viernes, 31 de octubre de 2025

Anne Clark - The Sitting Room (1982)



Anne Clark tenía apenas 22 años cuando lanzó su primer disco. Ya comentamos en su día que era una mujer absolutamente independiente, que decidió abandonar los estudios a los 16 y buscarse la vida en diferentes ocupaciones, desde cuidar enfermos en un sanatorio mental hasta trabajar en tiendas de discos en su Croydon natal. Este último empleo y, sobre todo, encargarse de la programación de The Moonlight Club, una de las salas con una actividad musical más intensa en la época y donde grabarían un concierto Joy Division apenas un mes antes del fallecimiento de Ian Curtis, le facilito conocer a todo tipo de artistas de la bulliciosa escena londinense gracias a lo cual, grabar y publicar su propia música no iba a ser algo tan complicado como podría parecer hoy. Entre la plétora de músicos con los que contactó en aquellos años, Anne encontró un pequeño grupo con el que dar forma a sus composiciones acompañando a su voz y sus teclados. La lista incluía a Gary Mundy, guitarrista de la banda experimental Ramleh, el teclista y cantante Dominic Appleton (ambos amigos desde la infancia), el guitarrista punk Patrick Fitzgerald (que con Anne tocaría los teclados) y el teclista de sesión Andrea Laschetti. De todos ellos, sólo Fitzgerald tenía experiencia discográfica.


El que sería el debut de Anne Clark sería publicado por el sello Red Flame, propiedad de Dave Kitson, uno de los grandes promotores de la escena punk en aquellos años y propietario de The Moonlight Club. Red Flame lanzó los primeros discos de la artista así como varios de sus colaboradores en “The Sitting Room” y trabajos posteriores siendo Anne el principal activo del sello en aquellos años junto con el grupo Carmel.




Abre el disco un oscuro tema de piano que también da título al trabajo. En “The Sitting Room”, los sintetizadores crean una atmósfera fantástica para la narración de Anne en su estilo característico. El estilo repetitivo de la melodía es perfecto para ponernos en el estado de ánimo adecuado para disfrutar de la poesía de Anne que se muestra aquí como la observadora del comportamiento de alguien que, probablemente se ha rendido ya ante la vida. “Swimming” es un tema mucho más experimental a base de sonidos acuosos y efectos sonoros que sencillamente acompañan al recitado de Anne sobre una historia de amor que ha dejado de funcionar. “An Ordinary Life” vuelve a presentarse con sintetizadores que constituyen el lienzo sobre el que la artista declama sus versos. De nuevo es un ambiente oscuro e inquietante sobre una familia en la que uno de los miembros sufre una enfermedad que le hace dependiente de los otros, quizá como reflejo de alguna de las historias que Anne conoció en el sanatorio de Cane Hill. El tema enlaza sin solución de continuidad con “Shades”, un profundo tema de órgano sobre el que Anne vuelve a contarnos una historia de soledad y abandono. El tema más distinto del disco es “Short Story (Party Mix)”, una animada pieza que parece grabada sobre la base rítmica programada de cualquier Casiotone de la época, algo que, en el fondo, tampoco es muy distinto de lo que hacían entonces muchos de los grupos de la “new wave”. En unos pocos versos nos narra toda la vida de un pequeño personaje que escribe con su lapiz en un libro. El siguiente corte, “The Power Game”, es un sencillo recitado sobre un sonido electrónico que bien podría ser una interferencia de radio. Es una de las canciones políticas que de vez en cuando nos ofrece Anne, en este caso mostrando su decepción con los políticos de izquierda británicos. No tiene mayor historia pero nos conduce hasta el tema final que también es la pieza más larga del disco. Construida a partir de un ritmo mecánico, se van sumando capas de sonido, efectos sonoros y un piano para acabar componiendo un armazón muy sólido. “All We Have to Be Thankful For” es un tema inquietante que incide una vez más en ese pesimismo vital tan característico de los textos de Anne, en esta ocasión centrado en el deterioro progresivo de las relaciones de pareja.





En realidad no podemos llamar LP a “The Sitting Room” ya que ni siquiera llega a los 20 minutos de duración pero eso no era algo tan raro en aquellos años, especialmente en ambientes underground y en pequeños sellos independientes con poco presupuesto. De hecho, incluso la portada era una reproducción del cuadro del prerafaelita Dante Gabriel Rosetti, “Beata Beatrix” pero en blanco y negro. Muchas reediciones posteriores del disco, especialmente en CD, lo unen con el que fue el tercer disco de Anne: “Joined Up Writing” que ya comentamos aquí en su momento por lo que no sería raro encontrarlo en ese formato. El que fue el debut de Anne Clark ya contenía todos los elementos que caracterizarán su carrera en los años siguientes con mayores adornos musicales y una producción más cuidada. En todo caso, fue un gran punto de partida que recomendamos a todos los que quieran conocer a un artista diferente que hoy en día sigue en la brecha pese a los problemas de salud que pasó en años recientes.




martes, 21 de octubre de 2025

The HU - The Gereg (2019)



La llegada de la democracia a muchos países de la órbita de la Unión Soviética a partir de la Perestroika de Gorbachov trajo consigo en el ámbito cultural una apertura a formas artísticas que, o bien eran desconocidas del todo en aquellas naciones o bien circulaban de forma clandestina de maneras que dificultaban mucho su popularización y, más aún, que surgieran corrientes locales que comenzasen a imitar e integrar esos estilos en sus medios de expresión artística tradicionales.


Cuando nos referimos a ese proceso solemos quedarnos en los países europeos como Polonia, Hungría, Rumanía pero la influencia soviética y, consiguientemente, su caída, tuvo también su reflejo en otros países comunistas asiáticos como Mongolia que vivió una transición similar hacia el capitalismo y la democracia a partir de 1990. Desconocemos casi todo sobre la música tradicional de Mongolia más allá de lo que ha ido llegando a occidente como el canto difónico “khoomei” o su pariente cercano de la ex-república soviética de Tuva y algunos instrumentos como el “morin khuur” (especie de violín de dos cuerdas) o el “tovshuur”, una modalidad de laud. Por ello no vamos a poder analizar cuánto de música tradicional y cuanto de influencia occidental hay en la banda que hoy traemos al blog pero lo que si sabemos es que la mezcla de ambas cosas ha dado un resultado fantástico, diferente y del que no recodamos demasiados precedentes similares. Mentimos. Existe uno que inmediatamente nos vino a la cabeza cuando escuchamos al grupo del que hablamos hoy: el del grupo sueco-finés Hedningarna y su mezcla de música tradicional nórdica con estilos más modernos y cercanos al heavy metal.


En realidad, la historia de The HU, la banda que hoy presentamos aquí, tiene muchos puntos en común con la de Hedningarna. Estamos en Mongolia, en el Conservatorio Estatal de Música y Danza donde coindicen una serie de estudiantes con un interés común en la música tradicional y en el “heavy metal” que deciden montar una banda que tocaría una suerte de rock duro interpretado con instrumentos autóctonos y cantado utilizando las técnicas vocales del folclore mongol. Una mezcla inesperada que añade al crisol, además, cantos de guerra y poemas tradicionales del imperio “Hunnu”, una serie de tribus nómadas que ocuparon las estepas asiáticas en los siglos III y II a.C. La banda se juntó en 2016 por iniciativa de Bayarmagnai Dashdondogm, alias “Dashka”, quien seleccionó a cuatro estudiantes para explorar sus ideas en lo que es una configuración muy curiosa ya que el líder, productor y principal compositor, no forma parte de la banda que está interada por Galbadrakh Tsendbaatar (“Gala”), cantante e intérprete de “morin khuur”, Nyamjantsan Galsanjamts (“Jaya”), que toca el arpa de boca y el “tsuur” (flauta de bambú tradicional) además de cantar, Enkhsaikhan Batjargal (“Enkush”), con el mismo reparto de funciones que Gala y Temuulen Naranbaatar (Temka”) que canta y toca el tovshuur. Su disco de debut apareció en 2019 bajo el título de “The Gereg”.


“The Gereg” - El comienzo es una cadenciosa sacudida de energía que comienza con las cuerdas creando el ambiente para la llegada de la percusión y los cantos en segundo plano. Entra entonces el tema central con cantos guturales, cantos difónicos y los instrumentos de cuerda frotada haciendo un gran trabajo y llevandonos a un mundo desconocido en el que los caballos son los reyes de las estepas. No olvidemos que el morin khuur suele llevar tallada en el mástil una cabeza de ese animal y que también se le conoce como violín de cabeza de caballo.


“Wolf Totem” - Uno de los cortes más populares del disco y tembién el segundo single que salió del mismo. Está compuesto por cantos en los que unas voces responden a otras alternándose mientras las percusiones, en un tiempo medio, van creciendo y nos meten de lleno en una escena en la que las melodías de las cuerdas se retuercen consiguiendo estremecernos como sólo lo hacen las manifestaciones más ancestrales.




“The Great Chinggis Khaan” - Seguimos con lo que podríamos calificar como una balada con un extraño toque que nos recuerda a los momentos más tensos de las viejas películas del oeste. Sin embargo, esto es solo la introducción de una pieza que se pone mucho más intensa con la entrada ocasional de las percusiones en un clímax que se va alternando con momentos más tranquilos. Formalmente sería una de las canciones más similares al estilo de bandas como Metallica, admiradas por todos los miembros de The HU.




“The Legend of Mother Swan” - Una de las canciones más particulares del disco, basada en un ritmo constante y con muy poca variedad melódica, es, sin embargo, en la que mejor podemos apreciar las peculiaridades del canto difónico mongol. El continuo “in crescendo” con el que va transcurriendo la pieza termina de forma abrupta dejándonos con ganas de más.


“Shoog Shoog” - La inspiración en el “heavy metal” que dio origen a la banda se pone de manifiesto en esta canción que tiene todos los elementos del género, desde los enérgicos “riffs” hasta un ritmo potente y ese toque épico que no puede faltar en un tema de rock duro. Por un momento hasta podemos olvidar que no suenan aquí ni guitarras ni bajos sino instrumentos tradicionales haciendo un trabajo perfecto.


“The Same” - En contraste con el tema anterior, el inicio de este es completamente tradicional con cuerdas, canto, arpa de boca y percusiones dibujando una melodía lenta pero que crece poco a poco hasta sumergirnos en un ambiente tremendo que bien podría adornar una ceremonia oscura en la, quizá, preferiríamos no ser los protagonistas.


“Yuve Yuve Yu” - La canción que lo empezó todo, al menos para nosotros. Fue el primer single del disco y el tema que nos llamó la atención desde el momento en que escuchamos sus primeras notas. Y quizá sea porque aquí la banda hizo “trampa” incluyendo, además de los instrumentos tradicionales, guitarra eléctrica, piano, batería y algún coro más convencional lo que lo convirtió desde el principio en una canción inmediatamente accesible para los oídos occidentales. En todo caso, es un tema excelente que lo tiene todo para atrapar al oyente y nuestro favorito de la banda.




“Shireg Shireg” - La siguiente pieza, en cambio, se centra en todos los elementos tradicionales de la banda con mayor protagonismo que en otros temas del disco para las flautas o el arpa de boca. Resulta curioso por la distancia tanto geográfica como cultural que media entre los países nórdicos y Mongolia pero varias de las personas junto con las que hemos escuchado esta pieza en diferentes momentos sin saber de su procedencia, indicaban que les recordaba a los antes mencionados Hedningarna.


“Song of Women” - Termina el disco con la canción más larga del mismo que combina en su inicio un aire folk con una extraña atmósfera en la que nos parece reconocer, por improbable que esto sea, a los Pink Floyd de “The Final Cut”. Es otro tiempo medio perfectamente construido con el toque justo de épica y una melodía que apela a los instintos más animales. Excelente colofón para un disco fantástico.



La repercusión de “The Gereg” fue inmediata. En las reediciones del trabajo se incluyen colaboraciones con bandas muy relevantes de la escena rock norteamericana como Papa Roach, Halestorm o From Ashes to New y posteriormente han colaborado con miembros de System of a Down o Alice in Chains. También fueron invitados a participar en “The Metallica Blacklist”, tributo a la legendaria banda y han girado por los Estados Unidos, tanto en solitario como en calidad de teloneros de Iron Maiden. Incluso forman ya parte del universo de Star Wars en el que interpretan a la banda The Agasar en los videojuegos “Star Wars Jedi: Fallen Order” y “Star Wars Jedi: Survivor”. Además de todo eso, el gobierno mongol les concedió la Orden de Genghis Khan, el mayor reconocimiento que se otorga en ese país, por la promoción de la cultura mongol por todo el mundo. Su segundo disco de estudio, y último hasta ahora, continúa en la misma senda que su debut y aparecerá por aquí tarde o temprano. Mientras lo hace, disfrutad de “The Gereg”, una propuesta diferente que nos transporta a territorios poco frecuentes.


domingo, 12 de octubre de 2025

Brian Eno - Eno (2024)



Hace unos años se hizo muy popular en redes sociales una etiqueta de una prenda de ropa que rezaba de la siguiente forma: “Jacobs by Marc Jacobs for Marc by Marc Jacobs in collaboration with Marc Jacobs for Marc by Marc Jacobs”. Esa referencia nos vino inmediatamente a la cabeza cuando nos enteramos del lanzamiento del trabajo que comentaremos hoy: el disco “Eno”, banda sonora de “Eno”, compuesta por Brian Eno para el documental sobre Brian Eno codirigido por Brian Eno junto con Gary Hustwit.


Hustwit es un director americano cuya carrera se centra especialmente en documentales sobre diseño en el sentido más amplio del término, desde el diseño gráfico de un tipo de letra como la “Helvética” hasta el diseño industrial más cotidiano (“Objetified”) o la moderna planificación de las ciudades en “Urbanized”. La primera colaboración de Hustwit con Eno se produjo cuando éste último compuso la música para el documental “Rams” que comentamos aquí en su día.


Como ya sabemos, en los últimos años Brian Eno ha dedicado mucho tiempo a lo que él llama “música generativa”: una música que va cambiando constantemente gracias a algoritmos que alteran constantemente alguno de sus elementos de forma que cada escucha es diferente a la anterior. Para el documental de Hustwit, decidió colaborar con el artista Brendan Dawes para diseñar Brain One, un software generativo de imágenes que combinaría material extraido de más de 30 horas de entrevistas a Brian Eno y más de 500 de grabaciones de los propios archivos visuales del músico para crear una película que es diferente cada vez que se proyecta (nótese que Brain One es un anagrama de Brian Eno). No hemos tenido oportunidad de ver alguna de las 52x10^30 posibles versiones de la película pero sí hemos escuchado la banda sonora de la misma que Eno publicó el año pasado en un formato físico, estable y que sí reproduce siempre la misma combinación de temas. En realidad no se trata de un disco de música nueva sino, como corresponde a un trabajo documental, de una recopilación de piezas de diferentes etapas de la carrera de Eno con alguna composición, eso sí, creada específicamente para el film junto con alguna otra inédita rescatada de los archivos para la ocasión. Por todo ello, se nos antoja como una muy interesante retrospectiva para los seguidores del músico y una adecuada puerta de entrada en su obra para aquellos que la desconozcan.


“All I Remember” - El disco comienza con una preciosa canción escrita (y cantada) por el propio Eno ex-profeso para esta banda sonora en la que hace hace una poética descripción en perspectiva de su trayectoria vital. Texturas electrónicas, tratamientos sonoros y todos los recursos del músico aparecen aquí para resaltar una melodía sencilla pero de gran belleza. En nuestra opinión, una de las mejores canciones del músico en muchos años, con momentos que rozan la perfección.




“The Secret Place” - El viaja continúa con una de las composiciones de Daniel Lanois para el disco “Apollo: Atmospheres and Soundtracks” de 1983, trabajo firmado en su día por Brian, su hermano Roger y el propio Lanois y una de las grandes obras de su faceta ambiental que ya comentamos en su momento.


“Cmon” - En 2023, Eno publicó “Secret Life”, un disco a dúo con el DJ Fred Again del que se incluye aquí este fantástico corte elaborado a base de samples vocales recortados a duraciones mínimas que se juntan para crear una melodía hipnótica acompañada de la habitual elaboración sónica de Eno. Es una pieza muy minimalista pero que nos atrapa desde el primer momento.


“Ho Renomo” - En 1977, Eno grabó la primera de sus colaboraciones con el grupo alemán Cluster que se publicó bajo el sencillo título de “Cluster & Eno”. Este era el corte que abría el disco, un tema con protagonismo del piano que encaja bien en la mezcla de “krautrock” y “ambient” que proponían ambos artistas.


“Sky Saw” - Retrocedemos un poco más en el tiempo hasta 1975 para encontrar el disco de Eno en solitario “Another Green World” que comenzaba con este corte, una pieza en la que destaca sobremanera el bajo de Percy Jones, de Brand X. Es una canción muy en consonancia con el trabajo que Eno realizaría pocos meses después para sus colaboraciones con David Bowie, especialmente en “Low” y “Heroes”.


“Spinning Away” - Saltamos a 1990 y al disco “Wrong Way Up” firmado a dúo por Eno y John Cale del que suena aquí el segundo single. No nos extendemos demasiado en el comentario puesto que se trata de un trabajo al que también le dedicamos una entrada en su día.


“Motion in Field” - En una elipsis temporal de las que abundan en esta recopilación viajamos hasta 2017 y el disco con “Finding Shore” grabado por Eno con Tom Rogerson. Es uno de nuestros trabajos favoritos del Eno más reciente y el tema seleccionado nos parece el mejor del mismo. Según escribimos esto nos damos cuenta de que es un disco que aún no hemos reseñado aquí y eso es algo que no terminamos de comprender.




“There Were Bells” - Más reciente aún es “Foreverandevernomore”, disco en solitario de Eno publicado en 2022. Del mismo se incluye aquí el único single, cantado por el propio Brian sobre una atmósfera que mezcla sonidos naturales con electrónica para dibujar una balada extraña y misteriosa con una gran profundidad, especialmente en sus pasajes instrumentales.


“Third Uncle” - No podemos afirmar que el Brian Eno rockero haya sido un músico que haya dejado un legado de muchas canciones de esas que quedan en el imaginario colectivo. Si acaso, este tema publicado en 1974 dentro del disco “Taking Tiger Mountain (by Strategy)” podría considerarse uno de los más populares e incluso conoció una versión a cargo del grupo Bauhaus en el tercer disco de la banda.


“Everything that Happens” - En 2008, Eno retomó su vieja colaboración con David Byrne y juntos grabaron el disco “Everything that Happens Will Happen Today”. Sin embargo, este iba a ser un trabajo que no tendría mucho que ver con el primero que firmaron juntos ya que se trataba de una colección de canciones más o menos convencionales más cercanas, si acaso, a los discos de Talking Heads que Eno produjo que a aquella colaboración seminal que aparecerá representada aquí un poco más adelante.


“Stiff” - En otras circunstancias, esta canción habría sido uno de los grandes atractivos de la recopilación ya que pertenecía a “My Squelchy Life” (1991), disco perdido de Eno que no apareció en su día pero que fue rescatado más de veinte años después. En todo caso, es una gran canción de la que también hablamos en su día.


“Emerald and Lime” - El disco que nos hizo retomar el interés por Eno tras un periodo en el que no le prestamos demasiada atención fue “Small Craft on a Milk Sea” (2010). Se trataba de una colaboración de Eno con Leo Abrahams y Jon Hopkins y se abría con esta maravilla impresionista que nos sedujo desde el primer momento.


“Hardly Me” - Poco después de publicar “Foreverandevernomore”, Eno lanzó una nueva versión del disco eliminando las partes vocales. De ahí procede este tema puramente ambiental que sigue la línea de trabajos clásicos del músico en ese estilo como el citado “Apollo” o los diferentes volúmenes de la serie “Ambient”. 


“Regiment” - La gran colaboración entre Eno y Byrne fue el disco “My Life in the Bush of Ghosts” de 1981. Uno de los trabajos más influyentes en los que participó Eno, especialmente en lo que se refiere al uso del “sampling” y a la introducción de elementos de “world music”. De ese trabajo aparece aquí una de las dos piezas en las que se utiliza la voz de la cantante libanesa Dunya Younes que fue objeto de cierta polémica en su día porque ella no lo había autorizado (pese a que Eno sí obtuvo los permisos correspondientes de la discográfica que publicó la grabación original entonces).


“Fractal Zoom” - Frenética pieza con la que comenzaba “Nerve Net” (1992), uno de nuestros discos favoritos de Eno en aquellos años y que marcó el comienzo de una etapa que nos encanta. Es otro de esos trabajos ya reseñados aquí por lo que tampoco abundaremos mucho más en él.


“Lighthouse #429” - En 2021, Brian Eno realizó una colaboración con la emisora digital Sonos Radio en la que ponía a disposición de los oyentes más de 300 horas de música inédita de sus archivos personales grabadas de 1990 en adelante. La estación en la que se emitiría el material llevaba el nombre de “Lighthouse” y aquí podemos escuchar una muestra de ese material.




“By this River (live at the Acropolis)” - Cierra el disco una canción del disco “Before and After Science” (1977) pero grabada en directo en 2021 en un concierto ofrecido por el músico en la Acrópolis ateniense junto con su hermano Roger. Una mezcla de pasado y presente perfecta para cerrar la recopilación.



Como dijimos anteriormente, creemos que este “Eno” es una retrospectiva muy completa pese al hecho, que puede sorprender a algunos, de que no incluya nada de música de la serie “Ambient”. Esto puede chocar cuando hablamos de un músico cuyo nombra prácticamente aparece automáticamente ligado a ese término pero esa ausencia, así como la de toda la música que ha ido componiendo a lo largo de décadas para acompañar a diferentes instalaciones, no desluce en absoluto el resultado ya que aquí escuchamos muestras de prácticamente todos los estilos que el influyente músico ha tocado a lo largo de su carrera.