lunes, 8 de junio de 2015

Michael Manring - Toward the Center of the Night (1989)



En muchos aspectos, “Toward the Center of the Night” es una prolongación del que fue el primer disco en solitario de Michael Manring, “Unusual Weather”. A pesar de los tres años transcurridos entre uno y otro trabajo, en términos sonoros y también compositivos cualquiera de los temas del segundo disco podría haber formado parte perfectamente del primero. Hay, sin embargo, algo que diferencia mucho ambos trabajos. Una diferencia sutil, muy difícil de expresar con palabras pero que sitúa al segundo de ellos un escalón por encima del anterior en casi todos los sentidos.

Manring es un consumado maestro de su instrumento, el bajo, al que ha llevado a límites que exceden la propia sonoridad del instrumento mediante diseños personales de nuevos modelos que multiplican las posibilidades tímbricas del mismo. Hemos hablado ya en varias ocasiones de su trabajo tanto en solitario como en discos de otros artistas por lo que no vamos a volver a repetir los mismos datos que siempre ilustran las reseñas del bajista norteamericano. Sólo dedicaremos unas lineas a repasar lo que hizo Michael entre su anterior trabajo y este para tratar de explicar el salto de calidad entre ambos.

Simultáneamente a la grabación de “Unusual Weather”, Manring participaba en “Confering with the Moon” de William Ackerman y meses después hacía lo propio en “Watching My Life Goes By” de Michael Hedges. Con todo lo importante que esto pueda ser, no aportaba nada sustancialmente distinto de lo que Manring hizo antes de aquel disco de debut. La principal diferencia puede radicar en la incorporación del artista a Montreux, el “supergrupo” de la discográfica Windham Hill integrado a partir de su llegada por Mike Marshall, Darol Anger, Barbara Higbie y el propio Manring. Fue este un grupo de corta trayectoria pero que supo producir un par de discos maravillosos. Responder a la pregunta de en qué pudo influir su participación en ellos para el salto de calidad de la música de nuestro bajista en solitario sería enfrascarnos en especulaciones, probablemente poco fundadas pero creemos que con su participación en Montreux, Manring pudo dar rienda suelta a una de sus facetas musicales para explotar el resto en “Toward the Center of the Night”, un trabajo más coherente, acaso más centrado que su predecesor.

Manring toca los teclados, las percusiones, la guitarra y diferentes tipos de bajo además de cantar en algunos momentos. Le acompaña un clásico del sello Windham Hill como es Paul McCandless, encargado de todos los instrumentos de viento, Tom Miller a la percusión y Coco Roussel a la batería.



“Life in the Trees” - El comienzo del álbum, con una serie de cadenciosos acordes de guitarra sobre los que asoma el bajo sin trastes de Manring no sirve en modo alguno como pista para lo que llega a continuación. Un breve apunte melódico a cargo de McCandless acompañado de las voces de Manring nos lleva de la mano a lo largo de una pieza muy agradable e inspirada que evoluciona con naturalidad durante varios minutos en los que se repite una y otra vez la melodía central.


“A Way With Birds” - La batería cobra protagonismo en el siguiente corte, en el que McCandless lleva todo el peso melódico al saxo con el inestimable refuerzo del bajo de Manring. El tema combina elementos jazzísticos con un aire pop todo englobado en una concepción progresiva que funciona a las mil maravillas. Una delicia para los sentidos.


“Geometry” - Llega la primera demostración de virtuosismo a cargo de Manring aplicando la técnica del “tapping” a su instrumento, esto es, pulsando las cuerdas del bajo directamente sobre el mástil. La composición es excelente y permite disfrutar con total limpieza de las habilidades de nuestro músico sin necesidad de incluir elementos epatantes a los que tantas veces recurren los instrumentistas más dotados.

“Near” - Nos encontramos de nuevo con otra extraordinaria melodía a la que sólo se le puede poner un “pero” por utilizar un sonido de sintetizador demasiado tópico, utilizado hasta la saciedad por Pat Metheny (a quien esta composición debe muchas cosas) o por seguidores suyos como Lito Vitale o Mark Sloniker. Con todo, estamos ante una pieza notable.

“Cats Go Forward” - Cambio total de estilo con un tema de concepción pop desde el comienzo con la batería en primer plano. Luego será el bajo el que presente la melodía central repetida primero por los teclados y más tarde por el saxo. Son continuos los diálogos entre los instrumentistas principales y las armonías vocales están perfectamente construidas para realzar los pasajes más acertados.

“Blue Orleans” - Llega el momento de escuchar otro tema de Manring en solitario, primero con el bajo sin trastes y más tarde ayudado por la guitarra baja. Se trata de una melodía sencilla, meditativa, cuyo punto fuerte es la extraordinaria expresividad de Michael que logra sacar sonidos y timbres a su instrumento que muy pocos podrían recrear. Jaco Pastorius tendría motivos sobrados para sentirse orgulloso del que fuera su alumno.

“Renegade Intellectuals” - Regresamos a los temas directos y de espíritu pop con esta nueva pieza en la que se vuelven a juntar los elementos que podrían haber hecho de Manring un músico mucho más popular: melodías inspiradas, una interpretación exquisita y un cierto toque comercial. Por algún motivo, el artista no profundizó mucho más en esta linea en discos posteriores y no podemos decir que lo lamentemos, visto el gran nivel alcanzado por muchos de esos trabajos pero siempre tendremos curiosidad por saber a dónde podría haber llegado Manring de explotar más esta vía.

“The Moving Darkness” - Escuchamos ahora una de las piezas más serias de todo el disco, interpretada casi en su totalidad con piano y sintetizadores que van tejiendo una densa madeja ambiental construida como un continuo “in crescendo”. Una rareza dentro del disco pero también uno de los mejores temas del mismo.

“Magnets” - En rotundo contraste con el anterior corte, los sintetizadores martillean llenos de optimismo los oídos del oyente con un ritmo que no cesará en toda la pieza. Mientras tanto se despliegan una serie de melodías imaginativas y vitales hasta configurar uno de los temas más pegadizos del disco.

“Far” - Apenas minuto y medio dura esta miniatura que no es sino una lección de bajo comprimida cuyo escaso desarrollo no permite añadir mucho más.

“The Precise Moment of Dusk” - Uno de los títulos más poéticos del disco sirve también para presentar una composición soberbia, con un desarrollo extraordinario que sabe dar el sitio justo a sintetizadores, piano y bajo. La primera parte es lenta, muy pausada, con algunas interrupciones en las que se presenta la melodía central. La segunda mitad de la pieza incide en la misma melodía que crece y se expande al mezclarse con un segundo tema de excelente factura.

“A Brief History of the Wind” - Con un título no menos poético que el anterior, llega el tema estrella del trabajo y, quizá, el mejor de Manring en su etapa en Windham Hill. Una serie de progresiones melódicas del bajo a las que se unen los vientos de McCandless se suceden a un ritmo frenético con la batería a pleno rendimiento. Tras un par de repeticiones, entramos en un pequeño remanso en el que aparecen las voces y los solos de bajo sin descanso. Irrumpe una percusión tribal para rescatar el tema principal y las voces se suman a la fiesta. Una nueva recuperación de la melodía desemboca en el gran final con Manring verdaderamente “imperial” (así le calificaba Ramón Trecet en los años dorados de "Diálogos 3"). Difícil escuchar algo mejor en estos estilos.


“Funk and Disorderly” - Para cerrar el trabajo, ahora sí, Manring da rienda suelta a sos capacidades interpretativas con un sólo que mezcla funk y blues interpretado sólo con el bajo, sin ningún otro acompañamiento. Una de esas cosas que vista en directo te deja sin habla y que pierde algo de brillantez escuchada en el CD sin el apoyo visual.


Como ya hemos apuntado más arriba, la carrera de Manring en Windham Hill no se sale demasiado de los parámetros estéticos del sello, lo que no nos disgusta por cuanto que somos devotos admiradores de la estética que durante tantos años cultivó la discográfica de William Ackerman. Dentro de esos parámetros, el bajista grabó tres discos realmente interesantes que con la entrada de hoy quedan glosados en su integridad en el blog. Todavía falta alguno editado con posterioridad pero de un estilo muy diferente que ya apuntaba al Manring más versátil e inclasificable que escucharíamos en los años posteriores, ya fuera de la órbita de Windham Hill. Tiempo habrá en todo caso para hablar de esos trabajos. Por ahora, os recomendamos la escucha de un disco que, desgraciadamente, hoy en día está descatalogado aunque sigue vigente la promesa que su autor hizo en 2011 según la cual, en algún momento todos los discos de esta etapa volverían a editarse.

El disco puede escucharse al completo en el siguiente enlace de youtube.com aunque el autor no permite su inserción en páginas externas por lo que los interesados en escucharlo tendréis que acudir allí. Como consuelo, os dejamos a Manring interpretando en directo a un tal J.S. Bach:


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