No es lo
normal pero hay veces en las que una obra de cualquier género
alcanza una popularidad y un éxito de ventas aparentemente vedado
para trabajos de su temática o categoría. Cuando esto sucede, esas
excepciones se convierten en fenómenos populares que ocupan las
primeras páginas de los medios de comunicación y alcanzan el
estatus de acontecimientos mundiales, siquiera durante un breve
periodo de tiempo. Ejemplos hay muchos y en todos los campos... desde
los cantos gregorianos de los monjes de Monasterio de Silos hasta las
instalaciones de Christo Javacheff envolviendo edificios en tela o
películas como “El Proyecto de la Bruja de Blair”.
En
literatura ha habido éxitos sorprendentes pero se nos ocurren pocos
acontecimientos tan extraños como el hecho de que un libro de física
escrito en 1988 haya alcanzado ventas de unos diez millones de
ejemplares desde su publicación hasta hoy. Eso ocurrió con “A
Brief History of Time” de Stephen Hawking.
En 1991, el
cineasta Errol Morris estrenó una película con ese mismo título
pero no se trataba de una adaptación de la obra de Hawking sino de
una biografía del popular científico británico. Morris es un
personaje peculiar que comenzó estudiando música (concretamente
violonchelo) para ingresar más tarde en universidades tan exclusivas
y prestigiosas como Princeton o Berkeley, las cuales abandonó
sucesivamente por no estar de acuerdo con su metodología. Tras un
periodo de incertidumbre en el que hizo todo tipo de trabajos, Morris
encaminó su carrera hacia el cine y, en especial, hacia los
documentales. Su primer proyecto, nada menos que junto con Werner
Herzog, tenía como objeto acercarse a la vida de Ed Gein, uno de los
asesinos en serie más sangrientos de la historia de los Estados
Unidos. A pesar de haberse entrevistado en varias ocasiones con Gein
para la película, Morris abandonó el proyecto cuando Herzog se
empeñó en profanar la tumba de la madre de Ed para probar una
extraña teoría. Tras un par de documentales sin mucha repercusión,
Morris rodó en 1988 “The Thin Blue Line”, un largometraje sobre
la pena de muerte que obtuvo un gran reconocimiento. La banda sonora
del mismo estaba compuesta por Philip Glass.
Fue un
tiempo después de estrenar “The Thin Blue Line” cuando una
productora comenzó a preparar un proyecto de documental sobre
Hawking que terminó por recaer en Errol Morris a sugerencia, nada
menos, que de Steven Spielberg. El documentalista pensó
inmediatamente en Glass para realizar, de nuevo, la banda sonora del
mismo.
La música
de Philip Glass para el documental permaneció inédita más de dos
décadas siendo uno de los trabajos del músico cuya publicación era
más esperada por los no pocos seguidores de su obra.
Afortunadamente, dentro de la impresionante labor de recuperación de
material de todas las épocas de su obra que aún no había visto la
luz en un formato puramente musical, Glass publicó hace unos meses
esta banda sonora dentro de su sello Orange Mountain Music.
El disco, que es además la referencia número 100 del sello, recoge la música dividida en veinte cortes de muy breve duración en la mayor parte de los casos por lo que no merece la pena el comentario pieza por pieza que solemos realizar prefiriendo en este caso dar una visión general del mismo. La banda sonora tiene muchas similitudes con los trabajos de Glass de los años ochenta. Así, “Mysterious No.4”, el segundo corte del disco, podría haber formado parte perfectamente de la partitura que acompañaba las imágenes de “Koyaanisqatsi” y lo mismo ocurre con otros momentos de la obra como “Slow, Simple, Sad No.3”. Tenemos delicados valses como “Hawking-Radiation” (tema que se repite más adelante), piezas más enérgicas como “Climbing the Stairs” o una verdadera maravilla titulada “Signature” con una excepcional melodía que podría haber firmado el más inspirado Wim Mertens. Un ejemplo del Glass más lírico que no se dejaba ver tanto en aquellos años (con ligeras excepciones como la música de “The Screens” con Foday Musa Suso). Escuchamos también muestras de la cara más “mecánica” del compositor de Baltimore que anticipan trabajos posteriores (pensamos en “Hydrogen Jukebox”) como el corte títulado “House” y se despide el disco con una especie de resumen de la obra ("End Credits Major and Minor") en la condensa todo el estilo característico de aquella etapa del músico.
No
disponemos de los créditos de la grabación que, por algún motivo,
no se incluyen en el disco. Creemos que los músicos participantes en
la misma no deben diferir mucho de la formación habitual del Philip
Glass Ensemble de los ochenta, quizá con el añadido de alguna
sección de cuerda en determinados momentos.
Los amantes
de la obra de este Glass en transición desde su etapa puramente
minimalista a la abiertamente neoclásica actual, tienen en “A
Brief History of Time” un disco magnífico para disfrutar de una
obra que no tiene nada que envidiar a las que hicieron del compositor
uno de los más populares en los años ochenta a través de discos
como “Glassworks”, “Dancepieces”, las dos primeras bandas
sonoras de la triligía “-qatsi”, “Mishima” y demás trabajos
en esa linea. Incluso afirmaríamos que es este un trabajo más
redondo, más coherente y con un nivel medio muy elevado, sin ninguna
pieza de relleno o en un escalón por debajo del resto. Estamos de suerte, por tanto, con esta edición que rellena un hueco que para muchos seguidores, era imprescindible tapar.
Primera parte del documental:
Primera parte del documental:
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