miércoles, 20 de junio de 2018

Porcupine Tree - Lightbulb Sun (2000)




Una de las críticas que más nos llamó la atención del último disco de Steven Wilson, “To the Bone”, fue la que le acusaba de buscar una mayor comercialidad que en discos anteriores. Nos sorprendió por muchas cosas pero quizá la más importante es que ese tipo de acusación ya se le había hecho al artista cuando era el lider de Porcupine Tree. Tras varios discos en los que pasó por el rock, la electrónica, la psicodelia, el rock progresivo y por todo ello junto mezclado en distintas proporciones, en 1999 la banda lanzó “Stupid Dream” que supuso un importante cambio de formato: de canciones extensas, con mucho de improvisación y experimentación, pasaron a un disco de temas más cortos y canciones mucho más convencionales en cuanto a su esquema y desarrollo. Fue, en palabras de Wilson, la culminación de un proceso de aprendizaje a la hora de crear una estructura y concentrar las ideas en un formato más accesible pero eso no suponía en ningún caso una merma de calidad.

“Lightbulb Sun” iba a ser un paso más en esa idea, todo los procesos trabajados en aquel periodo iban a desembocar en un disco creado en apenas tres meses. Una obra que iba a mantener los esquemas más cercanos al pop de su predecesor pero que también iba a recuperar elementos de trabajos anteriores en ese proceso continuo de experimentación, asimilación y cambio que ha dominado la carrera de Wilson desde sus comienzos. Dentro de la cronología de Porcupine Tree, “Lightbulb Sun” iba a ser el último disco grabado con Chris Maitland a la batería. El resto de miembros eran los habituales: Steven Wilson (voz, guitarras, teclados, etc.), Richard Barbieri (sintetizadores, órgano Hammond, Fender Rhodes, Clavinet y Mellotron) y Colin Edwin (bajo). Además, se contó con una sección de cuerda conformada por las integrantes del Minerva Quartet (Katy Latham y Lisa Betteridge, violines, Sarah Heines, viola y Emmeline Brewer, violonchelo) y por los solistas Stuart Gordon (violín y viola) y Nick Parry (violonchelo).

Wilson y sus muchachos.


“Lightbulb Sun” - El comienzo es sencillo con unos acordes de guitarra acústica que dan paso a los primeros versos de un tema que enseguida experimenta un giro con un riff eléctrico y un cambio de ritmo a cargo de la batería que comparte protagonismo con un bajo realmente inspirado. Es en esta nueva fase un tema mucho mas enérgico con un aire americano muy marcado y algún guiño hacia el “metal” que dejaba entrever la próxima evolución de la banda.

“How is Your Life Today?” - Sorprendente la minatura que encontramos después. Se abre con un bonito vals de piano sobre el que Wilson canta a través de filtros “lo-fi” antes de empezar unos preciosos juegos vocales consigo mismo gracias a la tecnología del estudio. Una joyita a descubrir que es facil que pase desapercibida. También un precedente claro del Wilson de alguno de sus trabajos en solitario como “The Raven that Refused to Sing”.

“Four Chords that Made a Million” - Mucho más potente es la siguiente pieza que se abre con unas guitarras desafiantes y una percusión de aire tribal muy interesante. A partir de ahí, una descarga de adrenalina que nos parece acertadísima. La segunda parte es ya más reconocible y enlaza con la tradición del grupo. Pese a ello, es un tema muy diferente de lo que hacía la banda hasta aquel momento y su elección como primer single del disco era toda una declaración de intenciones.




“Shesmovedon” - El segundo single del trabajo es una de nuestras canciones favoritas del mismo, algo con lo que probablemente esté de acuerdo el propio Wilson que la regrabaría tiempo después durante las sesiones de “Deadwing”. Se trata de una canción con una producción sucia pero perfecta para el tema y que cuenta, además, con uno de los estribillos más redondos de toda la carrera del grupo y una sección instrumental en el segmento final realmente brillante.

“Last Chance to Evacuate Planet Earth Before It Is Recycled” - Sin solución de continuidad enlazamos con el siguiente corte en el que encontramos otra vez una cierta “americanización” del sonido, especialmente en lo referente a las guitarras (el uso del banjo también contribuye a esa idea). Tras un comienzo más o menos estándar, entramos en una sección central magnífica con Barbieri haciendo diabluras con el Fender Rhodes en un tramo de aire psicodélico en la linea de trabajos anteriores del grupo. Se echa en falta algo más de minutaje aquí para desarrollar las ideas que se plantean pero ya dijimos que este era un trabajo más enfocado a temas cerrados que a viajes experimentales.

“The Rest Will Flow” - Las cuerdas del Cuarteto Minerva y los dos solistas de apoyo son, junto con el Mellotron, el sustento principal de la banda en una pieza más alegre de lo normal. La típica canción que Wilson desarrollaría tiempo después con su proyecto Blackfield desligando así este lado más “pop” de Porcupine Tree

“Hatesong” - Colin Edwin, coautor del tema junto con Wilson, se hace con el mando de la nave gracias a una melodía de bajo que recorre toda la pieza de modo hipnótico. Es algo similar a lo que ocurría en los discos más experimentales del grupo que iban construyendo estructuras fantásticas a partir de un pequeño trazo del bajo aunque aquí se desarrolla todo con mayor rapidez. Es una delicia ver cómo se suceden los diferentes tramos de la pieza, cada uno protagonizado por un instrumento. Al bajo le sucede el Mellotron y ambos una seca ráfaga de guitarra “metalera” subrayada por una batería autoritaria. El tramo final del tema es todo un disfrute para cualquier aficionado al rock progresivo y uno de los grandes momentos del trabajo.




“Where We Would Be” - Se hace la calma con una balada más tranquila en la que los juegos vocales son lo más interesante frente a unos acordes de guitarra repetitivos y una percusión que se limita a hacer compañía. Un tema correcto.

“Russia on Ice” - Algo más de trece minutos dura el corte más experimental del trabajo. Es una pieza coral, firmada por toda la banda, y eso se nota en todo su desarrollo en el que de un modo u otro, todos los músicos tienen protagonismo. Comienza con sonidos electrónicos sobre los que se destacan leves trazos de guitarras aunque pronto se transforma en una balada oscura marcada por una pocas notas de guitarra que se repiten cada poco tiempo. Volvemos a escuchar las cuerdas en un fragmento de gran interés en el que juegan un poco con la banda hasta callar de nuevo para escuchar la voz de Wilson. Mediada la pieza volvemos a los ambientes de “jazz cósmico” que la banda exploró en “Metanoia” o “Voyage 34” sólo rotos por un nuevo giro hacia el “metal” que va a desembocar en un final extraordinario en el que oímos uno de los pocos solos de Maitland a la batería en el que iba a ser su último disco con Porcupine Tree.




“Feel So Low” - El disco concluye con una suave balada de arreglos sencillos que incluso diríamos que tiene un cierto toque de los U2 de “The Joshua Tree”, especialmente por el tratamiento sonoro de las guitarras y la forma de cantar de Wilson en esta ocasión.


Con “Lightbulb Sun” se cerró una etapa en Porcupine Tree. De cara al siguiente disco firmaron con una nueva discográfica y eso se correspondió con un cambio de estilo hacia sonidos más duros y próximos al “metal progresivo”. El grupo tomó un rumbó más ambicioso y su batería, Chris Maitland decidió que era el momento de dejarlo. En un principio, la decisión de la banda fue seguir como trío utilizando programaciones electrónicas pero surgió la posibilidad de contar con Gavin Harrison quien ingresaría en el grupo casi de inmediato cerrándose así la alineación con la que Porcupine Tree formó durante el resto del tiempo hasta la inactividad en la que llevan sumidos casi una década.

Os dejamos con una versión en directo de "Shesmovedon":


 

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