Si excluimos los
grandes ciclos, alguna banda sonora ocasional y ciertos trabajos muy puntuales,
desde la aparición en 1986 de “A Man of No Fortune and With a Name to Come”,
Wim Mertens alternó durante más de veinte años los discos para grupo con los de
piano y voz. La tendencia se rompió en la última década y media en la que el
compositor belga se ha venido centrando en composiciones para diversas
formaciones instrumentales, quedando la faceta de piano sólo para los
conciertos. Es posible que esto tenga algo que ver en el hecho de que esta cara
de Mertens ha aparecido mucho menos, en proporción, por el blog que la
variante, digamos, orquestal.
Aprovechamos aquí
para señalar que, contrariamente a lo que se podría pensar, los discos de piano
de Mertens no siguen una línea estilística demasiado homogénea existiendo algo
así como tres versiones distintas del músico cuando se enfrenta a este
instrumento. En esa imaginaria división, “A Man of No Fortune...” tendría su
continuación años más tarde en “Jeremiades”, “After Virtue” compartiría muchas
cosas con “Poema” y este “Strategie de la Rupture” podría verse prolongado en
“Der Heisse Brei”.
Ignoramos si
fueron compuestos en las mismas fechas pero la publicación del disco daba
comienzo a una etapa de gran actividad por parte del artista que en los mismos
meses lanzó “Alle Dinghe”, complejo ciclo de siete CDs compilando las ideas
menos accesibles del músico. Desde la portada del trabajo, Mertens nos mira
desafiante, con los codos apoyados sobre una mesa en la que hay varios
fragmentos de piedra. A su espalda, algunas pinturas de su propia autoría.
Dentro del disco: música indescriptible, retadora, sorprendente como pocas.
Pintura de Mertens que sirvió de portada para el single "Hufhuf" |
“Darpa” – Abre el
disco el tema más largo del mismo que nos revela muy pronto la gran novedad que
encontraremos en el trabajo: aunque no hay textos con significado, letras, en
el sentido convencional del término, la pieza tiene la clásica estructura de
una canción, con su estrofa, su estribillo, etc. Mertens canta en su registro
de contratenor una melodía que podría pasar por una canción al uso. Se podría
argumentar que piezas anteriores como “You See” de “A Man of No Fortune...” seguían
un esquema similar pero desde nuestro punto de vista aquello fue anecdótico en
el contexto de ese trabajo. Aquí va a ser norma. Como resultado de lo dicho, el
piano pasa a ser acompañamiento y no instrumento principal como lo fue antaño
pero eso no hace que esa parte de la partitura se resienta ya que seguimos
escuchando brillantes momentos pianísticos.
“Wia” – Una melodía lenta, construida poco a poco con el inconfundible estilo de su autor nos introduce en uno de esos temas inolvidables que tan bien domina el pianista belga. Lo demás son leves variaciones sobre el mismo que ocupan el resto de una de las pocas piezas puramente pianísticas del disco.
“Jaat” – De
repente, Mertens se pone solemne y nos ofrece un tema rotundo, oscuro en su
comienzo, en el que las notas del piano parecen agolparse arremolinadas como en
el centro de una tormenta que comienza a gestarse. Los que conocían la versión
en directo del músico, ya habían escuchado en muchas ocasiones esta particular
forma de interpretar en la que las notas se amontonan en masas de sonido que no
dejan de evolucionar de un modo coherente como se del vuelo de una bandada de
estorninos se tratase. Mertens vuelve a dejar oír su voz como acompañamiento en
un lamento sonoro prolongado durante los instantes finales.
“Houfnice” –
Regresamos al esquema de canción, organizada esta vez como un diálogo en el que
el piano plantea la primera pregunta y la voz responde poco después. Parece una
pieza muy sencilla, fácil, si se quiere ver así pero que encierra en su
simplicidad el gran secreto de la música de Mertens: llegar con un despliegue mínimo
de recursos a oyentes de todo tipo.
“Hufhuf” –
Curiosamente, se llegó a editar un single del disco con varias piezas nuevas,
algo muy raro en este tipo de música y fue, precisamente, esta pieza la
escogida. Se trata de otra canción sin texto en la que Mertens tararea una
serie de fonemas desprovistos de significado. La melodía es poderosa y simple a
la vez y es un ejemplo claro de esos temas previsibles en su desarrollo en los
que el oyente podría anticipar sin problema lo que sonará en los siguientes
compases.
“Iris” – Continuamos con otro extenso tema de casi diez minutos que comienza como una alegre danza hasta la aparición de la voz de Mertens que le confiere un aire dramático ciertamente inesperado. En su segmento central asistimos a un cambio a modo de interludio en el que el piano adopta un rol casi ambiental y es el cantante quien se encarga de las partes más relevantes. En su momento no podíamos saberlo pero la pieza tiene muchos puntos en común con un par de bandas sonoras que el compositor realizó para sendos clásicos del cine mudo europeo en las mismas fechas y que sólo conocimos un tiempo después a través de sus versiones en vivo. Los últimos minutos de la pieza los ocupa una leve melodía interpretada “pianissimo” hasta el punto en que podemos pensar que estamos en un intervalo de varios minutos de silencio si no prestamos la atención debida.
“Humvee” – Llegamos
ahora a una breve pieza que comienza de un modo tranquilo pero que va
evolucionando, y de qué modo, a lo largo de sus tres minutos de duración. En
ellos escuchamos al Mertens más intenso, casi iracundo en su forma de cantar
para la que adopta un rol mucho más agresivo del habitual manteniéndose
siempre, claro está, dentro de la tesitura de contratenor.
“Kanaries” – Quizá
estemos ante el tema con el desarrollo más plano de todo el disco. Comienza con
una melodía lenta, muy reposada, que evoluciona de modo casi parsimonioso
durante unos minutos. Mediada la pieza, aparece un segundo motivo, también
repetitivo que nos acompaña hasta el final del mismo. Es de reseñar que, en
directo, Mertens suele acompañar a esta pieza de otra mucho más rítmica
consiguiendo un resultado mucho más interesante.
“Awol” – Casi
como prolongación de la pieza anterior, tenemos este cierre que es también la
composición más corta de todo el trabajo (no llega a los dos minutos). Podría
haber sido parte de la pieza anterior sin problema alguno.
Cuando apareció el disco nos descolocó ligeramente ya que no
se parecía demasiado a los dos anteriores para piano y voz del músico y, además,
no tenía ninguna composición que apuntase a clásico futuro del compositor
belga. Sin embargo, con la perspectiva del tiempo ha ganado varios enteros en
nuestra consideración. Se aprecia una cierta intención de hacer una música más
accesible, algo que, en cierto modo, se repitió algo después con “Shot and Echo”
en lo que a los discos para grupo se refiere. Con todo, no podemos dejar de
recomendarlo para aquellos seguidores de Mertens que aún no lo tengan en su
discoteca.
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Nos despedimos con "Iris" como sonaba en la banda sonora de la película experimental de 1999 de Marcelo Masagao, "Nos Que Aqui Estamos Por Vos Esperamos"amazon.es
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Álguien que le escriba algo sobre el cambio climático o el peligro de las nucleares; y que lo cante.
ResponderEliminarO que se compre una armonica.
Es un monstruo como músico, pero me desquicia (ligeramente) oírle cantar cosas sin sentido.
Es broma.
Hola:
ResponderEliminarSolo añadir sobre los titulos del disco qeu la mayoría sino todos estan relacionados con la guerra del Golfo qeu tenia lugar justo cuando se grababa el disco,segun le dijo Mertens a Trecet,esto ocurrio en abril del 91,justo en el impas de una de las enormes giras qeu hacia por aquel entonces por aqui.Y es facil comprobarlo pues DARPA,WIA,JAAT,AWOL son acronimos de terminos militares y Houfnice o Humvee son vehiculos militares y asi. Bueno enhorabuena por el blog y todo los comentarios sobre aquellos discos qeu tanto significaron para algunos entre los qeu me cuento claro.
Josea.
Desconocía ese detalle y lo cierto es que supone una aportación importante a la temática del disco. Explicaría ese modo de cantar de Mertens rozando el enfado en algunos momentos. He comprobado los títulos del single "Hufhuf" por si obedecieran a una intención similar pero no parece que tengan relación alguna con esa idea general.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por el comentario. Ahora veré el disco con otros ojos.
muchas gracias por tu articulo....muy grato de leer y conocer
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