Los últimos
coletazos de la década de los setenta fueron un periodo de enorme efervescencia
creativa para Pierre Moerlen. Así, unos cuantos meses después de “Downwind”,
sus Gong lanzaban al mercado el disco que comentamos hoy: “Leave It Open”. Lo
excepcional es que entre uno y otro la banda sufrió una pequeña desbandada de
miembros que la redujo a un trío. Éste grabó otro disco en estudio y uno más en
directo que quedarían situados entre el recientemente comentado “Downwind” y el
que hoy nos ocupa.
En esa primera
remodelación, sólo el propio Moerlen y el bajista Hansford Rowe permanecían con
respecto a la formación de “Downwind” añadiéndose a ellos el guitarrista Bon
Lozaga siendo los tres músicos los firmantes de “Time is the Key”. Apenas unos
meses más tarde, y con el objeto de grabar un nuevo disco, la banda se amplió
con el regreso de François Causse y la incorporación de Demelza a las
percusiones, Brian Holloway (guitarras) y Charlie Mariano (saxofón). Con esas
incorporaciones todo hacía pensar que el sonido de la banda evolucionaría aún
más hacia el jazz-fusión perdiendo lo que aún le quedaba de rock progresivo y,
en cierto modo así fue.
Pierre Moerlen en acción. |
“Leave it Open” –
La estructura del disco es similar a la de muchos otros trabajos que hemos
comentado aquí: una larga suite en una de las caras del disco y varios temas
cortos en la otra. El comienzo lo ocupa, en este caso, el tema más extenso. No
hay secretos, los vibráfonos van creando la atmósfera adecuada para el resto de
la pieza en la que enseguida se hace notar la presencia del saxofón. También
los sintetizadores tienen un papel más relevante que en otros trabajos de la
banda lo cual no es necesariamente bueno en este caso. El sonido se resiente
por la excesiva relación del sonido de los mismos con una época muy concreta de
la música popular. Dicho de otro modo: suenan excesivamente “ochenteros” hoy en
día. Otro tanto ocurre con las guitarras pero en este caso no lastran en
demasía el resultado final. Hay en todo caso un cierto aire conservador que
contrasta con la audacia demostrada por Moerlen en otros discos y los
vibráfonos no terminan de vibrar con la intensidad y brillantez habituales,
afirmación que se podría extender a la batería. Sólo una serie de progresiones
en la parte final del tema nos rescatan de la monotonía que caracteriza el
desarrollo de la suite.
“How Much Better it Has Become” – Partiendo de las mismas
premisas que el tema anterior, la adición de una guitarra y una batería llenas
de espíritu rockero parece hacer despertar al propio Moerlen cuya
interpretación al vibráfono gana una barbaridad con respecto a la suite
inicial. Sin duda alguna, el título de la pieza (“cuánto ha mejorado”) le viene
que ni pintado a una composición que mejora mucho a la precedente ganando en
dinamismo, energía e intensidad.
“I Woke Up this Morning Felt Like Playing Guitar” – De nuevo
el título de la composición es la mejor de las pistas para saber a qué
atenernos en la escucha. La guitarra eléctrica es la protagonista principal
apoyada por una sección rítmica de bajo y batería discreta pero efectiva. El
resultado es un instrumental rock bastante convencional pero que se deja
escuchar.
“It’s About Time” – El regreso al jazz-fusión se produce con
este tema en el que el bajo sirve como pie para una serie de diabluras a la
percusión que anticipan un tema de ritmo funk sorprendente pero muy acertado
(no en vano es la única pieza del disco firmada por Hansford Rowe). No deja de
llamar la atención que Moerlen aparque sus vibráfonos durante dos cortes
consecutivos aunque sea para centrarse en el resto de percusiones, algo que
realiza de un modo notable. Sin ser esta una pieza representativa del estilo
del Pierre Moerlen’s Gong, tenemos que reconocer que es notable en líneas
generales. Al margen de la percusión, destacamos especialmente el trabajo de
Mariano al saxo que consigue transformar el sonido de la banda por completo.
“Stok Stok Stok Sto-Gak” – Un cierto toque latino asoma en la siguiente pieza en la que regresa el vibráfono para apoyar a una banda más equilibrada entre todos sus miembros en esta ocasión. Aunque seguimos navegando por aguas del jazz-fusión, algunos fragmentos de guitarra y de los teclados nos ponen sobre aviso del advenimiento del AOR, esa corriente en la que muchos de los supervivientes de los mejores años del rock progresivo se refugiaron en los años ochenta para tratar de sobrevivir en el negocio.
“Adrien” – Cerrando el disco escuchamos una pieza que vuelve
a los ambientes truculentos que siempre consigue crear el vibráfono,
acompañados en esta ocasión de sonidos electrónicos. El tema tiene un aire
misterioso muy logrado y, a pesar de su aparente modestia (uso de pocos
instrumentos, ausencia total de épica...) nos deja una de las mejores
impresiones de todo el trabajo.
Como suele ocurrir con los músicos cuyo instrumento
principal no es uno de los más habituales dentro de las corrientes principales
de la música popular, la propuesta de Pierre Moerlen’s Gong tiene un sonido
tremendamente particular y original. Sin embargo, en la época en que salió al mercado
“Leave it Open”, la fórmula empezaba a mostrar síntomas de agotamiento
(recordamos que en apenas año y pico lanzaron 3 discos de estudio y uno más en
directo). No sorprende entonces que tras la aparición de este trabajo, Moerlen
dejase reposar a la banda durante unos años en los que no publicaron nada
nuevo. En cualquier caso, el regreso no consiguió las cotas de calidad de la
mejor etapa de la banda aunque eso sería materia a tratar en una hipotética
futura entrada. Por ahora, aquellos interesados en adquirir “Leave it Open”
lo pueden hacer en los enlaces habituales.
amazon.es
play.com
Como despedida os dejamos un ejemplo de cómo sonaba "Leave it Open" en vivo:amazon.es
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