Rock, pop, música
electrónica, y televisión son los puntos de partida de la obra musical del
holandés Jacob Ter Veldhuis ¿qué forma adopta el resultado de tan insólita
mezcla? la de algo que ha sido calificado como post-minimalismo y neo-romanticismo
pero que admitiría casi cualquier término que se os pueda ocurrir, siempre que
incluya un punto de provocación. Ter Veldhuis ha provocado escándalos de todo
tipo: Un museo romano censuró una de sus obras por contener fragmentos de un
informativo en el que se detallaban todos los problemas con la justicia de
Silvio Berlusconi. Una conferencia suya en Washington en el marco de un
simposio sobre el saxofón fue interrumpida por un alto funcionario cuando Jacob
hablaba de su composición “Believer”, basada en la guerra de Irak y en George
W. Bush. La Comisión Federal para las Comunicaciones intervino en un programa
de una emisora neoyorquina en el que se radiaba la obra “Grab It!” por el uso
de lenguaje inadecuado (en realidad, contenía fragmentos de entrevistas a
condenados a muerte). Incluso ha llegado a ser acusado de “terrorismo musical
antiamericano” por el estreno de una obra para arpa en la que el instrumento se
combinaba con monólogos inconexos de una drogadicta en pleno síndrome de
abstinencia grabados en las calles de Nueva York.
Con todo, su música ha alcanzado una cierta popularidad,
especialmente por el uso de elementos tan ajenos a las formas clásicas como
reproductores portátiles de cassettes (los boomboxes, popularmente conocidos
como “loros”). La dificultad para pronunciar correctamente su nombre hizo que
en los círculos musicales neoyorquinos se le empezase a conocer como Jacob TV,
algo que, dado el importante contenido que su música tiene de composiciones
creadas a partir de “samples” de programas televisivos de todo tipo, hizo que
el propio artista adoptase el apelativo como nombre artístico. Los elementos de
los que toma gran parte de su inspiración (esas muestras de programas
televisivos o de discursos de importantes figuras de la cultura “pop”
norteamericana) han hecho que se le haya calificado como el Andy Warhol de la
música contemporánea. Como punto de partida podría parecer similar al de otros
músicos que han aparecido en el blog como el Steve Reich de “Different Trains”
y “WTC 9/11” o trabajos que hemos tratado muy recientemente como “My Life in
the Bush of Ghosts” de Eno y Byrne y, de hecho, Ter Veldhuis llegó a escribir
una carta de agradecimiento a Reich por alumbrar técnicas compositivas de las
que luego él mismo se valió a lo que el propio Reich respondió que, aunque el
proceso creativo podía ser básicamente el mismo, los resultados eran
completamente diferentes.
Los discos que hoy comentamos son el fruto del interés de un
viejo conocido nuestro como Jeroen Van Veen quien se mostró muy interesado en
el repertorio para piano del compositor de cara a grabar un CD con él. Puestos
ambos artistas en contacto, el material disponible excedía la duración de un
sólo disco por lo que se optó por grabar dos que son los contenidos en este
“Complete Solo Piano Music” en el que, como veremos, no sólo hay piezas para
piano solo como reza el título.
Jacob Ter Veldhuis (Jacob TV para los que tienen problemas con su apellido). |
CD 1:
“Saudade” – Comienza el disco con un encargo de Van Veen a
Ter Veldhuis estrenado hace poco más de un año. El propio compositor explica el
título como una palabra galaico-portuguesa intraducible a otros idiomas. Esa
melancolía más conocida como “morriña” en Galicia impregna toda la pieza que
tiene un aire distraído muy personal.
“Klarsichtdose Mozartkugeln” – El segundo tema es una
miniatura escrita en 2008, nuevamente por encargo de Van Veen. Se utilizó en
una competición para jóvenes pianistas ese mismo año.
“Sound” – Brevísima composición para piano y “boom box” (el
clásico radiocassette equipado con dos grandes altavoces) estrenada en 2012. En
ella escuchamos fragmentos de una entrevista a John Cage sobre los cuales el
pianista interpreta breves secuencias de notas que replican de algún modo las
cadencias de la voz del compositor norteamericano.
“Merry Xmas” – Volvemos al piano solo, en esta ocasión con
una composición muy lenta y reflexiva escrita por Ter Veldhuis en 1997. En ella
no podemos evitar ver un reflejo de la influencia del propio Cage en la música
del compositor holandés. Las notas se van sucediendo de un modo parsimonioso
casi sin llegar a desarrollar una relación melódica. Sin embargo, el efecto que
causa en el oyente es de una profunda melancolía.
“Postnuclear Winterscenario No.1” – Cuenta el compositor que
durante el desarrollo de la primera Guerra del Golfo, en 1991, pasó por una
especie de bloqueo perdiendo la capacidad de hablar a causa del sinsentido de
aquellos acontecimientos. Mientras veía las noticias en las que alguien hablaba
de la situación en que quedaría el planeta en caso de que el conflicto se
extendiera y diera lugar a un enfrentamiento con armas nucleares, surgió el
concepto del invierno nuclear que inspiró esta pieza, en palabras del propio
compositor “probablemente la pieza más simple que jamás he escrito”. Consiste
en la repetición continua de una misma nota (Mi) acompañada de un escueto
armazón armónico formado por otras cuatro notas (Si, La, Sol y Fa sostenido).
“Where the Heart Is” – Una composición que nos recuerda
mucho a las obras de La Monte Young que consistían en simples instrucciones
para el ejecutante que debía salir al escenario con un saco de alfalfa (por
ejemplo) con el que alimentar al piano. En este caso, el mandato es simple: el
intérprete debe llevar consigo un martillo y situarlo sobre el instrumento en
un lugar visible para el público y de fácil acceso para él mismo desde su
asiento. Poco antes de concluir la pieza debe hacerse con él, elevarlo sobre su
cabeza como si fuera a golpear el piano y dejarlo caer a su espalda. Al margen
de golpes de efecto escénicos imposibles de trasladar al CD (salvo por el
sonido del martillo cayendo al suelo) y centrándonos en la música, la obra es
similar en cierto modo a la anterior “Merry Xmas” en cuanto a la lenta cadencia
con que se va desarrollando toda ella durante los primeros minutos. Luego hay
un giro en el que el ritmo se incrementa notablemente dando paso a interesantes
secuencias mucho más interesantes. La segunda mitad de la composición combina
súbitos “acelerones” y momentos más tranquilos para terminar conformando una de
las piezas más atractivas del disco.
“Toccata” – Explica el músico en el libreto del disco la
procedencia de la inspiración para la pieza que explica la teatral puesta en
escena de parte de la misma. Cuenta que hace varios años se encontraba en
España, en el campo cuando por la noche escuchó un extraño sonido que no fue
capaz de reconocer: una especie de sucesión de tonos cortos y agudos que se
repetían con una regularidad casi matemática. Pensó que se trataría de algún
tipo de transmisor de señales y no le dio más importancia hasta que volvió a
escuchar lo mismo un año después en Italia. Tras investigarlo descubrió que el
extraño sonido procedía de una especie concreta de lechuza. Pensó entonces en
tratar de emular ese sonido, como ya hiciera en su momento Olivier Messiaen. En
la pieza, que comienza como una simple serie de notas enfrentadas, éstas van
multiplicándose hasta alcanzar un densidad y complejidad tal que obliga al
intérprete, en un momento determinado, a tocar una nota (el Re central del
piano) con su nariz mientras ejecuta el resto de ellas con ambos brazos
extendidos resultando así la posición del ejecutante una imitación perfecta de
la lechuza en vuelo. Lo cierto es que, anécdotas al margen, obra es otro
magnífico ejemplo de piano contemporáneo con notables influencias, una vez más,
de John Cage.
“Honky Tonk Blues” – Cambiamos de estilo con un breve blues
escrito en 1999 para el pianista Marcel Worms. Una pieza muy refrescante tras
la complejidad de las anteriores.
“Views from a Dutch Train” – En su primera versión, esta
pieza fue escrita para dos acordeones pero más tarde se adaptó para dos pianos.
Aquí está interpretada por Jeroen y su esposa Sandra. Emula las vistas del
paisaje holandés desde un tren (cada piano representaría el panorama desde cada
uno de los lados del vagón). Quizá sea esta la primera pieza de todo el disco
que podría calificarse abiertamente como minimalista.
“The Body of Your Dreams” – Llegamos ahora a una de las
piezas que ejemplifica más fielmente el tipo de obras que han dado fama al
compositor. Ter Veldhuis parte de un típico anuncio de teletienda en el que
ofrecen un maravilloso cinturón que permite al usuario perder peso sin esfuerzo
gracias a unas supuestas propiedades vibratorias. El músico utiliza “samples”
del video comercial, los manipula, hace bucles con ellos, los mezcla entre sí y
construye melodías para el piano a partir de la propia cadencia de las voces.
En este sentido, la proximidad con la obra de Reich es evidente pero la adición
de percusiones programadas, sintetizadores y demás instrumentación acerca más
la obra a un pop de vanguardia que a la del pionero del minimalismo. Creemos
que el lector habitual del blog encontrará muy interesante esta pieza en
particular.
“Off & On Situation Blues” – En la misma línea que la pieza anterior pero con un resultado mucho más cercano a Reich se encuentra esta breve pieza en la que los samples vocales proceden de entrevistas a prostitutas cocainómanas en el programa de Jerry Springer. Una composición fantástica aunque quizá demasiado corta.
CD 2:
“Piano Concerto No.2, Sky Falling” – El segundo disco se
centra en composiciones formalmente más convencionales. La primera es este
concierto para piano interpretado por la Netherlands Radio Chamber Philharmonic
bajo la dirección de Thierry Fischer. El pianista no es Jeroen Van Veen por una
vez sino Ronald Brautigan. El título del mismo hace referencia a una frase de
un reportero especializado en economía que decía desde Wall Street en 2008, en
pleno comienzo de la crisis actual, que “el cielo no se estaba cayendo”
quitando importancia a la gravedad de la situación. Ter Veldhuis subtituló
sarcásticamente su concierto como “el cielo cayendo” cuando lo escribió un año
después a la vista de los acontecimientos. La obra es una de las más
“convencionales” de su autor quien lo explica
de la siguiente manera: “cuando escucho una orquesta sinfónica,
inmediatamente se apodera de mí una sensación de nostalgia; probablemente
porque lo normal es que su repertorio proceda de un tiempo muy anterior y
porque la propia orquesta no ha cambiado demasiado en los últimos 200 años.
Así, cuando escribo para orquesta, trato de no forzarla demasiado hacia lo
contemporaneo y trato de “preservar” lo que tiene de sublime su sonido”. En
nuestra opinión, el manejo de la orquesta por parte del compositor es notable y
este concierto es un magnífico ejemplo de ello.
“Pianoboek 1” – El primero de los dos libros de piano
incluidos en el disco está fechado en 1979 y el músico lo escribió para su
primera novia que estudió con él en el conservatorio. Aparentemente faltarían
al menos dos piezas ya que las nueve aquí contenidas están numeradas del 1 al
11 faltando las que ocuparían el número 5 y el 10 respectivamente. Todas las
piezas son muy breves (alrededor del minuto de duración) y funcionan como una
especie de estudios minimalistas, por llamarlas de algún modo.
“Pianoboek 2” – El segundo libro es de 1986 y las piezas son
algo más largas (no demasiado) y complejas en palabras de su autor. El libro
comprende nueve composiciones que, a grandes rasgos, siguen una línea muy
similar a las que integraban el primer libro.
“Intervallen” – Cerrando la obra encontramos en un sólo
corte, 12 estudios escritos para pianistas aficionados basados en sendos
intervalos clásicos: segunda menor, segunda mayor, tercera menor, tercera
mayor, cuarta perfecta, quinta disminuida, quinta perfecta, sexta menor, sexta
mayor, séptima menor, séptima mayor y octava perfecta. Fueron escritos en 1988
como divertimento personal y en ellos encontramos trazas de Satie.
Los lectores que tengan cierta afinidad hacia la corriente
minimalista entendida en un sentido amplio, pueden disfrutar mucho con este
disco de Jacob Ter Veldhuis aunque, con un par de excepciones, no tiene mucho
que ver con su faceta más experimental y conocida. Trataremos de profundizar en
ella más adelante aunque sus grabaciones no son fáciles de encontrar a buenos
precios. Quizá esta iniciativa de Van Veen sea sólo la primera de una serie de
grabaciones en las que podamos ir descubriendo el resto de la obra de Jacob. En
tal caso, estaremos de enhorabuena. Podéis adquirir el disco hoy comentado en
los enlaces habituales:
klassiekshop.nl
vanveenproductions.com
Nos despedimos con un "trailer" del disco:
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