“Grand Funk Railroad allanaron el camino para Jefferson Airplane, quienes se lo aclararon a Jefferson Starship. Así, el escenario estaba preparado para la llegada de The Alan Parsons Project que creo que eran una especie de aerodeslizador”.
La cita, sin mucho sentido aparente, corresponde a un episodio de los Simpsons en el que Homer trata de explicar a Bart y sus amigos lo que él entiende por la historia del rock en los años setenta. La anécdota no tiene mayor recorrido pero pone de manifiesto la popularidad y trascendencia alcanzada por una banda (por llamarla de alguna forma) que nunca daba conciertos, carecía de un vocalista fijo y que, además, destacaba por los temas instrumentales que muchas veces superaban a los cantados en popularidad.
Decíamos que llamar “banda” al Alan Parsons Project era más una formalidad que otra cosa puesto que nunca funcionó como tal. El origen del grupo habría que buscarlo en la primera mitad de los años setenta. Alan Parsons era un afamado ingeniero de sonido que había participado en algunos de los discos claves de la historia del rock. No es una exageración ya que con sólo 18 años comenzó a trabajar como asistente en los Abbey Road Studios donde trabajó con los Beatles y, ya como ingeniero de sonido, con el propio Paul McCartney en solitario, los Hollies, Al Stewart o Pink Floyd, siendo su aportación al “The Dark Side of the Moon” de estos últimos, uno de sus trabajos más reconocidos en ese campo.
También trabajó en aquel tiempo con Paton, una banda escocesa menor, en comparación con otros nombres, pero de gran importancia en su carrera puesto que en ella militaban Ian Bairnson, David Paton y Stewart Tosh, quienes, junto con un gran número de músicos de estudio, tendrían gran importancia en el proyecto que Alan tenía en mente. Regresamos a los estudios Abbey Road en los que se conocieron los dos integrantes del que sería el Alan Parsons Project: Alan (evidentemente) y Eric Woolfson, compositor y letrista que trabajaba allí como pianista de sesiones. En los descansos entre grabaciones, ambos solían coincidir y hablar de sus proyectos personales. Entre otras cosas, Woolfson estaba trabajando en un disco conceptual con Edgar Alan Poe como eje central. Parsons, por su parte, estaba desencantado en parte con su trabajo, en especial con el hecho de tener que plegarse siempre a las ideas de los músicos aunque estuviera íntimamente convencido de que eran equivocadas. Woolfson sugirió una nueva forma de trabajar más cercana al cine en el que el director era la estrella y los actores simples herramientas (algo que empezaba a suceder con mayor frecuencia cada vez en el séptimo arte). Esa fue la idea que gobernó los discos del Alan Parsons Project: un dúo de compositores que diseñarían el concepto de cada LP y que tendrían a sus órdenes a un grupo de músicos y vocalistas de estudio (que resultó ser bastante más estable de lo que el concepto podría hacer pensar) para llevar a cabo sus ideas. Parsons y Woolfson también participan de la parte instrumental. Tras varios discos en los que todos los temas eran cantados por vocalistas invitados, a partir del quinto LP de la banda, “The Turn of a Friendly Card”, el propio Woolfson asumió ese rol en algunas canciones, muchas de las cuales están hoy entre las más populares de la formación.
Aunque poco a poco irán apareciendo por aquí todos los discos del proyecto, hoy comenzaremos por el que fue el octavo, “Vulture Culture”, publicado a finales de 1984. En la grabación participaron: Ian Bairnson (guitarra), Colin Blunstone (voz), Richard Cottle (teclados, saxo), Stuart Elliott (percusión, batería), el locutor radiofónico Lee Abrams (con el anagrama Laser Beam como pseudónimo), David Paton (guitarra, bajo y voces), Chris Rainbow (voz), Lenny Zakatek (voz) y, claro está, Alan Parsons y Erico Woolfson (teclados y voces).
Alan Parsons y Eric Woolfson: The Alan Parsons Project. |
“Let's Talk About Me” - David Paton es el primer vocalista que interviene en el disco. Lo hace en una canción que comienza con aire tranquilo pero que se transforma enseguida en un poderoso tema pop con todos los elementos distintivos de la música del Project y una producción impecable aunque muestre, especialmente cuando se escucha hoy en día, un regusto muy característico de la música que se hacía en una época muy concreta. En otras palabras: suena demasiado “ochentero” por momentos aunque sigue siendo un tema muy convincente. El corte fue extraído como segundo “single” del álbum (cronológicamente hablando aunque en casi todo el mundo fue el primero).
“Separate Lives” - Los sintetizadores y la percusión electrónica marcan el inicio del siguiente corte en el que escuchamos a Eric Woolfson en el rol de cantante. Estamos ante una canción muy agradable, impresión que se confirma al llegar el estribillo, pegadizo como pocos en la trayectoria del dúo Parsons/Woolfson. En la parte central escuchamos los clásicos sonidos producto de la tecnología digital de la época, probablemente un Fairlight, aparato con el que Parsons llevaba ya un tiempo trabajando.
“Days are Numbers (the Traveller)” - El siguiente vocalista en hacer acto de presencia es Lenny Zakatek. Lo hace con una balada que cumple a la perfección con lo que en aquellos años se esperaba de cualquier banda “AOR”. Fue el tercer single del disco y contó con una buena acogida pese a que, a nuestro juicio, le falta fuerza y peca de excesivamente blando pero hablamos de un tipo de canción que tenía un público muy amplio en aquellos años.
“Sooner or Later” - Cierra la “cara A” del disco otra canción con Woolfson como cantante que bien podría ser una continuación de “Separate Lives” ya que comparten un patrón muy similar. Es uno de los temas en los que es más fácil identificar el estilo del Project con ese bajo insistiendo en una misma nota durante varios compases antes de cambiar a otra. Sin ser una mala canción, nos deja con la impresión de ser un intento más de repetir el éxito alcanzado con “Eye in the Sky” unos años antes.
“Vulture Culture” - El que fue primer “single” del disco (aunque sólo salió en Alemania) contaba con Lenny Zakatek como vocalista. El comienzo se asemejaba más al de algunos de los célebres instrumentales que el Project había incluido en sus discos anteriores pero tras esa impresión inicial nos encontramos ante una canción voluntariosa pero que no termina de funcionar. De hecho, creemos que es una de las más pobres de todo el disco.
“Hawkeye” - Llegamos al inevitable corte instrumental, marcado en esta ocasión por una potente percusión sobre la que se desarrolla un solo de saxo. La electrónica está presente pero queda en un segundo plano si la comparamos con instrumentales anteriores. Aunque no hay un gran desarrollo, la pieza tiene un punto pegadizo que termina por hacerla atractiva aunque a años luz de temas como “Lucifer” o “Mammagamma”.
“Somebody Out There” - Con Colin Blunstone como vocalista llega una de nuestras canciones favoritas del disco. Tiene una estructura que recuerda al estilo próximo al musical que tanto gustaba a Woolfson y se beneficia mucho de un estribillo potente, a la altura del resto de la canción. Es un tema poco valorado habitualmente (no aparece en ninguna de las principales recopilaciones del Alan Parsons Project) lo que no terminamos de entender ya que le creemos merecedor de mucho mejor suerte.
“The Same Old Sun” - Abre el tema una melodía que en una primera escucha nos trae a la memoria el “Metropolis” de Kraftwerk. Sin embargo, cuando Woolfson comienza a cantar, cualquier parecido desaparece para dejarnos disfrutar de una de las baladas que con tanta frecuencia se reserva para sí el vocalista. Es una canción con un punto dulzón que está a punto de echarla a perder pero que consigue mantenerse en dentro de los límites de lo aceptable y, en esa categoría, hay que reconocerle su valor.
El éxito comercial del Alan Parsons Project tuvo un gran mérito. Hablamos de una banda sin vocalista fijo, lo que impide que el público reconozca inmediatamente una canción como suya, algo que va contra todas las normas del marketing musical. También incluyen varios temas instrumentales en sus discos, lo que no siempre es fácil de asimilar por el oyente tipo del pop y el rock. Sus seguidores procedían en buena parte del mundo del rock progresivo, género en el que se les suele incluir sin tener realmente una relación del todo clara con las lineas generales que marcan ese género más allá de la inclusión de temas instrumentales y del carácter conceptual de alguno de sus primeros discos (jugar con el AOR como muchos veteranos del progresivo hacían entonces también ayudó bastante). A finales de la década de los ochenta, el Alan Parsons Project se disolvió continuando cada uno de sus integrantes por su lado: Alan con su propio nombre y banda y Eric más centrado en los musicales teatrales, muchas veces basados en material del propio Alan Parsons Project. Woolfson falleció en 2009 víctima de un cáncer de riñón.
No hemos empezado a hablar de esta banda en el blog por su mejor disco, ni mucho menos pero eso nos sirve como excusa para obligarnos a volver sobre ellos en el futuro de modo que la visión ofrecida sea lo más completa posible. “Vulture Culture” es un buen ejemplo de un tipo de música que se hizo en la década de los ochenta y que hoy no tiene muy buena prensa. Sin embargo, estaba hecha con un gusto muy cuidado y eso nos hace rescatarla aquí para aquellos que nunca se hayan acercado a ella.
Tengo este album (más bien toda la discografía de Alan Parsons Project) y (efectivamente) su estilo a partir de Ammonia Avenue se orientaba a un sonido más sintetizador y electrónico, digamos lo que reinaba en los 80s. Pero eso no es malo, y es el estilo de la época, como The Alan Parsons Project en los 70s. En cualquier caso, y a fecha de hoy en día, rescatar y volver a escuchar estos discos es una maravilla, teniendo en cuenta el horrendísimo panorama musical actual y reinante. Recuerdo ver Tocata y llevaban a todo tipo de grupos, cantantes, y géneros. Y entre ellos al mismísimo Lenny Zakatek con The Alan Parsons Project. Por cierto, Days Are Numbers (The Traveller) la habré escuchado unos cientos de veces. Si uno la escucha con mucha atención, apreciará la delicadeza y la profundidad musical que tiene esta canción, y en general, todas las canciones de este grupo/banda/compositores. Que magia tenía escuchar a finales de los 70s y comienzos de los 80s, ese I Robot, Pyramid, etc...
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