Salvo que el tiempo termine por desmentirnos con la aparición de algún otro trabajo en los próximos meses (si es que no lo ha hecho ya), la última banda sonora del islandés Johann Johannsson fue la de la película “Mandy”, del director Panos Cosmatos. No hemos visto el film, algo que, a raíz de todo que leemos sobre él y su música, va a lastrar nuestro análisis puesto que la simbiosis entre sonidos e imágenes parece ser prodigiosa y los referentes de director y compositor, sin saberlo, muy similares. Ambos, por ejemplo, son admiradores de la banda de “drone doom” norteamericana Sun O))). De hecho, la colaboración de Stephen O'Malley, miembro del grupo, en la banda sonora, fue idea de Johannsson antes de saber que Cosmatos era seguidor de Sun O))). No solo O'Malley participa en disco sino que el co-productor del mismo es el productor habitual de la banda, Randall Dunn.
Johannsson había tocado en su juventud en bandas de “heavy metal” y Cosmatos tenía en mente que la historia de “Mandy” fuera una especie de ópera-rock oscura por lo que todo encajaba bastante bien. La idea según Randall Dunn, llegó a ser la de grabar la música como un grupo e incluso de girar posteriormente con ella ofreciendo conciertos por varias ciudades. Toda esa parte del proyecto quedó en nada con el fallecimiento de Johannsson pero éste se produjo con la obra terminada por lo que, al menos esa parte, sí que la podremos disfrutar como el músico la concibió. Llama la atención la forma en la que surgió el proyecto ya que Cosmatos no es un director demasiado conocido (al menos, no tanto como su padre George quien dirigió películas tan taquilleras como la segunda entrega de la saga de Rambo, “Cobra” o el western “Tombstone”. Cuando la productora de “Mandy” se puso en contacto con Johannsson para hablarle del proyecto, la respuesta de éste fue: “¿Cosmatos? ¿el mismo Cosmatos de “Beyond the Black Rainbow”? Esa película es una obra maestra...”. Teniendo en cuenta que llamaron al músico “por probar” pensando que con el éxito de “Arrival” tendría la agenda repleta, el hecho de que Johannsson no solo conociera al director sino que admirase su trabajo y la posterior aceptación de la oferta fue algo totalmente inesperado. Sin embargo, el entendimiento entre Cosmatos y Johannsson fue total. Cuenta Panos cómo en una ocasión le dijo al músico: “quiero que suene como cuando eres un adolescente y te encuentras sentado en el asiento de atrás del Trans-Am del hermano mayor de tu mejor amigo, oliendo a hierba, a cuero y a ambientador de pino. Esa sensación de miedo pero también, en cierto sentido, de desafío”. La respuesta de Johannsson no le dejó lugar a dudas: “sé exactamente lo que quieres decir”.
Johann Johannsson |
En la grabación participan: Kjartan Holm (guitarras, programaciones y arreglos), Skuli Sverrison (guitarras y bajos), Ulfur Eldjarn (sintetizadores y arreglos), Martin Graber (trompa de los Alpes), Stephen O'Malley (guitarra), Will Hayes (guitarra), Matt Chamberlain (batería), Timm Mason (teclados y programaciones) y Wouter Rentema (programaciones). En los créditos aparecen además Pepijn Caudron, Yair Elazar Glotman y Ulfur Eldjarn como autores de “música adicional” pero no se detalla si aportan piezas completas o partes dentro de composiciones originales de Johannsson. La banda sonora de la película se entregó en enero de 2018 y Johannsson falleció en febrero por lo que en principio esas adiciones deberían haberse hecho con su supervisión, salvo que sea música o arreglos creados para el formato de disco que no suele coincidir exactamente con lo que se oye en la película pero nada de esto aparece comentado en el disco.
Comienza con “Seeker of the Serpent's Eye”, una terrorífica combinación de sonidos que aparecen cada vez con más fuerza y silencios tan inquietante o más que aquellos. “Starling” funciona de una forma parecida. La música se reduce a pequeños grupos de notas que suenan de forma breve y se desvanecen reverberando en su propio eco. Todo parece pensado como preparación ante algo que no tardará en aparecer. Llega así “Mandy Love Theme”, una pieza ambiental en la que las guitarras nos dan un ligero respiro dentro de una atmósfera que no puede ser más agobiante. El estilo habitual de Johannsson se hace aquí reconocible por primera vez en uno de los mejores cortes del disco. La segunda parte del mismo abandona la oscuridad pero sigue, a su modo, manteniéndonos en alerta. “Horns of Abraxas” es un breve pasaje en el que volvemos al estado de ánimo del comienzo del disco, “dark ambient” al estilo de los discos más herméticos de Bass Communion y bandas similares. Con “Black Skulls” llega una primera variación y es que las guitarras son mucho más agresivas y la electrónica gana en fuerza amenazando, esta vez sí, al oyente, con una auténtica pesadilla. Es el turno para “Death and Ashes”, uno de los temas “largos” del disco, y lo entrecomillamos porque no llega a los 5 minutos de duración. Está entre nuestras piezas favoritas del trabajo y funciona de una forma muy similar a como lo hacen muchas composiciones incidentales de hoy en día. Pensamos en bandas sonoras tan acertadas como la de la magnífica serie “Dark”, que prácticamente son un personaje más de la trama cuando no hacen las veces de narrador. Con “Sand” entramos de lleno en el “doom metal” con la guitarra eléctrica como total protagonista del tema central de la película (no es casual que Mandy, en el film, luzca una camiseta de Black Sabbath). De ahí pasamos a “Red”, un breve interludio ambiental que da paso a la poderosa “Forging the Beast” que en menos de dos minutos nos ofrece un interesantisimo corte electrónico-secuencial aderezado con guitarras eléctricas de una gran fuerza. “Dive-Bomb Blues” vuelve a las atmósferas en un principio pero con la entrada de la percusión se convierte en una especie de tema procesional inquietante a más no poder. El tramo final del disco comienza con “Waste”, una verdadera pieza de metal electrónico en la que se recogen innumerables influencias. A nuestro juicio, está entre las mejores del trabajo. “Temple” regresa al terreno de “Sand” dejándonos sin aliento durante casi tres minutos retomando la escucha con “Burning Church” en la que la distorsión y la saturación de las guitarras lo ocupa todo. Con “Memories” retomamos el tema de amor del principio antes de la conclusión que llega con “Children of the New Dawn”, una pieza con un curioso sabor ochentero que con su melodía, secuencias e incluso la base de percusión recuerda inequívocamente a los Tangerine Dream de la época. Así concluye el disco, al menos en su versión “física”, ya que en el formato digital para descarga se ofrece algún corte adicional.
Con la banda sonora de “Mandy” despedimos a un compositor que lo tenía todo para llegar a ser muy grande. Mucho más aún de lo que demostró en su desgraciadamente corta carrera. Y es que a su maestría para crear ambientes y melodías tan bellas como sutiles se suma aquí una versatilidad tremenda a la hora de llevar su música a estilos no tan cercanos como él los hace parecer. Seguiremos buceando en la música del islandés con la rara sensación de ir descubriendo nuevas obras de alguien que nunca va a componer nada más. El placer de la escucha irá siempre acompañado de la tristeza de saber esto pero estamos seguros de que el viaje merecerá la pena.
Nos falta, eso sí, comprobar como funciona la música dentro de la película pero eso es algo que haremos sólo si se presenta la oportunidad porque lo cierto es que una historia sangrienta de venganza protagonizada por un Nicholas Cage que se enfrenta a los miembros de una especie de secta que han asesinado a su esposa, no es algo que nos resulte particularmente atractivo en este momento. Afortunadamente la música se disfruta por sí sola sin el apoyo visual por lo que de momento nos ahorramos esa parte.
Gracias por compartir esta bellísima música. Es un placer escucharla. Atte. Séneca II.
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