No deja de ser un
hecho curioso que haya compositores contemporáneos que, ahora que vivimos en
una época en la que la paleta de sonidos a su disposición es virtualmente
ilimitada, se acuerden de instrumentos cuyo sólo sonido evoca al oyente tiempos
muy antiguos. No son pocos los músicos habituales en el blog que en los últimos
años han escrito obras para clave que van desde piezas para solista (Ligeti)
hasta conciertos (Gorecki) pasando por su utilización como instrumento
complementario en obras de otro tipo como bandas sonoras (Nyman).
El disco del que
hoy hablamos ha aparecido muy recientemente en el sello Naxos y recoge tres
obras de tres autores absolutamente diferentes. El primero de ellos es el
británico John Rutter. Estudió en la misma institución que John Tavener, la
Highgate School y, al igual que aquel, su especialidad más destacada es la
música coral lo que convierte la “Suite Antique” que aparece en el disco que
hoy comentamos en una rareza mayor dentro de su repertorio. Su música no parece
contemporánea, especialmente si nos dejamos dominar por la extendida idea de
que ésta debe ser intelectual, de comprensión trabajosa y con un punto de
inaccesibilidad elitista. Rutter es muy directo, melódicamente sencillo pero
con resultados muy atractivos. No es la comparación más acertada pero en algún
momento tendría puntos en común con Karl Jenkins. Curiosamente, es muy popular
en Estados Unidos, bastante más, de hecho, que en su propio país en el que se
le tiene por un compositor “ligero”. La obra que presenta en el disco, titulada
“Suite Antique” le fue encargada por el Cookham Music Festival y se estrenó en
1979. El programa inaugural incluía uno de los conciertos de Brandemburgo de
J.S. Bach por lo que Rutter quiso que su pieza recogiese algún tipo de homenaje
al músico alemán. Veremos más adelante cómo lo resolvió. El segundo músico de
la colección no requiere de mayor comentario para los lectores del blog ya que
ha aparecido por aquí en innumerables ocasiones. Hablamos de Philip Glass. Su
concierto para clave y orquesta se estrenó en 2002 como parte de un encargo
aunque no queremos extendernos demasiado hoy con esta obra ya que en la próxima
entrada comentaremos otra grabación
distinta de la misma. El tercero de los compositores es Jean Françaix, compositor
extremadamente prolífico y, en palabras de Nadia Boulanger: “uno de los
mejores, si no el mejor” de los que habían estudiado con ella. Si tenemos en
cuenta que por sus clases en la llamada “Escuela Americana de Fontainebleau”
pasaron nombres como los de Aaron Copland, Philip Glass, Quincy Jones, John
Eliot Gardiner, Astor Piazzolla, Leonard Bernstein o Elliot Carter,
comprenderemos mejor la verdadera dimensión del elogio. De Françaix tenemos en
el disco su “Concerto pour Clavecin et Ensemble Instrumental”.
Suponemos que por
motivos meramente comerciales, Naxos coloca el nombre de Philip Glass destacado
por encima de sus acompañantes en la portada del disco llegando a aparecer ya
en solitario en el lomo de la caja. Cosas del marketing, suponemos. Las interpretaciones
corren por cuenta de la West Side Chamber Orchestra dirigida por Kevin Mallon,
Christopher D. Lewis al clavicémbalo y John McMurtery a la Flauta.
Christopher D. Lewis |
JOHN RUTTER:
Suite Antique
“Prelude:
moderato con moto tranquilo” – El clave es quien interpreta los primeros
compases pero luego aparece la flauta que es quien, en realidad, lleva todo el
peso de la melodía. Ésta es muy romántica, con puntos en común con alguna
canción de Simon & Garfunkel o con el “Sealed With a Kiss” de Bobby Vinton.
Tomamos eso y lo mezclamos con unos adornos barrocos y nos queda una pieza
tremendamente efectiva aunque con un cierto aire tramposo como si Rutter, que
maneja a la perfección todos los recursos compositivos, estuviera tirando de
manual para encandilar al oyente.
“Ostinato:
vivace” – De nuevo la flauta es la protagonista absoluta de un movimiento
jovial que es todo un canto a la alegría de vivir, como de película familiar de
los años 50 o de interludio musical en algún inocente film de Disney. Agradable
pero falto de tensión.
“Aria: andante” –
La refencia que hace el autor a J.S. Bach podría encontrarse en este
movimiento, en el que el clave sirve de apoyo para otra melodía realmente
trabajada de la flauta. De lo más interesante de la obra pero con un aire de
levedad que no termina de convencernos.
Primeros tres movimientos de la obra en una interpretación alternativa
“Waltz: a jazz waltz” – Con una evidente referencia rítmica al “Take Five” de Dave Brubeck, Rutter enseguida se desmarca y comienza una bonita melodía de flauta que sigue evocándonos momentos musicales de esas bienintencionadas comedias del hollywood antiguo. Correcto aunque quizá no de un estilo que conecte con nosotros.
“Waltz: a jazz waltz” – Con una evidente referencia rítmica al “Take Five” de Dave Brubeck, Rutter enseguida se desmarca y comienza una bonita melodía de flauta que sigue evocándonos momentos musicales de esas bienintencionadas comedias del hollywood antiguo. Correcto aunque quizá no de un estilo que conecte con nosotros.
“Chanson: Andante
espressivo ma con moto” – Quizá el movimiento más atractivo de toda la suite,
en el que la melodía parece mejor integrada, con una intención de deslumbrar
más disimulada que en partes anteriores. Sigue siendo un tema dulzón pero algo
menos que el resto de la obra.
“Rondeau: vivace”
– Cerrando la suite llegamos a la épica con un “riff” (si se nos permite la
expresión) de flauta realmente acertado. La orquesta aparece aquí algo más
apagada y deja algo de espacio al clave, teórico protagonista del disco pero
con un papel muy secundario en la pieza escogida de Rutter. El aire aventurero
de la composición nos parece muy logrado y consigue dejarnos con un buen sabor
de boca aunque nos recuerde, de nuevo, a Karl Jenkins.
PHILIP
GLASS: Concerto for Harpsichord and Chamber Orchestra.
JEAN FRANÇAIX:
Concerto pour Clavecin et Ensemble Instrumental
“Toccata I” – El
primer movimiento de la obra se sitúa a medio camino entre la “suite” de Rutter
y el “concierto” de Glass: tiene una carga melódica muy definida y un ligero
aire naïf cercano a la intrascendencia pero subyace en todo el movimiento una
modernidad bien entendida, una energía que parece estar esperando para ser
liberada en cualquier momento.
“Toccata II” –
Una magnífica melodía a cargo del clave nos da la bienvenida al movimiento. El
trabajo del solista es continuo ya que su instrumento no deja de sonar en toda
la obra y, además, la réplica de la orquesta es casi siempre en pizzicato lo que le obliga a un esfuerzo
mayor para rellenar los huecos.
“Andantino” – Los
diferentes movimientos del concierto se suceden sin solución de continuidad lo
que hace difícil separarlos, en especial en este caso que parece una
prolongación natural del anterior. Françaix (quien, no lo olvidemos, es
generacionalmente mucho más viejo que sus acompañantes en el disco) es un buen
exponente de la música de mediados del S.XX que decidió mantenerse al margen de
la vanguardia, renunciando a la moda atonal. Sí que suena, por el contrario,
muy cercano a la música de cine de su época (el concierto data de 1959).
“Menuet” – El
penúltimo movimiento tiene por absoluto protagonista al clave y es nuestro
preferido de la obra, íntimo pero constante en toda su extensión y con un toque
muy personal.
“Finale” – Para
cerrar el concierto, tenemos una pieza muy animada con mucho peso de la flauta
y un tono de comedia que la emparenta directamente con la suite de Rutter. No
hay tensión ni riesgo pero es un movimiento muy correcto.
Otra versión del concierto de Françaix
No es habitual encontrar discos en el mercado dedicados a obras para clave de compositores actuales y por ello, nos ha gustado esa iniciativa del sello Naxos. Quizá el repertorio podría haber ido por otros derroteros más afines a lo que solemos comentar en el blog (aparte del de Glass, se podría haber completado el disco con los conciertos de Gorecki y Nyman y el conjunto habría resultado mucho más coherente). Sin embargo, no por ello dejamos de recomendarlo. Si no hemos comentado nada del concierto de Glass es, como dijimos al principio, porque ese será objeto de la próxima entrada que estará dedicada al disco que contiene la primera grabación de esa obra pero eso será en unos días. Si estáis interesados en el disco de hoy, está a vuestra disposición en los siguientes enlaces:
amazon.es
fnac.es
No es habitual encontrar discos en el mercado dedicados a obras para clave de compositores actuales y por ello, nos ha gustado esa iniciativa del sello Naxos. Quizá el repertorio podría haber ido por otros derroteros más afines a lo que solemos comentar en el blog (aparte del de Glass, se podría haber completado el disco con los conciertos de Gorecki y Nyman y el conjunto habría resultado mucho más coherente). Sin embargo, no por ello dejamos de recomendarlo. Si no hemos comentado nada del concierto de Glass es, como dijimos al principio, porque ese será objeto de la próxima entrada que estará dedicada al disco que contiene la primera grabación de esa obra pero eso será en unos días. Si estáis interesados en el disco de hoy, está a vuestra disposición en los siguientes enlaces:
amazon.es
fnac.es
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