viernes, 13 de enero de 2012

Brendan Perry - Eye of the Hunter (1999)



A finales de 1997 todo parecía preparado para que Brendan Perry y Lisa Gerrard se reunieran para grabar un nuevo disco de Dead Can Dance que siguiera la estela del anterior “Spiritchaser”. Sin embargo, algo hizo que la cosa se torciera. No hay mucha información al respecto y la poca que hay habla de una relación realmente difícil entre la pareja que llegaba en algunos casos a la violencia física mutua, según se llegó a decir en aquellos meses. Lo cierto es que los rumores de separación no eran nuevos en el grupo y muchos consideraron la gira que dio lugar a la publicación del disco “Toward the Within” como un tour de despedida. Los malos augurios parecían confirmarse con la aparición un año después del primer disco en solitario de Lisa Gerrard y las noticias sobre otro trabajo similar del propio Perry.

Casi por sorpresa aparecía en 1996 el citado “Spiritchaser” que, a la postre, terminó siendo el último trabajo en común del dúo, cosa que se confirmó poco después, aunque el espíritu de la banda parecía seguir presente en los discos de Lisa Gerrard, quien pronto lanzaría “Duality” en colaboración con Pieter Bourke, antiguo colaborador de Dead Can Dance.

Y mientras tanto, el anunciado disco de Perry seguía retrasandose hasta que, por fín, en octubre de 1999 llegaba la noticia de la publicación de “Eye of the Hunter”, el esperado disco de debut de la mitad masculina de Dead Can Dance. Para la grabación, Perry se hizo acompañar de Glen Garrett (bajo), Liam Bradley (batería) y Martin Quinn (guitarra) reservandose para sí mismo la voz principal, guitarras, mandolina y teclados. Lo admirable del disco es que Brendan no se limita a componer una serie de canciones que puedan reconocerse inmediatamente como pertencientes a un exintegrante de Dead Can Dance para aprovechar esa bolsa de seguidores. Por el contrario, “Eye of the Hunter” es un disco muy original y nada deudor de la herencia del grupo. Evidentemente, siempre podemos encontrar alguna similitud entre determinados pasajes del disco y la música del dúo con Lisa Gerrard. Además, la voz de Perry es tan personal como inconfundible, pese a lo cual, el disco tiene una fuerte personalidad propia.

“Saturday’s Child” – Perry nos relata una despedida de un padre y su hijo, presumiblemente ante la proximidad de la muerte del primero. Conocida es la afición de Perry por algunos escritores clásicos de la literatura española y en esta canción encontramos lo que parece una referencia a Jorge Manrique en los versos “It’s time to leave this all behind exchanging the river for the sea”. Esta especie de cesión de testigo culmina con la invitación al hijo a vivir su propia vida como desafío “you still have your mountain to climb”. Michael Brunnock hace las segundas voces en el único corte del disco en el que Perry aparece acompañado en su faceta como vocalista. El tema es una suave balada con una base de teclados y unos escuetos acordes de guitarra sobre los que Brendan canta con una de las voces más sensuales que se le recuerda en toda su trayectoria.



“Voyage of Bran” – Como si de una continuación de la anterior pieza se tratase, Perry aprovecha la leyenda irlandesa del Viaje de Bran (similar a episodios de la mitología clásica como el de Ulises y las sirenas) para seguir preguntandose por el paso del tiempo, el destino, la vida ultraterrena y nuestro papel en nuestro tránsito por el mundo. El protagonismo vuelve a recaer casi por completo en la voz de Perry y los instrumentos hacen un mero papel de acompañamiento, sin florituras de ningún tipo. A pesar de ello, la canción tiene una fuerza asombrosa. La forma de cantar de nuestro artista y el ritmo cadencioso de la pieza, casi como si de una letanía se tratase, nos recuerda a temas como “How Fortunate the Man With None” en los que Perry era el protagonista absoluto en su etapa en Dead Can Dance.

“Medusa” – De nuevo, Perry se vale de un tema mitológico para disfrazar lo que no es más que una canción de amor no correspondido. Quizá la valía del artista a la hora de escribir letras no ha sido suficientemente reconocida pero tanto en sus trabajos con Dead Can Dance como en los discos en solitario, Brendan ha demostrado un gran talento y un verbo afilado y certero como el plasmado en versos como: “you know the true value of keeping slaves: they sing the saddest of songs”. Musicalmente, nos encontramos ante una de las joyitas del disco, con un delicado ritmo de vals que recuerda la fragilidad de una caja de música y con un Brendan Perry cantando en su registro más profundo hasta el punto de que su interpretación podría estar firmada por Leonard Cohen y, ciertamente, la canción encajaría con absoluta naturalidad en el repertorio del artista canadiense. Hacia el final del tema hay una melodía de guitarra que, imitando un bouzouki, hace un guiño al orígen griego del mito que dá título a la canción.



“Sloth” – El disco continúa por el camino de la introspección, en este caso, con una cierto tinte autodestructivo en el protagonista de la historia. Musicalmente, Brendan se disfraza con sus mejores galas de cantautor de aires folkies y nos deja otra de sus piezas de voz y guitarra como las que añadió al repertorio de Dead Can Dance en los últimos años de la banda y de las que tenemos varios ejemplos en el disco “Toward the Within” como “I Can See Now”, “American Dreaming” o “Don’t Fade Away”.

“I Must Have Been Blind” – La única versión de otro artista que encontramos en este “Eye of the Hunter” es esta canción de Tim Buckley, cantautor admirado por Brendan y de quien es habitual que Perry incluya alguna que otra pieza en su repertorio en directo. Sin discutirle nada a la figura de Buckley ni a la canción, nos parece el tema más prescindible del trabajo y, en cierta forma, una nota discordante en el conjunto del disco.

“The Captive Heart” – Perry vuelve al viejo tema del amor y lo enfoca en este caso como una prisión de imposible huída que puede terminar llevando a la obsesión y, finalmente, a la locura. La atmósfera del tema es realmente inquietante con esas guitarras densas y la batería en esos registros jazzisticos tan habituales de las escenas más oníricas del cine de David Lynch.

“Death Will Be My Bride” – Y siguiendo con la linea de intercalar temas de amor con canciones sobre la soledad, le toca el turno a otra canción de este segundo grupo. El título es suficientemente expresivo (“la muerte será mi prometida”) y los sonidos son tan inquietantes como las propias letras durante toda la canción. El protagonista de embarca en un interminable viaje por carretera en busca de alquien en una cuenta atrás con final anunciado: “if I don’t reach you by this time tomorrow, I’ll be stone cold dead in the ground”.

“Archangel” – Por fin, el disco nos despide con otra oscura letra sobre actos y consecuencias, sobre sembrar vientos y recoger tempestades en suma. Nos parece realmente interesante en enfoque musical que adopta Perry en esta ocasión, rodeandos casi en exclusiva de sonidos electrónicos con algunas notas de bajo imprimiendo un cierto ritmo a la pieza más ambiental del disco. La propia voz del músico, tratada para la ocasión, se nos aparece en registros desacostumbradamente agudos en forma de coros. En la parte final del tema, recuperamos al Perry más contundente acompañado de piano y cuerdas en un final que nos remite al viejo sonido de algunos temas de Dead Can Dance.

Os recomendamos encarecidamente este trabajo, tanto si sois seguidores de Dead Can Dance como si no les habeis oído nunca ya que pensamos que os proporcionará muchas escuchas agradables. Hablando de lo cual, a lo largo de 2011 ha habido muchos rumores sobre una posible reunión del dúo, no sólo para tocar en directo, como hicieron en 2005, sino para grabar un nuevo disco de estudio. Parece que en esta ocasión los rumores tienen visos de realidad y se anuncia para los primeros meses de este año la aparición del esperado disco de reunión, así como las primeras fechas de su correspondiente gira de conciertos. Esperaremos la confirmación de esta excelente noticia. Mientras tanto, podeis disfrutar del trabajo de Perry adquiriendolo en cualquiera de los enlaces siguientes:

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Os dejamos con una reciente interpretación de Brendan Perry cantando en directo otro clásico de Tim Buckley: "Song of the Siren"

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