Mostrando entradas con la etiqueta Ben Williams. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ben Williams. Mostrar todas las entradas

domingo, 25 de mayo de 2014

Pat Metheny Unity Group - Kin (2014)



Parece que cuando Pat Metheny montó su Unity Band hace un tiempo, dio con la tecla adecuada tras muchos años experimentando con distintas formaciones y colaboraciones, tiempo en el cual llegó a construir su propia banda-robot en forma de “orchestrion”. Hace unas cuantas semanas tuvimos la oportunidad de disfrutar de la versión 2.0 de la banda a la que se incorpora una pieza más en la figura del italiano Giulio Carmassi, compositor y multi-instrumentista que lo mismo sirve para un roto que para un descosido y es que la cantidad de recursos que aporta suponen para la banda un salto exponencial en cuanto a los sonidos de que disponen para plasmar sus ideas. Etimológicamente no parece haber ninguna diferencia significativa entre la palabra “band” y “group” más allá de que en la primera se supone que todos los miembros tocan, al menos, un instrumento, mientras que en el segundo caben también vocalistas. No parece tener relación con esto el cambio de denominación de la nueva formación de Metheny que pasa de “Unity Band” a “Unity Group” aunque bien cierto es que Carmassi aporta voces en algunos momentos.

Adopte el nombre que adopte la formación, hay una cosa indiscutible y es que la música que contiene éste nuevo trabajo de Metheny y compañía ha ganado en complejidad. Hablaba el guitarrista en una reciente entrevista de esto cuando indicaba que la pieza con la que comienza el disco le había costado 34 páginas de papel pautado, algo nada habitual en su música y, por extensión, en el jazz contemporáneo. Para el músico, su nueva banda (o grupo) supone un salto en términos de sonido similar al de la llegada del technicolor al cine. En sus propias palabras: “Si el anterior disco era como un documental sobre una banda en un estudio, el retrato de un momento, éste sería más la versión Spielberg de lo que esa banda puede ser”.

Integran el Pat Metheny Unity Group en el disco: Pat Metheny (todo tipo de guitarras y efectos electrónicos, sintetizadores y “orchestrionics”), Chris Potter (saxos tenor y soprano, clarinete bajo, clarinete, flautas), Giulio Carmassi (piano, trompeta, trombón, trompa, vilonchelo, vibráfono, clarinete, flauta, piccolo, saxo alto, piano wurlitzer, voces), Ben Williams (bajo acústico y eléctrico) y Antonio Sánchez (percusiones).



“On Day One” – Una amalgama de percusiones de todo tipo abre una pieza en la que saxo y guitarra al unísono esbozan los primeros apuntes melódicos. No mucho después asistimos al primer cambio radical de estilo. Una percusión marcadamente monótona (probablemente surgida del “orchestrion”) sirve de pauta para la entrada del contrabajo y la guitarra. Cuando aparece el saxo, el sello de Metheny está ya claramente presente en la composición, algo más que evidente en el momento en que comienza a sonar su inconfundible guitarra. El siguiente segmento del tema se llena de ritmos latinos y Chris Potter se adueña por completo de la escena en un solo magnífico antes de llegar a la parte final en la que Metheny vuelve a tomar el mando. La apertura del disco, con un monumental tema de más de 15 minutos como éste nos recuerda al Metheny de “The Way Up”, uno de sus discos más celebrados.

“Rise Up” – El guitarrista norteamericano empuña la acústica con la energía de sus mejores tiempos en un sensacional comienzo lleno de vida en el que le escuchamos acompañado exclusivamente por platillos y palmas. El esquema rítmico de la pieza es tremendamente complejo con signaturas cambiantes y muy ricas. El piano de Carmassi nos hace rememorar los tiempos de Lyle Mays y eso siempre es una buena señal aunque lo cierto es que todo en la pieza parece sacado de la mejor época del Pat Metheny Group con la adición del saxo de Potter.

“Adagia” – Nos concede un respiro el músico en esta balada de corta duración en la que su guitarra primero y el saxo después esbozan románticos paisajes de aire porteño y es que, independientemente del ropaje con que Metheny se vista en cada ocasión, siempre tiene un ojo puesto en el sur.

“Sign of the Season” – Continúa el trabajo con otro tema extenso de larga evolución en el que la música va desplegándose de forma progresiva e imparable. Como es tan característico en los discos de Pat, una percusión insistente, muchas veces ayudada del pulso continuo del piano, va construyendo una red a partir de la cual los diversos instrumentos solistas (aquí guitarra y saxo principalmente) ejecutan sus respectivas partes alternándose en el papel principal.

“KIN (←→)” – El tema que da título al disco obedece a un esquema similar al anterior en su inicio, con una excitante percusión a la que se añaden los sintetizadores, más presentes que nunca hasta ahora en el trabajo. También aparece con fuerza el clásico sonido de guitarra sintetizada del músico con el que afronta el largo solo central de la composición. A partir de ese momento, vuelve a intervenir el saxofón en otra magnífica aportación que pone de manifiesto algo difícil de prever: el sonido de Metheny permaneció durante años alejado de ese instrumento con resultados excelentes. El hecho de que en el anterior disco con Potter decidiese recuperar los saxos parecía anticipar un cambio en la sonoridad de la banda pero no ocurre nada parecido. Por el contrario, el saxo suena perfectamente integrado con el resto de instrumentos y el resultado sigue llevando el sello de Metheny bien claro. Una jugada magistral que revela cuánta verdad había en la frase del músico cuando hablaba de la razón que le llevó a volver a utilizar saxos en su música: “Chris Potter”. Un intérprete excepcional que sabe hacer exactamente lo que cada pieza requiere.

“Born” – Cambio de tercio con una balada romántica que no cae en ningún momento en tópico almibarado al estilo de Kenny G por mucho que sea el saxo su principal instrumento. Esta pieza justifica el comentario del crítico de JazzTimes Geoffrey Himes cuando afirma al respecto del disco que “escribir buenas melodías es la habilidad mas infravalorada del jazz moderno, quizá porque es también la más rara. Hay cientos de músicos que se enorgullecen de escribir enrevesadas piezas en 7/4 o 9/4 y de moverse en sus solos de lo tonal a lo atonal para volver más tarde al comienzo. Bien. Pero ¿cuántos de ellos pueden escribir una balada que podamos tararear al oído de nuestra amante?”



“Genealogy” – Con una duración inferior al minuto, esta breve combinación de percusión y saxo hace las veces de transición hacia el tramo final del disco.

“We Go On” – Una ráfaga de sonidos electrónicos abre una pieza que pronto se torna en algo más convencional cuando Potter interpreta una melodía de corte clásico con aire de soul. No la escogeríamos entre las más destacadas del disco pero no deja de ser interesante.

“Kqu” – No se despega Metheny de los ritmos pausados en los últimos minutos del disco aunque ahí terminan los parecidos entre ésta pieza y la anterior. Escuchamos aquí un perfecto ejemplo de los que es un quinteto de jazz conjuntado de modo magistral. Todos los músicos tienen su espacio justo en el cierre del trabajo que concluye así, dejándonos con un excelente sabor de boca.


Llama la atención cómo un músico como Metheny puede seguir manteniendo un nivel artístico excelente y, al mismo tiempo, editar discos con una regularidad asombrosa. Tenemos suerte de poder disfrutar de un artista tan grande cuya aportación sospechamos que será aún mejor valorada con el paso del tiempo. “Kin” es aún muy reciente con lo que es sencillo encontrarlo en cualquier tienda pero nosotros seguimos dejando aquí los enlaces de costumbre por si os decidís a adquirirlo on-line.

amazon.es

play.com

Nos despedimos con el trailer oficial del disco:

 

lunes, 3 de septiembre de 2012

Pat Metheny - Unity Band (2012)



A cada año que pasa parece más lejana la posibilidad de escuchar un nuevo disco del Pat Metheny Group, la banda del guitarrista norteamericano que nos regaló un buen puñado de grandes discos en los que el músico fue mucho más allá de las fronteras del jazz tradicional fusionandolo con todo tipo de músicas y estilos distintos. Afortunadamente, en ausencia de grabaciones con su banda, Metheny nos ha regalado en los últimos años un buen montón de discos en solitario y en colaboración con distintos musicos junto a los cuales ha seguido desarrollando nuevas e interesantes propuestas.

La última de ellas, de reciente aparición, lleva el título de “Unity Band” y en ella, Metheny se hace acompañar por el bajista Ben Williams, el batería mejicano Antonio Sánchez (incorporado al Pat Metheny Group en 2002) y el saxofonista Chris Potter. Es precisamente la presencia de este último el hecho más destacable por lo que tiene de novedad en la música de nuestro guitarrista la presencia de un saxofonista. Sonará extraño pero lo cierto es que desde el disco “80/81”, no se había vuelto a escuchar un saxo en un proyecto de Pat Metheny (obviando discos en colaboración con otros músicos como el legendario “Song X” con Ornette Coleman). Ésta novedad no es meramente anecdótica sino que tiene mucha importancia. Comenta el propio músico al respecto en una entrevista en su propia web (www.patmetheny.com) que “he disfrutado enormemente de mis colaboraciones y proyectos con un puñado de grandes saxofonistas en el pasado. A partir de “80/81” participé en cinco grabaciones consecutivas con Mike Brecker, participé en “Wish” de Joshua Redman con quien hize un montón de conciertos, con Kenny Garrett hicimos el homenaje a Coltrane… también he tocado en alguna ocasión con David Liebman y Gary Thomas además de haber hecho conciertos puntuales con David Sanchez o Donald Harrison. Y, por supuesto, está “Song X” con Ornette Coleman. Sin embargo, para mi propia música parecía que nunca era capaz de encontrar un punto de partida desde el cual encaminarme a algún sitio en compañía de un saxofonista. En muchas ocasiones hablamos de rescatar la vieja banda del “80/81” pero nunca lo hicimos y ahora con los dos saxofonistas fallecidos (Michael Brecker lo hizo en 2007 y Dewey Redman un año antes) me arrepiento de no haberlo hecho”.

Interrogado por el motivo de volver a usar saxo precisamente ahora, Metheny es claro: “La respuesta es sencilla: ¡Chris Potter! Desde el punto de vista del aficionado, en los últimos tiempos le he visto crecer y convertirse en uno de los mejores músicos de nuestra época. Cuando ambos fuimos invitados a participar en el disco de debut de Antonio Sánchez nos dimos cuenta de que teníamos una forma de tocar que encajaba a la perfección y comenzamos a plantearnos un nuevo proyecto para aprovechar ese entendimiento”.


La famosa guitarra Pikasso. El nombre le viene al pelo.

Para completar la banda necesitaban una sección rítmica. La elección del batería era fácil ya que ambos músicos colaboraban habitualmente con Antonio Sánchez. Como la formación más habitual con la que estaba grabando Metheny en los últimos años incluía al propio Antonio Sánchez y a Christian McBride en el bajo, se diría que no habría mucho que buscar pero no iba a ser él el elegido sino un protegido suyo. McBride había invitado en alguna ocasión a Metheny a sus clases en la Juilliard School y allí le habia presentado a uno de sus alumnos más destacados: Ben Williams. Pat había contado con Williams en momentos puntuales para sustituir a McBride y su forma de tocar el bajo, con su especial sensibilidad para la melodía (algo que Metheny sólo había oído antes en Jaco Pastorius) le encandiló. Con el bajista enrolado en el grupo, nuestro músico completó por fin su nueva formación: la “unity band”.

“New Year” – El disco comienza en una linea similar a los últimos lanzamientos de Metheny en solitario con un precioso sólo de guitarra acústica con influencias del sur. Contrariamente a lo habitual en Metheny, habitualmente inspirado en la música brasileña, en esta ocasión desvía un poco la vista hacia el Río de la Plata en una melodía de aires porteños en la que Piazzolla está muy presente, especialmente tras la entrada del saxo y el bajo. Un Metheny sonando a Piazzolla tiene que recordar por fuerza a Lito Vitale, músico argentino fuertemente influído por ambos músicos y así es. Lo que en cierto modo completa el círculo de las influencias.

“Roofdogs” – No tarda el guitarrista en volver a sus registros más habituales. En ausencia de su teclista de toda la vida, Lyle Mays, todos los sonidos electrónicos, muy presentes en la pieza, los interpreta él mismo a través de su guitarra-sintetizador. La composición nos muestra una gran demostración de facultades por parte de Antonio Sánchez y a un Chris Potter excepcional con el saxo soprano en una composición con el sello de su autor presente en cada nota.



“Come and See” – Primera aparición en el disco de la guitarra Pikasso de Metheny, espectacular artefacto híbrido en el que se combinan un montón de mástiles y cuerdas entrecruzadas. Potter deja los saxos y se arranca con un solo de clarinete bajo en una pieza de jazz más clásico con una participación fundamental de Ben Williams al contrabajo, quien sostiene la composición en todo momento.



“This Belongs to You” – Otra introducción acústica para una de las piezas más tranquilas del disco que vuelve a dejarnos aires del Plata y al Pat Metheny más íntimo y personal de discos como su “Beyond the Missoury Sky” con Charlie Haden o el más reciente “What’s It All About?”.

“Leaving Town” – A pesar de su estilo personal, en ocasiones criticado por su apertura a muchas otras músicas que no son jazz, Metheny se desenvuelve a la perfección en los estandares más clásicos del género. Dentro de ese tipo de piezas más “convencionales” podríamos encuadrar esta composición que contiene un incesante guiño a Coltrane en el contabajo que repite casi como un mantra las cuatro notas principales de “A Love Supreme” como base rítimica de toda la composición.

“Interval Waltz” – Continuando con el jazz más clásico tenemos el siguiente tema, pieza que se mueve dentro de los parámetros habituales del género en todo momento lo que la hace más interesante, si cabe, por cuanto podemos apreciar en toda su magnitud la calidad de cada uno de los intérpretes que tienen su pequeño espacio de lucimento personal a lo largo del tema.

“Signals (Orchestrion Sketch)” – La faceta más inconformista de Metheny queda puesta de manifiesto en esta composición. El “orchestrion” es un invento del músico con el que Metheny puede “controlar” desde su guitarra o a través de pedales y artilugios similares un gran número de instrumentos. Direis que eso suena a controlador MIDI y que lleva mucho tiempo inventado pero de lo que se trata aquí es de una gran máquina que acciona los instrumentos reales de modo que el intérprete se convierte en un auténtico hombre-orquesta que puede intrepretar todo tipo de instrumentos sobre el escenario. Habrá tiempo para hablar de ello más adelante ya que el músico grabó todo un disco con este sistema. La pieza que utiliza el “orchestrion” en el disco es, sin duda, la más ambiciosa de la grabación rozando en muchos momentos las músicas más vanguardistas, especialmente la de Steve Reich, compositor minimalista admirado por Metheny y con el que ha colaborado en el pasado.

“Then and Now” – En la recta final del disco, el músico vuelve a los temas tranquilos y sin sobresaltos de ningún tipo. En esta ocasión se trata de una composición sin demasiada trascendencia de esas que podemos oir de forma habitual en muchas películas y series americanas sin darle mayor importancia. Lo más destacado, la interpretación de Chris Potter, sin duda alguna.

“Breakdealer” – Como cierre, Metheny adopta una postura más agresiva y recurre a elementos propios del jazz-fusión con toques latinos. Ben Williams se luce a conciencia en el contrabajo y su media naranja en la sección rítmica, Antonio Sánchez, le complementa a la perfección. Sin resultar especialmente sorprendente ni innovadora, nos parece una de las piezas más destacadas de todo el disco sin discusión.

Creemos que debe ser muy difícil resumir la carrera de un músico como Metheny en uno o varios discos recopilatorios por la gran variedad de estilos y registros en los que se ha movido. Éste “Unity Band”, sin ser un disco de grandes éxitos al uso, sí que nos muestra, a lo largo de sus nueve composiciones originales, una panorámica bastante completa de lo que ha hecho el músico en estos años con piezas que podrían encajar en distintos momentos de su carrera a la perfección. Por ello, sin ser un recopilatorio, insistimos, nos parece una magnífica puerta de entrada en el “universo Metheny” para el aficionado que no esté aún familiarizado con la música del guitarrista estadounidense a la vez que un trabajo perfectamente disfrutable por el seguidor veterano. Habitualmente, Metheny siempre se ha rodeado de músicos excelentes pero en esta ocasión, la calidad va acompañada de juventud lo que le da un plus de frescura e entusiasmo a la grabación. Os dejamos los habituales enlaces para haceros con ella:

amazon.es

fnac.es


Nos despedimos con una muestra de lo que puede hacer la "Unity Band" en directo: