Uno
de los artistas a los que llevamos tiempo queriendo traer al blog es
el guitarrista y compositor estadounidense Bryce Dessner. Ya hablamos
de él de forma tangencial cuando reseñamos el proyecto
“Planetarium” firmado por el propio Dessner en compañía de Nico
Muhly o Sufjan Stevens pero teníamos ganas de centrarnos en un disco
formado por piezas exclusivamente suyas y qué mejor ocasión que la
publicación reciente de un disco con tres estrenos del músico en el
sello Deutsche Grammophon.
Dessner
comenzó a ser conocido como miembro de la banda The National con
quienes ha grabado un buen número de discos que han alcanzado un
gran reconocimiento incluso en forma de premio Grammy pero la faceta
que más nos interesa de Bryce es la de compositor, digamos, clásico.
Entre 1999 y 2010, aproximadamente, el guitarrista estuvo centrado en
The National pero a partir de esas fechas comenzó a trabajar por su
cuenta en direcciones alternativas sin abandonar la banda con
quienes, de hecho, ha lanzado un nuevo disco no hace mucho tiempo. Ya
en la época anterior, Dessner formaba parte de una formación
instrumental que oscilaba entre el rock y el jazz por el carácter
improvisado de sus obras. Se llamaban Clogs y estaban integrados por
compañeros de estudios de Dessner en Yale y su estilo podía ser una
buena anticipación de lo que después haría nuestro hombre en
solitario. En su carrera como compositor, Dessner se ha centrado en
formaciones pequeñas y en obras para solistas pero también ha
escrito piezas para orquesta. El disco que comentamos hoy tiene un
poco de todo ello ya que nos ofrece un concierto, una obra de cámara
y una tercera para dos pianos. Como curiosidad, todo el trabajo está
dedicado al director de cine mexicano Alejandro González Iñárritu
con quien Dessner colaboró componiendo algunas piezas para la
película “The Revenant” y firmando otras junto a los titulares
de la banda sonora: Ryuichi Sakamoto y Alva Noto. De hecho, el título
del disco, “El Chan”, es una referencia al espíritu protector de
El Charco del Ingenio, una laguna cercana a la ciudad de San Miguel
de Allende en la que reside Iñárritu junto con su esposa Maria
Eladia Hagerman, también receptora de la dedicatoria del trabajo de
Dessner. En correspondencia a la atención del músico con él,
Iñárritu es el diseñador de la portada del disco.
En
la grabación participan las otras protagonistas del disco: las
hermanas Katia y Marielle Labèque (que ya aparecieron en el blog en
su día). Junto a ellas intervienen los miembros de la Orchestre de
Paris dirigida por Matthias Pintscher, el MDH Quartet, el guitarrista
David Chalmin y el propio Bryce Dessner interpretando también la
guitarra.
Bryce Dessner junto a las hermanas Labèque. |
“CONCERTO
FOR TWO PIANOS” - El primer movimiento comienza de forma fulgurante
con el piano lanzado a una carrera desenfrenada que nos recuerda a
veces a alguna pieza de John Adams. Llega entonces un parón en el
que la orquesta dibuja sus primeras intervenciones pero que enseguida
vuelve a transformarse en una montaña rusa en constante diálogo
entre las pianistas y el resto de instrumentistas. Todo el movimiento
tiene un aire cinematográfico muy interesante y fresco que lo hace
francamente atractivo. El segundo movimiento, por su parte, es
bastante más calmado aunque no exento de intensidad cuando es
necesario. Los pianos copan la atención en el inicio siendo
arropados por la orquesta en determinadas partes. Dentro de ella, las
distintas secciones gozan de una cierta libertad de modo que podemos
escuchar a las cuerdas en diálogo con las hermanas Labèque para
dejar poco después esa tarea en manos de la percusión o los
vientos. La influencia de Adams nos parece cada vez más evidente. El
movimiento final es heredero directo del primero y está lleno de una
energía desbordante desde los primeros compases. Los pianos se
reparten la parte rítmica, al estilo de Michael Nyman y la melódica
alternativamente convirtiéndose en una locomotora imparable a la que
la orquesta apenas puede seguir el ritmo a duras penas. A mitad de la
pieza se hace el silencio y escuchamos una intervención de corte
melancólico del piano, de nuevo en la linea de Nyman, tras la que
afrontamos el segmento final de la obra.
“HAVEN”
- Si a lo largo del concierto anterior encontrábamos varias
influencias más o menos claras de otros artistas, en esta pieza es
más evidente el peso de la música de Steve Reich en Dessner. Es una
composición para guitarras, en el más puro estilo de “Electric
Counterpoint”, con el apoyo puntual de los pianos en determinados
instantes. “Haven” es una exquisitez pero no consigue quitarse de
encima el enorme peso de Reich que invade toda la primera mitad de la
obra. Es entonces cuando entramos en un delicado interludio en el que
los pianos pasan al primer plano y que es nuestro momento favorito de
toda la pieza que concluye volviendo al tapiz de guitarras del
principio.
“EL CHAN” - Dividida en siete movimientos breves, esta suite es la que da título al disco y hace acreedor a Iñárritu de la dedicatoria del mismo. “El Charco del Ingenio” nos introduce en la acción con un firme duo de pianos que bien podría simular la tensión en la superficie de la laguna del mismo nombre. “Points of Light” tiene tintes más ambientales y no se encuentra demasiado lejos del John Cage de “In a Landscape” o “A Room”, por poner dos ejemplos. Con “Four Winds” llega un cambio notable al ser una pieza tremendamente dinámica en la que las dos pianistas dan buena muestra de su virtuosismo. El movimiento se diluye poco a poco hasta casi mezclarse con “Ballade d'Alende” en la que volvemos a encontrar el rastro de Cage. Igualmente breve es “Coyote” aunque contrasta con la anterior al pasar de una atmósfera tranquila a otra tremendamente exaltada. “Pool of El Chan” recoge la parte de la música de Cage que anticipaba a su manera el minimalismo. Por último, “Mountain” nos ofrece un delicado cierre ambiental con el que concluye el disco.
Dessner se ha convertido en otro de esos músicos a seguir que han ido surgiendo en los últimos años. Artistas que se saltan todas las clasificaciones y que hacen música de muy diversos géneros sin complejos y que compaginan exitosas carreras en el mundo del rock, el pop o la electrónica con interesantísimas inmersiones en otros campos mal llamados cultos. Junto a nombres como los de Jonny Greenwood (Radiohead), Richard Reed Parry (Arcade Fire) o el propio Johann Johannsson (que tocó en bandas de metal), Max Richter (colaborador en varios discos de Future Sound of London), Olafur Arnalds (batería en una hardcore) o Dustin O'Halloran (con varios proyectos entre el rock independiente y el ambient electrónico), Bryce Dessner nos está ofreciendo una música muy interesante. Tanto es así que podríamos hablar del surgimiento de una corriente “neoclásica” en años recientes formada por músicos de características comunes como los que hemos citado y algunos más que podríamos añadir. Los múltiples contactos y relaciones entre muchos de ellos, además, nos permitirían hablar casi de una escuela que, de consolidarse, puede ocupar un lugar importante en los libros de texto del futuro. En ese contexto conviene no perder mucho de vista a Dessner por lo que pueda llegar a ofrecernos.
Nos despedimos con un fragmento del "concierto para dos pianos y orquesta" interpretado en vivo:
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