viernes, 9 de octubre de 2020

Hedningarna - &



Vértigo es la palabra más adecuada para definir la sensación que sentimos al comprobar que la última vez que hablamos aquí de Hedningarna fue hace ya ocho años. En aquel momento anunciábamos que la banda había abandonado un largo silencio discográfico y que estaba a punto de aparecer un nuevo trabajo suyo que, de hecho, se publicó apenas tres semanas después. Fieles a nuestro compromiso y apenas unos pocos años después, traemos aquí ese disco que iba a llevar el extraño título de “&”.


Después del descanso que supuso “Hippjokk”, disco en el que se ausentó la parte femenina de la banda, en “Karelia Visa”, último disco antes del parón, la formación había vuelto al formato de tres integrantes masculinos suecos y dos femeninas finlandesas pero a partir de entonces los cambios fueron constantes y las entradas y salidas de miembros, tanto nuevos como antiguos eran habituales. En esa etapa la banda combinó las giras con largas temporadas en las que apenas daban algún concierto suelto o colaboraban con compañías de teatro o ballet locales. También grabaron un par de cortes nuevos que serían incluidos en un álbum recopilatorio pero todo daba la impresión de ser los último coletazos de una banda que había dado ya todo que tenía que ofrecer.


Esto cambió en 2012 con ocasión del 25º aniversario de la banda. En ese momento, Anders Norudde (conocido como Anders Stake en la primera etapa de la banda), Hallbus Totte Mattsson y el violinista Samuel Andersson, incorporado a Hedningarna en año 2000, pusieron en marcha la maquinaria discográfica para grabar el que sería el sexto trabajo de estudio de la banda y el último aparecido hasta hoy con material nuevo. Pese a la notable ausencia de las voces femeninas, todo el surtido de instrumentos tradicionales nórdicos electrificados unidos a los inventados por el propio Anders Norudde siguen estando presentes y con ellos una buena parte del espíritu más clásico de la banda. Como invitado aparece en varios cortes el percusionista Valter Kinbom y en otro de ellos los componentes de la banda Philemon Arthur & the Dung. Habría que dedicar unas líneas a esta formación: se trata de una legendaria banda sueca creada a finales de los sesenta y cuyos dos miembros aún permanecen anónimos. No grabaron demasiados discos pero fueron los suficientes para ganar un Grammy sueco (no confundir con el “otro” Grammy) y, de paso, conseguir que ese premio se suspendiera por un tiempo porque se muchos consideraron una broma pesada el hecho de que lo ganaran. ¿El motivo? Si escucháis alguna de las piezas de la banda que hay disponibles en youtube os resultará más fácil comprenderlo. El sonido de Philemon Arthur and the Dung era horrible, su forma de cantar, menos que amateur y los arreglos inenarrables. Canciones con instrumentos de percusión sacados del menaje de cocina, pianos de juguete empleados como mero instrumento para maracar el ritmo usando una o dos notas, algún acordeón, alguna armónica, guitarras de vez en cuando... Un despropósito que hizo relativa fortuna en su tiempo. Su participación en el disco se limita a un corte pero aparecen como co-autores de varias piezas más. En un principio pensamos que podrían ser versiones de Hedningarna de viejos temas del dúo pero no hemos podido encontrar ninguna confirmación de esto por lo que supondremos que son piezas inéditas.


“Tjuren” - La primera pieza del disco está dominada por un alegre ritmo que acompaña a una desenfadada melodía a cargo del vocalista principal. El interludio instrumental que llega después tiene todos los elementos que hicieron a la banda un referente a mediados de los años noventa.


“Morafjälls” - Mucho más caótico es el siguiente corte. Si el primero es rock/pop pasado por la turmix de Hedningarna, este segundo tendría toques de heavy metal en el comienzo para desembocar en un excitante folk electrificado después, para terminar de nuevo con sonidos realmente duros y todo ello sin dar ni un leve respiro al oyente. Maravilloso.



“Träslöjden” - Regresamos a los ritmos joviales en lo que sería la versión de los suecos de un blues absolutamente sui generis que se torna en una melodía claramente folk sin cambiar en ningún momento de ritmo. Las voces de los tres integrantes se alternan y combinan a lo largo de todo el corte que termina por ser una pieza pegadiza pero que no deja demasiado poso. Es una de las canciones que incluye entre sus autores a los integrantes de Philemon Arthur and the Dung.


“Vem är jag” - Más sorprendente es esta canción lenta que con otros arreglos podría pasar por un tema pop convencional. En todo caso, con los instrumentos tradicionales mucho más contenidos que de costumbre, estamos frente a una canción que nos encanta. Cuesta reconocer a Hedningarna de no ser por algunos detalles como la gaita y ciertos detalles de la parte final pero el resultado es muy convincente.


“Hedna” - Para despejar cualquier duda, al respecto, en el siguiente corte instrumental regresamos sin ninguna duda al sonido de los Hedningarna de “Kaksi”, su primer gran disco y el que les abrió la puerta de otras zonas geográficas. “Hedna” es una tremenda demostración de buen hacer y está a la altura de los mejores momentos de la banda.



“Mycket vill ha mera” - Dentro de esa locura que mezcla todo tipo de géneros y los hace suyos, la siguiente canción sería una especie de “ska” vikingo que va evolucionando hasta convertirse en una desmadrada suerte de himno pop desatado.


“Höjdaren” - Continuando con el constante viraje y los saltos entre géneros, toca ahora una vuelta a los orígenes con una pieza folk que es lo más ortodoxo que vamos a escuchar en el trabajo. Otro instrumental digno heredero de las primeras grabaciones de la banda cuando aún no habían sofisticado tanto su estilo.


“Torget” - Segundo corte en el que participa Valter Kinbon y, como en el anterior (“Hedna”), su participación es clave para lograr el sonido clásico del grupo. La canción, desbocada como lo son todas las de la banda cuando se sueltan, podría haber formado parte de cualquiera de los discos anteriores.


“Hedersmannen” - Sigue el disco con un vals ligeramente acelerado que sin estar mal del todo, es una de las piezas que nos deja más indiferentes. Impecable pero sin nada que nos llame la atención por encima del resto con la excepción, quizá, del aire parisino del final. En los créditos figuran como co-autores Philemon Arthur and the Dung.


“Karbonader” - En la misma linea estaría este nuevo instrumental, convencional en su mayor parte y construido alrededor de un ritmo monolítico que solo para el el breve segmento central.


“Soppan” - Muy interesante aquí la línea de bajo alrededor de la cual se va construyendo la melodía central, una de las más inspiradas y que evoluciona constantemente. La percusión, en un plano secundario en relación con el que ocupa en otras piezas, cumple muy bien su papel. La canción va creciendo de forma progresiva y lo que parecía que no iba a ir muy lejos se termina convirtiendo en una de las piezas más interesantes del disco.



“Bonden” - Con esta canción atisbamos esa faceta tenebrosa de la banda que siempre acaba por aflorar. Un tiempo medio inquietante que podría ser la banda sonora de cualquier ceremonia de un culto de inquietantes intenciones. Terrorífica para bien. Este corte y los dos siguientes cierran el grupo de los que incluyen como autores a Philemon Arthur and the Dung.


“Men va fanken” - En este punto es donde echamos de menos definitivamente la aportación de las vocalistas finlandesas a la música de Hedningarna. En el pasado este tipo de diálogos entre las voces de ellos y ellas funcionaban de maravilla. Aquí, en cambio, la conversación entre los cantantes masculinos, no lo hace de igual modo. Es una canción pop muy curiosa que incluye una especie de homenaje a “Song 2” de Blur y que no está nada mal pero nos deja con la sensación de que podría haber sido mucho mejor.


“Hejsan svejsan” - De alguna forma, Philemon Arthur and the Dung podrían considerarse un lejano antecedente de Hedningarna, al menos en lo que se refiere a la falta de complejos de su propuesta y a la osadía instrumental. En este corte no solo figuran como co-autores sino que aparecen como artistas invitados y aportan un toque muy particular a un blues descarnado, con armónica y todo, que nos deja ya a punto de terminar el disco.


“Domen” - El cierre lo pone un precioso instrumental en el que una lenta melodía de gaita va evolucionando poco a poco sobre un fondo de tono procesional, ligeramente inquietante. Un broche perfecto para un album de retorno que parecía anunciar una vuelta que no tuvo continuidad discográfica.



En su momento muchos pensamos que “&” suponía el regreso a la actividad discográfica de Hedningarna aunque fuera en su versión de trío y que ello supondría la aparición más o menos regular de nuevos trabajos. Desgraciadamente parece que nos equivocamos ya que hasta el día de hoy no ha vuelto a aparecer ningún trabajo nuevo ni tiene visos de hacerlo próximamente. En 2016 se publicó “Kult” que era una recopilación de temas inéditos (en su mayoría) de todas las etapas de la banda. El atractivo es que en él aparecen de una u otra forma todos los artistas que han formado parte del grupo pero no deja de ser un disco de descartes por mucho interés que pueda tener. Esperamos que la situación pueda revertirse y en el futuro volvamos a disfrutar de más grabaciones de la banda (si fuera de nuevo con alguna de las integrantes femeninas, la dicha sería completa). Mientras tanto escucharemos “&” como si fuera la despedida definitiva de una de las bandas más peculiares que hemos oído en todos estos años.


Os dejamos con un video en el que los miembros de la banda nos enseñan alguno de sus instrumentos:




1 comentario:

  1. Este trabajo fue sorpresivo. Yo particularmente no echo de menos las voces femeninas (aunque me satisfaría totalmente su retorno), valoro cada trabajo de Hedningarna como un regalo más, y lo mismo disfruto con la conjunción de componentes de "Trä", con la tribalidad de "Hippjokk", o con esta entrega masculina y potente. Aunque no pinta muy bien la situación, no les demos por desaparecidos, cosas más extrañas se han visto.

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