Cuando Neil
Tennant y Chris Lowe se conocieron en una tienda de King’s Cross en el verano
de 1981 y comenzaron a hablar sobre sus gustos musicales, nada hacía presagiar
que unos años más tarde se iban a convertir en una referencia fundamental de su
adorada música de baile. Su historia viene a ser la típica narración que está
en el orígen de tantas y tantas bandas de todos los estilos. Dos jóvenes con
inquietudes similares, comienzan a quedar, a escribir sus primeras letras, algo
de música, y todo ello sin tener muy claro si la cosa va o no en serio. Neil ya
había tenido alguna experiencia con un grupo propio sin demasiada fortuna y se
ganaba la vida con un trabajo realmente curioso: se encargaba de adaptar los
textos de la edición inglesa de los comics de superheroes de Marvel, además de
ejercer como “censor” de alguno de los dibujos femeninos sugiriendo los
retoques de aquellos trajes que no debían ver los niños ingleses. De ahí pasó a
otras editoriales hasta terminar en la revista Smash Hits. Chris, mientras
tanto, tocaba, atención, el trombón, en una banda local dedicada a estándares
de baile tradicional compaginándolo con sus estudios de arquitectura.
Es un encargo de
la revista Smash Hits el que sirve como punto de partida para la carrera
musical del dúo profesionalmente hablando. Estamos en 1983 cuando Neil recibe
el jugoso encargo de desplazarse a Nueva York para entrevistar a The Police. Artista
inteligente donde los haya, decidió aprovechar el viaje al máximo y llevó una
demo grabada con Chris Lowe del que sería el primer gran éxito de Pet Shop Boys
(nombre definitivo de la banda una vez descartado el nombre de West End,
primera idea con la que trabajó el dúo). El objetivo era reunirse con Bobby
Orlando, productor de música de baile afincado en la Gran Manzana y de cuyo
trabajo Chris y Neil eran admiradores. A la cita, Neil llevó una cinta con una
versión primitiva de “West End Girls” que entusiasmó a Bobby quien se ofreció
para producir una grabación de la canción. El resultado de las sesiones (en las
que fue el propio Bobby “O” el encargado de tocar la práctica totalidad de los
instrumentos) fue un maxi-single que alcanzó un éxito notable en los clubes de
la costa oeste norteamericana y una cierta notoriedad en Francia y Bélgica
aunque no alcanzó una gran repercusión en el Reino Unido. A pesar de esto
último, el dúo llamó la atención de los directivos de Parlophone quienes les
ficharon para su sello tras una importante negociación con Bobby Orlando, quien
se había hecho con los derechos discográficos del dúo y no puso fácil su
liberación.
El que esté libre de los ochenta, que tire la primera piedra. |
“Two Divided By
Zero” – La idea alrededor del primer tema del disco habla de la imposibilidad
matemática de dividir algo entre cero. A partir de ella, el protagonista trata
de argumentar ante su pareja que no hay razón alguna para separarse y que por
lo tanto, no pueden hacerlo. Argumenta que pueden empezar desde el principio en
cualquier lugar ya que no tienen ataduras. Desde un punto de vista musical,
estamos ante un medio tiempo con profusión de “samples” y sonidos electrónicos
que podrían estar más depurados. Sin embargo, encontramos en ella todas las
características que pronto terminarían por conformar el sonido propio de la
banda.
“West End Girls”
– Una de las canciones de texto más oscuro de Pet Shop Boys fue, curiosamente
su primer bombazo comercial. En ella describen ambientes del Londres de
comienzo de los ochenta sin quedar claro si se refieren al ambiente de las
drogas, al de la prostitución o al de la delincuencia. En alguna ocasión, Neil
comentó que la letra de la inspiró una película de gangsters con John Cagney
como protagonista. Musicalmente, la canción es una especie de rap a la inglesa
con lo que eso tenía de rompedor. La versión del disco fue completamente
regrabada y contó con la producción de Stephen Hague, productor de origen
norteamericano que hizo fortuna, curiosamente, con varias de las bandas
estrella del tecno-pop británico a partir de 1985 (OMD, Erasure, New Order o
The Communards al margen de los propios Pet Shop Boys pasaron por sus manos). Lo
cierto es que, analizada con detenimiento, la canción no parece tener nada
especial. Se abre con un fondo de sintetizador bastante convencional hasta que
entra una línea de bajo bien construida pero nada arrebatadora a primera vista.
Un ritmo en 4/4, unos pocos samples de saxo y el rapeado de Neil es todo el
añadido que encontramos en el tema. Paradójicamente, todos los elementos juntos
dan como resultado una canción fascinante que probablemente sea la más
reconocida del grupo aunque hayan pasado 30 años desde su grabación. Además, se
trata de una canción con muchas vidas: el single original de Bobby Orlando les
sirvió para obtener su primer contrato serio. Más tarde, cuando el primer
single del disco no triunfó como se esperaba, se recurrió de nuevo a “West End
Girls” convirtiendose, ahora sí, en un éxito masivo.
“Opportunities (Let’s Make Lots of Money)” – El que fue el
primer single extraído del disco nos muestra claramente alguna de las
características que adornarían la carrera del grupo en los años venideros, con
una letra tremendamente cínica que, inexplicablemente, algunos se tomaron en
sentido literal. Fragmentos como el demoledor estribillo, “yo tengo el cerebro,
tú la imagen, hagamos montones de dinero” o alguna otra “si tienes la
disposición, yo te busco el crimen” hablan bien a las claras del tipo de
personaje que representa el narrador. En lo musical, “Opportunities” es una de
nuestras canciones favoritas de la primera etapa de la banda y, también, una de
las mejor producidas de todo el disco, con los arreglos precisos de guitarra,
teclados, samples, etc de los que adolecen otros cortes. El ritmo es poderoso y
nos arrastra de el principio a fin en una canción intensa y memorable.
“Love Comes Quickly” – De vez en cuando, nuestro dúo se
permite el lujo de escribir textos deliciosamente intrascendentes como es esta
canción que básicamente desarrolla la idea del título: que el amor te llega de
repente, sin avisar y en cualquier momento por más que intentes eludirlo.
Muchas de las canciones de Pet Shop Boys, especialmente en sus primeros discos,
responden al mismo patrón musical de esta. Comienza con una línea de bajo
extremadamente pegadiza, se añade la percusión, primero muy simple (a veces
sólo el bombo) y más tarde complicándose con la adición de más elementos. Uno
tras otro se van incorporando todos los instrumentos hasta terminar por
construir el tema completo. En “Love Comes Quickly”, Neil explota todo su
registro vocal empleando habitualmente el falsetto.
“Suburbia” – La canción está inspirada en una película del
mismo título de la directora Penelope Spheeris en la que se narra la vida en
los suburbios de Los Ángeles (aunque podría extrapolarse a cualquier otro
lugar) y muchos de los textos están extraídos casi de forma literal de escenas
del film. Cuando hablábamos antes del problema con la producción de algunos
cortes del disco, pensábamos especialmente en este. “Suburbia” es una gran
canción, con un pegadizo “riff” de teclado que se ha convertido en un clásico
pero no por la versión de “Please” sino por la regrabación posterior que
apareció como single, mucho más elaborada y compleja. Se cuenta que la canción
se terminó a toda prisa para su inclusión en el disco de modo que el resultado
no fue nada satisfactorio y que sólo un tiempo después se pudo completar el
tema con el aspecto que Chris y Neil le quisieron dar desde el principio.
“Opportunities (reprise)” – No son muy habituales este tipo
de rarezas en la discografía de Pet Shop Boys pero cuesta encontrarle una
explicación a este brevísimo corte instrumental que no aporta gran cosa al
disco y que suena como una especie de introducción al tema del que toma el
título, quizá en previsión de su inclusión en los conciertos.
“Tonight is Forever” – Un texto extraño en el que el
protagonista trata de seducir a su acompañante a la vez que lo amenaza con que
si cede, puede que se arrepienta en el futuro porque, si se enamoran, puede ser
para siempre. Nos encontramos ante uno de los temas más rápidos del disco, con
una percusión realmente acelerada y un estribillo muy potente. Resulta muy
curiosa la comparación entre esta versión y la que años después realizó el
propio dúo para su inclusión en el disco “Results” de Liza Minelli en el cual
adopta la apariencia de una balada lánguida y decadente, completamente distinta
a la que aquí podemos escuchar.
“Violence” – Continuamos con una canción sobre la violencia
y las justificaciones que se suelen esgrimir para disculparla, presidida por el
famoso adagio que reza: “la violencia sólo genera más violencia”. No es esta
una canción que haya calado especialmente entre el seguidor de la banda y
entendemos que haya sido así ya que no nos parece especialmente inspirada, lo
que nos lleva a una cuestión recurrente cuando se habla de Pet Shop Boys como
es la extraordinaria calidad de muchas de las “caras-b” de sus singles,
manifiestamente superiores en algunos casos a varios de los cortes que terminan
por formar parte de los discos “grandes”.
“I Want a Lover” – Nos encontramos ante una canción
tremendamente directa en la que el narrador busca compañía para una noche en un
club nocturno. Nada de emborracharse como de costumbre o meterse en alguna
pelea sino a alguien con quien volver a casa y de quien despedirse por la
mañana (“I don’t want another drink of fight, I want a lover” o “Put your arms
around me, it doesn’t mean you love me, just that you want me and you need my
company”). Completando la visión que dábamos en el corte anterior sobre las
“caras-b”, hay otra similar y es la presencia de potenciales “singles” de éxito
en todos los discos que terminan por ser relegados a pesar de su indudable
potencial. “I Want a Lover” sería, sin duda, uno de esos casos. Una canción que
podría haber llegado muy alto en las listas pero que no tuvo la oportunidad.
“Later Tonight” – El tema de la homosexualidad no estuvo
presente de modo explícito en las canciones de Pet Shop Boys en sus primeros
años. De hecho, ninguno de los integrantes del dúo había declarado su condición
en aquel momento (Neil lo hizo muchos años después). Sin embargo, el propio
Tennant se sorprende de que una de sus canciones más abiertamente “gays” si es
que se puede emplear ese calificativo para una canción, no fuera “descubierta”
en su momento. “Later Tonight” habla de un chico enamorado de otro que no le
presta la menor atención. Es una canción realmente desesperada. Los arreglos
van acordes con el tema y es que se limitan a unos acordes de piano sobre los
que Neil canta y que fueron grabados en vivo en el estudio, sin apenas
retoques. Más tarde, se añadió un fondo electrónico muy similar al que en
discos futuros, ya con mayor presupuesto, interpretaban diferentes secciones de
cuerda. Una balada no demasiado apreciada pero que creemos que tiene su
interés.
“Why Don’t We Live Together?” – En varias de las canciones
del disco se juega con la idea de relaciones ocasionales, sin compromiso, y
esto se confronta con otros casos en los que uno de los protagonistas busca una
relación estable que el otro no quiere. Tenemos aquí una variante más: una
pareja que no está enamorada pero que se plantea vivir juntos para ver si surge
algo. Todo ello aliñado con las habituales ambigüedades de los textos del grupo
“puede que no te quiera todo el tiempo y que a ti no te importe demasiado pero
si vivimos juntos puede que tengamos algo en común, siempre que te atrevas” o
“¿por qué no vivimos juntos? Con todo el amor que tenemos y también el que
ocultamos”. Para cerrar el disco, nuestro dúo escoge otra canción pegadiza con
ritmos muy propios de la época en la que se grabó el disco. No se cuenta entre
nuestras canciones favoritas del grupo pero cumple como tema de cierra.
Ya hemos comentado en alguna ocasión cómo Pet Shop Boys
llegaron en un momento en que el tecno-pop y la new wave gozaban aún de gran
popularidad pero empezaban a mostrar signos de agotamiento. Muchas de las
bandas consideradas abanderadas de esos estilo ya habían dado lo mejor de sí
(pensamos en Yazoo, Softcell, Ultravox o The Human League) y otras que
empezaban su andadura como Erasure o Propaganda no llegaron a tener una
continuidad temporal o artística suficientemente relevante. Vista de esta
forma, la apuesta de Lowe y Tennant era más arriesgada de lo que parecía aunque
en algún momento pudiera haberse visto como oportunista. Lo cierto es que, en
cualquier caso, acertaron y como prueba de ello tenemos sus treinta años de
carrera, que es un balance que muy pocos pueden presentar y menos aún pueden
hacerlo con un disco publicado en los últimos meses y uno más anunciado para
dentro de tres más. De momento aparcamos por un tiempo al dúo (probablemente
hasta el lanzamiento de “Electric” allá por junio) no sin antes dejaros los
habituales enlaces para la adquisición de “Please”, un raro título que Neil,
siempre bromista, justificó como un intento por mejorar la educación y las
buenas costumbres de sus seguidores, quienes se verían obligados a pedir “por
favor” el disco del grupo en las tiendas.
Nos despedimos con el video-clip de "Suburbia" en la versión del single, muy superior a la del disco:
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