miércoles, 8 de febrero de 2017

Arvo Pärt - The Deer's Cry (2016)



Vox Clamantis surge a finales del siglo pasado como iniciativa del músico estonio Jaan-Eik Tulve. Tras graduarse en su país natal se desplazó a Francia donde concluyó sus estudios y se especializó en música gregoriana llegando a ser el director del Choeur Grégorien de Paris. Con ellos ofreció conciertos por toda Europa alcanzando un gran reconocimiento. En 1996 regresó a Estonia y fundó Vox Clamantis con la idea de seguir explorando el repertorio gregoriano pero también de buscar las conexiones de éste con otras músicas más actuales así como con sonidos y artistas pertenecientes a otras culturas.

El coro no tiene una formación fija debido a la que es una de sus señas de identidad: sus miembros son, en su mayoría, músicos con otra dedicación. Algunos son compositores, otros instrumentistas y sólo unos pocos son cantantes profesionales. Incluso hay quienes no tienen relación alguna con la música al margen de su pertenencia a Vox Clamantis. De este modo, el coro es un lugar de aprendizaje en el que todos sus miembros tienen cosas que aportar gracias a sus diferentes procedencias y puntos de vista. Actualmente su repertorio de concierto incluye hasta seis programas diferentes que van desde lo más “convencional” como podría ser el dedicado al gregoriano y la polifonía antigua, hasta mezclas verdaderamente aventuradas como las que hacen entre la música de John Cage, David Lang y Perotin o entre el gregoriano francés, Poulenc y Messiaen. La parte más rompedora de su vertiente concertística es un programa que combina canto gregoriano con improvisaciones de guitarra eléctrica a cargo de un trío de intérpretes de ese intrumento, con música tunecina, con cantos de la tradición islámica y judía e incluso una Misa dedicada a John Coltrane en la que un trío de jazz formado por contrabajo, saxo y batería confronta el estilo de “Trane” al puro  gregoriano.

Si juntamos los elementos de los que hemos hablado, es decir, la nacionalidad estonia, la música antigua, la contemporánea, un coro y un importante peso de la espiritualidad en su repertorio, no hace falta ser Sherlock Holmes para que nos venga a la cabeza el nombre de Arvo Pärt. Efectivamente, poco tiempo después del regreso de Tulve a Estonia, entró en contacto con el compositor y los miembros de Vox Clamantis comenzaron a interpretar su música estableciéndose pronto una intensa colaboración entre el compositor y el coro. Hoy en día, la obra de Pärt es parte fundamental de los conciertos de la formación de Tulve. Si todo esto es prometedor, lo es más aún cuando conocemos el último factor de la ecuación: ECM. Arvo Pärt está íntimamente ligado al sello alemán hasta el punto de que la “necesidad” de publicar su música “obligó” a Manfred Eicher a crear una nueva etiqueta para dar cabida a algo que, evidentemente, no era jazz. Con Pärt se inauguró la colección ECM New Series centrada en la música “clásica” de todas las épocas.

Los miembros de Vox Clamantis rodeando a Arvo Pärt


El disco se compone de canciones breves, la mayor parte de las cuales pertenecen a la época más reciente. Abre la colección “The Deer's Cry”, una preciosidad para coro mixto escrita en 2007 en la que las voces masculinas y femeninas dialogan en un continuo “in crescendo” lleno de fuerza y en el que destacan las maravillosas polifonías del final con todas las voces combinadas en un momento de gran inspiración. Continúa el trabajo con “Von Angesich zu Angesicht”, pieza de 2005 para coro masculino, soprano, clarinete, viola y contrabajo. Sorprendente la elección de instrumentos porque ninguno de ellos es habitual en la música de Pärt y porque tienen un peso mayor de lo esperado en la obra. “Alleluis-Tropus” vuelve a mostrarnos a los miembros de Vox Clamantis en solitario con una composición dinámica y de gran belleza escrita por Pärt entre 2008 y 2010. La devoción del compositor por la Virgen había quedado demostrada ya antes pero en este disco queda más en evidencia a través de dos estrenos. “Virgencita”, cantada en español y dedicada a la Virgen de Guadalupe en 2012 es el primero de ellos. Prosigue el programa con “Veni Creator” (2006) para coro y órgano, composición que se ha ido convirtiendo ya en clásica tanto del repertorio de conciertos como de las grabaciones. Los tres niños pastores que asistieron a la aparición de la Virgen en Fátima en 1917 son los inspiradores de “Drei Hirtenkinder aus Fatima” (2014), canción brevísima con aire de villancico castellano y segundo estreno “mariano” del disco que da paso a “And One of the Pharisees”, composición de 1992 para coro, contratenor y barítono que nos lleva a “Da Pacem Domine”, de 2006, pieza que, junto a la anterior, son referentes en la obra coral de su autor.




La parte final del disco comienza con la repetitiva “Most Holy Mother of God”, de 2003 en la que, además del coro, tenemos dos tenores solistas y un barítono y continúa con la última pieza con sección instrumental, “Sei gelobt, du Baum” escrita el 2007 para coro masculino, violín, laúd y contrabajo y que es uno de los grandes momentos del disco a nuestro juicio. La escueta “Habitare fratres in unum” de 2012 en la que se canta el texto del salmo 133 nos lleva al último tramo en el que escuchamos una de las piezas inmortales de Pärt en su versión original de 1977 para coro: “Summa”. Cierra el trabajo una de las partes del monumental “Kanon Pokajanen”: “Gebet nach dem Kanon”.




Leímos recientemente en algún sitio que Arvo Pärt era el compositor vivo más interpretado en directo en los últimos años. El mérito de conseguir algo así con una música como la suya, meditativa, profunda y sin relación alguna con los parámetros de espectacularidad tan en boga es colosal. Ayuda a ello, claro está, que la mayor parte de su obra esté creada para formaciones pequeñas. Muchas veces son piezas para dúos o tríos instrumentales, tal vez cuartetos o, a lo sumo, orquestas de cámara. Tampoco sus obras corales precisan de un gran aparato: en la grabación de Vox Clamantis no llegamos a la veintena de cantantes pero ahí reside la fuerza de Pärt. Conseguir piezas tan vivas con ingredientes tan austeros no es nada fácil y el compositor estonio lo consigue composición tras composición. Este “The Deer's Cry” es un ejemplo maravilloso.

Os dejamos con este magnífico homenaje de los miembros de Vox Clamantis al compositor estonio:

 

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