Aunque Mike
Oldfield es uno de los músicos con una mayor personalidad y posee una obra en
la que una de las características más importantes es la originalidad,
especialmente en sus primeros trabajos, la participación de un instrumentista
como Pierre Moerlen en su cuarto disco en solitario, “Incantations”, cambió por
completo la fisonomía del mismo y su presencia se hizo tan notoria como la del
propio Oldfield.
El trabajo de
Moerlen, especialmente al vibráfono, protagoniza por completo la cuarta parte
de la obra eclipsando todo lo demás y algo así no está al alcance de
cualquiera. Nuestro músico había formado parte de la banda francesa Gong y tras
colaborar con Oldfield por primera vez, lideró su propia variante del grupo
denominada “Pierre Moerlen’s Gong” en la que sus percusiones eran el centro de
la música. La banda grabó un par de discos de modo simultaneo a las giras de
Pierre con el grupo de Mike Oldfield y
las colaboraciones entre ambos se hicieron tan estrechas que ocurrió lo que
tenía que ocurrir, con el multi-instrumentista británico devolviendo las
atenciones prestadas y colaborando en el que quizá sea el mejor disco del grupo
de Moerlen.
“Downwind” sería
el primer disco de la banda en aparecer bajo la denominación de “Pierre
Moerlen’s Gong” para evitar confusiones con el grupo “matriz” que seguía activo
simultáneamente aunque los estilos de ambos eran a estas alturas muy
diferentes. La banda de nuestro percusionista hacía una fusión de jazz y rock
muy atractiva con el elemento distintivo del vibráfono que se convirtió pronto
en la seña de identidad del grupo. Los Gong de Moerlen estaban integrados por
Hansford Rowe (bajo), Ross Record (guitarras, voz), Benoit Moerlen (vibráfono),
François Causse (percusión) y el propio Pierre (batería, vibráfono, marimba,
timbales, teclados y voz). Participan además en el disco, en calidad de
invitados Didier Lockwood (violín), Mick Taylor (guitarra) y la pequeña banda
formada por Didier Malherbe (saxo), Mike Oldfield (guitarra, teclados, bajo y
percusión), Steve Winwood (teclados) y Terry Oldfield (flautas) que interviene
sólo en el corte que da título al disco. Casi todo el trabajo, a excepción de
la pieza central, se grabó en el estudio según recuerda Hansford Rowe
“prácticamente en directo”. Sólo el tema en el que intervienen Oldfield y
compañía se hizo en varias fases, una inicial en el estudio de Mike con Pierre
Moerlen y otra posterior en la que se registró la parte de los restantes
miembros de Gong.
Pierre Moerlen |
“Aeroplane” – Un
clásico sonido de órgano “setentero” nos da la bienvenida al disco en una de
las dos canciones con textos del saxofonista y teclista Ruan O’Lochlain que
aparecen en el trabajo. La pieza no destaca especialmente y podría pasar por un
tema más de cualquier grupo de los que abundaban en aquellos años salvo por la
batería, algo por encima de la media. Nada, sin embargo, denotaba la
excepcional calidad del grupo.
“Crosscurrents” –
Esa impresión inicial cambia en cuanto empezamos a escuchar la segunda pieza
del disco; una sensacional demostración de jazz-fusión dominada por las
marimbas de Pierre Moerlen que se elevan por encima de una batería
inmisericorde que martillea con precisión de metrónomo cambiando continuamente
de signatura rítmica. Rowe comienza a hacer diabluras al bajo y el violín
eléctrico del miembro de Magma Didier Lockwood nos lleva a territorios de la
Mahavishnu Orchestra. Es en esta pieza en la que empezamos a apreciar el
potencial de la banda que explotará por completo en el siguiente corte.
“Downwind” – El
tema más largo del trabajo, con diferencia, es también el más interesante y no
sólo por la presencia de Oldfield sino por el extraordinario trabajo de todos
los músicos, comenzando por los vibráfonos de los hermanos Moerlen,
perfectamente secundados por saxofón y batería en los inicios del tema. De
pronto, comienzan a sonar, desatados, los dos hermanos repitiendo una serie de
notas de modo hipnótico que anuncian la llegada de algo muy grande.
Efectivamente, cuando irrumpe Oldfield a la guitarra (y también al bodhran,
percusión irlandesa de importancia capital en esta parte de la pieza) tenemos
la sensación de encontrarnos en medio de algo muy grande. Decir que podríamos
estar escuchando cualquier sesión de las grabaciones de “Incantations” sería
muy injusto para Moerlen pero así como su participación en aquella joya de
Oldfield consiguió eclipsar en cierto modo al autor de “Tubular Bells”, Mike (y
su hermano Terry a las flautas) se toman la revancha en esta suite
absolutamente arrebatadora en la que también la batería raya a un nivel estratosférico.
El final, de corte jazzistico, con un gran saxofón es también más que
destacable.
“Jin-go-lo-ba” – La siguiente pieza del disco es una versión del archiconocido tema del percusionista nigeriano Babatunde Olatunji popularizado por Carlos Santana en su disco de debut en 1969. Lo cierto es que la versión de Moerlen tiene mucho más en común con la de Santana que con la original e incluso se aprecia cierta imitación del estilo del mexicano en las partes de guitarra. La inclusión de un tema como este puede ser influencia de Weather Report quienes también jugaban en la época con piezas de origen africano y latino. No es lo mejor del disco pero se deja escuchar.
“What You Know” –
Segundo tema con textos de O’Lochlain que pasa sin pena ni gloria y del que
únicamente destacamos el trabajo de Pierre al clavinet amenizando las partes en
las que la percusión no es suficiente atractivo.
“Emotions” –
Regresa el vibráfono y con él algunos de los mejores momentos del disco en
diálogo directo con el violín eléctrico. En este tranquilo corte escuchamos en
plenitud el característico sonido del violín eléctrico que tanto éxito tuvo en
aquellos años a cargo de intérpretes como Jerry Goodman o Jean Luc Ponty.
“Xtasea” – Cerrando el disco nos encontramos con una prolongación del corte anterior en cuanto a estilo y atmósfera aunque con la incorporación de bajo y batería al conjunto con lo que la pieza gana en expresividad y se convierte en un excelente final, sin estridencias y lleno de elegancia.
Dentro de la
plétora de bandas y músicos que aparecieron en la década de los setenta dentro
de las difusas fronteras del rock con pretensiones más artísticas, los Gong de
Pierre Moerlen no llegaron a la categoría de superestrellas pero alcanzaron
cierta relevancia dejándonos un puñado de discos nada desdeñables. Intentaremos
ir dándoles cabida aquí en la medida de lo posible comenzando por la próxima
entrada que también estará centrada en un trabajo de la banda. Por ahora, y si
queréis haceros con “Downwind”, está disponible una reciente edición por parte
del sello Esoteric quienes están haciendo un excelente trabajo de recuperación
de este tipo de discos muy difíciles de encontrar hoy en día en sus ediciones
originales. Está disponible en los enlaces de siempre:
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Nos despedimos con un exrtacto de una versión en directo de "Downwind" (sin Oldfield):amazon.es
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