquirir por un precio muy ajustado aquí:

amazon.com

play.com

Podeis ver una impresionante interpretación del pianista Peter Aidu de "Piano Phase" en solitario a continuación:


martes, 24 de mayo de 2011

Steve Reich - Music for 18 Musicians (1976)


Hasta ahora hemos tenido en el blog algunas muestras del trabajo de dos de los pilares sobre los que se contruye el movimiento bautizado como Minimalismo en el último tercio del siglo pasado (Philip Glass y Terry Riley). Es hora, pues, de presentar por aquí al tercero.

Steve Reich nació en Nueva York pero a raiz del divorcio de sus padres cuando aún era un bebé, iba a a pasar tanto tiempo allí como en California. Así, se licenció en filosofía en la Universidad de Cornell, antes de ingresar en la prestigiosa Julliard School para iniciar sus estudios de música. Asimismo, en la costa oeste estudió con Luciano Berio o Darius Milhaud en el Mills College. Trabajó, además, con artistas como Terry Riley e incluso participó en el estreno de la obra cumbre de éste, "In C". Sus viajes por el mundo, como en los casos de Riley o Glass, completaron sus influencias musicales. En el caso de Reich, su estancia en Ghana con el percusionista Gideon Alorwoyie, junto con sus estudios del instrumento balinés gamelan en Seattle, completan su formación musical y tendrán un gran impacto en su escritura.

El trabajo que tratamos aquí hoy está considerado como uno de los más importantes de Reich, si no el que más. "Music for 18 Musicians" es el primer trabajo de Reich para una formación extensa de músicos, aunque el título no tiene que tomarse de forma literal y la pieza admite un número mayor de ejecutantes. Reich comenzó a escribir la obra en 1974 para completarla 2 años después, ya en 1976.

Los 18 músicos originales se dividen en un cellista, un violinista, dos clarinetes (ambos al clarinete bajo), cuatro pianistas, tres marimbas, dos xilofonos, un metalófono y cuatro voces femeninas. La obra comienza con un ciclo de 11 acordes, desarrollados en la parte inicial y bautizados como "pulsos". El ritmo lo marcan los vientos y las voces. Cada intérprete toca una nota durante el tiempo que le permitan sus pulmones hasta completar el "pulso" y el metalófono marca cuándo deben cambiar el patrón o la sección a interpretar. Este ritmo se combina simultanemente con la pulsación rítmica de los pianos y las percusiones. Cada uno de los acordes iniciales se sostiene durante dos respiraciones completas de los clarinetistas antes de pasar al siguiente hasta cubrir los once. En ese momento se regresa al primer acorde, sostenido por dos pianos y las marimbas y sobre él se contruye la primera variación tras la que se pasa al segundo acorde y así sucesivamente.

Como hemos podido apreciar en las obras de Simeon Ten Holt o en "Music in Twelve Parts" de Glass, las pequeñas variaciones rítmicas y armónicas van conformando un todo fascinante de efectos hipnóticos. La obra ha conocido varias grabaciones aunque la que aquí nos ocupa es la original, publicada por ECM con la formación bautizada por el compositor como "Steve Reich and Musicians", a saber: Ken Ishii (cello), Shem Guibbory (violin), Virgil Blackwell y Richard Cohen (clarinete bajo), Nurit Tilles, Steve Chambers y Jay Clayton (piano y voz), Steve Reich (piano y marimba), Larry Karush (piano y maracas), David Van Tieghem (marimba, xilófono y piano), Gary Schall (marimba y maracas), Bob Becker, Russ Hartenberger, Glen Velez (marimba y xilófono), James Preiss (metalófono y piano) y Elizabeth Arnold, Rebecca Armstrong y Pamela Fraley (voces).

La grabación es fácil de encontrar. Un par de sitios en los que adquirila podrían ser:

amazon.com

fnac.es

Aquí podeis ver una comparativa entre cinco de las grabaciones disponibles de la obra:

lunes, 23 de mayo de 2011

Simeon Ten Holt - Incantatie IV (1987-90)


En el capítulo de hoy regresamos al holandés Simeon Ten Holt, lo cual es una muy recomendable costumbre. Al igual que en las dos ocasiones anteriores, nos enfrentamos a una pieza para múltiples pianos de enormes proporciones. "Incantatie IV" fue compuesta entre 1987 y 1990 (algunas fuentes la ubican entre 1977 y 1979). Como es habitual en el compositor, el timbre, el tono, el tempo, el estilo, el número de instrumentos, la duración de la pieza o las veces que se repite cada célula de la obra es decisión de los intérpretes sobre el escenario. Lo que cambia en esta grabación que os dejamos hoy es la intepretación. En las dos ocasiones anteriores, os dejamos sendas grabaciones de estudio pertenecientes a la caja "Complete Multiple Piano Works" de Jeroen Van Veen con la integral de la obra de Ten Holt para teclado. En este caso nos enfrentamos a una interpretación, como reza el libreto del disco, 100% en directo a cargo de Piano Duo, la formación del propio Jeroen junto con Sandra Van Veen, ampliada a trio por la presencia al tercer piano de la intérprete Tamara Rumiantsev.

Sobre el papel, la obra se divide en siete secciones pero la particular forma de fluir de la música de Ten Holt convierte esta separación en algo anecdótico. Si la ofrecemos en dos partes es sólo por la imposibilidad del formato CD de ofrecer la grabación íntegra en un sólo disco.

En palabras del propio Jeroen Van Veen, "la música es como mirar el mar por un largo rato: las olas, los rayos del sol, el aire... todo ello cambia el brillo y los colores que percibimos en el mar, todo ello con una característica común, el movimiento perpetuo".

Desgraciadamente, esta grabación se encuentra descatalogada, según la propia web del intérprete y sólo está disponible ya como descarga electrónica vía itunes, opción no válida en todos los países.

Tampoco ha sido posible encontrar una muestra de la grabación aunque sí de la muy diferente versión de Van Veen en estudio:

domingo, 22 de mayo de 2011

Philip Glass - Music in Twelve Parts (1971-74)


Estamos en los primeros años 70. Philip Glass no era aún tan conocido como hoy en día pero estaba construyendo concienzudamente el método compositivo que le ha hecho famoso. Las obras del Glass de estos años son de difícil escucha. Se componen de interminables repeticiones de grupos de notas, rítmos frenéticos con mínimas variaciones y todo ello con una duración desacostumbradamente larga. El compositor en estos años estaba empeñado en el desarrollo y perfeccionamiento del método y, para ello, creía necesario disponer de un grupo de músicos más o menos estable. Este objetivo sólo sería posible mediante la profesionalización y para ganar dinero, era necesario dar conciertos con regularidad. Por ello, Glass estaba enfrascado en la composición de nuevas piezas que enriquecieran su repertorio. Por aquel entonces su obra más interpretada era "Music With Changing Parts", extensa pieza de duración variable que podía desarrollarse a lo largo de una o dos horas pero era necesario disponer de más material.

En este contexto, Glass le presentó a un amigo una pieza llamada "Music in Twelve Parts", una especie de estudio en el que se recopilan la mayoría de las técnicas de escritura del músico. Tras la escucha, Glass recibió la siguiente pregunta: "La obra está muy bien. ¿Cómo suenan las otras once partes?". El compositor se vio sorprendido por la cuestión, ya que no había más partes. Las doce partes se referían a las 12 lineas de contrapunto de la propia pieza (6 lineas las desarrollaban los teclados, 3 más los vientos y las otras 3 estaba previsto que las desarrollasen otros instrumentistas). Con esta anécdota como punto de partida, Glass compuso otras once piezas a lo largo de los siguientes meses, culminando la obra en 1974.

Con ese material (entre 3 y 4 horas de música, dependiendo de la interpretación), Glass pudo empezar a mandar cartas a teatros de todo el país para ofrecerse a tocar con la Philip Glass Ensemble. Tras unos duros comienzos (de 300 o 400 cartas sólo 6 fueron respondidas), el grupo pudo establecerse y Glass tuvo la formación que buscaba para trabajar con ella.

La versión que vamos a disfrutar aquí es la primera que se grabó. Hay que tener en cuenta que en aquellos años, lanzar discográficamente un trabajo que ocuparía entre 4 y 6 discos de vinilo no era viable por lo que sólo se registraron las 6 primeras partes, grabadas en 1975 y publicadas por Venture, subsello de Virgin. En 1987, con Glass ya establecido como un icono de la música de nuestro tiempo, se pudieron grabar las 6 restantes y publicar la obra completa por primera vez. La formación del Philip Glass Ensemble en la grabación del 75 era: Philip Glass y Michael Riesman (teclados), Richard Landry y Jon Gibson (flauta, saxo soprano), Richard Peck (saxo alto y tenor) y Joan LaBarbara (voz). En la grabación del 87 no participaban ya el propio Glass, sustituido por Martin Goldray, Richard Landry, cuyo puesto lo ocupaba Jack Kripl y Joan LaBarbara, reemplazada por Dora Ohrenstein. La grabación estaba supervisada por Kurt Munkacsi, el colaborador más estrecho de Glass en estos años junto con el inseparable Riesman.

Es realmente complicado hoy en día encontrar una copia de esta edición a la venta, ya que las principales tiendas tienen en su stock la grabación de 1996 para Elektra o la más reciente de 2008 para Orange Mountain aunque en webs de subastas y segunda mano como ebay.com suelen aparecer de vez en cuando algunas copias.

Aquí podeis escuchar una muestra de la primera parte:

sábado, 21 de mayo de 2011

Steven Wilson - Insurgentes (2009)


Sorprende un poco que un músico como Wilson, con más de dos décadas de carrera al frente de los más diversos proyectos, sólo o en compañía de otros, no hubiera publicado ningún trabajo bajo su propio nombre hasta 2009, si excluímos algunos lanzamientos muy limitados de música experimental en formato de vinilo o la serie de singles que editó periódicamente con el título de "Cover Version" en los que hacía su propia versión de un tema de otro artista y la acompañaba de una canción propia.

En 2009, el lanzamiento de "Insurgentes" vino a llenar ese hueco. Estilísticamente podríamos emparentarlo con su obra con Porcupine Tree pero sin los rasgos metal de los últimos trabajos de la banda. El disco en conjunto es impecable, tanto en cuanto a composiciones como a las intepretaciones de los musicos y al sonido. Grabado en varios puntos del globo aunque con una especial presencia de México sobrevolando todo el CD, desde el título del mismo, nombre de la principal avenida de México D.F. al corte "Veneno para las hadas", película mexicana de terror de 1984.

Wilson suele decir que su principal influencia durante la grabación del disco fue el movimiento conocido como shoegazing surgido a finales de los 80's y que debe su nombre a la actitud introspectiva de ciertas bandas en el escenario y su postura cabizbaja como "mirándose los zapatos". La música era muy ruidosa con abundante uso de guitarras distorsionadas y drones (otro motivo, más verosimil que la introspección, para "mirarse los zapatos" era el tener que utilizar distintos pedales para distorsionar el sonido).

Con todo, el resultado final del trabajo es excelente y bastante accesible, especialmente para los seguidores de Porcupine Tree o Blackfield, otro de los proyectos de Wilson que pasará por aquí en el futuro. El disco conoció una edición limitada de lujo publicada a finales de 2008, unos meses antes de que el disco normal saliera a la venta en tiendas. Esta edición incorpora un segundo CD con 5 temas extra y es la que encontrareis aquí.

La nómina de músicos que participan en el disco es de auténtico lujo: Al margen de Steven Wilson que toca guitarras, teclados, batería, bajo y todo tipo de efectos electrónicos a lo largo del disco, intervienen también en temas puntuales, Gavin Harrison (batería), Tony Levin (bajo), Mike Outram (guitarra), Dirk Serries (guitarra), Jordan Rudess (piano), Clodagh Simonds (voz), Sand Snowman (efectos), Theo Travis (flauta, clarinete, saxo) y Michiko Yagi (koto).

Para comprar el disco en su edición normal (CD+DVD documental):

play.com

amazon.com

Videoclip del tema que abre el trabajo, "Harmony Korine":

viernes, 20 de mayo de 2011

Olivier Messiaen - Turangalila Symphony / L'Ascension (Naxos, 2008)


Dentro del corpus de la obra de Messiaen, la música sinfónica ocupa un lugar casi secundario ya que se le suele asociar a la música de órgano, piano y de cámara. Esto no significa que rehuyera la composición para grandes formaciones instrumentales, e incluso escribió alguna obra para más de 200 ejecutantes.

Hoy nos vamos a ocupar de dos de sus trabajos orquestales, especialmente del más conocido de ellos: la Sinfonía Turangalila, terminada en 1948. Una monumental obra en 10 movimientos que se extienden a lo largo de casi hora y media. En ella nos encontramos con todas las influencias y conceptos que se repiten en la obra del músico: ritmos de influencia griega e india, elementos atonales, etc. Destacamos la utilización de las Ondes Martenot, uno de los primeros instrumentos electrónicos, que tienen un gran protagonismo en determinados momentos de la obra. Messiaen llegó a componer una obra para seis de estos intrumentos en 1937 para la Exposición Universal de París. La sinfonía fue una de los primeros encargos que Messiaen aceptó como compositor y probablemente lo hizo porque lo que se le pidió fue "escribir la obra que quisiera, en el estilo que quisiera, con la instrumentación y la duración que quisiera". La obra que completa el doble disco es "L'Ascensión", obra de juventud del músico para orquesta que también conoció una versión para órgano.

La grabación corre a cargo de la Orquesta Sinfónica de la Radio Nacional Polaca bajo la batuta de Antoni Wit, con François Weigel como solista de piano y Thomas Bloch a las ondes Martenot. Se publicó en 2000 en el sello Naxos.

Un par de enlaces para adquirir la obra:

amazon.com

fnac.es

Un fragmento de otra versión de la obra, en concreto, del segundo movimiento, con protagonismo de las ondas Martenot:

miércoles, 18 de mayo de 2011

Jethro Tull - Thick as a Brick (1972)


"Thick as a Brick" tenía todos los ingredientes para convertirse en un despropósito monumental. Corrían los primeros años de la década de los 70 y Jethro Tull aún disfrutaban de la gran acogida de su anterior trabajo, "Aqualung" pero su líder, Ian Anderson, no estaba contento con buena parte de las críticas que se hacían al disco y a la banda en general. La visión que parecía tener todo el mundo de la música del grupo era la de un grupo más de rock progresivo e incluso se hablaba de "Aqualung" como de un disco conceptual. Anderson no entendía nada y no estaba en absoluto de acuerdo con esa idea.

La reacción fue la de darle al mundo las proverbiales tres tazas de caldo componiendo el disco conceptual por excelencia: una única canción de 45 minutos, dividida en dos partes sólo por las limitaciones del formato del disco de vinilo. Lo inesperado es que una obra compuesta intencionadamente como una parodia de todo un género, basada en un supuesto poema escrito por un niño de 8 años para un concurso que ganó y del que fue descalificado poco después, se conviertiera en una de las obras maestras de estilo parodiado. Paradoja sobre paradoja.

El propio Anderson dijo años después que el disco era una parodia del estilo pretencioso de bandas como Yes o ELP como lo fueron en los 80's películas como "Aterriza Como Puedas" frente al cine de catástrofes tan en boga en los 70's.

Sea como fuere, "Thick as a Brick" es un album magnífico y suele ocupar los puestos de honor en la mayoría de las listas que se hacen sobre los mejores discos de rock progresivo. En él os vais a encontrar los habituales toques folk de la banda, rock al más alto nivel y un punto de inspiración en todos los músicos como se alcanza en muy contadas ocasiones. Ignoramos la opinión de Anderson de hoy en día sobre todo esto pero no creemos que se muestre descontento del resultado final. La formación que interpreta el disco era la integrada por Ian Anderson (voz, flauta, guitarra, violín, saxo y trompeta), Martin Barre (guitarra y laud), John Evan (piano, órgano y clave), Jeffrey Hammond (bajo y voz), y Barriemore Barlow (batería y percusiones) recien incorporado a la banda tras la salida de Clive Bunker. Contaron, además, con la participación de David Palmer haciendo los arreglos de cuerdas.

El disco no es difícil de encontrar a buen precio hoy en día. Un par de sitios donde adquirirlo son:

play.com

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Un fragmento de los primeros minutos de la obra:

martes, 17 de mayo de 2011

Porcupine Tree - The Incident (2009)


En los últimos días, este blog se ha fijado en varios discos clásicos del rock progresivo y podemos comprobar que el más reciente de ellos data de más de 30 años atrás. La pregunta sería: ¿se sigue haciendo este tipo de música? ¿hay algún representante de estos estilos en nuestros días? Evidentemente, los hay. Al margen de que King Crimson siguen activos en su enésima reencarnación, nuestra opinión es que hoy en día hay una sensacional banda progresiva. Su nombre: Porcupine Tree.

Ya hemos tenido algún disco de Porcupine Tree por aquí pero no dejaba de ser una obra de Steven Wilson en solitario. En este caso, nos vamos a centrar en el último trabajo publicado por el grupo, ya con una formación más convencional: Steven Wilson (guitarra, teclados y voz), Richard Barbieri (teclados), Colin Edwin (bajo) y Gavin Harrison (batería).

El estilo de la banda desde sus primeros discos ha ido evolucionando desde un rock electrónico hacia el poderoso metal progresivo de sus últimos lanzamientos. "The Incident" llegaba tras el gran éxito a todos los niveles del magnífico "Fear of a Blank Planet" de 2007, para muchos, el mejor disco de la banda. El planteamiento del nuevo trabajo era muy ambicioso: el disco es una larga suite de 55 minutos, divididos en 14 canciones que se suceden practicamente sin solución de continuidad. Una larga pieza conceptual alrededor del concepto de "incidente", entendiendo como tal, algo que sucede en algún momento determinado y se convierte en una de esas cosas tras las que nada vuelve a ser lo mismo. El trabajo se completa con un segundo disco con sólo 4 canciones, independientes de la idea principal.

Valga este ejemplo como muestra de lo mejor que se hace hoy en día en el ámbito del rock progresivo. Seguiremos viendo por aquí a este grupo en el futuro porque merecen la pena. De momento, los interesados en adquirir el trabajo teneis varias opciones:

play.com

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Un pequeño ejemplo del disco, la sensacional "Time Flies", en clara linea floydiana circa "Animals"

lunes, 16 de mayo de 2011

King Crimson - In the Court of the Crimson King (1969)


Existen en el mundo de la música muchos grandes discos en todos los géneros. Algunos de esos grandes discos alcanzan la categoría de obras maestras. Un grupo aún más selecto de ellos ha pasado a la historia como un hito de los que marcan un antes y un después por su propia categoría musical pero también por la influencia que han tenido en el desarrollo de un estilo en los años posteriores. El trabajo que nos ocupa, se encuentra, sin duda, en esta última categoría.

Como tantos otros grupos en la época, los miembros del King Crimson original habían hecho sus primeras armas en pequeñas bandas, grupos de amigos locales sin más pretensiones. Robert Fripp había formado parte de un grupo profesional llamado, sencillamente, "Giles, Giles and Fripp" junto con el bajista y cantante Peter Giles y su hermano Michael a la batería. Éste último sería de la partida en la primera formación de King Crimson. Completaba la banda Ian McDonald a los vientos y el guitarrista y cantante Greg Lake, que se ocuparía del bajo en la banda a petición de Fripp. Igual que hubo un "quinto Beatle", existió un "quinto Crimson" en la figura de Peter Sinfield, autor de las letras del grupo.

Comunmente se cita a "In the Court of the Crimson King" como el disco que inaugura el rock progresivo como género y, ciertamente, en él se encuentran ya todos los elementos definitorios del estilo. Evidentemente, hay rock, pero también jazz, blues, estructuras clásicas, excelentes instrumentistas y largas canciones con un nexo temático de unión entre ellas.

Sería un ejercicio inútil tratar de escribir aquí algo más sobre esta obra, pudiendo el lector pasar directamente a disfrutarla. Son sólo cinco canciones pero todas y cada una de ellas tienen una belleza intemporal. "In the Court of the Crimson King" es un disco que hay que escuchar con mucha atención y volver sobre él periódicamente. La experiencia merece mucho la pena. La versión que podemos disfrutar aquí es la reciente remasterización realizada por Steven Wilson bajo la supervisión del propio Robert Fripp en 2009, con ocasión del 40 aniversario del album.

Para adquirir la obra, como siempre, un par de vías recomendadas:

play.com también en la misma web, la edición especial en forma de boxset de 5 CDs + DVD con cantidad de extras deluxe

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Una muestra de la impresionante "Epitaph":

domingo, 15 de mayo de 2011

Prince - Sign 'O' the Times (1987)


Hablar de Prince es hacerlo de uno de los iconos musicales de la década de los 80. Personaje controvertido, genio extravagante, multi-instrumentista consumado, provocador, voluble, ambiguo, promiscuo... podríamos tirarnos varios párrafos añadiendo adjetivos y seguirían encanjando con la personalidad del músico en algún momento de su carrera.

En lo que a nosotros nos importa aquí, Prince Rogers Nelson, es un músico genial. En la época en la que salió el disco doble del que vamos a hablar, Prince acababa de disolver "The Revolution", la banda que le había acompañado desde el clásico "Purple Rain". En ese instante tenía tres proyectos abiertos, uno precisamente para la banda, otro para su alter ego femenino Camille (personaje femenino que aparece en los créditos de sus discos y que no es más que el propio Prince con la voz ligeramente acelerada para dar ese timbre femenina), y un triple disco que se iba a titular "Crystal Ball" (posteriormente se editó un triple disco con ese nombre pero ese fue otro proyecto distinto).

Warner no estaba nada convenciada de lanzar un triple LP tras las flojas ventas de los dos anteriores y la cosa se quedó en un disco doble con el título de "Sign 'O' the Times". Musicalmente es un trabajo tremedamente variado en el que Prince toca todos los palos, desde el rock al soul, pasando por el funk. Se utilizaron temas compuestos años antes, canciones del proyecto con "The Revolution", de Camille etc. El resultado es, a nuestro juicio, el mejor disco de Prince y eso justifica sobradamente su presencia en este blog.

El sonido es deudor de la estética ochentera con el sonido del sampler Fairlight y la batería Lynn, omnipresentes en casi todos los éxitos de la época. Además de Prince, interpretando casi todos los instrumentos, intervienen en el disco Eric Leeds (saxos), Atlanta Bliss (trompeta), Susannah Melvoin, Sheena Easton (voces), Sheila E (batería y percusiones), Wendy Melvoin (guitarra, voces y percusiones), Lisa Coleman (voces, flauta y sitar), Miko Weaver (guitarra) y Jill Jones (voces).  Como siempre, dejamos un enlace para adquirir el trabajo. No hemos encontrado ningún otro a un precio tan asequible, por lo que sólo damos uno esta vez.

play.com

El single principal del disco, la sensacional "Sign o' the Times":


sábado, 14 de mayo de 2011

Pink Floyd - Wish You Were Here (1975)


El proceso de composición del que para muchos es el mejor album de la banda fue similar en muchos aspectos al del anterior "The Dark Side of the Moon". El tema central de trabajo, un largo instrumental de más de 20 minutos nació en 1974 durante una gira. También la grabación se dividió en dos partes separadas por varios conciertos en norteamérica. Aquí acaban, sin embargo, las similitudes entre ambos trabajos.

En 1974 Pink Floyd eran un grupo algo desorientado, según confesión propia de varios de sus miembros. Acababan de publicar el disco más vendido hasta el momento y cosechaban críticas abrumadoramente favorables. Sin embargo, y a modo de huída, no dejaban de escribir nuevas canciones. Durante la gira nacieron "Shine on You Crazy Diamond", el citado tema central del disco y un par de canciones mñas que formarían parte del disco "Animals" años después.

La idea de Waters era cortar la suite en dos partes separadas por dos canciones nuevas, "Welcome to the Machine" y "Have a Cigar". Gilmour no estaba de acuerdo pero el grupo decidió que fuera así. Durante las sesiones de grabación sucedió algo que ya forma parte de la leyenda del rock: apareció un tipo bastante desmejorado al que nadie reconoció y que resultó ser Syd Barrett, primer lider de la banda y compositor de todas las canciones de Pink Floyd en sus inicios, al que dejaron fuera de la formación por sus problemas con el LSD. Lo cierto es que todas las canciones y letras del disco estaban ya escritas antes de la visita de Barrett, con quien no habían tenido contacto alguno en los últimos años pero era precisamente el deterioro físico y mental de Syd el motor que inspiraba la mayoría de los textos del disco, incluyendo la canción que le dá título, "Wish You Were Here" (ojalá estuvieras aquí).

Al margen de los integrantes de la banda, el disco cuenta con el saxo de Dick Parry, que repite tras su participación en "The Dark Side of the Moon" y la voz de Roy Harper en "Have a Cigar".

En apenas 3 años (los que van de 1972 a 1975) y en medio de varias giras por todo el mundo, Pink Floyd habían tenido tiempo para escribir y grabar dos de los mejores discos de la historia del rock demostrando enontrarse en un estado de gracia pocas veces alcanzado por formación alguna en su género. Este es un buen momento para repasar este trabajo o para descubrirlo si, por esas bromas del destino, aún no ha llegado a vuestros oídos. Recientemente se ha anunciado la aparición de nuevas ediciones lujosas de "The Dark Side of the Moon", "Wish You Were Here" y "The Wall" que contendrán una gran cantidad de material extra y memorabilia, así como la remasterización (una más) de todo el catálogo de Pink Floyd. No obstante, para los que simplemente querais disfrutar del disco de siempre, lo podeis adquirir aquí:

play.com

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Un fragmento del disco, la magnífica "Wish You Were Here":

viernes, 13 de mayo de 2011

Wim Mertens - After Virtue (1987)


Antes del problema que ha habido en blogger estos últimos días, teníamos preparado un artículo realmente brillante sobre este disco de Wim Mertens. Desgraciadamente se ha perdido y nos tendremos que conformar con éste.

Hasta ahora, nos hemos ocupado de Mertens como compositor para grupo pero ha llegado la hora de echar un vistazo a otra de sus caras: la de piano y voz. En concreto, nos centramos en el que fue su segundo disco de estas características, "After Virtue". El Mertens pianístico nos parece más brillante aún, si cabe, que el que os hemos ofrecido hasta ahora. Concretamente, en este trabajo nos vamos a encontrar con melodías que van surgiendo casi descuidadamente, con cambios de ritmo, pausas inesperadas y un aire como de continua improvisación que dan un toque de frescura digno de agradecerse.

La escucha de las obras para piano de Mertens nos suele producir una sensación de continuo deja vu. No importa que sea la primera vez que escuchamos una pieza. Parece como si la conocieramos de toda la vida y podríamos ser capaces de anticipar cada compas tras escuchar el anterior. En cierto modo, nos recuerda a esos cuadros de Piet Mondrian ante los que siempre oyes a alguien exclamar: "eso se me podría haber ocurrido a mí".

Desde aquí nos confesamos rendidos admiradores de este disco y lo consideramos como el más inspirado de todos los que ha publicado el autor para piano o para piano y voz y recomendamos encarecidamente su escucha desde la seguridad de que la experiencia va a suponer un agradable descubrimiento para los profanos en la obra de Mertens y un placentero reencuentro para aquellos más familiarizados con el belga.

Como siempre, podeis adquirir el disco aquí:

play.com

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Y escuchar uno de los cortes, "Humility" aquí:


miércoles, 11 de mayo de 2011

Wim Mertens - Zee Versus Zed (2010)


Mertens se está conviertiendo ya en un clásico del blog y seguirá apareciendo con bastante frecuencia por aquí. Nos centramos en esta ocasión en su penúltimo trabajo, publicado el año pasado. A nuestro juicio, Mertens entró en un cierto bache creativo a partir de "Integer Valor" de 1998, con notables excepciones, principalmente en trabajos incluídos dentro de sus monumentales ciclos con material básicamente experimental. Nos referimos a "Poema" enmarcado en el ciclo "Kere Weerom" y "Human Guesswork" del ciclo "Aren Lezen".

Esta etapa con trabajos más bien flojos dada la entidad del artista alcanza su punto más bajo con el reciente "L'Heure du Loup" y su antecesor "Receptacle". Quizá por ello, nos sorprendió más que gratamente el lanzamiento de "Zee Versus Zed". Sin alcanzar aún el esplendor de sus obras más notables para grupo, creemos que este disco alcanza un nivel brillante y recupera al Mertens más inspirado.

La formación del Wim Mertens Ensemble la componen algunos de los músicos habituales del belga, que en los años anteriores no siempre habían tomado parte en las grabaciones de éste.

Para comprar el trabajo:

play.com

Una muestra de lo que encontrareis en él:

martes, 10 de mayo de 2011

Kronos Quartet / Terry Riley - Requiem for Adam (2001)


Hace unos días nos enterabamos por medio del blog amigo Otras Músicas. Otros Mundos. de la concesión del Polar Prize, el conocido como Nobel de la música al Kronos Quartet, una de las formaciones más interesantes en el panorama de la música actual. Desde entonces, queríamos dejaros por aquí alguna muestra del trabajo del cuarteto pero no eramos capaces de decidirnos por un disco en concreto. Finalmente, hemos optado por este "Requiem for Adam" por las peculiares características del trabajo y la carga emocional que contiene.

El 16 de abril de 1995, David Harrington, lider y fundador del Kronos Quartet estaba caminando con su familia por el Monte Diablo, en California cuando el joven Adam Harrington, de 16 años e hijo de David y Regan sufrió un fulminante ataque al corazón provocado por un coágulo en la arteria coronaria falleciendo al instante. El compositor Terry Riley tenía una gran amistad con la pareja. De hecho, el día antes del fallecimiento de Adam lo pasaron juntos. Incluso, un hijo de Riley, Gyan, nació el mismo día que Adam y celebraron algún que otro cumpleaños juntos.

La tragedia impulsó a Terry a componer este cuarteto de cuerda a modo de requiem en memoria del joven. La grabación se nos antoja como una de las más duras y emotivas llevadas a cabo por el Kronos Quartet, lo que nos hizo decidirnos por esta obra a la hora de homenajear a la formación. El disco lo completa la obra "The Philosopher's Hand" con Riley al piano, también relacionada con la muerte del joven. Durante las sesiones de grabación, David Harrington pidió a Riley una pieza de piano pensando en el músico pakistaní Pandit Pran Nath, amigo común de ambos. Terry recordó entonces una anécdota sucedida durante los funerales de Adam. En un momento de la ceremonia, Pandit apretó la mano de David Harrington en señal de apoyo. Al terminar el oficio, David le dijo al propio Terry Riley que era la mano más cálida que nunca había apretado, lo que le dio pie para titular la breve pieza.

En el momento de la grabación, el Kronos Quartet estaba formado por David Harrington y John Sherba (violines), Hank Dutt (viola) y Jennifer Culp (cello).

Podeis adquirir la grabación aquí:

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Y escuchar un fragmento del primer moviento aquí:


Pink Floyd - Ummagumma (1969)


Ummagumma es un disco extraño dentro de la carrera de Pink Floyd. Aún estaba reciente el cambio de Syd Barrett por David Gilmour y el éxito del segundo disco de la banda "A Saucerful of Secrets". "Ummagumma" se sitúa cronológicamente en medio de dos bandas sonoras, la de la película "More" y la de "Zabriskie Point" lo cual es muy posible que influyera en el curioso formato del disco. Se trata de un doble LP en el que, el primero de los discos lo integran versiones en directo de temas de "A Saucerful of Secrets" junto con "Careful With That Axe, Eugene", cara B del single "Point Me at the Sky". El segundo de los vinilos son composiciones de cada uno de los miembros de la banda en solitario: Rick Wright presente la suite "Sysyphus", Roger Waters dos canciones sueltas, David Gilmour la composición "The Narrow Way" en tres partes y, por último, Nick Mason nos muestra su "The Grand Vizier's Garden Party".

El experimento no nos resulta particularmente convincente, en especial el segundo LP con las composiciones individuales, aunque las versiones en directo del primero de los discos merecen mucho la pena. Sin embargo, la acogida de este trabajo fue bastante buena y, de hecho, supuso la primera entrada importante de Pink Floyd en las listas americanas.

La discografía de Pink Floyd no siempre está disponible a buenos precios salvo en campañas muy concretas. Os dejamos un par de enlaces donde comprar este trabajo a un precio razonable:

play.com

amazon.co.uk

Una muestra de "Astronomy Domine" en directo:

lunes, 9 de mayo de 2011

Porcupine Tree - Voyage 34: the Complete Trip (2000)


En los últimos tiempos, siempre que en alguna de nuestras conversaciones entre amigos surge alguna pregunta sobre el futuro de la música, ya sea en su vertiente rock, pop, electrónica, ambient, etc. la respuesta siempre nos lleva a un nombre: Steven Wilson.

Wilson es un músico británico y, probablemente, la persona más inquieta en el mundo de la música en este momento. A día de hoy tiene en marcha hasta cuatro proyectos musicales simultaneos: sus grupos No-Man, Blackfield, Bass Communnion y Porcupine Tree a lo que sumamos su carrera en solitario bajo su propio nombre. Cada una de las formaciones opera en registros completamente distintos no sólo entre ellas sino dentro de cada una de ellas. La historia empezó a mediados de los 80, cuando Wilson, multinstrumentista autodidacta, comenzó a grabar algunas maquetas como dúo (bajo el nombre de Altamont) o como parte del grupo Karma. En 1986 forma con Tim Bowness el duo No-Man y, casi al mismo tiempo, se inventa un supuesto grupo desconocido de rock progresivo nacido en los 70 bajo el nombre de Porcupine Tree. Wilson construye una carrera ficticia para la banda, con cassettes rescatados del olvido, diversas entradas y salidas de la carcel, miembros imaginarios, etc.  y la historia comienza a circular en fancines entre los aficionados de la época.

Continuando con la broma, Wilson llega a grabar y distribuir varias cintas con música de la banda. En algún punto de la historia, alguien se toma la broma en serio y Porcupine Tree se convierte en una banda real.

La grabación que aquí nos ocupa surgió durante la grabación del LP "Up the Downstair". Originalmente se iba a lanzar como disco doble pero se tomó la decisión de lanzar por separado "Voyage 34" como single dividido en dos fases. Unos meses después, se grabaron las fases tercera y cuarta y en 2000 se editó el LP completo tal y como aquí lo dejamos.

"Voyage 34: the Complete Trip" narra una supuesta experiencia con el LSD. El "viaje" número 34, que no salió como estaba previsto. Musicalmente nos encontramos con un tema ambiental-psicodélico sensacional, guitarras en el más puro estilo Pink Floyd circa "The Wall", sampleos de la cantante de Dead Can Dance, Lisa Gerrard, etc. Una experiencia sonora absolutamente recomendable que, estamos seguros, gustará a los lectores del blog que no conozcan la grabación.

Porcupine Tree en esta grabación aún eran una banda de un sólo miembro: Steven Wilson, pero en la segunda parte del trabajo interviene ya el teclista Richard Barbieri, quien formaría parte del grupo a partir del siguiente trabajo.

Este disco ha sido reeditado recientemente por lo que es fácil adquirirlo en varios sitios. Como siempre, os dejamos un par de ellos:

play.com

fnac.es

Una muestra:

domingo, 8 de mayo de 2011

Pink Floyd - The Dark Side of the Moon (1973)


Recientemente, al ser preguntado un importante crítico musical sobre si Plácido Domingo podía ser el mejor tenor de todos los tiempos, éste respondió que era uno de los pocos sobre los que formular esa pregunta tendría sentido. Ocurre lo mismo con el disco que nos ocupa en este momento: no podemos afirmar que sea el mejor disco de la historia del rock pero no habría muchas objeciones a su inclusión en cualquier lista de candidatos.

La idea del album se empezó a fraguar durante los ensayos del grupo para la gira de su disco "Meddle". Waters propuso hacer un disco conceptual alrededor del concepto de la locura y el resto de la banda se mostró receptivo ante esa proposición. Eran tiempos en los que, a pesar del claro liderazgo del bajista, Pink Floyd aún funcionaba como grupo y todos aportaban cosas en el aspecto musical. El disco fue interpretado a lo largo de toda la gira mundial más de un año antes de su grabación y publicación, de modo que muchas de las canciones fueron evolucionando y creciendo poco a poco (nada es casualidad, a fin de cuentas).

Las sesiones de grabación del disco, cuyo título iba a ser "Eclipse", ya que el original había sido utilizado por otra banda en aquellos años, comenzaron en mayo de 1972 en los estudios Abbey Road bajo la direccion técnica de Alan Parsons (quien ya había trabajado con el grupo en "Atom Heart Mother") y con los mayores avances técnicos disponibles hasta aquel momento. Con algunas pausas para continuar con la gira por Estados Unidos, el disco se completó en enero del año siguiente.

El resultado de estas sesiones es un disco impresionante que llevó al grupo a lo más alto de su carrera. "The Dark Side of the Moon" no era sólo un disco de rock al uso. Era un trabajo en el que la ingeniería de estudio, los efectos electrónicos, los tratamientos de las pistas y las técnicas de grabación llegaron a un punto nunca antes alcanzado. En contra de lo que se puede pensar, visto el tiempo que llevaba gestándose, el disco que surgió de las sesiones de grabación era muy distinto del material con el que se empezó. Algunos efectos sonoros eran aportaciones del propio Alan Parsons, creadas para otros fines (librerías de sonido). Melodías completas, como la genial aportación de Clare Torry, vocalista de sesión de los estudios, en "The Great Gig in the Sky" fueron totalmente improvisadas conforme se grababan (de hecho, y tras un cierto litigio, Torry se cuenta como co-autora del tema en los créditos de las últimas ediciones del album). Al margen de esta colaboración, destacamos el saxo de Dick Parry en dos de los cortes del album, curiosamente los dos que se lanzaron como singles, el conocidísimo hit "Money" (uno de los pocos grandes éxitos del rock en compás de 7/4) y "Us and Them".

Las ventas del disco se estiman hoy en día en unos 45 millones de copias en todo el mundo. El trabajo ostenta el record de semanas consecutivas en la lista Billboard al figurar en ella durante 15 años consecutivos, entre su fecha de lanzamiento y 1988.

Probablemente todo buen melómano posee, o al menos ha escuchado ya esta obra con antelación. Para quienes aún no hayan tenido esa oportunidad, dejamos aquí las vías habituales:

Para comprarlo:

play.com

fnac.es

Una muestra del single "Money":

viernes, 6 de mayo de 2011

Klaus Schulze - Irrlicht (1972)


En 1972, Klaus Schulze aún estaba lejos de alcanzar el status que luego tuvo como figura imprescindible en el panorama de la música electrónica de el último cuarto del siglo pasado. Había intervenido ya (como batería) en la primera grabación de Tangerine Dream y también formaba parte, temporalmente, de Ash Ra Tempel, probablemente las dos formaciones claves en el desarrollo de la música secuencial-planeadora de los 70's. Curiosamente, en el disco de debut de Schulze no hay ni un sólo sintetizador. Toda la música proviene de órganos eléctricos modificados, cintas manipuladas (uno de los movimientos se basa en una cinta con los ensayos de una orquesta reproducidos al revés) y cachivaches electrónicos.

La primera palabra que viene a la mente para describir este disco es oscuridad. El trabajo se divide en dos suites largas con un tema más corto separandolas. La música es estática, opresiva por momentos y oscura en toda la extensión del trabajo. Nada que ver con otras composiciones de Schulze que han aparecido por aquí. Nos parece, en cualquier caso, un disco más que interesante, por su propio contenido musical y, principalmente, como uno de los hitos a partir de los que se desarrolló un movimiento tan importante como la Escuela de Berlín.

Disponible aquí:

amazon.co.uk

play.com

Un extracto del primer corte:

John Tavener - Thunder Entered Her (1994)


Volvemos con John Tavener y una nueva colección de piezas de temática religiosa publicadas en 1994 por el sello Virgin y reeditadas recientemente por EMI Classics. Se trata de "Angels" (1985) para órgano (David Dunnett) y coro, "Annunciation" (1992) para cuarteto de voces, "Lament of the Mother of God" (1989) con la soprano Solveig Kringelborn como solista, "Thunder Entered Her" (1990), "Hymns of Paradise" (1993), cerrando el disco "God is With Us" (1987).

Las interpretaciones corren por cuenta del Winchester Cathedral Choir bajo la dirección de David Hill. Los seguidores de Tavener no se llevarán ninguna sorpresa al escuchar este trabajo puesto que sigue las mismas premisas que los anteriormente expuestos en este espacio. Desde aquí, siempre vamos a recomendar encarecidamente la obra de este músico del que aún nos faltan por explorar muchas facetas pero eso será más adelante.

Para adquirir el trabajo hay ahora varias vías:

De modo separado: amazon.com

O conjuntamente con "The Protecting Veil", otro disco del mismo autor, originalmente grabado para Virgin y aquí en esta recomendable edición doble de EMI Classics: amazon.com

O, por último, en esta otra edición doble de Virgin en la que se acompaña de otro CD con obras del propio Tavener y de Arvo Part: amazon.com

En cualquiera de los 3 casos estamos hablando de la misma grabación por lo que es decisión del lector optar por una o por otra edición.

Aquí una versión de "Angels":


martes, 3 de mayo de 2011

Simeon Ten Holt - Shadow Nor Prey (1993-1995)


Nos ocupamos hoy de otra grabación de Jeroen Van Veen, en esta ocasión en formato de duo para piano junto con Fred Oldenburg y de nuevo interpretando música del holandés Simeon Ten Holt. Personalmente, me sorprende enormemente lo poco conocido que es este músico, incluso en círculos aparentemente afines al estilo que practica. Afortunadamente, la calidad de su obra es inversamente proporcional a su popularidad entre el público en general. Fechas atrás os dejamos una grabación de su obra maestra "Canto Ostinato". Los esquemas básicos de aquella obra siguen estando presentes en la que comentamos ahora, quizá con menor densidad y con una duración algo más asequible para el oyente ocasional (apenas una hora en esta versión).

No puedo dejar de recomendar la escucha de Ten Holt y me atrevo a afirmar que su producción pianística es la más impresionante y destacada de entre la de sus colegas contemporaneos encuadrados de una u otra forma en el minimalismo. Piezas construidas con la ligereza de un castillo de naipes en el que cada nivel es parecido al anterior pero se eleva un poco más, amenazando derribarse y arrastrar consigo toda la estructura y que, por el contrario, no deja de crecer hasta formar una monumental construcción en la que todas las notas son necesarias y no sobra ninguna.

Como en la ocasión anterior, la obra está extraída de la caja "Complete Multiple Piano Works", editada en el sello Brilliant y disponible a precio de risa (recordemos que son 11 discos).

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