sábado, 31 de agosto de 2019

Tangerine Dream - Cyclone (1979)



Peter Baumann había amagado en dos ocasiones con dejar Tangerine Dream. La primera fue en 1973, justo antes de que la banda entrase en su etapa más reconocida. En aquel entonces, Baumann abandonó la formación temporalmente pero se reincorporó a tiempo para hacer historia con el grupo alemán. La segunda vez fue poco después, en 1975, cuando fue sustituido por Michel Hoenig en varios conciertos. A la tercera fue la vencida y tras la gira norteamericana de la que surgió el disco en directo “Encore” el teclista abandonó Tangerine Dream de forma definitiva.

El grupo había alquilado un estudio berlinés con mucha antelación para todo el mes de enero de 1978 pero la baja de Baumann les metió en problemas. Tuvieron que recurrir con urgencia a un par de viejos conocidos: Steve Jolliffe, flautista inglés que había formado parte brevemente de Tangerine Dream en 1969 sin llegar a grabar nada con ellos y Klaus Krieger, batería que era amigo de Edgar Froese desde sus tiempos de estudiante. El cuarteto se presentó en el estudio con apenas algunos bocetos y las primeras sesiones dejaron claro que la cosa no iba a ser fácil. Algo fallaba y nada de lo que iban haciendo terminaba de convencer a la banda. Según Jolliffe, fue él quien tomó las riendas entonces realizando casi en solitario la pieza que abriría el disco, con alguna aportación de Chris Franke y Klaus Krieger y, a partir de ese momento, las cosas comenzaron a fluir y la banda completaría el que iba a ser su disco más controvertido hasta entonces. ¿Por qué? Por la inclusión de letras.

Efectivamente, la incorporación de Jolliffe y Krieger iba a tener como principal consecuencia un viraje de la música de Tangerine Dream hacia el rock progresivo incluyendo textos cantados por el propio Joliffe. Se mantenía el carácter electrónico de su música pero la incorporación de texto era un cambio tan importante que iba a condicionar todo el disco, desde su grabación hasta su acogida por parte de los fans y de la crítica. Según Edgar Froese, las sesiones de grabación fueron tan desastrosas y el entendimiento entre los miembros tan difícil que se optó por dejar cantar a Jolliffe para ver si de alguna manera se podía salvar algo de todo el trabajo publicando un material mínimamente decente. En “Cyclone” Edgar Froese toca sintetizadores y guitarras eléctricas, Christopher Franke, sintetizadores y batería electrónica, Klaus Krieger, batería y percusiones y Steve Jolliffe, todo tipo de teclados e instrumentos de viento.


Publicidad de la época aparecida en la prensa especializada.


“Bent Cold Sidewalk” - El disco comienza con una serie de voces electrónicas seguidas de unos breves acordes de sintetizador tras los que entran en juego la voz de Jolliffe y la batería de Krieger. El cambio conceptual con respecto a lo hecho anteriormente era grande porque ahora estamos principalmente ante una canción rock con sintetizadores y no tanto ante una pieza de música electrónica. Si nos abstraemos de todo eso y de la trayectoria anterior de la banda para centrarnos en el tema en sí, lo cierto es que no es una mala composición aunque no encaje en lo que había sido el grupo hasta entonces. La cosa cambia tras esos primeros minutos con la aparición de una clásica secuencia rítmica a la que se suman los vientos en lo que no deja de ser una vuelta al sonido icónico de la banda sustituyendo los sonidos del Mellotron de discos como “Phaedra” por instrumentos “reales”. Este segmento central también incorpora alguna breve intervención vocal pero no altera en nada el concepto de un corte que tiene aquí sus mejores minutos. En el tramo final volvemos a la solemnidad progresiva del comienzo con Jolliffe retomando el tema central del comienzo en un final muy digno que chocó frontalmente con los fans pero que no es esa abominación que muchos quisieron ver en su momento.




“Rising Runner Missed By Endless Sender” - Es el tema corto del disco, quizá pensado para sonar en las radios aunque no fue single. Es una canción rápida en la que la voz de Jolliffe suena muy agresiva, quizá demasiado, y eclipsa todo lo demás, que por otra parte no estaba nada mal. Es un tema muy directo siguiendo la tendencia iniciada con “Stratosfear” de incluir melodías reconocibles dedicando menos atención a las texturas sonoras.




“Madrigal Meridian” - Pese a que “Cyclone” ha quedado para la historia como el disco “cantado” de Tangerine Dream, su tema más largo (ocupa toda la “cara b” del trabajo) era instrumental, de acuerdo con la tradición del grupo. Y no solo eso. Era un instrumental “canónico” que estilísticamente no difería demasiado de los discos anteriores. El comienzo, de hecho, iba más en la onda experimental de “Phaedra” o “Rubycon” que en la de trabajos más melódicos como “Stratosfear”. Capas y capas de sonidos, efectos electrónicos y atmósferas enrarecidas conforman la introducción de una pieza muy interesante. Es entonces cuando aparecen las secuencias electrónicas reforzadas por la batería y nos arrastran a una carrera vertiginosa en la que podemos comprobar cómo, si le quitamos las letras a las piezas anteriores, nos encontramos con unos Tangerine Dream que tampoco son tan diferentes de los de los discos precedentes. De hecho, hay momentos de gran brillantez en los que las diferentes secuencias rítmicas se entrelazan creando un tapiz sonoro verdaderamente atractivo. Fascinantes son los ramalazos melódicos casi barrocos que aparecen de vez en cuando y que escucharíamos de nuevo en discos posteriores, tanto de Tangerine Dream como de Edgar Froese en solitario. Los últimos instantes de la pieza nos regalan una sorprendente “coda” mucho más pausada que se desarrolla como una especie de concierto para clave, con un sonido similar al de ese instrumento confrontándose a las cuerdas sintéticas de la banda en lo que no deja de ser un anticipo de momentos así que se repetirán en discos posteriores. Así concluye “Madrigal Meridian”, una pieza a la cual sólo podemos poner una pega y es que es un poco plana en su desarrollo y quizá demasiada largo para las ideas que desarrolla que bien podrían haberse concentrado en algo menos de tiempo.




Poco después de la publicación del disco, Edgar Froese renegaba públicamente de él y, especialmente, de la aportación de Jolliffe al mismo. No en vano, el flautista y cantante dejó la banda nada más terminar la gira posterior al disco y nunca más volvió a ella (curiosamente a principios de este años, Jolliffe hizo una serie de conciertos en solitario reinterpretando todo el disco con ocasión del 40º aniversario del mismo). Visto con la perspectiva del tiempo, es evidente que “Cyclone” fue una gran ruptura con respecto a lo que Tangerine Dream habían hecho hasta aquel momento pero lo cierto es que, pese al innegable cambio que supuso la introducción de un vocalista y un batería, la esencia del sonido del grupo seguía estando ahí.

En nuestra opinión, “Cyclone” fue un disco precipitado. Quizá por la premura con que se hizo para respetar fechas de entrega o por aprovechar unos días de estudio que ya habían sido contratados, el resultado no fue del todo satisfactorio. Tampoco parecía justificada la sustitución de Baumann por otros músicos, máxime cuando pocos meses después de grabar “Cyclone”, Froese y Franke lanzarían un nuevo disco de Tangerine Dream con ambos artistas como únicos integrantes de la banda, probando que no era necesario nadie más para hacer un buen trabajo (ya  hablamos en su momento de ese disco). Tomando en cuenta todo esto ¿es “Cyclone” un mal disco? No. ¿Era necesario? Probablemente tampoco. Sin embargo está ahí y no está de más tenerlo en cuenta por mucho que no se encuentre entre los mejores de Tangerine Dream.

5 comentarios:

  1. No había nacido cuando salió el disco pero curiosamente, "alertado" por las críticas (varias décadas después, increíble eh?) evité la escucha de este disco. Y de hecho, lo hice cuando ya me había empapado bien todos los discos de la etapa Virgin (y alguno que otro fuera de ella) y quería descubrir "algo más". Y cuando lo descubrí, lo primero que pensé fue que no hay que hacer caso a nadie a la hora de disfrutar del arte. Y es que, al igual que a vosotros, en el fondo Cyclone no me parece demasiado distinto en sus planteamientos a otros discos anteriores de la banda. ¿Un disco precipitado a nivel de estudio? Tal vez, pero podríamos plantearlo desde otra perspectiva: ¿qué hubiera ocurrido si en vez de 1979, TD pone sobre la mesa un disco como éste en 1975-76, todavía en pleno apogeo del Rock Sinfónico, y habiendo sacado ya Phaedra y Rubycon? Porque creo que el disco tiene tablas para plantarle cara a Camel, Pink Floyd o The Alan Parson's Project. ¿Habría marcado la trayectoria del grupo hacia otra dirección o simplemente habrían alterado el orden temporal de su trayectoria y las cosas acabarían no siendo muy distintas a como fueron, volviendo inmediatamente después a los planteamientos de Ricochet/Stratosfear etc? Quizás me incline a pensar en la segunda opción dado que siempre he tenido la sensación de que, salvo momentos puntuales, el grupo tuvo muy clara la dirección a tomar en cada etapa, pero quién sabe si además del ámbito estrictamente electrónico, no podrían haber dejado su huella en el rock de la época.
    Por otra parte, la inclusión de letras en un grupo/músico instrumental siempre ha generado controversia y sentimientos enfrentados, como una manera descarada de renunciar a los principios e ideales musicales propios para dejarse querer por el gran público, aún a costa de sacrificar a sus seguidores y, en definitiva, como una especie de traición por parte del artista. Si lo analizas un poco es una idea tan irracional que raya lo neurótico, pero reconozco que yo también lo he sentido así con varios artistas que me gustan mucho. Ahora lo veo como una manera de explorar nuevos caminos por parte del artista, que es más racional.

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  2. Por cierto, soy David, del foro Fairlight Jarre. He comentado desde mi cuenta de gmail pero por algún motivo aparezco como "unknow". Mandaros un saludo y como siempre, un placer leeros.

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  3. Cosas de blogger que lleva un tiempo haciendo cosas raras. Un saludo, David, y gracias por comentar, como siempre.

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  4. Desde muy temprana edad escucho rock, y he sido amante del progresivo. Evidentemente veo cierta cequera sonora en cuanto a la crítica del momento, pues además de mi formación como artista plástico y músico, me encanta la crítica del arte. Cuando escuche Cyclone por vez primer me fascino y no he dejado de escucharlo, los aportes vocales e instrumentales le dieron gran riqueza cromática y textural, es un albúm atemporal, por lo mismo es una gran obra maestra, desde el mismo hecho que no necesito demasiado tiempo para fraguarse, salió como un don, proponiendo una estética divergente y eso es elemental en el arte contemporáneo. Siempre me lamento el hecho ¿por qué de no haber seguido por esa línea o deriva..?

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  5. Acá en Argentina nunca fue editado Tangerine Dream pero en la década del 76 al 83 hubo una política de apertura que hacía que discos picado en las puntas se compraran a granel y revolviendo bateas te encontrabas envuelto en film contraible te encontrabas una joya que en un pueblo como el mío ,no idea tenían de que era Tangerine Dream y la electrónica , les gustaba la tapa y lo pegaban a la vidriera , así me hice de Ricochet ,Force Majeure , Exit y este Cyclone ...ya de Brasil tenía mi joya que era un sueño y tarde años en conseguirlo Strastosfear y claro de Ricochet y Strastosfear a este la verdad , era música guarra con terrible sonido de Synth y máquinas y era duro ....luego llegue en CD a tener muchos más y creo que entre los dos primeros y la década dorada del principio de Los 80 realmente este no era mi preferido y como impacto mas allá de mi madurez y mis conocimientos ya avanzados de músicos de electrónica cuando se sumó Jerome la verdad era más mi pasión que mi gusto personal d Tangerine Dream....hoy lo veo con cariño pero sigo pensando que como pico creativo Froesse ,Franke , Bauman y Froesse Franke y Schomoelling no hubo con que darle para la agrupación de tres tecladista , luego reconozco el arte la evolución pero Froesse se manejó con una criterio creativo único y a veces era mejor la obra personal que la que volcaba cada tanto en algún álbum de estudio ,siempre termino incorporando empleados y no colaboradores y ya lamentablemente fallecido lo que hoy se hace llamar Tangerine Dream es algo que no me identifica y no tengo idea quién es la japonesa y que carámbanos hace en la agrupación( reminiscencias de Jolliffe con su violin ) no se hoy la verdad haya nuevos creadores que los han superado lejos , y con tecnología nueva que adquiere sensibilidad armónica , ya pasado el descubrimiento de la caja de ritmos de Roland hoy es mucho menos impactante y me gusta más Schomoelling solista que Ellos .... igualmente solo por ser la música de mi alma no dejo de escuchar siempre sus clásico y entonces Cyclone termina siendo bocado de cardenal para mis oídos ante la falta de creatividad de la nueva agrupación / negocio de la nueva viuda de Froesse

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