jueves, 11 de junio de 2020

Clint Mansell - Requiem for a Dream (2000)



No es demasiado común pero hay ocasiones en las que un motivo determinado, una melodía concreta trasciende su propio contexto y queda desligada de su origen utilizándose desde entonces de forma aislada y viviendo así una nueva vida complementaria de aquella para la que fue concebida. Algo así sucedió con el segundo movimiento del “Cuarteto de Cuerda No.1” de Samuel Barber, posteriormente reescrito por su propio autor y convertido en el celebérrimo “Adagio for Strings” y que desde entonces ha acompañado en la gran pantalla a imágenes tan diferentes como las de la película “Platoon” y “Amelie”, ha sonado en los funerales de jefes de estado, en actos de homenaje a las víctimas del 11-S y que incluso ha conocido versiones bailables en formato electrónico.

Posiblemente a otra escala sucede lo mismo con “Lux Aeterna”, la pieza central de la banda sonora de “Requiem for a Dream” escrita por Clint Mansell en el año 2000. Mansell había dejado la banda Pop Will Eat Itself para dedicarse al mundo de las bandas sonoras debutando en la gran pantalla de la mano de Darren Aranofsky en “Pi”. Ambos artistas inaugurarían así una larga serie de colaboraciones cuyo segundo capítulo fue, precisamente, “Requiem for a Dream”. La película consiguió una gran difusión y la música de Mansell llamó inmediatamente la atención de todo el mundo, especialmente su tema principal que, como decimos, desde el mismo momento en que se estrenó, caló en todo tipo de audiencias y fue reutilizado en anuncios, documentales, reportajes e incluso como parte de la banda sonora de otras películas y “trailers” promocionales, incluyendo el videojuego oficial de la segunda parte de “El Señor de los Anillos”.

En la grabación Mansell toca todos los instrumentos pero cuenta con la inestimable colaboración del Kronos Quartet, formación de sobra conocida por los habituales del blog que en las fechas de la grabación estaba integrada por David Harrington (violín), John Sherba (violín), Hank Dutt (viola) y Jennifer Culp (violonchelo). A la postre iba a ser una de las primeras grabaciones del nuevo cuarteto  ya que por esas fechas Joan Jeanrenaud acababa de abandonar el grupo dejando su plaza a Culp. Como suele ocurrir en las bandas sonoras, el disco está compuesto por multitud de piezas breves que en esta ocasión aparecen agrupadas en tres grandes segmentos titulados “Summer”, “Fall” y “Winter”.

Clint Mansell


“Summer” empieza con una obertura en la que ya se dibuja parte del tema central a cargo del cuarteto con apuntes de la melodía por parte de los sintetizadores y una percusión que no hace sino acompañar el desarrollo del tema. En el último tramo escuchamos ya el repetitivo motivo principal que da paso al siguiente corte del disco, una breve transición electrónica muy rítmica que enlaza con una parte más ambiental con un pulso continuo acompañado de notas de sintetizador. Enseguida enlazamos con otro tema de enlace de similares características al anterior. Más interés tiene la atmosférica “Ghosts of Things to Come” en la que las cuerdas se unen a los sintetizadores. Recuperamos entonces el tema pulsátil anterior y entramos en una atmósfera de misterio propia de las bandas sonoras de John Carpenter para llegar a otro de los temas principales de la banda sonora: una lenta melodía de sintetizador que se pierde abrúptamente entre cajas de ritmo que nos llevan de nuevo al Kronos Quartet en una nerviosa interpretación de un intenso interludio. Una base de “hip hop” que nos recuerda a la etapa de Mansell en Pop Will Eat Himself aparece entonces para acompañarnos hasta el final de primera parte que empieza con “Hope Overture”, revisión del tema central del film, y termina con una conga en toda regla ejecutada con el piano como instrumento principal.



“Fall” nos recibe, como no puede ser de otra manera, con un desarrollo parcial de la melodía principal como introdución a “Ghosts-Falling”. Todas las menciones a los fantasmas en los títulos de los cortes del disco son piezas ejecutadas por el Kronos Quartet y todas ellas toman como referencia al mismo tema musical. También los sueños tienen su propia melodía que en esta sección del disco aparece en más de una ocasión. “Arnold” es un corte electrónico puramente ambiental antes de retornar a la melodía estrella del disco. Lo siguiente son variaciones de algunos temas ya escuchados en “Summer”, en algún caso con una orientación ligeramente más agresiva o introduciendo alguna nota disonante para terminar del mismo modo con vuelta a la conga que cerraba la parte anterior.



El comienzo de “Winter” es un brevísimo apunte del tema central que desemboca enseguida en una especie de tango a cargo del Kronos Quartet que nos pone en tensión durante un rato antes de adentrarnos en una serie de recreaciones electrónicas de melodías anteriores. En muchos momento de este segmento final el estilo de Mansell nos recuerda a las partes más caóticas de bandas sonoras como la de “The Killing Fields” a cargo de Mike Oldfield, cosa que nos sucede, por ejemplo, con “Fear” o con “The Beginning of the End”, especialmente con los metales sintéticos de los sintetizadores. En todo caso, este tramo nos parece una excusa como otra cualquiera para llegar a “Lux Aeterna”, la joya de la corona del disco y, a día de hoy, la cumbre no superada en la carrera de su propio autor. Pudiendo escucharla no tiene sentido escribir más sobre ella. El disco no termina aquí sino con un corte titulado “Coney Island Low” que no es más que el rumor de las olas del mar. Buena decisión puesto que cualquier añadido musical no habría hecho sino estropear el magnífico sabor de boca del tema anterior.






Tomada en su conjunto, la banda sonora de “Requiem for a Dream” no es un trabajo particularmente destacado. Por momentos es hasta convencional pero todo esto, claro, tiene un “pero” muy grande. Un “PERO” con mayúsculas y es que la magnificencia de “Lux Aeterna” en cualquiera de sus variaciones trasciende no solo ya la propia banda sonora sino la misma película alcanzando la categoría de clásico al convertirse en una de esas pocas melodías que prácticamente cualquier persona, melómana o no, reconoce en cuanto suenan sus primeras notas.

Os dejamos con la adaptación de “Lux Aeterna” realizada para el videojuego de “El Señor de los Anillos” con un estilo muy fiel al de la propia música de la trilogía de Peter Jackson.



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