Aunque parezca mentira visto desde la perspectiva de hoy, hubo una época en la que la música era algo fundamental en la programación de las cadenas televisivas, ya fuera con espacios exclusivamente dedicados a ella o formando parte destacada de otros como magazines, galas o concursos. Algunos de los segmentos más golosos de la parrilla como la tarde de los fines de semana estaban ocupadas por programas dedicados al pop, al rock y a todas las expresiones estilísticas del momento. Más sorprendente aún era el hecho de que muchos de esos programas mostraban interpretaciones en directo en las que solían participar muchas de las grandes figuras internacionales con una asiduidad que hoy resulta difícil de creer.
Dentro de ese contexto, hubo programas que destacaron sobre los demás como fue el caso de “Musical Express”, presentado por Ángel Casas y que estuvo en RTVE entre 1980 y 1983 (aunque había empezado en 1978 en la televisión pública catalana). En 1981 se emitieron dos de los programas más recordados por los seguidores de la música electrónica ya que contaron, por un lado, con la participación de Klaus Schulze, Tangerine Dream o Ashra, pilares de la llamada “Escuela de Berlín” y, por otro, con Vangelis. En ambos programas, el plato fuerte era una jam session conjunta de los artistas invitados con Neuronium. En el segundo fue con Ashra, en Berlín, con los refuerzos de Santi Pico, Teddy Bautista y el vocalista Miguel Guillamat. En el primer programa, la sesión se grabaría en los míticos estudios Nemo, en Londres, a donde se desplazaron los miembros de Neuronium, en aquel entonces: Michel Huygen y Carlos Guirao para tocar con Vangelis.
Según se contó en su día, la iniciativa partió del compositor griego, habituado por aquel entonces a invitar a distintos músicos a su estudio para tocar juntos con el único ánimo de pasar un buen rato. Comentaba Huygen en su momento que, con ocasión del encuentro, preparó una serie de bases y esbozos para usarlas como soporte de la sesión y que los tres músicos fueron improvisando a partir de ahí. La actuación fue grabada y se emitió un fragmento de la misma en “Musical Express”, además de la pieza de Vangelis en solitario.
Hasta aquí, todo está dentro de lo normal pero un tiempo después comenzaron las polémicas, que no serían pocas respecto de esta grabación. En 1992, Huygen decide lanzar un single bajo el nombre de “Neuronium & Vangelis” con un extracto de unos nueve minutos de la sesión con el título de “In London”. La sensación que hubo en aquel momento es la de que Vangelis no tuvo nada que ver con aquello y todo fue una decisión del propio Huygen (aunque éste afirmó en una entrevista con Jorge Munnshe que el prpio Vangelis le preguntó alguna vez por qué no publicaba la sesión). El CD apareció en el sello de “new age” Chacra Alternative Music y no tuvo mucho más recorrido. Unos años más tarde, el sello Tuxedo, para el que publicaba Huygen regularmente iba a lanzar el disco que comentamos hoy: “A Separate Affair”, firmado de nuevo como “Neuronium & Vangelis” con tres re-elaboraciones del material original a cargo del propio músico hispano-belga alargando el contenido original hasta algo más de 35 minutos. Todo esto no tendría nada de particular de no ser porque en 2022 el sello alemán MIG, especializado entre otras cosas en reeditar el fondo de catálogo de varios artistas de la escena electrónica alemana (Schulze, Ashra, Agitation Free...) lanzó una edición ligeramente diferente de “A Separate Affair” volviendo al título original de “In London” con la coletilla “Platinum Edition”. Lo interesante es que en las notas se refieren al lanzamiento diciendo que “por fín, tras varios lanzamientos no oficiales, aparece por primera vez en su totalidad la sesión grabada por Neuronium y Vangelis” lo que sugiere bien a las claras que las versiones anteriores no terminaban de ser legítimas. En todo caso, pasamos a la música y a comentar el disco de que disponemos que es el citado “A Separate Affair” aparecido en 1996.
“In London (the Psychotronic Mix)” - Comenzamos la escucha con una larga sección ambiental llena de capas y capas de sonidos electrónicos sobre la que enseguida destacan las inconfundibles notas del Yamaha CS80 de Vangelis ejecutando un boceto de melodía que no va mucho más allá al principio pero que más tarde se desarrolla algo más. En todo caso es una pieza esencialmente paisajística con profusión de efectos. Conforme avanza, encontramos algún intento de ritmo por debajo con un Vangelis interpretando las partes más sinfónicas sobre el colchón sonoro de Huygen y Guirao. En sus mejores momentos, la pieza puede recordar un poco a la música que el compositor griego grabó para su disco “China”, lo que tiene todo el sentido del mundo ya que fue publicado un tiempo antes de la sesión para la televisión.
“In London (the After Hours Mix)” - Tras esa primera pieza de veinte minutos escuchamos el segundo remix, esta vez de menos de quince y que no difiere en exceso del primero. Si acaso, la introducción es más breve y nos lleva sin demora a la parte más melódica de Vangelis como, de hecho, ocurría en la sesión emitida en TV en su día por lo que podemos pensar que todo el trabajo amás atmosférico del primer tema era un añadido de Huygen sobre la grabación original.
“In London (the Radio Mix)” - Por último tenemos la versión más reducida de la pieza centrada en esos momentos inicales de Vangelis que, por otro lado, son los más reconocibles de toda la composición. Pese a la popularidad del músico griego en aquel momento, dudamos que esto sonase mucho en la radio.
Años después de la sesión comenzaron las polémicas, acentuadas tras la muerte de Carlos Guirao que desencadenó un cruce de acusaciones entre Michel Huygen y la pareja de Carlos. Para empezar, en los créditos del disco no aparece por ninguna parte el nombre de Guirao, quedando enmascarada su participación bajo el nombre de Neuronium (Huygen sí que aparece citado aparte). Por otro lado, la foto que ilustra el trabajo había sido burdamente manipulada para “borrar” a Carlos Guirao de la misma. Huygen explicaba ambas ausencias indicando que cuando se publicó el disco, Guirao ya no formaba parte del grupo por decisión propia (recordemos que se editó más de diez años después de que tuviera lugar la sesión original) y que, por ello, no aparecía su nombre. La ausencia de Carlos de la foto la explicó por un tema económico. Venía a decir que había que pagar una cantidad (no aclara a quién) por aparecer y que, mientras él si podía hacer frente a la misma, Carlos no. Todo este tema se embarró bastante cuando Michel anunció en su facebook el fallecimiento de Carlos provocando la reacción de la pareja de éste quien le reprochó el trato que tuvo hacia él en sus últimos meses en el grupo. Un feo asunto que tuvo cierta vida en los foros españoles de internet centrados en la música electrónica y que no debería distraernos del disco que hoy comentamos. Sobre él, poco que añadir. Tiene pinta de maniobra comercial para aprovechar la popularidad de un músico como Vangelis, mucho más célebre que sus compañeros en la grabación (sin desmerecer las trayectorias de Neuronium, Huygen o Guirao. El contenido musical, si bien no está nada mal, tampoco justifica la edición de ese material que, posiblemente, solo interesaría a los seguidores más acérrimos de Neuronium o Vangelis, quien, sin ir más lejos, tiene multitud de improvisaciones de ese estilo registradas para diferentes televisiones sin haber mostrado nunca el más mínimo interés por publicarlas oficialmente. Como disco, no estamos seguros de que merezca mucho la pena aunque sí como testimonio de un acontecimiento concreto o, al menos, así es como nos lo tomamos nosotros.
Os dejamos, a modo de despedida, los dos programas de Musical Express, cortesía del canal de youtube de Wet Dreams Records, grandes difusores de la historia de la música electrónica que también son sello discográfico desde hace unos años.
La pieza que improvisaron el griego de oro, el belga y el español (aunque el planteamiento parezca un chiste de Eugenio) resultó tan inspirada que ha soportado versiones, remezclas y remixes varios. Vangelis se encontraba en un momento de gracia del cual salieron "China", "Chariots of fire" o la b.s.o. de "Blade Runner", en mi opinión lo mejor de su producción. sin desmerecer tanta obra maestra como fue capaz de pergeñar en los 80 y 90. El intento de Huygen por reescribir lo sucedido resulta un tanto mezquino, cuando el equipo de grabación habla de un patente entendimiento entre Vangelis y el infravalorado Guirao. Es una lástima que el ego de quien ha monopolizado la marca Neuronium en las últimas décadas no le permita dar su reonocimiento a un colaborador tan dotado. Solo digo que disfrutar de una improvisación que sin su empeño por editarla se hubiera perdido tal vez no justifique a Huygen, pero sí le hace acreedor de nuestro agradecimiento. Y de Vangelis no añado más, porque cualquier elogio se queda corto ante la grandiosidad de su música.
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