domingo, 1 de enero de 2012

Blackfield - Blackfield (2004)



Aviv Geffen es una superestrella de la música en su país, Israel, desde principios de los años 90. Su magnitud es tal que suele aparecer citado en encuestas sobre sus compatriotas más importantes o influyentes, siempre en los primeros puestos. Su carisma le ha convertido en uno de los principales ídolos de la juventud Israelí en las últimas décadas y todo esto desde una postura de activismo político cercano a los partidos de izquierda en su país y muy crítico, por lo general, con las actitudes de su gobierno y de su ejército, en el que se negó a ingresar en su momento, convirtiendose en uno de los primeros objetores de conciencia en Israel con todo lo que eso conlleva.

Una de sus canciones más populares, “To Cry for You” tomó tintes premonitorios tras el asesinato de Isaac Rabin durante un acto pacifista en el que Geffen se encontraba a escasos centímetros del Presidente en el escenario. “Fue el momento más dramático de mi vida. Fui el último que le abrazó” declaraba Geffen en una entrevista reciente. El tema no es sino un mas de los muchos himnos que la juventud hebrea ha adoptado de entre todo el repertorio del músico, admirador confeso de U2, Pink Floyd, Radiohead, Nirvana, Lennon o Dylan, a quien suele citar como su mayor influencia junto con Roger Waters.

Pero todos estos datos más una docena larga de discos grabados con ventas millonarias en su país natal no han servido para que Geffen sea conocido más allá de Israel, donde sólo unos pocos curiosos han oído su música. Evidentemente, el partir de un mercado distinto al anglosajón y el cantar en hebreo, no benefician la proyección internacional de un artista. Ya explicamos en otra entrada anterior dedicada al último disco de Blackfield cómo en el año 2000, Geffen se pone en contacto con Steven Wilson para organizar una serie de conciertos de su banda, Porcupine Tree, en Israel. A raiz de esa circunstancia, surge una gran amistad entre ambos personajes que acuerdan juntarse para trabajar en algunas canciones y ver qué podía surgir de ahí. Los primeros resultados estaban destinados a publicarse en forma de EP en 2001 pero, como suele ocurrir en estos casos, la cosa fue a más y comenzó a tomar forma la idea de formar pareja artística de forma más estable. Ya en 2002, Geffen hace coros en un par de canciones de “In Absentia”, disco imprescindible en la trayectoria de Porcupine Tree y, ya bajo la denominación de Blackfield, el dúo publica su primer LP en 2004 titulado también Blackfield con una banda integrada principalmente por músicos que habían acompañado a Geffen en sus discos y conciertos anteriores. La formación de Blackfield para su disco de debut estaba compuesta por Aviv Geffen (teclados, guitarras y voz), Steven Wilson (guitarras, teclados y voz), Daniel Salomon (piano), Seffy Efrati (bajo) y Tomer Z (batería) y percusiones. De forma puntual, intervienen en distintos temas del disco los baterías de Porcupine Tree, Chris Maitland y Gavin Harrison, el también batería Yirmi Kaplan y el cuarteto de cuerda Illusion.

Sobre Steven Wilson hemos hablado largo y tendido en el blog en estos meses y seguiremos haciendolo en el futuro puesto que le consideramos como uno de los músicos más interesantes de la actualidad. Sin embargo, en el proyecto Blackfield, su papel está en un segundo plano frente al de Geffen. Es el israelí el autor de la mayoría de las canciones de la banda aunque el sello particular de Wilson es inconfundible en todos los aspectos, desde la producción, arreglos e interpretación hasta la composición en las canciones de su autoría.


Steven Wilson y Aviv Geffen en una imagen promocional.

A continuación pasamos a hacer una breve reseña de los diez temas del disco:

“Open Mind” – Abre el disco la única canción escrita a dúo en el sentido tradicional en el que uno de los músicos hace la música (Aviv Geffen en este caso) y el otro la letra (Wilson, como es fácil suponer). Se trata de una de esas letras tan particulares del músico británico con pensamientos sueltos surgidos de la mente de personajes realmente complejos, acerca de una chica que no sabemos bien si es real o imaginaria. El formato de la canción es el de una balada acústica con ramalazos de rock duro en determinados momentos y una brillante sección de cuerda en la parte final.

“Blackfield” – Es la primera de las dos canciones del disco escritas en su totalidad por Wilson. Introducida por una sucesión de notas de piano, no tarda en golpearnos con una enérgica entrada de guitarras  para construir una poderosa canción pop realmente brillante demostrando que Wilson domina a la perfección el formato a pesar de no ser su favorito. La letra es una reflexión del autor sobre las dos caras de la realidad y sobre cómo hasta la persona más bondadosa puede cambiar por completo bajo las circunstancias adecuadas: “when it gets dark, all the pale things under the earth will reverse”.

“Glow” – Le toca el turno a una canción de Geffen en la que Wilson sólo hace la versión en inglés del texto. Las letras del israelí tienden a ser oscuras y depresivas y ésta no es sino un ejemplo de su forma de escribir. El desarrollo es similar al de la primera, con una primera parte muy tranquila y un final mucho más potente.

“Scars” – Tenemos ahora una canción que Geffen había publicado en el año 2000 en su LP “Yoman Massah” (viaje). Lo único que varía es la letra, que ahora es en inglés en adaptación de Wilson. El resto del tema es el mismo con la excepción de la regrabación de las voces. Una canción de amor y desamor con la idea de que, al final, lo único imborrable son las cicatrices a las que hace referencia el título.

“Lullaby” – Segunda y última de las canciones de Wilson para el disco de debut de Blackfield y una de las más bellas del trabajo. Basada en unas simples notas de piano como la anterior canción de su autor y con el apoyo de una sección de cuerda, la particular canción de cuna transcurre placidamente y sin sobresaltos narrandonos una particular y contradictoria relación entre dos personajes que se desarrolla a medio camino entre el dolor y el placer.



“Pain” – Íntegramente escrita por Geffen, es otra de las grandes canciones del disco. Siguiendo con el tono general del trabajo, nos habla de la ruptura, la soledad, el reencuentro y los intentos vanos de construir una relación soportable tras una separación. Escuchando canciones como esta, es más fácil entender el por qué de la denominación de “art rock” que muchos críticos suelen utilizar cuando se refieren a Blackfield.



“Summer” – De nuevo tenemos una canción de Geffen cuya letra es adaptada al inglés por Wilson. A estas alturas del disco, no nos puede sorprender la perfecta factura de todo lo que hace el dúo. Incluso en la que es una de las canciones más intrascendentes del trabajo, podemos apreciar el enorme talento y el detallismo casi enfermizo de sus autores para que todo esté en su sitio.

“Cloudy Now” – Y llegamos a la que probablemente es la mejor canción del disco. Fue escrita por Geffen en 1993 para su LP “Anshav Meunan” y se convirtió en todo un himno para la juventud hebrea en aquellos años. Con un retrato paralelo entre la situación de Israel “In a violent place we can call our country is a mixed up man and I guess that’s me, the sun is in the sky but the storm never seems to end. It’s a place of sorrow but we can call it a home” y la infancia del protagonista “In a special place that I call my life the father was cruel and he lost his wife but I don’t see either cos I live across the street” Geffen alcanzó una gran popularidad en su país natal. La canción acaba con una sentencia perfectamente vigente casi veinte años después: “We are a fucked up generation. It’s cloudy now” (Somos una generación que está jodida. Y se está nublando).



“The Hole in Me” – Parecerá algo exagerado insistir de nuevo con que la siguiente canción del disco es realmente brillante pero en nuestra opinión también lo es. Geffen compone letra y música en una canción de aires folclóricos en su inicio, con un cierto aire a músicos como Yann Tiersen, por ejemplo, para girar sobre sí misma al llegar al estribillo con un cambio de tono magnífico.

“Hello” – Una vez más Wilson adapta una letra de Geffen para música del propio músico israelí. La que cierra el disco es otra (sí, una más) magnífica canción a cargo de este particular dúo.

Nos cuesta mucho, haciendo memoria, encontrar discos en los últimos años con un porcentaje tan elevado de grandes canciones en su interior. Discos en los que no hay temas de relleno, en los que hasta el más mínimo detalle está cuidado con una una obsesión rayana con lo enfermizo. El LP de debut de Blackfield es uno de esos raros ejemplos como también lo es el segundo que aparecerá por aquí más adelante. Además, es un ejercicio poco común de humildad por parte de Steven Wilson. Estamos hablando de una estrella internacional que colabora con un músico de gran éxito en su país pero desconocido fuera del mismo y que, sin embargo, es quien lleva la mayor parte del peso del grupo en la parte compositiva sin que a Wilson se le caigan los anillos por aceptar ese papel secundario. Tenemos que recordar que durante los años en los que se gestó el primer disco de Blackfield, Steven publicó un par de discos de estudio con Porcupine Tree, otros dos con No-Man, dos más con I.E.M., tres como Bass Communion y un par de singles en solitario y, quizá con la excepción de No-Man, en todos ellos es la cabeza pensante y el principal elemento creador (cuando no el único).

Sólo las particulares caracterísiticas del mercado discográfico en las que nos encontramos en los últimos años pueden explicar que "Blackfield" no esté reconocido como uno de los 4 o 5 mejores discos de la primera década del siglo XXI y que a oídos del gran público, el nombre de la banda no diga gran cosa. Queda aquí esta recomendación para aquellos que busqueis un pop rock de calidad y sin ningún atisbo de contaminación comercial. Os dejamos un par de enlaces para adquirir el disco:

amazon.es

play.com

Os dejamos con el video oficial del primer single del disco, "Hello":

2 comentarios:

  1. Excelente review de este excelente álbum de esta excelente banda! Dos genios, particularmente pienso que Steven Wilson es actualmente el mejor compositor, productor y multi-instrumentista que hay. Musica elevada en tiempos donde las sociedades están contaminadas completamente sin dejar de un lado la musica. Gracias por compartir tu interpretación del álbum.

    ResponderEliminar
  2. No es necesario decir que comparto tu idea sobre Wilson al 100%. No en vano, es el músico que más veces aparece por aquí tomando todos sus proyectos en conjunto.

    Un saludo y gracias por comentar.

    ResponderEliminar