Hace no demasiado
tiempo era muy sencillo saber qué era música clásica y qué no. Hoy esa antigua
concepción occidentalista no tiene ya demasiado sentido y estilos y tradiciones
completamente ajenos al encorsetado mundo académico ya se han incorporado al repertorio,
creemos que de forma definitiva. Si a esto le sumamos la adición de
instrumentos nuevos a la vieja orquesta nos encontramos ante un número de
posibilidades que ponen más difícil sostener sus afirmaciones a los que
proclaman que todo está ya inventado en la música y todo lo que se hace ahora
no es sino una revisión de los conceptos antiguos.
Si juntamos a una
violista australiana de formación clásica como es Kathryn Lockwood con Yousif
Sheronick, percusionista de origen libanés que domina cualquier tipo de
instrumento de esta familia, ambos con experiencia en campos de lo más diverso
y con una mente abierta a mundos musicales tan diferentes como la clásica más
académica, el jazz, la música klezmer o la de oriente medio el resultado tiene
que ser interesante por fuerza.
La viola nunca ha
sido un instrumento tan mimado por los compositores como su hermano pequeño, el
violín, y por ello el repertorio es muy limitado en comparación así que Kathryn
no tenía otro remedio que integrarse en un cuarteto como el Lark Quartet así
como en otros grupos de cámara de cierto renombre. El caso del percusionista es
distinto ya que sus habilidades pueden adaptarse a casi cualquier música y Yousif
no ha desaprovechado este hecho trabajando para músicos como Philip Glass, el
Paul Winter Consort, Yo-Yo Ma o Glen Velez.
El matrimonio
formado por ambos músicos adopta como nombre artístico el de Duo Jalal y en su
disco de debut, publicado hace ya unos años, interpretan una serie de obras de
lo más variopinto compuestas específicamente pare ellos por músicos de muy
distintas procedencias.
Los componentes del dúo en acción. |
“Klezmer a la
Bechet” – Abre el disco una pieza de David Krakauer en la que nos muestra un
homenaje doble al jazzman de Nueva Orleans, Sidney Bechet y al músico “klezmer”
Naftule Brandwein. Aquí escuchamos un extracto de la composición original,
mucho más larga y publicada en su momento en el disco “Klezmer NY” del sello de
John Zorn, Tzadic. En palabras del autor, de mezclan melodías tradicionales
“terkisher” (klezmer con influencia turca) con ritmos funk característicos del
estilo de Bechet. El experimento es completamente satisfactorio aunque creemos
que la parte judía se come al jazz en la mayor parte de la pieza.
“Thracian Sketches” – Composición de Derek Bermel escrita originalmente para clarinete y adaptada para viola y percusión por el propio autor. Se trata de una composición cuyos minutos iniciales son un extenso solo de viola, lento y melódico. Poco a poco va apareciendo la percusión y la viola empieza a adaptarse al ritmo que ésta marca. Tracia es una región que hoy ocupa territorio búlgaro y griego y la música tiene el sabor de aquellas latitudes; un folclore, el de Bulgaria, realmente interesante y poco conocido aquí pero que merece mucho la pena. Los últimos instantes de la pieza son una fiesta de percusión en los que la viola acompaña con una repetición de motivos casi minimalista.
“Jubb Jannin” –
Única pieza de todo el disco escrita por alguno de los integrantes del dúo,
concretamente por Yousif, quien homenajea en el título a la ciudad libanesa en
la que creció su madre. Como la mayoría de las obras del disco, no nació
pensada para interpretarse a la viola sino al nay (flauta originaria de oriente
medio) y la adaptación fue posterior. Es una de las piezas más bellas de todo el
disco con una melodía tremendamente emotiva y la primera en la que Yousif
interpreta un sólo instrumento de percusión: el bendir.
“A Different
World” – Viajamos ahora al sur de Italia con esta pieza de Enzo Rao Camemi,
compositor palermitano que adapta una pieza de su Sicilia natal con un sabor
sorprendentemente oriental para oídos que, como los nuestros en nuestra
ignorancia, no esperan ese tipo de sonoridades en un país como el transalpino.
Ritmo y virtuosismo combinados en un tema magnífico que recoge un solo de
Yousif al cajón, absolutamente sobrecogedor.
“Lost & Found” – Kenji Bunch es el autor de la pieza más extensa del disco. Se trata de un compositor y violista americano excepcionalmente dotado que compuso la obra por expreso encargo del dúo para el disco. Consta de cuatro movimientos (“Lost in Time”, “Found Objects”, “Lost in Space” y “Lost & Found”. En el primero de ellos, Bunch se inspira en el compositor renacentista Heinrich Biber para escribir una especie de danza lenta con momentos de gran complejidad y que requiere de una afinación de la viola poco convencional. Para el segundo movimiento decide que la viola será pulsada en pizzicato e incluso con la ayuda de una púa de modo que suene más exótica que nunca (cita el autor a la kora como instrumento cuya sonoridad se trata de imitar). La pieza, de inspiración africana contrasta con la anterior y supone un refrescante cambio. El tercer movimiento es una auténtica exhibición de habilidades por parte del percusionista quien llega a ejecutar hasta ocho instrumentos diferentes durante la pieza. El autor deja aquí una libertad casi absoluta el intérprete ya que no existe ningún tipo de indicación respecto a la velocidad, duración e incluso a las notas a interpretar (en el caso de la percusión) en todo el tema. Culminando el insospechado viaje musical en el que Buncho nos embarca, el cuarto y último movimiento nos traslada a Escandinavia y su música tradicional para cuerda, inspirándose especialmente en la “nyckelharpa” sueca y el violín “hardanger” noruego.
“Homage for Frame Drum and Viola” – Si la anterior pieza era
obra de un violista, esta lo es de un percusionista pero no de uno cualquiera
sino de Glen Velez, maestro de maestros en esta disciplina y que ha participado
en discos de los más diversos autores, desde Steve Reich hasta Paul Winter
pasando por nuestro Javier Paxariño. Es otro encargo específico del dúo y en
él, Vélez explora las propiedades melódicas del “tar”, especie de pandero en el
que Glen es experto. No quiere decir esto que la parte de la viola sea menor ya
que es magnífica. La pieza se divide en dos movimientos siendo el primero de
ellos el más convencional mientras que el segundo volvemos al pizzicato y a
melodías de inspiración oriental que se combinan con momentos de “percusión
vocal” a cargo de Yousif convirtiéndose en otro de los grandes momentos del
disco.
“Duo for Solo Viola and Percussion” – Yousif había tocado
junto con Philip Glass en alguna gira anterior y se decidió a pedirle una pieza
para viola y percusión. El compositor respondió enviándole una vieja partitura
de 1980 y diciéndole que añadiese él la percusión que creyera necesaria (algo
que, básicamente, fue lo que hicieron en 2001 cuando tocaron juntos). La pieza
que Glass entregó procedía de una obra ya comentada aquí tiempo atrás: “A
Madrigal Opera”.
“Scenes for Viola and Percussion” – El disco empezaba con
jazz y termina de la misma forma con una obra en tres movimientos del
contrabajista John Patitucci. Es curiosísimo comprobar cómo suena este tipo de
música interpretada con viola, djembe, maracas y otras percusiones ya que
cuesta reconocer el género en una primera escucha y requiere una concentración
especial por parte del oyente para apreciar completamente el trabajo melódico
del autor.
Tenemos que reconocer que nos acercamos a este disco
principalmente por la pieza de Philip Glass ya que el resto de compositores nos
resultaban desconocidos en su mayoría pero, como nos ha sucedido en muchas
otras ocasiones, los descubrimientos que realizamos al enfrentarnos a un disco
de un modo tan parcial, superan con mucho la satisfacción que nos produce la
pieza en cuya búsqueda íbamos al principio.
No nos consta que el Duo Jalal haya publicado más discos y,
dada la peculiaridad de su formación, no nos extrañaría que no lo hicieran.
Casi toda la música del disco surge de encuentros casuales con colegas (el dúo
se encontró con Kenji Bunch en una fiesta, Yousif y Glass coincidieron en un
festival en Colorado y decidieron tocar juntos sobre la marcha y Kathryn y John
Patitucci asistían a un concierto de música de cámara en Bronxville cuando
contactaron). En cierto modo con “A Different World” no buscaban dar una imagen
de las músicas tan diversas que existen en el mundo sino de la multiplicidad
cultural que se recoge en el área de Nueva York que es en donde residen y
trabajan todos los compositores que aparecen en el disco así como los
integrantes del propio dúo (con la única excepción de Camemi, que reside en
Italia aunque también conoció a los miembros del grupo en Nueva York).
Como sabemos que los lectores del blog tienen una gran
curiosidad musical (de lo contrario, no pasarían por aquí), creemos que este
disco puede darles grandes momentos de disfrute. El disco, aunque editado por
un sello pequeño, se puede encontrar sin mucha dificultad. Os dejamos un par de
enlaces en los que adquirirlo.
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