Para el público en general, Jean Michel Jarre probablemente sea el artista más conocido cuando hablamos de música electrónica. Incluso gente a la que su nombre no le diga nada, reconocerá sin dificultad un buen número de melodías surgidas de los sintetizadores de este músico francés nacido en 1948. Equinoxe fue su segundo disco publicado internacionalmente tras el tremendo éxito de Oxygene, dos años antes. Podemos decir que se trata de una versión corregida y aumentada de las virtudes del disco anterior. Tenemos de nuevo una larga suite, esta vez de 8 movimientos sin título, a base de ritmos, melodías y secuencias electrónicos con momentos realmente memorables y plena de inspiración como "Equinoxe 4", segundo single extraido del disco:
Con el tiempo es muy posible que sea el disco más apreciado por los fans del músico francés y podemos afirmar sin miedo a equivocarnos, que se puede contar entre los 5 o 6 discos más notables de su género.
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Otro ejemplo de la excelencia del disco del que hablamos: "Equinoxe 3":
Y una versión de "Equinoxe 7" en directo en Houston en el año 1986:
Este es uno de esos discos que se me hacen cortos, muy cortos. Con permiso de Oxygene, creo que es el mejor disco de música electrónica sinfónica (cósmica, progresiva o como queramos llamarla) que se ha compuesto jamás.
ResponderEliminarDa gusto enfrentarse a una producción tan cuidada e inspirada. A pesar de no haber ni un solo evento al azar, la música rebosa frescura por ambos lados del vinilo (y por la única cara del CD, claro).
La fortuna de ser una estrella te permite desarrollar obras de semejante tamaño, aunque la presión del mercado luego te lleve por caminos imprevistos. Es una lástima el lugar que ocupa Jarre actualmente, pero siempre nos quedará esta maravilla.
Muy de acuerdo en todo lo que comentas. Es de los 4 o 5 discos imprescindibles en su género. Gracias por comentar.
ResponderEliminarComo gran fan de Jarre, para mí Equinoxe es un gran y largo viaje de cuarenta minutos, y puedo decir que es superior a Oxygene en todo sentido. La producción de 1976 fue una buena carta de presentación ante un mundo lleno de artistas muy tradicionales y poco innovadores, sin embargo Equinoxe lo consagró, fue el disco que lo posicionó en un gran pedestal y le dijo: “tú te quedas ahí!”.
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