domingo, 11 de noviembre de 2012

The Amorphous Androgynous - Alice in Ultraland (2005)



The Future Sound of London es un dúo británico de música electrónica surgido en los años ochenta de las mentes de dos estudiantes, precisamente, de ingeniería electrónica: Garry Cobain y Brian Dougans. Como es habitual en el género, se dieron a conocer en pequeñas actuaciones en clubes ganándose un pequeño público fiel poco a poco. Aunque la de “Future Sound of London” (que abreviaremos a FSOL en adelante) es su denominación más conocida, desde el comienzo han adoptado una larga lista de pseudónimos como “Humanoid” o “Mental Cube” para lanzar su música por lo que no es sencillo seguir su pista.

El afán por etiquetarlo todo que es común a los críticos y a los aficionados musicales hizo que a principios de los noventa surgieran denominaciones como la de “intelligent dance music” o “intelligent techno” para calificar los nuevos estilos que proliferaban en lo que muchos consideran el renacimiento de la música electrónica tras la primera etapa de esplendor en los años setenta. Artistas como Orbital, Aphex Twin o Autechre serían los abanderados de este resurgimiento junto con FSOL. Sin embargo, a pesar de su evidente interés, no vamos a centrarnos hoy en la música del dúo británico o, al menos, de la que publicaron con su nombre más conocido. Resulta que las inquietudes artísticas de Cobain y Dougans no se limitaban a la música ambiental y de baile que desarrollaban con FSOL sino que eran mucho más amplias y se extendían hasta estilos como el rock progresivo, la psicodelia e, incluso, el jazz y no les debió parecer adecuado ejercitar ese tipo de ideas bajo la denominación de FSOL que ya se había ganado un buen número de aficionados para los que el giro radical que supondría escuchar un disco tan diferente podría suponer la relegación del grupo en sus preferencias. De ahí nace The Amorphous Androgynous.

“Alice in Ultraland” fue el segundo disco que apareció bajo la nueva denominación del dúo y si ya ésta es un poco fantasmagórica, no lo es menos la composición de los créditos del disco. En ellos aparecen los siguientes nombres: Mickey Rowe, Stu Rowe, Tim Weller, Gary Lucas, Bakuji Shrivastav, Ben Owen, The Electric Gospel Choir, Billy Jones, Dave Sanderson, Doree Jackson, Lysa, Bow y Mutant Funkcode. Sólo de los cinco primeros de la lista aparece algún rastro en otros discos distintos de los de FSOL o Amorphous Androgynous e incluso los dos Rowe no son sino la misma persona.


Imagen del ¿grupo? muy acorde con su música.

“The Emptiness of Nothingness” – Los primeros instantes del disco podrían pertenecer a cualquiera de los discos anteriores de FSOL con sonidos electrónicos y todo tipo de efectos pero donde habitualmente entraría una base rítmica bailable, aquí la sustituye una melodía de piano acompañada de una batería más próxima al rock progresivo que al ambient o el tecno. El tema adopta disfraz sesentero y psicodélico (especialmente cuando aparecen las flautas) en el que las voces femeninas no hacen sino acercarnos a discos de aquella época. Buscando algún referente más próximo en el tiempo, podemos relacionar este primer corte con ese estilo “vintage” del que grupos como Air han hecho su bandera en los últimos años.

“The Witchfinder” – Las flautas fueron instrumentos fundamentales en el sonido psicodélico pero si hay un elemento imposible de disociar de esa música es el sitar. Precisamente con un es como se abre el siguiente corte, aderezado con campanas, guitarras acústicas y el suave ritmo de la tabla. Comienza entonces la canción propiamente dicha con un estilo folk al principio para ir evolucionando hacia una especie de himno rock. La mezcla suena extraña pero funciona.

“The Witch Hunt” – Un ritmo sincopado de batería apoyado en la tabla y en una colección de sonidos orientales, incluyendo violines, abre la pieza en la que no faltan guitarras distorsionadas, saxos y efectos electrónicos en una especie de free jazz arrebatador. En los últimos momentos podemos escuchar una referencia al estribillo del corte anterior.

“All is Harvest” – El sonido de un piano y una guitarra distorsionada (probablemente invertida) abren otra pieza de sonido añejo en la que las cuerdas de la orquesta imaginaria que suena de fondo nos transportan décadas atrás. El sonido de los teclados (Mellotron, Moog y Hammond) nos recuerda de nuevo a los franceses de Air, entre cuyo público creemos que este disco podría ser muy bien recibido.

“The Prophet” – El disco hace un quiebro en su estilo entrando en territorios funkies con este corte marcado por el sonido del bajo, protagonista de toda la pieza a pesar de la profusión de elementos electrónicos que le rodean. Continúan apareciendo elementos psicodélicos como la tabla y determinadas distorsiones pero el tema no abandona el espíritu funk en todo su desarrollo. El corte es, en realidad, una versión de otro titulado “Yes, My Brother” que fue descartado del anterior disco del grupo.



“Indian Swing” – Tras un par de piezas algo diferentes, volvemos a los sonidos alucinógenos en un corte lleno de referencias indias (sitar, tabla, flautas…) que no se limitan al título, aunque este es bastante descriptivo de por sí.

“The Seasons Turn” – El tema más breve del disco hace las veces de transición ambiental en la que escuchamos una breve narración acompañada de una canción no menos escueta con un ligero acompañamiento ambiental.

“High and Dry” – Sin solución de continuidad entra en funcionamiento el aparato rítmico que el dúo diseña para la siguiente composición en la que escuchamos una canción que se cuenta entre lo más convencional del disco, sin perder el toque “retro”. Tiene algunos ingredientes pop que nos recuerdan al “revival” de sonidos sesenteros que tuvo lugar en el pop-rock británico en los noventa de la mano de bandas como Oasis o Blur aunque incorporando elementos diferentes como un ligero aire reggae que aparece en los instantes finales de la composición.

“Yes My Brother (You’ve Gotta Turn Yourself Around)” – Aunque no es un músico cuya trayectoria general apreciemos demasiado en el blog, no podemos dejar de reconocer que Moby, y especialmente su disco “Play”, han tenido una gran influencia en muchos artistas en los últimos tiempos. La manera de enfocar la mezcla de estilos de los integrantes de The Amorphous Androgynous” en este tema nos recuerda mucho al trabajo del músico norteamericano, en especial en la forma de combinar samples y ritmos actuales con melodías añejas.

“In the Summertime of Conciousness” – Llegamos así a otro giro en el disco con esta extraña balada que sólo puede ser concebida en pleno viaje lisérgico y en la que saxos y el particular sonido del piano Rhodes se mezclan con los tintineos del glockenspiel. El texto es tan surrealista que habla por sí solo: “estoy tumbado en el suelo y las nubes giran embriagadas en un cielo evanescente. Sé que estamos en el verano de la inconsciencia, por lo tanto, voy a ir pelando capa a capa la cebolla que aún se encuentra en mi interior”.

“Billy the Onion” – Seguimos en la transición entre los sesenta y los setenta con un instrumental inclasificable en el que se mezclan sonidos electrónicos de Moog con guitarras acústicas propias del country, armónicas y un ritmo más propio del rock progresivo. Un delirio cuyo efecto hipnótico, sin embargo, lo hace irresistible.

“Another Fairy Tale Ending” – Como si del cuento de hadas del que habla el título se tratase, samples de violín y coros celestiales se combinan con sonidos electrónicos para construir un paisaje onírico muy diferente a todo lo escuchado anteriormente en el disco y más en la linea de algunos cortes ambientales de FSOL.

“The World is Full of Plankton” – Llegamos al corte más largo del disco en el que podemos escuchar un suave comienzo de piano acompañado por flautas y glockenspiel siendo las guitarras eléctricas los únicos elementos que alteran, siquiera levemente, la situación apacible de la composición. Sin llegar a ser demasiado evidente, sí que existe un aire a Pink Floyd flotando a lo largo de toda la canción que es, a nuestro juicio, una de las más interesantes de todo el disco.



“The Wicker Doll” – Para cerrar el trabajo, tenemos una pieza enteramente electrónica y ambiental con elementos propios de la que se dio en llamar música planeadora y que terminó degenerando en “new age” pero manteniendo siempre una rara tensión que nos hace permanecer alerta. Dentro del disco suena como un elemento extraño pero es una miniatura que nos deja muy buen sabor de boca.

Cuando hablamos de una formación “fantasma” como son The Amorphous Androgynous es difícil hacerlo en los términos habituales, analizando una trayectoria, comparando sus discos con los anteriores para trazar una evolución o intentando imaginar por dónde irán sus pasos en el futuro. Creemos que su música encaja a la perfección en los estilos que solemos tratar en el blog y, por tanto, que muchos de vosotros la encontrareis atractiva que, al fin y al cabo, es de lo que se trata. La actividad del dúo Cobain-Dougans parece estar algo detenida en los últimos tiempos. Sin embargo siguen apareciendo discos en su web oficial en formato de descarga digital principalmente aunque son recopilaciones de material antiguo y descartes en su mayoría, especialmente de su proyecto principal, FSOL.

Como acostumbramos, os sugerimos un par de enlaces para haceros con el disco comentado hoy.

amazon.es

fnac.es


Para despedirnos, os dejamos un fragmento de una actuación del grupo:

2 comentarios:

  1. La verdad es que no conocía esta faceta de los FSOL, a quienes admiro sobre todo por ese gran disco que es “Dead Cities”. Imagino que, en lo que a gusto por el rock progresivo se refiere, no son gratuitas las colaboraciones del grupo con el guitarrista Robert Fripp de King Crimson.
    Escuchando algunas de las canciones de este “Alice In Ultraland” observo que permanece ese estilo recargado, eventualmente exótico y extenso en minutaje tan propio de FSOL. Lo que ha cambiado es esa “oscuridad futurista”, siendo sustituida por el aire vintage de la flauta travesera, el sitar, la batería con “phaser” en los platos, etc.
    En fin, un homenaje muy peculiar a una de las épocas, en mi opinión, más fértiles de la música rock. No sé si es también un homenaje el logo de Harvest que figura en la portada o es realmente Harvest el sello que lanza el disco. Precisamente, la compañía en la que publicó Pink Floyd sus álbumes más psicodélicos y/o planeadores antes de que la banda creara su propio sello Pink Floyd Music Publishers.
    Un saludo y gracias por descubrirme este jugoso proyecto.

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  2. No tengo muy claro si Harvest sigue existiendo. En los créditos sólo se hace referencia a la "major" EMI así que quizá la aparición del sello en portada sea un homenaje. Yo tampoco sabía nada de este proyecto de FSOL hasta que vi el disco en una liquidación de una de las últimas tiendas de discos de mi ciudad y me llamó la atención el "Future Sound of London presents" de la portada.

    Un saludo y gracias por comentar.

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