martes, 3 de enero de 2012

Brendan Perry - Ark (2010)



La carrera musical del músico inglés Brendan Perry, especialmente en sus inicios, transcurrió por unos derroteros dignos de cualquier serial de Holywood. Nacido de padre inglés y madre irlandesa, Brendan no tuvo ningún tipo de formación musical y la única relación con su carrera posterior que podemos encontrar en estos años, fue su participación ocasional en el coro de la iglesia. De ese tiempo, Brendan recuerda con agrado la belleza de alguno de los himnos que interpretaba, a pesar de los textos, con los que, nunca mejor dicho, nunca comulgó en exceso.

El destino llevó pronto a los padres de Brendan a tener que trasladarse, nada menos que a Auckland, Nueva Zelanda y fue allí donde nuestro músico tomó contacto por primera vez con un instrumento musical tocando la guitarra en la escuela católica a la que asistía aunque, a decir verdad, su técnica tenía más de autodidacta que de aprendida, según cuenta él mismo. Como los estudios no eran lo suyo, y tras fracasar en sus oposiciones a profesor, empezó a probar suerte en varios grupos locales y acabó formando parte de The Scanvangers, banda punk en la que entró como bajista sin haber tocado nunca antes ese instrumento. Al respecto, cuenta Brendan la anécdota de cómo a los pocos días de incorporarse a la banda empuñó un bajo por primera vez para una actuación televisiva, aunque, afortunadamente, se trataba de un playback y sólo tuvo que hacer algo de mímica. Como quiera que la carrera de la banda no terminara de despegar, los miembros del grupo decidieron trasladarse a Melbourne, Australia, en busca de pastos más verdes cambiando el nombre por el de Marching Girls pero el proyecto no daba más de sí.


Brendan Perry en una foto reciente.

Tras esa etapa, el músico comenzó a investigar en solitario interesandose en los instrumentos electrónicos, sintetizadores, cintas magnetofónicas etc. para terminar formando su propia banda llamada Dead Can Dance junto con un par de músicos locales a los que pronto se incorporó Lisa Gerrard. No nos vamos a extender demasiado en la carrera de Dead Can Dance porque ya tendremos tiempo de tratarla con mayor profundidad proximamente. Valga comentar que el cuarteto se quedó en dúo cuando Brendan y Lisa se trasladaron a Londres algo después y que desarrollaron una brillante carrera creando un estilo indefinible y muy particular que mezclaba música antigua, folk, ritmos exóticos y algo de electrónica hasta su disolución a finales de los años 90. Tras la separación del dúo, las carreras de sus dos integrantes fueron por caminos realmente diferentes. Lisa entró en el mundillo de la música para cine, en solitario o acompañada de grandes del género como Hans Zimmer y lanza trabajos en solitario con cierta regularidad, casi siempre en una linea cercana a la de Dead Can Dance. Brendan, por el contrario, publica con cuentagotas. De hecho, el disco que hoy tratamos es el segundo que graba en los casi 15 años transcurridos desde la desaparición de Dead Can Dance. Si a eso añadimos que el primero data de 1999 y que, en buena parte, estaba compuesto cuando aún existía la banda, entenderemos más facilmente todo lo que tiene de excepcional y de acontecimiento casi único la aparición de un nuevo disco de Brendan Perry.

Si bien en su LP de debut en solitario, “Eye of the Hunter”, Brendan se acompañó de un puñado de músicos, para este “Ark”, asume la tarea interpretativa en solitario y todas las canciones son suyas (en el disco anterior se incluía una versión de su admirado Tim Buckley). No deja de sorprendernos el hecho de que, mientras que su primer disco distaba bastante de lo que Perry componía para Dead Can Dance, la música de “Ark” está mucho más cercana a aquellos patrones estéticos que le dieron fama en su etapa en el ya legendario dúo.

“Babylon” – Perry abre el disco de forma contundente con unas cuerdas sintéticas de de un aire ciertamente similar a algunos pasajes de Vangelis pero también a los momentos más intensos de la discografía de Dead Can Dance. No en vano, el tema fue compuesto en 2005 para la gira de reunión del dúo que transcurrió por varias ciudades de EE.UU. Enseguida entran las percusiones y esa profunda voz de crooner de Brendan, que podía haber hecho carrera en los territorios que pisó Sinatra con toda dignidad. Cualquier seguidor del dúo que formaron Perry y Gerrard, reconocerá el estilo del grupo en este tema. El texto está disfrazado de ecología pero no es sino un afilado dardo en contra del imperialismo norteamericano y su máquina de guerra: “The eagle flies up towards the Sun / high above the fields of Babylon / in one claw he holds an olive branch for peace / in the other twelve arrows for his enemies”. En palabras de su autor, el disco gira alrededor de la trilogía que forman este “Babylon”, “The Bogus Man” y “This Boy” y en la crítica a la guerra, los políticos y la ambición desmedida. Pasamos al segundo de ellos:

“The Bogus Man” – Mucho más electrónico que cualquiera de los trabajos anteriores de Perry, el tema destaca por el uso intensivo de samples y librerías de sonido en el que trabajó en los ultimos años. Todo en este tema nos recuerda a los últimos trabajos de Dead Can Dance, especialmente al disco “Into the Labyrinth” en el que no habría desentonado. Continuando con la linea de crítica política del tema anterior, Perry nos regala fragmentos realmente envenenados: “Poor mothers’ sons will fight your wars / so rich men can reap the rewards” o este otro del estribillo: “Hail Father Ubu / here comes the Grand Guignol / opportunist, you change your tune to suit the times / sycophantic, cold-blooded, reptilian / careering, profiteering, the party line”.

“Wintersun” – Continuando con los ambientes electrónicos, se produce un cierto giro estilístico en este corte que nos recuerda, por lejanos que puedan parecer, a algunos trabajos de la mejor etapa de Depeche Mode, por poner un ejemplo. Los textos no son tan directos como en temas anteriores y en esta ocasión se centran en el paso del tiempo, simbolizado en el Sol invernal del título que contempla pasivamente el transcurrir de las eras.



“Utopia” – Bowie escribía que ella sería reina y él rey y que ambos serían heroes por un día. Perry, repite una estrofa similar pero sin convertir a los protagonistas en heroes sino dandoles la libertad para ser aquello que ellos decidan. Así imagina nuestro artista su particular utopía y la disfraza de nuevo de canción cercana al pop electrónico pero con ese punto inquietante que siempre acompaña a su música. En algún momento se echan de menos algunas cuerdas reales en lugar de tantos instrumentos electrónicos pero en conjunto, la canción funciona, incluso en esos momentos en los que la voz de Perry se sale de sus registros habituales amenazando con quebrarse.

“Inferno” – Y si un día alguien dijo que el infierno eran los otros, Perry parece replicarle argumentando que el infierno es la televisión y la dosis diaria de anestésicos que nos suministra haciendonos inmunes a todo lo que nos enseña: “I watch the TV, it is my world / Takes my mind beyond these walls / The more I see the less I care / For all the people out there”. En lo musical, el corte renuncia a las percusiones y se centra en los ambientes oscuros e inquietantes tan presentes en muchos temas de Perry hasta la segunda mitad en la que cuerdas y ritmos programados intensifican su actividad para terminar junto antes de la lapidaria sentencia final: “Sometimes I just don’t feel myself at all / Sometimes I don’t feel anything at all”.

“This Boy” – Cerrando la trilogía “antibelicista”, Perry nos muestra el punto de vista del niño enviado a luchar en las guerras de los mayores sin saber qué hace allí y, de nuevo las palabras, afiladas como una guadaña, retratan con exactitud lo injusto de las guerras modernas: “Sometimes it’s hard for us to find the truth / In a world we no longer seem to understand / But don’t let them break us and don’t let them nail us / Into boxes for the old man’s parade”. Con un lento ritmo de marcha, nuestro músico interpreta una de las mejores canciones del disco en su estilo más característico.

“The Devil and the Deep Blue Sea” – Junto con las criticas a la política de defensa de las grandes potencias, la otra gran linea temática del disco es la ecología y queda puesta de manifiesto en este tema en el que Perry nos pregunta qué vamos a hacer cuando el cambio climático haga el planeta inhabitable con la que es la única referencia al arca del título del disco “What you going to do when the rain comes? / Are you going to sail on the rising seas like Noah?”. Musicalmente estaríamos ante lo más parecido a un single que vamos a encontrar en todo el disco. No se trata necesariamente de una canción de corte comercial, especialmente porque toda la sección inicial es de corte ambiental pero a partir de la entrada de los ritmos programados y, de un modo más marcado con la llegada del estribillo, tenemos una melodía realmente pegadiza. Quizá no sea más que un delirio pasajero por culpa de las recientes fiestas pero nos parece que esa parte de la canción podría formar parte del repertorio de Bono y sus U2 sin problemas.

“Crescent” – Segundo de los temas compuestos por Brendan para el reencuentro de Dead Can Dance de 2005, cierra el trabajo con una inquietante reflexión. ¿Qué importa lo que llamamos realidad y percibimos a través de nuestros sentidos cuando sabemos que es mentira? “The stars you see in the night sky / Have been dead for centuries / Starlight creates the illusion / Of life for all these years”. Es un canto a los sentimientos por encima de la percepción, lo imaginario frente a lo real, el amor frente a la religión y todo envuelto de los clásicos sonidos intemporales marca de la casa que nos trasladan a épocas y lugares distantes pero siempre con la extraña sensación de no habernos movido del sitio.



Es esa habilidad para construir una música definitivamente contemporanea pero que nos sigue pareciendo tan familiar como si nos hubiera acompañado durante los últimos siglos la que nos ha atraído siempre de la música de Dead Can Dance, primero, y de Lisa Gerrard y Brendan Perry en sus carreras en solitario, después. Aunque hoy nos hayamos centrado exclusivamente en un trabajo del inglés, no os quepa duda de que tanto su compañera musical de tantos años como el dúo que ambos formaron, tendrán una presencia muy destacada en el blog en el futuro.

Por ahora os dejamos un par de enlaces para que podais adquirir el disco:

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fnac.es


Para despedirnos, podeis echarle un vistazo al videoclip de "This Boy" a continuación:

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