Martin Scorsese
pasó muchos años preparando la que iba a ser su película más polémica, basada
en la no menos controvertida novela de Nikos Kazantzakis, “La última tentación
de cristo”. Como prueba de lo cuidadoso y lento que fue todo el proyecto, valga
un dato: Scorsese habló de la banda sonora con Peter Gabriel en 1983, cinco
años antes de su estreno y tres antes de que los Universal Studios se
interesasen seriamente por el proyecto.
Si el director se
lo tomó con calma, algo parecido se puede afirmar de un músico como Gabriel,
conocido por un perfeccionismo casi enfermizo que hace que casi todos sus
discos tarden varios años en completarse. Esta tendencia fue llevada al extremo
con esta banda sonora cuya publicación en CD se demoró más de un año desde el estreno
de la película debido a los continuos retoques que sufrió la grabación. Con
todo, el resultado fue magnífico y “Passion”, que fue el título que llevó el
disco, se convirtió en una de las grabaciones más influyentes a partir de su
publicación así como el aldabonazo definitivo al nacimiento de la “world music”
como género que atraería la atención de oyentes que, hasta aquel momento, no se
había mostrado especialmente interesados en músicas procedentes de países
marginados en la música popular.
El planteamiento
de la película buscaba poner de manifiesto la lucha entre la parte humana y la
divina de Jesucristo, el contraste entre dos polos opuestos. En cierto modo,
Gabriel hizo lo mismo en su banda sonora en la que se combina la música
tradicional de oriente medio y el norte de África con la tecnología más moderna
del momento y todo con un respeto escrupuloso a las fuentes que se puso de
manifiesto un año después cuando apareció un segundo disco titulado: “Passion –
Sources” con grabaciones de música tradicional que inspiraron su trabajo en la
banda sonora. Ahí encontramos desde viejas cintas hasta registros realizados a
músicos locales en los lugares del rodaje de la película y piezas procedentes
de sesiones en los Real World Studios.
Como era habitual
en los discos de Peter Gabriel, la nómina de músicos implicados en la grabación
quitaba el aliento. La lista es la siguiente: Manny Elias de Tears for Fears
(percusión), Hossam Ramzy (percusión), David Bottrill (drones), David Rhodes
(guitarras), L.Shankar (violín), Vatche Housepian y Antranik Askarian (duduk),
Massamba Diop (percusión), Mustafa Abdel Aziz (drones), Baaba Maal (voz),
Mahmoud Tabrizi Zadeh (kementche), Doudou N’Diaye Rose (percusión), Youssou
N’Dour (voz), David Sancious (voces), Nathan East (bajo), Bill Cobham (batería,
percusión), Kudsi Erguner (ney), Robin Canter (oboe, corno inglés), Manu Katche
(percusión), Djalma Correa (percusión), Jon Hassell (trompeta) y Nusrat Fateh
Ali Khan (voz). Peter Gabriel interpreta sintetizadores, percusiones, flautas,
voces y bajo.
William Dafoe en una de las escenas de la película. |
“The Feeling
Begins” – El corte que abre el disco parte de una grabación para dos
“doudouks”, instrumento de viento de origen armenio. Es una de las grabaciones
que Gabriel utiliza para dar una pátina historicista a su banda sonora y el
punto de partida perfecto para el disco. Se añade un “drone” electrónico y una
serie de percusiones más contemporáneas que configuran una pieza extraordinaria
y, a la vez, un magnífico comienzo para el disco.
“Gethsemane” –
Como es habitual en las bandas sonoras, en esta encontramos un buen número de
cortes breves. Este está interpretado en su totalidad por Gabriel que ejecuta
flautas, pone las voces y hace el trabajo con los samples en una pieza casi
ambiental cuya influencia se dejó notar en trabajos posteriores de artistas
como Deep Forest.
“O These, Hope” –
Una especie de fanfarria abre uno de los temas centrales del disco dominado por
un poderoso ritmo central a partir del cual se desarrolla una evocadora melodía
electrónica reforzada por la percusión y las guitarras eléctricas. Son
elementos muy simples pero juntos terminan por formar un todo contundente y muy
evocador. Sin duda, uno de los grandes momentos de la banda sonora.
“Lazarus Raised” – Otra melodía tradicional, en este caso procedente del Kurdistán, es la base de la siguiente pieza que no deja de ser una transición breve que nos conduce a la siguiente pieza.
“O These, Hope
(reprise)” – Volvemos a escuchar la melodía central del corte que escuchábamos
unos minutos antes y que se convierte así en el leitmotiv de la película. Al
margen de su duración y de un ligero cambio en la instrumentación principal, no
hay grandes diferencias entre almbas piezas.
“In Doubt” –
Repetitiva y breve composición en la que Gabriel se ocupa de casi todo el
sonido, principalmente electrónico y procedente de samples, salvo por la
aparición del “kementché”, especie de sitar que se toca con arco.
“A Different
Drum” – Llegamos así a uno de los grandes momentos del disco, marcado por la
voz de Youssou N’Dour. La pieza se construye alrededor de un ritmo muy bien
construido al que se une una secuencia electrónica. Sobre ella escuchamos al
cantante Senegalés en segundo plano, más tarde al propio Gabriel y finalmente a
ambos. Suenan también samples de saxofón en un tema que tiene una extraña
cualidad atemporal. Sin la voz de N’Dour, podría pasar por un tema de cualquier
disco “normal” de Gabriel pero con ella, nos transporta a una época
indeterminada. Magnífica composición en todo caso.
“Zaar” – Con el
siguiente tema entramos en una sección más ambiental en la que la percusión,
más reposada, vuelve a ser protagonista dirigiendo al oyente a través de una
serie de cambios, hasta una sección final con cuerdas sintetizadas. Sin ser el
tema más destacado del disco, creemos que fue uno de los más imitados por otros
artistas en el futuro y pensamos en nombres como el de Phil Sawyer y su
proyecto Beautiful World.
“Troubled” – El
legendario batería Bill Cobham aparece como invitado y protagonista principal
de otra pieza basada en la percusión a la que sólo se suman algunas voces en
momentos puntuales y pasadas por el tamiz de la electrónica. Como casi todas
las piezas de la banda sonora, un aire de misterio la recorre de principio a
fin consiguiendo un efecto en el oyente realmente interesante que demuestra el
cuidado puesto por Gabriel en todo el proceso de creación del disco.
“Open” – El
violín de L.Shankar es el único acompañamiento de Gabriel en otro tema
ambiental y fundamentalmente electrónico al que ambos artistas aportan algunas
voces. Sonidos étnicos por doquier adornan esta preciosa composición que
continúa guiándonos por un trabajo espectacular.
“Before Night Falls” – Kudsi Erguner, intérprete de “ney”,
ejecuta una melodía tradicional armenia en uno de los pocos cortes del disco en
los que Peter Gabriel no interviene. Hay veces en que la música tradicional es
tan bella por sí misma que no requiere de mayores aditamentos. Así, apenas unas
ligeras percusiones y un pequeño apoyo del violín son más que suficientes para
acompañar a Erguner en su intervención.
“With This Love”
– El punto clasicista de la banda sonora lo pone esta maravillosa melodía de
oboe a cargo de Robin Canter. Es un tema musical extraordinario que sonará más
adelante de nuevo en el disco y que aparece como un asidero para el oyente que
lo rescata por unos instantes del viaje por los sonidos étnicos. Probablemente
una de las melodías más inspiradas que nunca haya compuesto Peter Gabriel, lo
cual es mucho decir.
“Sandstorm” – Regresamos a la tierra de nuevo y lo hacemos con otro corte ambiental, algo más oscuro que los anteriores y en el que aparece por única vez en el disco el percusionista Manu Katché, habitual de los discos de Gabriel. En la parte final, cuando las percusiones toman las riendas, escuchamos parte de una grabación de músicos y cantantes marroquíes sin identificar que se incorpora a la banda sonora encajando a la perfección.
“Stigmata” – En
las sesiones de grabación del disco había espacio para muchas cosas entre
ellas, las improvisaciones de los músicos. En uno de esos momentos, Gabriel y
el intérprete de “kementché” Mahmoud Tabrizi Zadeh interpretaron lo que sería
la base de esta pieza, un tema musical de claro sabor tradicional que nadie
diría que es improvisado.
“Passion” –
Llegamos así al corte central del disco y también el de mayor duración del
mismo. En él volvemos a escuchar a Youssou N’Dour pero también, y muy
especialmente a Nusrat Fateh Ali Khan en un dueto absolutamente maravilloso. A
la mezcla se suma la trompeta de Jon Hassell interpretada de ese modo tan
particular que confiere al instrumento una extraña cualidad que nos hace pensar
en algún extraño tipo de artilugio tradicional, muy alejado de la sonoridad
clásica de la trompeta tradicional. La pieza tiene un desarrollo lento, siendo
muy ambiental en el comienzo, especialmente en la parte cantada por Nusrat,
para cambiar alcanzado el ecuador con la aparición de la percusión y una serie de sonidos electrónicos
que nos acompañan hasta el final dibujando un precioso “in crescendo”.
“With This Love (choir)” – La maravillosa melodía clásica
que escuchamos minutos atrás a cargo, principalmente, de Robin Canter, es ahora
recreada a través de un coro infantil sonando tan bien como la primera vez.
“Wall of Breath” – De nuevo Kudsi Erguner al ney, acompañado
en esta ocasión de un grupo de músicos egipcios que interpretan una flauta
tradicional conocida como “arghul” nos trasladan a los escenarios históricos de
una de las mayores historias jamás contadas. Es un corte de transición sin
mucho desarrollo que nos acerca al tramo final del disco.
“The Promise of Shadows” – La electrónica y los samples se combina
con todo tipo de percusiones para crear un tema ambiental que suena mucho más
actual que el resto del disco aunque no desentona dentro de éste.
“Disturbed” – Distorsiones electrónicas y “loops” de percusión
marcan el comienzo de una de las últimas piezas del disco. Apenas hay trazas de
una melodía reconocible en los primeros momentos en los que escuchamos algunas
notas de violín. El resto es una sucesión de ritmos con ciertos elementos de
música de baile pero siempre muy comedidos.
“It is Accomplished” – Sin solución de continuidad enlazamos
con el penúltimo tema del disco, un instrumental rock en el que las campanas y
la batería abren la pieza y asistimos a una serie de sonidos familiares como
bajo, guitarra eléctrica y órgano Hammond en una especie de regreso al presente
con un cierto tono épico que le sienta de maravilla al tema.
“Bread and Wine” – Por fin, cerrando el disco, escuchamos un
tema electrónico a base de samples, de aire triste pero esperanzado. Una pieza
que habría podido firmar Brian Eno sin demasiados reparos. El inocente sonido
de la flauta irlandesa nos despide con un suave aire muy humilde que pone el
punto y final a un disco extraordinario.
La primera incursión de Gabriel en el mundo de las bandas
sonoras se había producido unos años antes con “Birdy”, la película de Alan
Parker, pero es sin duda “Passion” la más lograda de las obras para ese medio
del antiguo vocalista de Genesis. La mayor relevancia del disco, sin embargo,
hay que buscarla en su influencia decisiva para lanzar Real World Records y,
con ello, impulsar de un modo definitivo, el apoyo a las músicas procedentes de
todo el mundo que Gabriel venía dando desde que participó en la creación del
WOMAD unos años antes. La repercusión de película y disco para dar a conocer a
músicos ignorados por el público occidental fue clave y la etiqueta “world
music” empezó a ser vista de forma habitual en las tiendas de discos.
Al margen de esto, que ya sería mucho, el valor de “Passion”
desde un punto de vista exclusivamente musical es superlativo. No es extraño
escuchar a seguidores de Gabriel afirmar que es el mejor de sus trabajos lo
cual es doblemente meritorio si tenemos en cuenta que es un disco de un estilo
opuesto a cualquier cosa que hubiera grabado antes (e incluso después). Su
influencia, además, se puede apreciar en muchos discos posteriores de todo tipo
de artistas, quienes emplean recursos musicales similares a los de Gabriel
siempre que quieren plasmar de uno u otro modo ambientes relacionados con África,
Oriente Medio, etc. Aquellos lectores interesados, encontrarán el disco en los
enlaces acostumbrados.
amazon.es
play.com
Nos despedimos con un montaje audiovisual realizado por un aficionado con el tema central de la película como banda sonora:
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Nos despedimos con un montaje audiovisual realizado por un aficionado con el tema central de la película como banda sonora:
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